Suplemento AJU Asociación Japonesa de Uruguay 2017

50

Aniversario

Medio siglo manteniendo vigente la cultura japonesa

Montevideo, viernes 21 de julio de 2017. Suplemento de 12 pรกginas

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La Embajadora Keiko Tanaka y la Cónsul Tomomi Kawase saludaron a AJU en su 50° aniversario

Mantiene vivo los valores de Japón L

a Embajadora de Japón en Uruguay, Keiko Tanaka, y la Cónsul, Tomomi Kawase, saludaron a la Asociación Japonesa en el Uruguay (AJU) en su 50° aniversario y enviaron mensajes de reconocimiento y agradecimiento en la celebración de tan significativa fecha de la institución que nació el 18 de julio de 1967, en Montevideo, para nuclear a los oriundos del país asiático que estaban radicados en Uruguay.

En su nota, la Embajadora Tanaka expresó: “Quisiera en primera instancia expresar mis más sinceras felicitaciones a la Asociación Japonesa en el Uruguay por el 50° aniversario de su fundación. La AJU es la única organización japonesa que existe en el país y ha desempeñado a través de los años un papel importante para la colectividad japonesa en Uruguay. Siento un profundo respeto por el trabajo que han realizado las sucesivas

“En Japón existe un gran aprecio por las comunidades Nikkei en Latinoamérica” generaciones Nikkei en mantener vivos los valores tradicionales de nuestro pueblo, como la honestidad y la diligencia.

Desde su fundación, la AJU ha realizado constantes esfuerzos para difundir la cultura japonesa.

Muestra de ello son los cursos del idioma japonés, clases de artes marciales como karate, kendo y de tambor taiko que imparte para todos aquellos interesados en la cultura nipona.

Aprovecho la ocasión para agradecer a la AJU la constante cooperación que nos brinda para realizar actividades culturales. La Asociación y la Embajada comparten un cercano vínculo de relacionamiento, que se desarrolla a través de diversas actividades. El Festival de Japón que se celebra en el jardín japonés es un ejemplo de ello, en donde la Asociación cuenta con un espacio para difundir la gastronomía, las artes marciales, la música y la danza folklórica de nuestra cultura.

En Japón existe un gran aprecio por las comunidades Nikkei en Latinoamérica, que con su arduo trabajo son las primeras encargadas de construir puentes entre los países. Las tareas que realizan las asociaciones Nikkei como la AJU constituyen un aporte inestimable para el estrechamiento de las relaciones entre Japón y América Latina, región considerada como DEPARTA MENTO DE PRODUCCIONES ESPECIALES

Embajadora de Japón en Uruguay, Keiko Tanaka

socio vital para nosotros. Durante su gira en la región en 2014, el Primer Ministro Shinzo Abe había anunciado los tres principios rectores de la política de su gobierno hacia América Latina y el Caribe: ‘progresar juntos’, ‘liderar juntos’ e ‘inspirar juntos’.

Por este motivo, en marzo del presente año se estableció una reunión consultora de expertos en Tokio auspiciada por el Ministro de Relaciones Exteriores Fumio Kishida, con el objetivo de dar impulso al vínculo entre el gobierno japonés y la colectividad Nikkei latinoamericana.

La reunión se desarrolló en cuatro sesiones y en mayo de 2017 fue presentado el informe final que incorporaba una serie de recomendaciones para fortalecer las relaciones cooperativas entre Japón y la comunidad Nikkei. El informe señalaba la importancia de la comunidad Nikkei como factor fundamental de la confianza de las sociedades latinoamericanas hacia Japón. Por este motivo, es primordial fortalecer los canales de desarrollo de la diáspora Nikkei.

Siempre teniendo en cuenta las diferencias entre las propias comunidades Nikkei en América Latina, el informe hace hincapié entre otras cosas, en la necesidad de captar y atraer a los más jóvenes revitalizando los espacios de acción y promoviendo la participación de las comunidades locales, sobre todo en aquellas asociaciones de menor envergadura. Por este motivo, la creación de redes entre las asociaciones Nikkei de los distintos países es fundamental, para despertar el interés por la cultura japonesa a las nuevas generaciones.

El gobierno japonés definirá ahora las medidas concretas a tomar de acuerdo al informe.

como los negocios, la medicina y la carrera estatal.

La Asociación Japonesa y única organización Nikkei en Uruguay, nació con estas primeras familias de inmigrantes, que inmersos en un país nuevo, decidieron crear un lugar donde mantener sus tradiciones. Actualmente, la AJU colabora con la Embajada y otras instituciones en la organización de diversos eventos, que incluyen la difusión de la gastronomía, el idioma, el taiko, las artes marciales y otras actividades culturales con el fin de representar positivamente a la cultura japonesa.

La organización ha trabajado intensamente durante todos estos años por el desarrollo y bienestar social de los Nikkei. Al mismo tiempo, ha afianzado los lazos entre Uruguay y Japón fomentando la participación de la comunidad local en sus actividades, como en el festival deportivo anual, el evento anual del bazar y la organización de la despedida del año

Las primeras familias “crearon un lugar donde mantener sus tradiciones”

La Sra. Embajadora y Koki Kunizawa participando juntos en ceremonia tradicional de año nuevo

La Embajada seguirá apoyando a la AJU y a toda comunidad Nikkei aplicando las políticas del gobierno.

En 2021 festejaremos 100 años de relaciones diplomáticas entre Japón y Uruguay, y esperamos que en este importante momento histórico AJU esté presente reivindicando su esmerada labor en tender puentes entre ambas naciones.

Por último, quisiera reafirmar mi entero compromiso en impulsar aún más las relaciones bilaterales entre ambos países y desear que la Asociación Japonesa siga desarrollándose junto a todos sus socios”.

El saludo de la Cónsul Kawase La Cónsul Tomomi Kawase, manifestó: “Quisiera iniciar este saludo expresando mis más sinceras felicitaciones a la Asociación Japonesa en el Uruguay por el 50° aniversario de su fundación.

Si bien Uruguay no se constituyó como uno de los principales destinos de emigraciones colec-

tivas desde Japón a Latinoamérica, varias familias eligieron a mediados del siglo XX hacer de esta tierra su hogar. Hoy en día residen aquí aproximadamente 500 Nikkei, que se concentran mayoritariamente en Montevideo y su zona metropolitana.

