Suplemento ACA - Asociación Cultivadores de Arroz 2017

70° aniversario

Protagonista del desarrollo de un sector productivo Montevideo, viernes 16 de junio de 2017. Suplemento de 12 pĂĄginas

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El arroz, protagonista de la historia productiva de Uruguay

Cumplir 70 años demuestra la solidez e integración de una organización ACA representa de manera legítima a la familia arrocera, que tanto ha contribuido y ha sido pilar de la actividad económica nacional, generando bienestar y desarrollo en muchísimas comunidades del país

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l punto de partida en la trayectoria de la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA) se ubica en 1947, no obstante, el de la historia del arroz en el país puede situarse en 1869, considerando que de entonces datan las primeras referencias sobre ensayos de cultivos. Y a propósito del siglo XIX, hay otros indicios, de la existencia de un pequeño arrozal en Tranqueras (Rivera), en 1890.

Ya en el siglo XX, en 1912 se detecta un cultivo en Juanicó (Canelones); en 1913 se realiza un ensayo de arroz en la joven Facultad de Agronomía (se creó en 1907), en Sayago (Montevideo); en 1915 se realizaron cultivos en Maldonado; en 1919 se establece un primer plantío de arroz en Santa Rosa del Cuareim (hoy Bella Unión, Artigas); en 1926 se instala la primera chacra en Paysandú; en 1927 se establecen empresas arroceras en la zona Este (Laguna Merín); en 1928 se produce

Las primeras referencias de ensayos con arroz datan de 1869 la instalación de CIPA; en 1930 eso sucede con Arrozal 33; y en 1935/36 se da cuenta de la siembra de 4.735 ha con una producción de 14.965 toneladas con lo cual se abastece el consumo interno en su totalidad y se envían 2.300 toneladas a mercados limítrofes.

En 1937 se instala CASARONE; en 1940 se sanciona la denominada Ley Arrocera y el área nacional se sitúa en 5.000 ha con un rendimiento de 3.400 kg/ ha; y en 1943 comienza a operar SAMAN, por mencionar otros momentos significativos en la mitad inicial del siglo pasado.

El 8 de febrero de 1947 los productores de arroz aúnan voluntades, con una gran visión de futuro, dando lugar a la fundación de ACA. Fueron los fundadores: Ing. Agr. Francisco Gigena, Dr. Alberto C. Morelli, Sr. Armando Laxalde, Ing. Agr. Eugenio Topolanski, Sr. Ricardo León Martínez y Sr. Federico Radunz. ACA pasa a representar de manera legítima al conjunto de la familia arrocera que tanto ha contribuido a la actividad económica nacional, generando DEPARTA MENTO DE PRODUCCIONES ESPECIALES

Integrantes de la Comisión Directiva y la Gerente General de la institución

Los presidentes de ACA 1947-1948 Ing. Agr. Eugenio Topolanski 1948-1950 Sr. Armando Laxalde 1950-1952 Esc. Pedro del Barrio 1952-1954 Sr. Aníbal Saglia 1954-1955 Ing. Agr. Francisco Gigena 1955-1961 Sr. Aníbal Saglia 1961-1964 Sr. Jaime Serralta 1964-1966 Sr Aníbal Saglia 1966-1969 Sr. Armando Silva 1969-1970 Sr Walter Guadalupe 1971-1974 Sr. Bernardo Benke 1974-1976 Sr. Saúl Almeida

1976-1979 Sr. Adán Uría 1979-1979 (*) Sr. Saúl Almeida 1980-1980 Dr. Bernando Ferrés 1981-1982 (**) Sr. Pedro Meharú 1982-1985 Dr. Hugo López Shannon 1985-1985 (***) Sr. Marcelo Gigena 1985-1986 Sr. Omar Rodríguez Erreca 1986-1988 Ing. Agr. Jacobo Bonomo 1988-1989 Ing. Agr. José I. Uriarte 1989-1994 Dr. Carlos Rodríguez Folle 1994-1995 Ing. Agr. Juan M. Pérez Ferreira

bienestar y desarrollo en amplias áreas del país, superando las dificultades de cada contexto histórico, haciendo prevalecer la unión del colectivo e invocando valores como el trabajo y el esfuerzo, los que desplegaron aquellos pioneros.

Reanudando la cita de momentos relevantes en la historia del arroz, en 1948 se crea un tribunal arbitral para resolver disputas entre arroceros y molineros.

En 1950 se produce la creación de la Gremial de Molinos Arroceros (GMA). El precio del arroz comienza a fijarse por el Poder Ejecutivo que tiene en cuenta los costos de producción. Una década después, el Estado deja de fijar el precio al productor, que pasa a definirse por acuerdo entre ACA y GMA, teniéndose en cuenta los costos de producción, el precio interno y el de exportación y la proporcionalidad de cada destino para el producto. Ese acuerdo, que deriva en el “Precio Convenio”, fue

clave para el desarrollo moderno de la cadena arrocera. El precio de la bolsa de arroz que venden los productores a los molinos es único y se fija en una mesa de negociación que es un sistema único y de referencia en el mundo.

En 1960 en todo el país el cultivo ocupaba 16.000 ha con rindes de 3.600 kg/ha; en 1961 se crea COOPAR, en Lascano (Rocha); y en 1962 el Banco de la República Oriental del Uruguay (BROU) aprueba una fórmula estable de financiación del cultivo, proporcionando un vigoroso impulso al sector, otorgando las primeras líneas de crédito específicas para el arroz.

En 1963 se crea COPARROZ en Tacuarembó; en 1964 se crea la Comisión Mixta para el Desarrollo de la Cuenca de la Laguna Merín (CLM); en 1965 se inicia la actividad industrial de COOPAR y COPARROZ, a la vez que se firma el plan de operaciones del

1995-1999 Ing. Agr. José I. Uriarte 1999-2005 Sr. Hugo Manini Ríos 2005-2009 Ing. Agr. Tabaré Aguerre 2009-2017 (****) Ing. Agr. Ernesto Stirling 2017 a la fecha Sr. Alfredo Lago * **

Renuncia de la Directiva en pleno Renuncia porque asume la Presidencia en Coopar *** Asume por problemas de salud del Dr. López Shannon **** Renuncia en marzo

Proyecto Regional de Desarrollo de la Cuenca de la Laguna Merín (FAO-CLM).

En 1968 el Poder Ejecutivo declara de interés nacional el cultivo e industrialización del arroz y crea la Comisión Honoraria de Promoción Arrocera, de integración mixta, oficial y privada.

En 1969 sucede otro acontecimiento de alto valor, la creación de la Estación Experimental del Este: EEE - Centro de Investigación Agrícola Alberto Boerger (CIAAB), entidad que inició actividades de investigación y desarrollo de variedades constituyéndose en la predecesora del actual INIA. Eso fue clave para el desarrollo del cultivo, lo que fue de alto valor para el desarrollo de las comunidades donde el arroz está, promoviendo el afincamiento de la población, obras de infraestructura, electrificación en zonas rurales, sistemas de rotaciones, entre otros beneficios que fueron

llegando con el paso de los años.

En 1973 la Comisión Honoraria de Promoción Arrocera se reestructura como Comisión Sectorial del Arroz, dependiente de Planeamiento y Presupuesto. Y es durante esa década cuando se produce un significativo aumento de los rendimientos, consecuencia de la incorporación masiva de la variedad Bluebelle, de grano largo.

A inicios de la década, en 37.000 ha se lograba un rendimiento de 4.000 kg/ha. En el año 73, además, se produce un acuerdo de cooperación técnico agrícola EEE-República de China, para el mejoramiento genético.

En 1974 se establece otro convenio: Arrozal 33-EEE “Área de recuperación de rastrojos”; en 1977 se activa el Plan de Predios Piloto: EEE-DIEA-COOPAR / Plan de Certificación de Semillas: EEE-Sector Privado; en 1978 se produce la sanción del Código de Aguas por el Consejo de Estado y se concreta, además, la instalación

Uruguay destaca en el mundo por un aporte alimenticio de máximo valor, el arroz de Arrozur; y en 1979 COOPAR deja de ser cooperativa para ser una SA, a la vez que cierra COPARROZ. En 1980 se producen dos hechos de importancia para el sector arrocero. Por un lado, se firma el Convenio de Cooperación Técnico - Económica entre el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y el sector arrocero privado. El MGAP, representado por el CIAAB, a través de las Estaciones Experimentales del Este (Treinta y Tres) y del Norte (Tacuarembó), creó y transfirió tecnología para el cultivo por más de 10 años, con la cooperación económica del sector arrocero privado. Por otro, se acuerda por primera vez un reintegro a la exportación de arroz con carácter de devolución de impuestos.

En 1981, además de inaugurarse la represa de India Muerta, el arroz se comercializa a través del Protocolo de Expansión Comercial (PEC) con Brasil, hasta 38.500 toneladas, y en 1986 la cuota de comercialización de arroz a través del PEC pasa a 200.000 toneladas.

ACA 70 ANIVERSARIO (Suplemento Especial de El Observador) • Producción comercial: Julio César Denegri • Producción periodística: Juan Samuelle • Maquetación: Fernando Cortés • Impresión: Imprimex D.L. 11.186 - Edición amparada Decreto 218/96

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Unos años después, desde el 30 de octubre de 1990, por el Protocolo XV del PEC el rubro arroz pasa a exportarse a Brasil en forma ilimitada.

Según los datos de ACA, en 1982 el rendimiento alcanzó un récord de 6.170 kg/ha.

En 1988, a instancia del sector arrocero privado, el Estado invierte en importantes obras de caminería con el apoyo de financiamiento externo (BID “Programa de Desarrollo de la Cuenca Arrocera”.

El 6 de octubre de 1989 se crea, mediante la Ley N° 16.065, el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), cuyo principal objetivo será “generar tecnologías de productos y procesos para sistemas de producción agropecuarios sostenibles que promuevan la competitividad”.

Otro mojón a considerar en esta historia del arroz en Uruguay es, el 26 de marzo de 1991, la firma del Tratado de Asunción, formalizándose la creación del Mercosur mediante la Ley 16.196 (del 22 de agosto de 1991).

En 1993 se realiza, en el LATU, en Montevideo, el “Encuentro Regional del Arroz”; en 1994 se crea el Consorcio Nacional de Semilleristas de Arroz; y en 1997, para conmemorar el medio siglo de existencia de ACA, se desarrolla la Primera Inauguración Oficial de la Cosecha de Arroz, en una celebración que incluyó una gran paella, en Lascano.

En 1998, en Cuba, Uruguay

formaliza su ingreso en el Fondo Latinoamericano de Arroz de Riego (FLAR).

En 2003, en setiembre, crea el Fondo de Financiamiento y Reconversión de la Actividad Arrocera (FFRAA), otorgado a los productores de arroz con el objetivo de paliar su endeudamiento.

En 2004, tras la declaración de FAO, se conmemora “Año Internacional del Arroz”.

En 2005 se producen varios hechos de importancia para el sector arrocero: se crea la Confederación de Entidades Latinoamericanas del Arroz (CELARROZ); se firma un convenio con UDELAR para la concreción de proyectos; por primera vez en la historia se instala el Consejo de Salarios para trabajadores del arroz; y ACA asiste a la OMC en Ginebra por el tema subsidios.

En 2006 se concreta el primer Programa de Electrificación para la zona Norte del país, que carecía totalmente de este servicio.

Además, en marzo de ese año se otorga el FFRAA II. En 2008 se designa a Uruguay sede de CELARROZ y se le otorga la presidencia.

De 2009 corresponde destacar tres acontecimientos clave: el 25 de marzo el Ministerio de Relaciones Exteriores otorga la Personería Jurídica a CELARROZ; se extiende el Programa de Electrificación a todas las zonas arroceras del país; y se edita la Guía de Buenas Prácticas Agrícolas.

El 1° de agosto de 2011 se firma

El 95% del arroz que Uruguay produce se exporta

La comisión directiva La comisión directiva de ACA la integran cinco miembros titulares: presidente, Sr. Alfredo Lago; vicepresidente, Ing. Agr. Guillermo O’Brien; secretario, MSc. Eduardo Ensslin; tesorero, Ing. Agr. Rafael Bottaro; y como vocal, Sr. Mario De Garrou. Como miembros suplentes la integran: Ing. Agr. Martín Uría, Sr. Paschual Corá, Tec. Juan Silva Bonavoglia y Sr. Mario Predebon.

el nuevo Programa de Electrificación que abarcará el resto de la zona Norte y las zonas Este, No-

reste y Centro del país, quedando cubierta toda la zona arrocera.