Este fenómeno responde a que la población Nikkei que emigró a Uruguay se dedicó en gran medida a la floricultura y es en la capital del país donde se encuentra el mercado de flores. Las grandes extensiones de tierra en las afueras de la ciudad permitieron a estos inmigrantes comenzar con estos cultivos. Desde su llegada, los Nikkei se destacaron dentro de este rubro, tanto así que actualmente se celebra todos los años en la ciudad de La Paz la Feria Floral, donde se puede apreciar toda la belleza de las flores producidas por la comunidad. En la actualidad -aunque muchas de estas familias mantienen el arte de la floricultura- las sucesivas generaciones Nikkei se han diversificado y desarrollado en otros campos profesionales,

con la comida tradicional para el festejo de llegada del año nuevo.

En estos tradicionales eventos se puede apreciar como la cultura japonesa se ha hecho parte de la comunidad local.

Estoy profundamente agradecida con la Asociación, que me recibió tan cálidamente cuando en el mes de abril del presente año arribé a Uruguay para desempeñarme en la Embajada, luego de que la Cónsul Nagi finalizara su misión diplomática en el país.

En ocasión de este recibimiento tuve la oportunidad de apreciar el fuerte vínculo que existe entre todos los que han sido parte de la organización, fruto de las experiencias compartidas a través de los años. El amor y tiempo que dedican estas familias a mantener el importante trabajo que realiza la Asociación es digno de mi mayor admiración.

Durante el período que permanezca en Uruguay, trabajaré con cada uno de los miembros de la Asociación para conocerlos y aprender sobre su comunidad y así poder colaborar de toda forma que me sea posible con la noble tarea que han realizado durante los últimos 50 años.

Para finalizar, anhelo que la Asociación Japonesa continúe contribuyendo a fortalecer el vínculo de amistad que existe entre Japón y Uruguay”..

ASOCIACIÓN JAPONESA EN EL URUGUAY (Suplemento Especial de El Observador) • Producción comercial: Julio César Denegri • Producción periodística: Luis Eduardo Inzaurralde • Maquetación: Fernando Cortés • Impresión: Imprimex D.L. 11.186 - Edición amparada Decreto 218/96

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Desde 1976, el país asiático recibió a 1.500 becarios uruguayos

JICA se constituyó en puerta al mundo para perfeccionar a los profesionales El objetivo es dar capacitación en Japón a descendientes de japoneses, a través de cursos técnicos en el país nipón, para que los Nikkei una vez retornados a sus lugares de residencia puedan contribuir al desarrollo del país con sus experiencias adquiridas durante su estancia en Japón

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e calcula que alrededor del mundo hay unos 3.600.000 Nikkeis (descendientes de inmigrantes japoneses) de los cuales 2.130.000 se encuentran en América Latina. Los Nikkeis frecuentemente forman una comunidad japonesa en los países de residencia, manteniendo las tradiciones y transmitiendo la enseñanza de la educación heredada y la cultura japonesa a las nuevas generaciones”, explicó a El Observador Makoto Taniguchi, Representante Residente de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) en Uruguay.

“El gobierno de Japón brindó asistencia oficial de emigración japonesa en la década de 1940 a los países latinoamericanos, y a las colonias japonesas a través de la transferencia de técnicas que posteriormente contribuirían al desarrollo económico del país en el que residían”, puntualizó Taniguichi.

Explicó además que el “Servicio de Emigración de Japón (JEMIS) creado en 1963, vino asistiendo a aquellos países con los que el gobierno japonés suscribió Convenios sobre Inmigración (Paraguay, Perú, Brasil, Argentina, República Dominicana, entre otros). En 1974 el servicio se fusiona con la Agencia de Cooperación Internacional del Japón para hacerse cargo del Programa de Becarios Inmigrantes que más tarde se convirtió en el Programa de Becarios Nikkei, incluyendo a Uruguay, Chile, Cuba, Venezuela, entre otros países. El objetivo es dar capacitación en Japón a profesionales descendientes de japoneses, a través de diversos cursos técnicos en Japón, para

tuye la base de la confianza que tiene Japón en Latinoamérica; 2) expresó interés en fortalecer aún más los recursos humanos de los líderes jóvenes Nikkei a través de las capacitaciones; y 3) se comprometió a hacer el mayor esfuerzo para que los Nikkei puedan sentirse orgullosos del Japón fortaleciendo los vínculos”, puntualizó.

Taniguchi, que saludó a AJU en su 50° aniversario “por el rol que ha tenido y tiene la comunidad Nikkei en Uruguay”, dijo

En cuatro décadas enviaron a Uruguay a 450 expertos japoneses Makoto Taniguchi, Representante Residente de JICA en Uruguay

que los Nikkei una vez retornados a sus países, puedan contribuir al desarrollo del país con sus experiencias adquiridas durante su estancia en Japón. En el marco de este programa JICA ha recibido unos 5.500 becarios de 15 países”.

La cooperación técnica de JICA en Uruguay se inició en 1976, cuando Japón recibió al primer becario uruguayo, y asiste a la comunidad Nikkei principalmente a través de la Asociación Japonesa en el Uruguay (AJU) por medio de dos programas: 1) el programa de Becas para Nikkei; 2) el Programa de Voluntarios Sénior, que consiste en el envío de expertos japoneses a Uruguay a través de la solicitud del gobierno. Al respecto, el Re-

presentante Residente de JICA dijo: “Por el Programa de Becas para Nikkei se han capacitado unos 25 descendientes japoneses que viven en Uruguay, en áreas como gastronomía, agricultura, idioma japonés, odontología, medicina, entre otros. Y fueron enviados 14 técnicos Voluntarios Senior a AJU para la enseñanza del idioma japonés, agricultura, nutrición, bienestar social, artes marciales, estudio de la inmigración japonesa, entre otras especialidades”.

A lo largo de estos años, recibieron en Japón unos 1.500 becarios uruguayos, enviaron 450 expertos japoneses, 586 integrantes de misiones y 166 Voluntarios Senior al Uruguay.

Actualmente, explicó Taniguchi, en AJU “colaboran tres Voluntarias de JICA como profesora de idioma japonés y en el trabajo de la elaboración y edición de un libro sobre la historia de la inmigración japonesa en el Uruguay coincidiendo con el 50° aniversario de la Asociación y en vísperas de la celebración del 110° aniversario de la inmigración japonesa en el Uruguay que se conmemora el próximo año”.