En mayo de 2014 se concreta

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el FFRAA III. Además, ese año se integra Glencore al “Precio Convenio”.

En 2015 la cosecha reportó un nuevo récord de productividad: 8.600 kg/ha.

En 2016, como suele suceder en una actividad dependiente en gran medida del factor climático, hubo un exceso hídrico casi sin antecedentes que generaron la pérdida de la producción en 22.000 ha de las algo más de 160.000 implantadas.

Finalmente, este año, en marzo, se activó el FFRAA IV, además de concretarse otra zafra con alta calidad y productividad, casi récord.

En sus 70 añoas, ACA es una entidad que ha logrado la integración de la casi la totalidad los productores arroceros del país, haciendo posible el desarrollo y consolidación de la cadena arrocera y con ella del conjunto de instituciones, proyectos y acciones que han logrado hacer del arroz uruguayo un modelo para el mundo, respaldado además por su rendimiento, calidad e inocuidad.

La razón de ser de ACA es seguir accionando para ser una institución a nivel nacional que reúna, proteja, oriente y represente a todos/as los cultivadores de arroz del país, fomentando el desarrollo del cultivo y de las actividades derivadas del mismo, avanzando en la producción de arroz de excelente calidad, a través del cual Uruguay se destaca en el mundo con un aporte alimenticio de máximo valor.

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La existencia de las Comisiones Regionales facilita y acerca a la ACA al productor

La representatividad y participación de sus socios es de alto valor “L a ACA se organiza en base a una estructura funcional y en actividades que además de permitir la participación, promueven el pleno involucramiento de cada uno de sus socios”, expresó la economista María Noel Sanguinetti, gerente general de la institución

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n numerosas oportunidades explicitamos que la ACA representa a casi la totalidad de los productores arroceros del país y de hecho así lo practica en la negociación con los molinos industrializadores, en el marco del Precio Convenio, pero también en los Consejos de Salarios, en los proyectos de investigación que lleva adelante el sector, en las comisiones de los Fondos Arroceros, en la Comisión Sectorial del Arroz y en otra innumerable cantidad de ámbitos”, expresó la economista María Noel Sanguinetti, gerente general de la institución.

Los productores tienen voz y voto en los procesos de toma de decisiones Añadió que “su representatividad, no solo emana de la cantidad de empresas socias en el universo de empresas productoras de arroz existente en el país, sino en el hecho de que cada uno de los productores, sin importar su ubicación geográfica, edad, tamaño de su chacra o molino al cual remita su arroz, posee voz y voto en los procesos de toma de decisiones de la institución”.

Considerando la estructura organizativa, de acuerdo a sus estatutos, ACA cuenta con una Comisión Directiva que es elegida, año a año, mediante elecciones parciales y está conformada por cinco titulares y cinco suplentes.

Entre los primeros se distribuyen los cargos de presidente, vicepresidente, tesorero, secretario y vocal.

En espejo se encuentran seis Comisiones Regionales que representan a cada una de las zonas arroceras: Bella Unión, Artigas, Tacuarembó, Río Branco, Treinta y Tres y Cebollatí. Poseen un presidente, un vicepresidente, un secretario y un tesorero a nivel regional y asimismo cuentan, durante todo el año, con un funcionario administrativo que entre diversas funciones se ocupa de apoyar el trabajo de la Comisión Regional.

“En este momento ya casi podemos hablar de siete regionales, debido a que en la zona de Melo y Noblía se creó un grupo de productores en el marco del proyecto ‘Formación de grupos de productores, con ajuste y seguimiento de la guía de buenas prácticas agrícolas para el arroz en Uruguay, que disminuya la brecha de rendimientos entre ellos’ del Fondo de Promoción y tecnología Agropecuaria (FPTA). Desde la ACA continuamos apostando a los Grupos de Productores como una herramienta fundamental de gestión y desarrollo”, destacó.

Sanguinetti dijo, también, que “la existencia de las Regionales facilita y acerca la Asociación al productor. Mediante la realización de reuniones, las Comisiones discuten temas de interés, intercambian información, plantean inquietudes y son generadoras de opinión desde la perspectiva local. Su representatividad está dada porque la propia Comisión Directiva está integrada por representantes de todas las zonas arroceras y eso nace de una modalidad que han adoptado los

Economista María Noel Sanguinetti, Gerente General de ACA

Cada zona arrocera representada Cantidad de productores Artigas: 64 (13%) Bella Unión y Salto: 52 (10%) Melo: 33 (7%) Río Branco: 51 (10%) Rivera: 16 (3%) Rocha: 92 (18%) Tacuarembó: 42 (8%) Treinta y Tres: 86 (17%) Sin dirección: 68 (13%) Total: 504 (100%) Encuentros arroceros Asambleas anuales: extraordinaria en junio / ordinaria en noviembre.

Elecciones anuales: noviembre.

Inauguración de la cosecha: cada año se realiza en una chacra diferente, para auspiciar la participación de todos los productores, entre los meses de marzo y abril.

Gira nacional.

Programas y servicios de ACA Seguridad laboral.

Laboratorios.

Proyectos FTPA (grupos de productores), Electrificación rural, ANII, Eficiencia energética.

Plan Estratégico Sectorial.

productores, en la cual la conformación de la lista se realiza con representantes de todas las zonas arroceras del país, exista o no una lista única, situación que ha caracterizado a la gran mayoría de las elecciones. De esta manera, además de tener su propia organización, cada regional se ve representada en la Comisión Directiva y así cada referente transmite a los productores de su regional los temas que se tratan a nivel central, al mismo tiempo que traslada las inquietudes y opiniones que recoge a nivel de las propias regionales”.

“A su vez, la Comisión Directiva tiene institucionalizadas varias instancias de intercambio. En primer lugar, cabe destacar la Asamblea de Productores, tanto de carácter ordinario como extraordinario, que resulta el órgano máximo de la ACA. Por otra parte, existen reuniones que se plantean a nivel local donde pueden participar el integrante de la Comisión Directiva de la zona, así como otros. También cabe destacar las tradicionales Giras de la Comisión Directiva, en las que durante tres o cuatro días todos sus integrantes, acompañados de la Gerencia General, recorren las Regionales incluyendo zonas arroceras y donde se reúnen para generar un espacio de diálogo directo con la mayor cantidad de productores, aportar información y relevar opiniones. De esta forma, en cada una de las instancias que involucran a la Comisión Directiva, se encuentran representadas todas las Regionales a través de sus representantes y la agenda de trabajo se construye en función de las necesidades que se dan a nivel del territorio”, explicó.

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Instituto Nacional de Semillas

Decidida apuesta a la certificación El presidente del INASE resaltó la estrecha vinculación de ACA con la investigación y la apuesta al uso de semilla certificada

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ue ACA esté celebrando 70 años, con la vigencia que tiene la institución, es algo que nos alegra muchísimo.

ACA ha sido una herramienta importantísima para los productores, promoviendo en todo momento su estrecho relacionamiento con el sector industrial y con la investigación y la innovación”, reflexionó el ingeniero agrónomo Pedro Queheille, productor, ex directivo de ACA y actual presidente del Instituto Nacional de Semillas (INASE).

ACA, señaló, “se ha caracterizado por una muy eficiente integración de los productores dentro de la institución y por esa vía con la industria, como dije, y con el hoy Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), fruto de lo cual ha ido surgiendo un paquete tecnológico que ha permitido llegar a rendimientos muy altos, en el orden de los 8.500 kilos de arroz por hectárea, con calidades muy destacadas”.

Desde el INASE, reflexionó Queheille, “nos corresponde resaltar la importancia que ACA históricamente le ha dado a la semilla de calidad. Eso incluso ha

sido una realidad desde antes de la creación del INASE, que está cumpliendo 20 años. Cuando el sistema de semillas estaba en manos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), a través de la entonces Dirección de Granos (DIGRA), en 1971, ya el sector arrocero arrancaba con el sistema de certificación de semillas para el cultivo de arroz”.

Añadió que “fue algo que surgió en forma espontánea, no fue una medida que se tomó desde el ministerio, fue una decisión que se tomó desde ACA representando a los productores, conjuntamente con la Gremial de Molinos Arroceros (GMA). Todos se dieron cuenta de la importancia que tenía la calidad de la semilla”.

“En aquella época había empezado a verse una maleza que hoy está prohibida, el arroz rojo, muy presente en los granos de la cosecha que se guardaban para transformarlos en semilla para usar al año siguiente, y a la vez se fue consciente de que la semilla certificada garantizaba al sector arrocero identidad varietal”. dijo.

Sobre el valor de esto último, destacó que rápidamente se com-

Ensayos de INASE en su campo experimental en Treinta y Tres

prendió, en aquel entonces y eso sigue siendo muy claro para todos en el sector, que en la medida que se siembre con semilla certificada “lo que se obtendrá a nivel de grano será absolutamente homogéneo, algo muy importante en el caso del arroz, que a diferencia de otros cultivos donde las cosechas se muelen, como en trigo o soja, lo que vale es la calidad del grano que es lo que llegará al plato

del consumidor. Tener un grano uniforme, para el productor, para la industria, es de tremenda importancia y clave para el acceso a ciertos mercados”.

El presidente de INASE destacó que “en la actualidad Uruguay es uno de los muy pocos países que tiene la capacidad para poder exportar por variedad, concretamente, por ejemplo, lo hace a Perú que solo compra la variedad Tacuarí,

esa diferenciación es muy valiosa, nos distingue y es fruto si se quiere de aquella decisión estratégica de la cual ACA fue parte importante”.

En otro orden, informó que “para facilitar el proceso de certificación hemos acreditado a diversas empresas, para que en la medida que cumplan con un exigente protocolo que INASE ha creado puedan llevar adelante ese proceso, algo en lo cual hay estándares de producción de semillas muy estrictos”.

A propósito, recordó como otro elemento trascendente que “en el año 2000 se inició, en este sector, el sistema de acreditación de empresas para que realicen su propia producción de semilla certificada”.

Finalmente, otro aspecto importante “es que hoy el 95% de la semilla que se siembra en el área nacional arrocera (en el eje de 160 mil a 170 mil hectáreas dependiendo del año) es certificada”, destacó Queheille, quien dijo que el restante 5% son productores que generan su propia semilla, que “están por fuera del sistema de producción y que lo que producen lo secan y envían directo a Brasil”.

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Alfredo Lago, presidente de ACA

“Hay una larga historia productiva, consolidada, en un sector pujante” El productor y directivo pide a la sociedad que mire con la mayor amplitud posible a los sectores productivos, al arroz entre ellos, “un sector que si se dan las condiciones adecuadas ayudará mucho a que haya mejores condiciones para las próximas generaciones”

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lfredo Lago, presidente de la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA), expresó que “lo que se ha logrado en 70 años no es fácil mantenerlo, porque realmente se logró mucho, gracias a que desde el primer día muchos arroceros han dado lo mejor de sí para que tengamos una institución seria, firme, importante. Aportarle a eso es una tarea difícil, pero que la disfrutamos”. ¿Qué significa para usted ser el presidente de ACA en el marco del 70° aniversario?

“Siento que es una responsabilidad muy grande, por lo que representa ACA para los productores, una institución que contribuye al crecimiento de un sector muy trascendente para la economía del país, para toda la sociedad. La ACA se ha ido forjando con mucho sacrificio y mantuvo desde el inicio una línea de trabajo, de defensa a la par del productor y de la producción, priorizando siempre la búsqueda de acuerdos y no solo con la industria, también con el gobierno de turno y con todas las instituciones relacionadas. Siempre se visualizó a todos esos actores como pilares para el desarrollo del sector. También es una responsabilidad, que la tenemos todos los directivos, estar al frente de una institución que siempre apostó a lo máximo en todo, en la productividad, en la calidad de lo que se produce, en la búsqueda de un mejor posicionamiento en el mercado internacional en un sector abierto al mundo, proactivo al relacionamiento internacional del más alto nivel, algo clave cuando estamos en un mercado muy chico (solamente el 5% del arroz que se produce en el mundo se comercializa entre

países y Uruguay exporta el 95% del total de su producción). Volviendo a qué sentimos, para ser directivo, es la fuerte motivación vocacional que tenemos, somos productores y todos también debemos atender nuestras chacras. Muchas personas le han dedicado mucho tiempo, en lo particular, casi un tercio de mi vida a distintas funciones a la ACA y lo hacemos con gusto. Ser el presidente me complace, integrar un equipo de directivos y colaboradores, pero me obliga como a todos a no conformarse y renovar desafíos”.