“En la visita del Primer Ministro Shinzo Abe a Latinoamérica en 2014, enfatizó tres puntos sobre el relacionamiento con la comunidad Nikkei: 1) destacó que la confianza que han ganado en la sociedad los descendientes japoneses, consti-

que JICA en Uruguay “tiene un estrecho vínculo con AJU y así lo seguirá haciendo, participando de las actividades como lo ha hecho hasta ahora. A futuro, además de las capacitaciones habituales, se incluirá el programa de ‘Capacitación para la próxima generación Nikkei’, donde jóvenes liceales Nikkei podrán asistir a las clases en las secundarias públicas en Japón durante un mes, para que tengan la oportunidad de profundizar su entendimiento sobre el idioma, la cultura y la sociedad japonesa para conocer mejor sus raíces. Al mismo tiempo, fomentar el intercambio con otros jóvenes Nikkei de Latinoamérica y fortalecer su identidad como Nikkei”.

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Kenichi Tanaka, fundador de AJU, recuerda cómo nació la institución

De aquellos primeros sueños a este medio siglo de vida de la Asociación A fines de la década de 1950 y con la idea de nuclear a los nipones en Uruguay, en la quinta del señor Tanaka –en Paso de la Arena– comenzó a tomar forma la idea y el 18 de julio de 1967, ocho oriundos del país asiático fundaron la Asociación Japonesa en el Uruguay

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n día, en el ya lejano 1955 –cuando estudiaba en preparatorio en su Japón natal–, recibió la invitación para viajar América. Fue poco tiempo después, cuando tras culminar los estudios de agronomía, a los 18 años, dio la vuelta al planeta para llegar a Montevideo. Desde entonces, Kenichi Tanaka escribió su historia en Uruguay como empleado en la industria de la flor, luego productor en ese rubro y finalmente en la pesca.

A los 81 años disfruta la jubilación con su esposa y despunta su pasión por el trabajo en su quinta en Manga, donde tiene una plantación de alfalfa.

“Tenía un tío lejano, Takata, que vivía en Uruguay y un día me invitó a venir”, comienza explicando Kenichi, quien pese a recorrer las ocho décadas de vida se mantiene muy activo.

“Estudiaba el último año de preparatoria cuando me llegó la invitación y lo único que pedí fue que me permitieran terminar mis estudios. Al mismo tiempo que cursaba los últimos meses, comencé a hacer los trámites para venir a Uruguay. En aquella época Japón estaba feo, no había trabajo”, subraya.

En su chacra, donde se disfruta la paz del entorno y se escucha de fondo el televisor con el canal NHK de Japón de fondo, continúa relatando. “Cuando se planteó la posibilidad de salir de Japón me dijeron que iba a venir a América.

Eso decía la carta que me mandó mi tío, entonces lo primero que hice fue comprar un diccionario de inglés, porque iba a América –desconocía que sería a Montevideo,

Kenichi tanaka mantiene las costumbres de su país y disfruta del Uruguay que lo adoptó

que tampoco sabía que existía– y aunque no hablaba inglés, tenía un diccionario. Estamos hablando del año 1955, para que pueda comprender en qué momento se produjo esto. Cuando llegué aquí no me sirvió de nada”, comentó.

En Japón quedaron su hermano y su madre, que era maestra. Su padre había fallecido en la guerra.

Una vez en la capital uruguaya, lo recibió su tío lejano, como define a Takata, también oriundo de Japón quien se había instalado en el Paso de la Arena y se dedicaba a la industria de las flores, que con el conocimiento heredado tenía singular éxito.

Trabajó con su tío durante seis años, luego se independizó y

compró un terreno, donde montó su propia empresa. “Estudié agro pero mi mente estaba en otras cosas, entonces en Camino la Cabra donde estaba instalado empecé a tener amigos que estaban vinculados a grupos de pescadores y me preguntaron si me quería integrar a trabajar con ellos. Se trataba de un grupo chino. Le dije que sí, siempre y cuando pudiera sacar permiso de carga, porque como empleado no iba a integrarme a esa actividad. Fue entonces cuando empecé a hacer trámites y logré la habilitación. Así cambié las flores por el mar hasta 2000, cuando me jubilé”, dijo Kenichi, que tiene cinco hijos, dos viviendo en Uruguay, uno

en Brasil, otro en España y uno en Japón, aprendió el idioma español escuchando la radio. “Los profesores fueron todos; la radio y la gente me enseñaron a hablar español”, subraya.

Fue fundador de AJU La quinta de Takata fue el centro de reunión de la pequeña colonia de japoneses en Montevideo. “Cada comida éramos 14 o 15 y contaban historias de nuestro país, destacaban grandes momentos, y yo escuchaba porque era muy joven.

Y fue allí donde nació la idea de crear la Asociación Japonesa en el Uruguay (AJU)”, explicó.

“En aquella época, cuando

llegué, había un veterano que se llamaba Nakamura, que iba a la quinta de Takata y en un momento comenzó a comentar cómo veíamos la posibilidad de hacer una asociación. En ese momento yo tenía 20 años. Por respeto, le comenté que no podía comentar mucho porque era muy joven, que el que tenía la experiencia era él, con sus 60 años. Fue entonces cuando me dijo que me apoyaba en todo lo que quisiera hacer y me preguntó si me animaba a empezar el movimiento. Eso fue a fines de la década de 1950 cuando dimos los primeros pasos. Recuerdo que tuvimos muchas conversaciones con cuatro compañeros de trabajo. Ikeda, que vino de Argentina debía conseguir el estatuto de la Asociación de Japoneses en Argentina para generar la nuestra en Uruguay. Así fue como llegamos al comienzo con Haruta, Yonekaba y yo, más cinco familias japonesas que habían llegado desde Paraguay.

El 18 de julio de 1967, con ocho fundadores, los tres de Uruguay y las cinco familias que habían llegado de Paraguay, nació AJU”.

“AJU se creó en el Centro Social y Recreativo Unión, en Instrucciones y Cuchilla Grande. Luego nos reunimos en casas de alguno de los integrantes de la directiva y en la Cooperativa Floral. Luego, tener la sede propia en Colón fue muy importante”, dijo y agregó: “El único ingreso que teníamos en los comienzos era la cuota social.

Después empezamos recaudar con las clases de idioma japonés. Ahora AJU recibe aporte de los socios que estudian, que hacen deporte, además del apoyo de la Embajada, desde siempre”, concluyó.

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Koki Kunizawa, Presidente de la Asociación Japonesa en el Uruguay

“Las nuevas generaciones tenemos la responsabilidad de desarrollar AJU” El Presidente de la asociación destacó el impulso que brindaron los fundadores y el camino que marcaron aquel 18 de julio de 1967 para que quienes están al frente de la institución en la actualidad y para que quienes lleguen en los próximos años redoblen el esfuerzo

E

n los 50 años de la Asociación Japonesa en el Uruguay (AJU), nosotros –que somos descendientes– estamos manteniendo y desarrollando esta asociación que impulsaron los ‘viejos’, un término que en Uruguay lo decimos con mucho cariño hacia nuestros fundadores, cuando marcaron este camino y adquirieron la sede social. Para todos nosotros, esa lucha que de alguna forma plantearon en aquellos años –para llegar a estos días– fue heroica. Por esa razón,

a pesar de ser una colonia pequeña en Uruguay. Tiene un gran potencia y eso se refleja”.

Consultado sobre la experiencia como Presidente, expresó: “Aceptar esta función en AJU fue y es una gran responsabilidad, mucho más de la que imaginaba.

Después de vivir 15 años en Japón, regresé a Uruguay en 2009 y a los dos años me integré a la comisión directiva hasta asumir la presidencia en 2016. Descubrí que la responsabilidad supera lo protocolar y que tiene mucha acción. También

Destacó el cariño y sentimiento con el que trabaja la directiva de AJU

“Veo un gran futuro en AJU pese a ser una pequeña colonia en Uruguay” Koki Kunizawa es desde hace un año Presidente de la Asociación Japonesa en el Uruguay

las nuevas generaciones, tenemos otra responsabilidad que es mantener lo que ellos hicieron y desarrollarlo, cosa que la AJU está haciendo bien, ya que no solamente abrió sus puertas a japoneses y descendientes sino que abrió su sede a todos los uruguayos en las artes marciales, tambores, cocina, idioma”, comenzó reflexionando el Presidente de AJU, Koki Kunizawa en una extensa charla que mantuvo con El Observador.

Nieto de japoneses, el Presidente de AJU desde hace un año y dirigente desde 2011, dijo que en los doce meses de gestión como titular de la asociación comprendió el sentimiento y cariño “con el que se mueve la directiva y los

socios, no solo para mantener sino para desarrollar y mejorar la AJU. ¿Por qué? Porque tiene la misión de promover un intercambio cultural para que los uruguayos conozcan la cultura japonesa”.

Subrayó Kunizawa que “festejar los 50 años genera un impulso especial”, y que se transforma en un “gran evento para todos”.

Considera clave mantener y desarrollar el camino de una asociación que marca una referencia en Uruguay.

Dijo que actualmente hay registrados en Uruguay unos 460 japoneses y descendientes, y que en su gran mayoría están asociados a AJU. La Asociación fue fundada en 1967 y la celebración

del cincuentenario se realizará el domingo 23 de julio.

Además de una actividad social, la celebración del medio siglo de vida se verá reflejado en el concurso de oratoria de idioma japonés en la Universidad de la República, que llevará el nombre del 50° aniversario de AJU, en un festival deportivo y en un evento de artes marciales.

El Presidente de la Asociación resaltó el “apoyo incondicional de la Embajada de Japón, de JICA, exbecarios y de otras instituciones como en Municipio de La Paz, Canelones”.

Kunizawa subrayó que si bien la Asociación cumple 50 años, hay antecedentes históricos que expre-

san que la migración japonesa en Uruguay se remonta a 1908. De allí en más hubo distintas avanzadas de inmigrantes y varios intentos de formar una Asociación, que, se integró pero se disolvió. AJU como asociación jurídica tiene fecha de fundación el 18 de julio de 1967.

Consultado acerca de cómo observa el futuro, ref lexionó: “Imagino una AJU más amplia, más estructurada y abierta, porque los tiempos han cambiado y las redes sociales juegan un gran papel hoy y mucha gente llega a interesarse por la cultura japonesa, por el tambor, por las artes marciales, por el origami, por la comida japonesa, y ese vínculo debemos aprovecharlo. Veo un gran futuro

puedo expresar que me deja una gran satisfacción haber conocido tanta gente, así como haber apoyado, incentivado e impulsado actividades como por ejemplo el envión logrado con la nueva imagen de AJU en las redes sociales.

Crecieron las actividades dentro de la Asociación por el trabajo de toda una comisión directiva, que llevó a que este año se inscribieran 50 nuevos alumnos a las clases de japonés, con lo que duplicamos el número. Se han incentivado las artes marciales, la práctica del tambor de percusión japonés, Taiko. Se realizaron actividades sociales y hemos cumplido con todas las actividades protocolares que la AJU tiene”.

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Gastón Mizuki realizó una mirada al pasado y analizó el presente

Herederos de una pasión impulsan a diario la Cooperativa de Floristas pese a la globalización y las desventajas arancelarias, con las que se ven perjudicados por las importaciones,

25 productores

japoneses mantienen la vigencia del mercado local de flores y plantas, y trabajan buscando producir flores nativas uruguayas

N

acimos entre las flores y las plantas”, reflexiona Gastón Mizuki, actualmente Presidente de la Cooperativa de Floristas del Uruguay, quien heredó de sus padres la pasión por el arte de las flores.

Con un 80% de productores japoneses, la cooperativa fue fundada en 1954 por inmigrantes japoneses y en 1956 se instaló en la calle Guadalupe –a pocos metros de avenida San Martín–, donde sigue funcionando actualmente.

Mizuki, cuyo padre llegó en

la rosa. “Es la de casi todos los acontecimientos”, definió.

Sobre cómo se produjo la integración de la colectividad japonesa en Uruguay, que encontró a sus progenitores en primera línea, dijo: “Como toda costumbre japonesa se radicaban en familias que estaban establecidas en la producción de flores. A mi padre lo recibieron familias y después de unos años se independizó al comprar los terrenos en donde hoy realizamos la producción de flores y rosas”.

“En Uruguay no hay ningún subsidio para la flor”, dijo el Presidente

La cooperativa fue fundada en 1954 y en 1956 se instaló en la calle Guadalupe Gastón Mizuki es hijo de padre y madre japoneses que llegaron a Uruguay en la década de 1950

1958 a Uruguay y su madre dos años después, explicó que un 80% de las flores que se producen en Uruguay son hechas por la colectividad japonesa y expresó que actualmente son 25 productores los que sostienen la actividad y los mismos se encuentran en la zona que se extiende desde Paso de La Arena, La Paz y Las Piedras. Recordó que antiguamente también venían desde San José, pero las familias que estaban instaladas allí abandonaron la producción de flores.