Concluyó una zafra ambigua, con aspectos muy positivos, como la calidad del producto y la productividad, pero aún logrando rendimientos casi récord, un segmento importante de los productores no alcanza a cubrir los costos productivos.

“Ese es el gran interrogante, ¿por qué si tenemos una productividad envidiable en el mundo, más un posicionamiento muy bueno en cuanto a los valores que se dan en el mercado, por encima del promedio, en las cuentas de los productores, para la mayoría de los casos, el balance es neutro o negativo? Acá hay una larga historia productiva, consolidada, en un sector pujante, eficiente, de los más eficientes produciendo en el país y comparando a nivel internacional estamos bien arriba, pero los resultados no son los lógicos, los que deben ser para recompensar la inversión y el esfuerzo del productor y de sus familias. Hay motivos, situaciones internas del país, cuya solución no depende de los productores, que se pueden resolver si se tiene voluntad, pero por ahora eso no pasa y nos

Alfredo Lago, presidente de ACA

preocupa. Estamos convencidos, está demostrado, que somos eficientes en cantidad y calidad, nuestra industria es muy buena en su actividad y colocando en todo el mundo un producto inocuo, excelente, pero eso no pesa como debería porque tenemos costos muy elevados. La directiva de ACA está muy preocupada por eso y esforzándose en procurar revertirlo mediante planteos y gestiones, ante los cuales estamos expectantes.

Uno de ellos es la posibilidad de bajar el costo del gasoil”.

La convivencia de tanto esfuerzo con resultados adversos da lugar a preguntar por qué los productores siguen en el rubro…

“Seguramente pase, al menos en

parte, por nuestra formación. Somos arroceros, nacimos arroceros, la mayoría de nosotros somos integrantes de familias con más de una generación en el arroz, familias con un estilo de vida determinado. Está claro que esto lo hacemos buscando una rentabilidad y que cuando no llega somos contumazmente optimistas, el arrocero busca un motivo, una esperanza, una luz en el final del túnel. Hay que reconocer que, además, somos un sector que ocupa el 1% del territorio nacional, con zonas que tienen condiciones buenas para el arroz pero que no permiten desarrollar otras actividades, al menos no con la eficiencia que se logra con el arroz. Hay rotaciones, con pasturas para ganadería o con soja, pero son áreas básicamente

arroceras. Hacer arroz no se decide de un día para el otro, se ha ido realizando en prácticamente todos los casos una inversión permanente durante muchísimo tiempo, por ejemplo para el riego, y uno eso no lo desarma porque haya años malos. En otros rubros sí se puede, según los momentos, rápidamente redireccionar la producción. Igual siempre le buscamos la vuelta.

Algunos productores quedan por el camino y eso es lo que nos duele, otros racionalizan el área, se retiran de chacras de menor productividad.

A veces terminamos siendo rehenes de esa realidad que hace que quienes deben tomar las decisiones de pronto no lo hacen porque entienden que tenemos poca capacidad de maniobrar, de hacer otra cosa, dan por válido que siempre vamos a estar aunque nos vaya mal. Hay como un piso de área arrocera en el país, las 160 mil hectáreas en las que estamos, cada año siempre están y se da lugar a esa idea de que el arroz siempre está, aunque haya malos resultados, así que… ¿para qué vamos a darle una mano al sector?”.

En el acto de los 70 años de ACA, entre otras consideraciones, se reflexionó que un tema en el debe es comunicar mejor, desde el sector, el valor que el mismo tiene para las comunidades en donde se emprende la actividad.

“Sin duda, pero creo que es un debe general de la agropecuaria uruguaya. Somos un país muy citadino, con una visión muy central, en la capital y en las capitales de los departamentos. El impacto social que ha tenido el arroz, como otras producciones intensivas que hay

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en distintas zonas del interior del país, como la lechería por poner un ejemplo, no están bien valorado.

Ahí hay un debe en quien debería valorizar al agro y también en el agro de no saber valorizarse. Por ejemplo, si hoy alguien se pone a analizar la cantidad de escolares en el área rural encontrará que en las zonas arroceras es donde hay más alumnos. Eso dice mucho y habría que cuidarlo. Las familias de nuestros trabajadores están asentadas en las zonas arroceras, en pequeñas localidades, dentro incluso de los predios de producción. Hace algunas semanas se publicó un artículo en el que se daba cuenta de cómo un departamento como Lavalleja se estaba despoblando por falta de fuentes de trabajo. Eso, donde está el arroz, no sucede y eso tan valioso no se valora desde la sociedad en su conjunto y no se valora especialmente desde el Poder Ejecutivo que es quien debe tomar determinadas decisiones buscando herramientas para cuidar todo eso que el arroz derrama hacia la sociedad”.

También se reflexionó que un día al año el sector productor discute con la industria (para fijar el precio del grano) y en los otros 364 se trabaja codo con codo…

“Eso es una fortaleza. La integración del sector, que no es nueva, ha sido un gran motor para llegar a los niveles de productividad y de calidad que tenemos. Por suerte estamos integrados y trabajamos en conjunto, hemos sido un ejemplo en lo interno y en el mundo y cuando

optimista y jugarse a inversiones de mediano y largo plazo. Si puede tomar crédito lo hace. Es además un productor con poco margen para el ahorro porque cuando hay disponibilidad de recursos enseguida reinvierte, precisamente pensando en el futuro”.

Alfredo Lago en el último discurso, en Cebollatí

se habla de la eficiencia del modelo uruguayo nos complace. Lo ven como algo muy moderno y tiene medio siglo de existencia. Es un modelo que debemos preservarlo todos”.