“Por el Mercado de las Flores pasaba toda la producción de la Cooperativa, pero hoy disminuyó por la importación de flores”, informó el Presidente quien brindó

una mirada a la situación actual.

“Hay acuerdos bilaterales entre Uruguay y Ecuador con aranceles muy bajos, y además el gobierno de Ecuador subsidia la producción de la flor en ese país. Debido a que en Uruguay no existe ningún subsidio, de alguna forma se sufre”, puntualizó.

“No obstante, debemos destacar que estamos trabajando con el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, que nos ha beneficiado en algunos proyectos de investigación para producir flores nativas uruguayas y en ese aspecto recibimos un gran apoyo del ministerio y de la facultad en investigación. En una primera etapa se preseleccionaron 30 va-

riedades, luego 10 y finalmente estamos estudiando cinco variedades para modificarlas con el objetivo de darle más duración a la flor y alargarle el tallo, para que la flor sea potencialmente comercializable, porque si hacemos todo este proceso y al comprador no le gusta, de nada sirve”, manifestó.

Además, reconoció que antes todas las flores pasaban por el Mercado de las Flores, pero en la actualidad cuatro importadores de Ecuador traen productos a bueno precio. “Eso ha dificultado la producción nacional porque es muy caro producir en Uruguay”.

Consultado acerca de cuáles son esas flores sobre las que están trabajando, pidió reserva.

“En Uruguay no hay protección del derecho de autor. El Instituto Nacional de Semilla no tiene una ley clara o específica para plantas o flores de corte, que defienda lo que nosotros podamos obtener.

Por tanto, cualquier persona puede llegar a cualquier empresa, como ya ha sucedido, se ha llevado plantas florales al exterior y no hay royalties para Uruguay. Sucedió en varios casos”, dijo.

Pese a las dificultades que pueden sufrir, el Presidente de la cooperativa subrayó: “Seguimos adelante con los productores, pese a que es una actividad muy sacrificada”.

Mizuki señaló que la flor que más compran los uruguayos es

Sobre cómo trabajan los productores en Uruguay, Mizuki comentó: “Cada productor se dedica a un tipo, clavel, yerbera, rosa, astromelia, por ejemplo, y cada uno tiene especializada la producción de su flor y lo vuelca a la cooperativa y al mercado de Montevideo”.

La venta de flores en la cooperativa se realiza los días lunes, miércoles y viernes entre la hora 19 y las 20.

Además, la cooperativa tiene activa participación en la Feria Nacional de la Flor, que todos los meses de noviembre se realiza en La Paz, junto a la Asociación Japonesa en el Uruguay, la Embajada de Japón, JICA y los Ex becarios.

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Dr. Bruno Fernández Iguini, Alcalde de La Paz

“Es motor del relacionamiento entre la comunidad japonesa y la sociedad” El principal representante de la ciudad paceña destacó la influencia de la Asociación Japonesa en el Uruguay por la influencia y el desarrollo que marcó en la zona, así como por la forma en que trabajan para impulsar el vínculo entre los nipones y los uruguayos

E

l Alcalde del Municipio de La Paz, Dr. Bruno Fernández Iguini, subrayó la influencia que tiene la comunidad japonesa en esa zona del departamento de Canelones y la impronta que marcó a partir del desarrollo de la floricultura.

“El municipio de La Paz es una zona que tiene una característica muy especial, porque si bien se encuentra en Canelones está rodeado por un área de Montevideo rural y Canelones donde radica la mayor parte de los floricultores de

La Feria Floral de La Paz es el evento más importante del país en ese rubro Uruguay. Son todos de ascendencia japonesa, que fueron quienes a principio de siglo trajeron esta actividad y mantienen la tradición familiar. Por tanto, nuestra ciudad ha recibido influencia de la comunidad japonesa y es el lugar del territorio, entre La Paz y las zonas aledañas de Montevideo rural, donde existe la mayor concentración de japoneses en nuestro país. Algo así como sucede con la colonia de rusos en San Javier”, expresó.

Esta situación que se planteó a lo largo de tantas décadas generó un vínculo muy particular entre Japón y La Paz. “Se han forjado lazos entre la ciudad de La Paz y la co-

munidad japonesa a través de diversos actores, entre los que más se destaca es la Asociación Japonesa en el Uruguay (AJU).

Por esa razón, con la comunidad japonesa realizamos diversas actividades culturales y la más destacada es un emprendimiento conjunto que este año cumplirá la novena edición, la Feria Floral de La Paz. Esta feria se hace el segundo fin de semana de noviembre, todos los años, en conjunto entre el municipio de La Paz y la Embajada de Japón con AJU y todos los actores de la colectividad japonesa, donde no solo los floricultores exponen su trabajo y tienen venta al público, así como muestran lo que realizan todo el año”, subrayó Fernández Iguini.

Noviembre es una época especial porque la flor está en su ciclo de esplendor y le brinda un brillo, aroma y color diferente a la ciudad de La Paz. “Con la Embajada y con AJU, que ha sido un actor muy destacado, realizamos una verdadera feria que trasciende su objetivo de feria floral y es un símbolo de intercambio cultural y hermanamiento de lazos entre nuestra ciudad y la comunidad japonesa.

Allí se realiza una exposición de todo lo que tiene que ver con la comunidad japonesa en Uruguay, como exhibiciones de artes marciales como aikido, karate, kendo, arco y flecha, las danzas típicas japonesas como Bon Odori y un encuentro cultural con grupos que hacen danzas folclóricas, como la Asociación de Jubilados de La Paz. Han tenido encuentros entre los tradicionales tambores taiko

El Dr. Bruno Fernández Iguini, en la Feria Floral del año pasado

japoneses, de los más antiguos de ese país, que en sus primeras ediciones llegaban desde Buenos Aires a través de la Asociación Taiko a tocar especialmente en la feria de La Paz, y en las últimas ediciones se formó un grupo en Montevideo, que es la Asociación Taiko en Uruguay, donde se enseña este arte”, explicó el Alcalde de La Paz, y subrayó: “También

ha habido encuentros de tambores con nuestra comparsa de La Paz. Se practica por ejemplo origami, caligrafía japonesa, y en la última edición de la feria tuvimos el honor que la Embajadora de Japón realizara personalmente la ceremonia del té. Por esa razón me animo a decir que esta Feria de la Flor es sin dudas el evento cultural más importante de la

colectividad japonesa en Uruguay y la realizamos en La Paz”.

En el camino recorrido junto a la colectividad japonesa en Uruguay, Fernández Iguini destacó que “AJU es uno de los actores principales y que ha contribuido a través de su Presidente, Kunizawa, porque la feria floral nació como un encuentro de floricultores japoneses que exponían sus flores en la plaza de La Paz y por estos días se transformó en un evento cultural que año a año está creciendo. Por ejemplo, en la pasada edición hicimos el lanzamiento en el Congreso de Intendentes, al mismo tiempo que viene rompiendo récord de visitantes cada año, durante los dos días de actividad”.

El año pasado asistieron 2.500 personas durante el fin de semana.

Además de los eventos se agregaron otros espectáculos musicales, la tradición japonesa como el karaoke y se sumaron a la última edición movimientos juveniles provenientes de Japón. “Es un aporte significativo donde AJU ha sido protagonista y uno de sus principales impulsores”, subrayó.

Finalmente destacó que AJU “es una asociación que no solo trabaja para la colectividad japonesa y para su propia comunidad, sino que también es un verdadero motor en el relacionamiento entre la comunidad japonesa y el resto de la sociedad. Esta Feria Floral de La Paz es un ejemplo de una organización pujante, activa, que está viva y que tiene abiertos los lazos a la comunidad. AJU está muy bien conducida y le auguramos un próspero futuro, del que estamos seguros será así porque van por la buena senda”.

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Dr. Eduardo Fenocchi, Presidente de la Asociación Uruguayo-Japonesa de Cooperación Técnica

Ser becario, una experiencia para toda la vida que deja una marca indeleble El Centro de Cáncer Digestivo del Instituto Nacional del Cáncer surgió tras el viaje de cuatro meses que el médico realizó a Japón y de un convenio que se hizo con JICA en el cual la Agencia montó este centro; realizaron una inversión de casi US$ 2 millones

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n el año 1997 un viaje a Japón le cambió la vida al médico Eduardo Fenocchi. En los primeros días de julio de hace dos décadas, partió a Tokio para usufructuar una beca de medicina en prevención y tratamiento endoscópico de cáncer digestivo.

Lo definió como una “experiencia espectacular” y un punto de quiebre en su vida.

Dentro del programa de becarios que promueve la Agencia de Cooperación Internacional Japonesa (JICA), el galeno se embarcó para

US$ 2 millones que se inauguró en 2000 y seguimos funcionado hasta el día de hoy”.

El Centro de Cáncer Digestivo se encarga de la detección precoz de cáncer de colon rectal para todo el país. La movida es nacional y en estos 17 años que lleva funcionando atendió a 80.000 pacientes.

Aquellos miedos

El área que dirige Fenocchi atendió a 80.000 usuarios desde 2000 El Dr. Eduardo Fenocchi vivió y se perfeccionó durante cuatro meses en Tokio, en el año 1997

permanecer cuatro meses en la capital nipona. Originalmente le habían propuesto permanecer seis meses, pero entendió que sería mucho tiempo, pidió quedarse tres meses y finalmente acordaron que estuviera cuatro. Desde entonces nunca más volvió al país asiático, pero aquellas viviencias lo marcaron de tal forma que actualmente es el Presidente de la Asociación Uruguayo-Japonesa de Cooperación Técnica (AUJCT).

Esta asociación nuclea a todos aquellos que alguna vez viajaron a Japón a hacer un curso de perfeccionamiento técnico y que “de alguna manera palpamos la cultura, vivimos en Japón y muchos de nosotros –también

depende el tiempo que uno haya estado- generamos lazos”, explicó a El Observador.

“La cultura es tan diferente, vivir allí es tan particular que te marca porque vas un mes a Brasil y queda como una anécdota, pero fuiste un mes a Japón y te deja un montón de experiencias y enseñanzas. Quien permanece más tiempo, más aún. Eso es lo que la AUJCT transmite a todos aquellos que alguna vez fuimos como becarios y que nos nucleamos bajo esa organización”, subrayó. En la AUJCT tienen registrados unos 400 socios, explicó el Presidente.

Sobre su expreiencia, comentó: “Primero me dijeron seis meses y cuando imaginé lo que sería medio

año dije que no, que iría tres. Negociamos cuatro meses, y cuando estaba allá -cumpliendo el cuarto mes- me dije: ‘¡Por qué no acepté los seis!’. También eso depende de cada persona, porque hubo casos de quienes llegaron y se tuvieron que volver porque el impacto fue muy grande. El cambio cultural está muy marcado. Y para comprender lo que implica alcanza con darse cuenta que uno llega a Japón y es el perfecto analfabeto. Está todo escrito y no sabe leerlo. Eso, para mucha gente es muy difícil de asimilar. ¿Cómo se pronuncia? Porque te pongo delante de los símbolos y no sabés, yo tampoco. Y tenés que ir comparando símbolo con símbolo en la estación de metro para ver si

son iguales y si es el tren correcto.

A veces la diferencia es un punto que no diferencias o un palito para arriba o para abajo, y en lugar de subir en un tren para un lado te fuiste para el otro”, explicó.

De todas formas, expresó que “a nivel personal fue una experiencia enriquecedora”.

De su viaje a Japón regresó con un proyecto que cambió su futuro profesional o lo posicionó en un lugar de referencia nacional en su especialidad. “El Centro de Cáncer Digestivo del Instituto Nacional del Cáncer surgió de mi ida a Japón de un convenio que se hizo con JICA en el cual la Agencia montó este centro.

Realizaron una inversión de casi

“Cuando a uno le dicen que va a ir a Japón, al principio le da un poco de miedo, tanto que yo no quería ir seis meses. No deberíamos tener miedo, habría que saber adaptarse, pero uno encuentra que el mundo es al revés, que no entiende lo que dicen los carteles, que va a un restorán y no sabe qué comer porque no hay carta con un menú y aunque te dieran un menú, salvo que estuviera en inglés, no lo entenderías. Además, la comida se presenta en lo que sería la vidriera del restorán en donde exhiben una maqueta de los platos. Uno lo mira y elige. Nunca fui a un restorán solo, porque no sabía qué pedir. Esas dos sensaciones, por ejemplo, implican un choque de culturas importante”.