Volvamos a la convivencia con nulas rentabilidades… igual hay inversiones, ¿cómo hacen?

“Voy a contar una pequeña anécdota, de la época de la última gran crisis financiera, en 2002. De un día para el otro no había crédito y eso, en un sector muy dependiente de insumos como el crédito, hizo que

mucha gente se preguntara cómo íbamos a hacer. Yo estaba en la directiva y lo que se hizo fue muy simple, apostamos a esa unión que hay en la agroindustria arrocera, golpeamos las puertas correctas, fuimos por ejemplo a hablar con Ancap para que nos financie el combustible, con empresas proveedoras de otros insumos y el sector en base a unidad y con una historia que respaldaba logró salir adelante.

Hoy el negocio no está sirviendo, pero creemos en el negocio. Esa actitud tiene un valor. El productor tiene la actitud de pese a todo ser

Este año hubo un par de sucesos que generaron repercusiones: el conflicto en el transporte y alguna dificultad de relacionamiento con trabajadores.

“Fueron eso, hechos puntuales, no correspondieron a la globalidad del sector. La noticia termina siendo el conflicto, eso pasa, aunque no es un conflicto que involucre a todo el sector, ni cerca. En el tema del transporte, ambos sectores, o sea los productores y sus transportistas, no terminamos de entender por qué se llegó a eso. Tenemos una relación de larga data. Se generó una situación muy tensa, que generó una repercusión muy grande, incluso con intento de trasladar el conflicto a otras actividades productivas del país, se trancó el puerto por ejemplo, cuando en realidad de los 1.700 camiones que trabajan en una zafra arrocera no hubo nunca más de 200 parados. Claro que quienes estaban afectados por esos camiones parados tenían un problema total. Había que actuar, se actuó por parte de nosotros y del sector del transporte y por suerte se logró una salida al problema. En el tema de los trabajadores, también, nos preocupó mucho, porque fue algo muy localizado y no es un

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problema que involucre a todo el sector. En eso ACA trató de intervenir buscando el acercamiento entre las partes, promoviendo una buena convivencia. La realidad es que defendemos al trabajador, nos necesitamos, estamos en zonas donde para el trabajador no hay muchas opciones de encontrar trabajo y para nosotros tampoco es sencillo encontrar trabajadores. En eso también apostamos a la mejora continua y la prueba de eso es que en esta problemática de altos costos, propia de estos años, no se ha escuchado a la ACA argumentar que la mano de obra, su costo, sea un problema. Está bien que la gente gane más. El ajuste que necesitamos en los costos no es por ahí”.

Finalmente, ¿qué mensaje desea trasladar en estos 70 años?

“Hemos llegado a 70 años en una institución que ayudó y ayuda a que todos los involucrados en la producción arrocera, en la industrialización, en la exportación, puedan tener mayor calidad de vida. El arroz está arraigado con firmeza en zonas muy importantes del país, donde lo es todo. Eso hay que cuidarlo entre todos. Por eso le pediría a la sociedad que mire con la mayor amplitud posible al sector productivo, al arroz entre ellos, que lo valore, que aprecie su alta intensidad en inversión, en productividad, en calidad. Este es un sector que si se dan las condiciones adecuadas ayudará mucho a que haya mejores condiciones para las próximas generaciones”.

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La utilidad de los fondos arroceros y la búsqueda de nuevas herramientas

ACA acciona para mejorar diversos canales de financiación en el sector El Fondo de Financiamiento y Reconversión de la Actividad Arrocera ayuda al pago de deudas que permitan al productor liberar líneas de crédito para poder seguir operando, pero es vital ambientar mejores condiciones de costos para que el negocio sea rentable

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n un escenario reiterado de rentabilidad muy justa, por los altos costos, pese a la excelente productividad que logran los arroceros, el financiamiento es una herramienta de alto valor para que la producción del sector fluya en forma adecuada.

Guillermo O’Brien –ingeniero agrónomo y vicepresidente de ACA– expresó que “ACA está en la búsqueda de nuevas alternativas de financiamiento”, adicionales al aporte que significa el Fondo de Financiamiento

si esos valores están por debajo de los promedios de los últimos cuatro o cinco años ello se extenderá. Hay 580 beneficiarios, por primera vez además del BROU participan otras dos instituciones, Itaú y BBVA y el porcentaje de retención de las exportaciones para la cancelación del Fondo IV es de 1% mientras continúe el pago del fondo III y pasará a 3% una vez cancelado este último. Sobre ese aspecto, “tomamos un crédito que queda acotado a la devolución de impuestos”, precisó.

“ACA está en la búsqueda de nuevas alternativas de financiamiento”

Los fondos han permitido superar momentos críticos en los últimos 15 años Ingeniero Agrónomo Guillermo O’Brien, vicepresidente de ACA

y Reconversión de la Actividad Arrocera (FFRAA).

Explicó que “hoy el sector está financiado en un 65% por la industria, que con el paso de los años ha ido creciendo en la participación como agente de financiamiento.

Creemos que es bueno para el productor que bajen esos niveles”.

Añadió que un gran porcentaje de ese dinero que termina financiando la industria viene de la banca nacional y que, en ese escenario, el Banco de la República (BROU) participa en un 28% del financiamiento de forma directa con los productores cuando llegó a estar en el 70%.

Actualmente, dijo, “el sector necesita mejorar los canales de fi-

nanciación y eso implica aumentar la participación directa del BROU al productor, para bajar los costos financieros”.

En relación al FFRAA, se está terminando de abonar el III y, tras la aprobación en 2016, el 6 de marzo se inició la entrega de los dineros correspondientes al IV. Esos fondos, destacó O’Brien, “han sido una herramienta útil para el productor”. Se iniciaron en 2001/2002, “cuando el sector tenía un grave problema financiero, con un endeudamiento muy grande que se fue acumulando durante varios años, en un negocio, en los dos primeros fondos, que para el productor era bueno, pero con dificultades para acceder al

financiamiento necesario, algo muy necesario en un sector en el que el 75% de los productores son medianeros”.

Los fondos han permitido, en los últimos 15 años, “superar momentos críticos” en cuanto a falta de financiamiento.