Fenocchi recuerda una anécdota: “Almorzábamos todos los días en el hospital, mucho en base a pescado y al rato estábamos con hambre, hasta que un día, con un español -también becario- con el que nos hicimos amigos, descubrimos que cerca había un lugar en el que una señora nos podía cocinar un churrasco con huevo frito. La carne era costosa y en ese caso se conseguía a un precio razonable un churrasco bastante parecido al nuestro con huevo frito. Eso fue el sumum”.

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Desde 2012 se integró como actividad en AJU

El tambor japonés es una costumbre que conquista adeptos en Uruguay Taiko, que forma parte de la cultura milenaria del país asiático, empezó a ganar su espacio en Montevideo a partir de las clases que brindaron en un comienzo profesores de Buenos Aires taiko; desde 2014 la tarea quedó en manos de los uruguayos

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aiko, que en japonés significa tambor, forma parte del legado cultural del país asiático, que en la Asociación Japonesa en el Uruguay (AJU) ocupa un lugar privilegiado a partir de que en 2012 se comenzó a practicar en la sede de la institución ubicada en Plaza Vidiella, después de recibir con agrado las demostraciones que desde Buenos Aires vinieron a realizar en la Feria Floral de La Paz. Nobi Haruta, avanzada estudiante de taiko, explicó a El

Las clases se dan los días jueves y sábado; este año participan 19 alumnos Observador la experiencia que recorrieron en los últimos cinco años y destacó la madurez que fueron logrando en AJU, después que durante dos años los alumnos uruguayos transcurrieron de la mano de profesores que semanalmente llegaron desde la capital argentina, de Buenos Aires Taiko. Desde 2014 desarrollan los programas con profesores uruguayos.

“El tambor forma parte de la cultura de Japón y lo que hacemos nosotros en Montevideo es el Osuwa Taiko y Kumi Taiko, que es el arte del ensamble de percusión”, explicó.

En una breve reseña, Haruta dijo: “Wadaiko signifca tambor estilo japonés, Taiko significa tambor y Daiko es gran tambor.

Los alumnos de AJU brindan una demostración de tambor japonés

Por lo general Wadaiko es el estilo clásico de tambor”.

“El tambor es parte de la cultura japonesa más antigua.

Se utilizaba en rituales, en los templos para una comunicación con los dioses, en las guerras para marcar las posiciones donde se encontraban en el campo de batalla, para saber si se acercaban o estaban más lejos. También se utilizaba mucho en el campo, para comunicarse con los dioses con la finalidad de lograr mejores cosechas y lluvia”, subrayó.

De todas formas, manifestó que más allá de las tradiciones, actualmente en Uruguay hacen “algo más moderno” y desarrollan “una innovación que se introdujo en los últimos años”. ¿Qué signfica más moderno?

“Que hay una coreografía, que está el arte del ensamble que antes

Nobi Haruta es estudiante avanzada de taiko

se hacía con un tambor o dos que utilizaban para comunicarse, y que ahora pasó a formar parte de un espectáculo, una coreografía, con

las que se realizan competencias y demostraciones”.

Explicó que el de taiko de AJU es el primer grupo en Uruguay y

que se creó gracias al apoyo de Buenos Aires Taiko.

“En 2012 los profesores de Buenos Aires nos enseñaron las técnicas, los movimientos y lo básico. Estuvieron durante dos años semanalmente enviando profesores. A partir de 2014 nos independizamos y algunos alumnos más avanzados comenzaron a dictar clases”, agregó.

Actualmente en el nivel avanzado de las clases en AJU hay siete alumnos, y este año abrieron dos grupos iniciales, con 12 personas.

En total son 19 los que lo practican.

Uno de los momentos más esperados para ellos es la actuación que brindan en la Feria Nacional de la Flor de La Paz, en noviembre.

“Contamos con tambores originales de Japón, por una donación que recibimos del difunto Embajador Kazuaki Obe. Otros tambores donados por la Asociación Brasilera de Taiko gestionado por el ex Embajador Obe, y también nosotros armamos algunos tambores”, subrayó.

Explicaron que el tambor es parecido al del candombe uruguayo, pero con una estructura diferente.

Hay distintos tamaños que generan distintos sonidos. En Uruguay solo tienen cuatro o cinco estilos de tambores diferentes, en Japón utilizan más.

En AJU las clases se dictan los jueves entre la hora 19 y las 21, y sábados de 13.30 a 15. El costo de la cuota mensual es $ 800.

“No se necesita completar ningún requisito para aprender taiko, solo tener ganas”, dijo Haruta quien explicó que no deben ser socios de la Asociación quienes quieran aprender a tocar el tambor japonés.

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En la Asociación se alcanzan niveles medios de aprendizaje

Aprender idioma japonés, un desafío que le interesa a jóvenes y adultos La mayoría de los alumnos que se interesan por aprender esta lengua son aquellas personas a las que les gustan “el manga”, comics del país asiático, y “el animé”, dibujos animados, explicó la profesora Cristina K ajihara, de AJU; también se acercan universitarios

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ábado de mañana en la Asociación Japonesa en el Uruguay (AJU). Una decena de alumnos toman clases de idioma japonés en diferentes niveles, en los salones que la sede de AJU tiene en el barrio Colón de Montevideo, en Plaza Vidiella. Un grupo de padres espera la salida de los pequeños que perfeccionan el idioma que a diario hablan en sus hogares, como parte del legado que el país asiático le dejó a ellos, por ser oriundos de aquellas latitudes, o primera y segunda generación

“El japonés es un idioma difícil y para aprenderlo demanda varios años” nacida en Uruguay.

El idioma japonés es una de las tantas actividades sociales, culturales y deportivas que AJU brinda ya no solo a sus socios y a la comunidad japonesa, sino a todos los uruguayos.

Las clases se dictan los días martes, miércoles y sábados y el costo mensual del curso es de $ 1.350. Los interesados deben comunicarse al teléfono 23213307 o escribir al mail secretaria@aju. org.uy.

Un aporte a la sociedad “Es un idioma muy difícil. Yo, como la mayoría de los Issei (que somos la segunda generación de

Alumnos y profesores de AJU en una de las clases

japoneses) hablamos el idioma porque en nuestras casas era la forma de comunicarnos. Algunos estudiaron en Japón, otros fueron a trabajar y lo perfeccionaron allá, pero de una forma u otra todos estudiamos en AJU desde que teníamos seis años”, explica la profesora Cristina Kajihara, quien no olvida un detalle que ahora recuerda como una anécdota: “Veníamos sábados y domingo contra nuestra voluntad al comienzo, después le tomamos cariño y lo aprendimos como algo natural”.