También destacó el atractivo que supone el FFRAA para los agentes financieros que aportan el capital, porque hay mucha seguridad de cobro: por cada kilo de arroz que se exporta se retiene lo estipulado para el repago de ese crédito.

El sector tiene una muy buena productividad y exporta a valores en el tercio superior en el mercado internacional, pero las cuentas

siguen muy ajustadas por lo elevado de los costos. En ese marco, los fondos han sido útiles, “pero el negocio debe rentar, no es una buena solución estar tomando siempre estos créditos”, expresó.

En relación a las características del FFRAA IV, es el mayor de todos, involucrando un monto de US$ 60 millones. Considera una tasa de 5,3% efectiva anual en dólares más costos administrativos y de estructuración del fondo, “una tasa de mercado, buena para el productor y atractiva para los agentes financiero”, remarcó 0’Brien. El período de repago está estimado en ocho años, pero si los valores del arroz mejoran el repago concluirá antes, aunque

El dinero que reciben los productores “es en primera instancia para solucionar deudas impagas al 30 de junio de 2016 con el BROU, en segundo lugar para saldar deudas con la banca privada y luego para solucionar deudas con la industria, pero en este fondo IV se instrumentó algo nuevo: el 20% del monto es de libre disponibilidad para el productor, que podrá utilizar ese capital en inversiones que necesite para sus actividades productivas particulares”.

O’Brien concluyó remarcando que “como concepto general el fondo se utiliza para el pago de deudas que le permitan al productor liberar líneas de crédito para poder seguir operando”.

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Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria

ACA e INIA, una alianza estratégica INIA destaca que los productores y ACA entendieron desde siempre que la tecnología era clave para su desarrollo y competitividad

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os productores y su institución madre, la ACA, entendieron desde siempre que la tecnología era una necesidad para lograr su desarrollo y competitividad. Por tal razón, han sido aliados permanentes de la investigación nacional desde sus comienzos en la década de 1970, con la creación de la Estación Experimental del Este (luego INIA Treinta y Tres).

El ejemplo paradigmático fue el ‘Convenio Arrocero’ entre la ACA, la Industria y el MGAP-CIAAB, que se desarrolló durante la década de 1980 y mediante el cual el sector privado ponía recursos para potenciar la investigación, a la vez que adquiría el derecho de influir sobre los temas prioritarios a investigar. Varios años después la creación del INIA significó una institucionalización a nivel nacional de ese arreglo entre productores e investigación”, expresó el ingeniero agrónomo Gonzalo Zorrilla de San Martín, director del Programa Nacional de Arroz del INIA. ¿Qué más puede comentar sobre ese relacionamiento?

“En la actualidad esa relación es muy madura y tiene muchos nive-

les de articulación. Es de destacar la participación formal de ACA en los CAR y Grupos de Trabajo del INIA, así como el acuerdo existente con el Consorcio de Semilleristas de Arroz, que la ACA integra y al cual el INIA licencia en exclusividad los nuevos cultivares de arroz. Diversos proyectos nos encuentran trabajando en conjunto con ACA, la Gremial de Molinos Arroceros y otros actores públicos como LATU y Udelar”. ¿Qué es lo que el INIA le aporta al productor arrocero?

“El Programa de Arroz del INIA cuenta con un equipo interdisciplinario de investigadores bastante completo, lo que ha permitido que buena parte del paquete tecnológico que utilizan los productores arroceros uruguayos provenga del trabajo de dicho equipo. Es investigación nacional ‘a medida’, la cual tiene mucho que ver con que Uruguay figure en el cuarto lugar a nivel mundial en rendimientos del cultivo y que la calidad del arroz uruguayo sea reconocida internacionalmente. Esa investigación, en permanente contacto de ida y vuelta con productores y industriales,

Técnicos y productores en una de las jornadas arroceras

asegura respuestas adecuadas a los problemas de la producción”. . ¿Qué puede informar de nuevos desarrollos tecnológicos en el INIA para contribuir al sector?

“En los últimos cuatro años se han

puesto en manos de los productores nuevas variedades que van a ir sustituyendo gradualmente las actuales, considerando que el recambio varietal siempre es lento en el sector arrocero. Parao, INIA Merín, CL244 y CL212 cubren

un espectro importante de opciones de alto rendimiento, buenas características agronómicas y resistencia a enfermedades. En el manejo del cultivo se han hecho avances sustanciales en relación a recomendaciones de fertilización con el objetivo de maximizar eficiencia y productividad. Se ha actualizado la estrategia de manejo de enfermedades, procurando una acción integrada que minimice la necesidad de uso de fungicidas y se avanza en diseños de distintas rotaciones arroceras sustentables.

Durante 2017 finaliza un proyecto conjunto con ACA y GMA en el cual nos propusimos romper el techo de rendimientos obtenidos por los mejores productores y hoy podemos decir que se logró y que hay espacio para seguir aumentándolos. Por último, menciono la Red Tecnológica del Arroz desarrollada con apoyo de ANII, bajo la coordinación de LATU y con participación de INIA, ACA y GMA, la cual apunta a dar un salto sustancial en el entendimiento de la calidad del arroz y de utilizar ese conocimiento para afinar la relación con las demandas del consumidor”.

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Contrariedad por alto costo de la principal fuente energética en la producción

Un anhelo: “que el gasoil valga lo que vale en la economía real” En costos directos o indirectos, el combustible representa cerca del 25% de los necesarios para producir arroz. Es el factor, si existe voluntad, más sencillo de ajustar para llegar a un precio razonable, lejos del actual, tres veces mayor al valor de importación

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afael Bottaro, ingeniero agrónomo y directivo de ACA, explicó que por un lado, a nivel de chacra, la inversión que realiza el productor arrocero en promedio es por 150 litros de gasoil por hectárea, lo cual, al precio actual de ese insumo, representa algo más de US$ 200, “que es algo más de un 10% del costo total productivo por hectárea, que para este año no tenemos aún el dato exacto, pero andará en US$ 1.800 por hectárea”.

A eso se le añade un conjunto de gastos vinculados al combustible.

Está el costo del flete, unos US$ 150, “un 5% más en la estructura total de los costos”; y el secado, que en el caso del arroz es en base a leña, que se traslada mediante un flete que usa obviamente combustible, “lo que significa otro 5% del costo”. Por lo tanto, sintetizó, “hay casi un 25% del costo total que es gasto directo o indirecto en combustible”.