Kajihara, hija de japoneses, regresó hace dos años a Uruguay y desde hace uno da clases de japonés a los adultos. Destaca que es uno de los aportes que hace AJU a la sociedad uruguaya.

Explica la profesora que la mayoría de los alumnos que se interesan por aprender el idioma japonés se trata de personas a las que les gusta mucho los manga,

comics de aquel país, y los animé, dibujos animados japoneses que se diferencian de los americanos.

“Vienen por eso, porque les gusta,

quieren entender, y después se empiezan a integrar a la cultura, quieren viajar y conocer Japón”, subraya.

Cristina Kajihara profesora de japones en la Asociación

Consultada acerca de si se entusiasma con aprender el idioma a medida que avanzan los cursos, señaló: “Depende de la edad. Hay muchos jóvenes, liceales, que son más dispersos por naturaleza pero se les ve que disfrutan y les gusta el manga y animé”.

También explicó que “hay muchos universitarios que se acercan a aprender porque buscan un idioma extra”.

Por otra parte destacó que en la Asociación los niveles alcanzan niveles medios de aprendizaje, lo que no es poca cosa por las dificultades que plantea aprender el idioma japonés. Considera que para lograr los mejores niveles en el idioma del país asiático es necesario viajar y vivir con el idioma. “Esa es la mejor manera de llegar al máximo nivel y también la forma más rápida de aprender. Conozco muchos becarios que llegaron a Japón sin hablar una palabra en ese idioma y poco tiempo después regresaron a Uruguay con un conocimiento sorprendente”, subrayó la profesora.

Consultada acerca del tiempo que se necesita para alcanzar un buen nivel de idioma japonés, dijo que no puede determinar un tiempo exacto, porque depende del interés del alumno y la facilidad que tiene para aprenderlo.

“Seguro lleva años, pero está sujeto a la forma en que cada uno se dedique a aprenderlo”, comentó.

En Uruguay, AJU es uno de los lugares en los que se enseña el idioma japonés, pero también se dictan cursos en la Universidad de la República y en instituciones privadas.

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La Asociación Japonesa en imágenes

El kendo un tributo a los antiguos maestros

Ikebana, un arte decorativo milenario con las flores

La cultura japonesa presente en cada aniversario

Las tradicionales danzas japonesas en la Fiesta de la Flor

Equipo de Shorinji Kempo en AJU

La gastronomía japonesa un factor integrador de ambas culturas

La Fiesta de la Flor un evento que se realiza en noviembre

Origami, la creación de formas y diseño a través del uso del papel

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Una forma de acercarse a las costumbres y tradiciones niponas

Una variada propuesta de actividades Idioma japonés, K arate do, Kobu do, Iaido, Kendo, Shorinji Kempo y Taiko, son las alternativas que brinda AJU en el país

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a Asociación Japonesa en el Uruguay (AJU), que fue fundada el 18 de julio de 1967, tiene su sede en Plaza Vidiella 5632 esquina Garzón, frente a la plaza Colón, y brinda un variado programa de actividades culturales, sociales y deportivas que permiten integrar y acercar a los uruguayos a las costumbres y tradiciones del país asiático.

Idioma japonés, karate do, kobu do, iaido, kendo, shorinji kempo y taiko, son las alternativas que propone AJU en este 2017 y en el que pueden participar quienes están vinculados como socios de la Asociación y quienes no lo son.

El idioma japonés se brinda en distintos niveles para adolescentes, jóvenes y mayores los días martes, miércoles y sábados.

Por su parte, las clases de taiko (tambor japonés) son para todas las edades, sin límites.

Karate do Es un arte marcial tradicional de las islas Ryükyü pertenecientes actualmente a Japón y conocidas como la prefectura de Okinawa.

Este deporte se caracteriza fundamentalmente por el empleo de los golpes de puño, bloqueos, patadas y golpes de mano abierta, donde las diferentes técnicas reciben varios nombres, según la zona del cuerpo a defender o atacar. En los golpes del karate do se unifican la fuerza, la rapidez, la respiración, el equilibrio, la tensión y la relajación al aplicar un correcto giro de cadera y una conexión o sinergia muy precisa de músculos y articulaciones, trasladando una gran parte del peso corporal y del centro de gravedad al impacto.

Kobu do Quiere decir el arte marcial ancestral y es un término japonés que refiere a un arte marcial de origen ryukyuense, que estudia el uso de las armas

tradicionales de madera o metal.

En Japón el término de “ko budo” se utiliza para referirse a cualquier arte marcial tradicional, pero fuera de Japón generalmente se refiere al uso de diferentes armas tradicionales provenientes de la isla de Okinawa. El kobu do

era el arte marcial practicado junto con el Karate antiguo en sus dos principales variantes: Shuri Te y Naha-te. De estos derivan los principales estilo de karate conocidos en la actualidad.

Kendo Es el arte de la esgrima japonesa y tiene una larga y rica historia. El concepto principal es disciplinar y educar el carácter humano a través de la aplicación de los principios de la katana (espada japonesa).

El propósito de la práctica es modelar la mente y el cuerpo,

La principal idea del iaido es ser capaz de reaccionar correctamente ante cualquier situación inesperada.

Shorinji Kempo cultivando un espíritu vigoroso; y a través del entrenamiento rígido y correcto, esforzarse en la mejora en el arte del kendo.

En el kendo se enfrenta al oponente portando una armadura y un sable de bambú.

Iaido Es un arte marcial japonés relacionado con el desenvainado y el envainado de la katana. Era practicado por los samuráis, especialmente en el período Edo. Estas técnicas surgen principalmente para poder atacar o defenderse a la vez que se desenvainaba, comenzando por tanto el enfrentamiento con el arma aún en la saya (vaina) y desenvainando con la velocidad apropiada para atacar o contraatacar al oponente sin darle tiempo a reaccionar.

Es un arte marcial japonés moderno que se difundió a finales de la Segunda Guerra Mundial en Japón, en 1947, y fue concebido por Nakano Michiomi. Consiste en técnicas de defensa personal basadas en tres sistemas: goho (método duro), juho (método suave) y seiho (método correctivo) que derivan de un total de 25 ramas.

Entrena el cuerpo y la mente.

Su meta no es la competición ni la medición de fuerza o habilidad entre sus practicantes.

Se trata de disfrutar mejorando su waza (técnica) con su contrincante mientras fortalece su cuerpo y su mente.