Además, añadió, en el marco del sistema de Precio Convenio “recibimos como precio el residual entre la diferencia del precio de

El tema del precio del gasoil es sencillo de corregir, “siempre que haya voluntad” exportación, una utilidad industrial y el costo de las industrias, un costo de las industrias que tiene un peso logístico muy importante, equivalente o más incluso al costo de los fletes nuestros; además de nuestro costo de combustible asumimos todos los costos vinculados al combustible en la fase industrial, que son básicamente logísticos: el transporte del arroz entre las plantas y de las plantas a las fronteras, donde el 80% del arroz en los últimos tiempos viene a la frontera puerto (en Montevideo)”.

Bottaro precisó, tras exponer ese detalle, que “los productores arroceros tenemos un 25% de nuestros costos vinculados al combustible, pero eso no quiere decir que si baja el precio del combustible baja el costo un 25%”.

Consultado sobre una estimación de cuánto impactaría en las cuentas disponer de un gasoil a un precio adecuado, respondió que “si valiera lo que debería valer en una economía real, podemos llegar a tener un impacto en nuestras cuentas del orden de US$ 200 por hectárea”.

Ingeniero Agrónomo Rafael Bottaro, directivo de ACA

Por qué el foco está en el precio del combustible “No hay duda que el factor de producción que está más distorsionado es el precio del gasoil, pero además hay otros costos altos, como la mano de obra, que sumado al tema del tipo de cambio por supuesto que nos golpea, aunque a ese factor lo vemos distinto porque los trabajadores son parte muy valiosa de la cadena de producción, los precisamos y queremos que prosperen junto a nosotros y eso lo cuidamos”, indicó

Rafael Bottaro, considerando uno de los temas que más preocupa en ACA. Añadió que “el tema es que si tenemos que pagar el gasoil tres veces más que lo que cuesta importarlo, si tenemos que asumir los incrementos salariales de hasta un 11,81% en junio 2016, y de 11,17% entre el aumento de diciembre pasado y ahora al 30 de junio, si tenemos que absorber un dólar a $ 28 en todos los otros componentes de los costos... la verdad es que no

te dan las cuentas, sumas todo y la competitividad es un desastre, así no podemos”.

Sobre una salida, mencionó que “se puede llevar el gasoil a esos $ 12 a $ 14 más IVA, se puede llevar el dólar a $ 37 o se puede no darle incremento a los empleados y la verdad es que en ACA todos preferimos ir por el lado de la baja del precio del gasoil, con una moderada adecuación del tipo de cambio”.

Agregó que “en ese caso habría que hablar de un gasoil con un costo de $ 12 a $ 14 que es lo que le cuesta a Ancap importarlo, ahora que la refinería está parada está importando a ese precio, más el IVA y los costos de distribuición desregulados”.

Ahora, puntualizó, si a ese precio que se puede considerar “en una economía real” se le añaden otros componentes, “como el subsidio al boleto, el sobrecosto de Ancap y todo el sistema de cadena de distribución que en nuestro caso somos cuasi mayoristas en el consumo... transformamos el precio en lo que vemos en los surtidores”.

“Solo con la rebaja hasta la paridad de importación de hoy que propone la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (URSEA) no tenemos ese impacto de US$ 200, si el gobierno bajara el precio de $ 41,80 por litro a los $ 28 y poco que dice la URSEA tendríamos un impacto de US$ 100, pero si lo llevan al valor de importación más IVA, que el IVA muchos productores lo recuperan por declaración impositiva, ahí sí

tendríamos el impacto de los US$ 200”, detalló.

De lograrse ese impacto, el sector arrocero, que hoy tiene las cuentas muy comprometidas, con muchos productores sin margen de rentabilidad, “podríamos hablar de resultados positivos”.

Bottaro mencionó, al respecto, que este año (y es el tercer año consecutivo que sucede) los productores que alcanzaron un rendimiento promedio casi récord y de vanguardia en el mundo, de más de 8.500 kilos por hectárea, no cubren el mencionado costo productivo de US$ 1.800 por hectárea.

En relación a por qué desde ACA, al igual que sucede en otros sectores productivos en el país, se pone el foco en el precio del combustible a la hora de analizar cómo adecuar los costos, contestó que “el precio de ese insumo es el que tiene el mayor desvío entre todos los costos en relación a lo que indica una economía real, es el más desviado de la realidad”.

Pero, además, “es algo sencillo de corregir, siempre que haya voluntad”.

También remarcó la situación de desventaja que asume el productor en Uruguay en relación a sus colegas de países vecinos y de la región, “porque en Brasil, un mercado competidor, se trabaja a $ 23 por litro y ahí también hay un componente de impuestos, en Argentina igual y en Paraguay está a US$ 0,74 en el surtidor, la mitad que acá, también con un componente de impuestos”.

Admitió que también está sobre la mesa el factor del costo de la energía eléctrica, “donde también hay un desvío fuerte”, no obstante aclaró que el factor combustible está presente en las cuentas de todos los arroceros, cosa que no sucede igual con el componente energía eléctrica, importante sí, pero en el 50% de los productores que riegan por bombeo.

“También en este caso hay un componente de energía eléctrica en la industria, que lo debemos absorber nosotros, sabiendo que la misma empresa que trabaja en Uruguay y lo hace en Brasil tiene un sobrecosto aquí por energía eléctrica de al menos un 40% a

un 50% y eso hoy lo absorbe el productor, en función del contrato que tenemos”, dijo.

Por lo tanto, “tenemos que absorber un 50% más de energía eléctrica por los procesos en la industria, un 50% más por mi riego, un 300% de aumento del costo del gasoil contra lo que realmente paga Ancap por importarlo, aumentos reales de salarios significativos, más un dólar en baja... así que es imposible, realmente”.

Cuando se lo consultó sobre la alternativa de liberar la importación de combustible, respondió: “el objetivo nuestro es que el gasoil valga lo que vale en la economía real, o sea lo que cuesta en el mundo producirlo e importarlo, más impuestos y el costo de distribución porque obviamente sabemos que producimos en distintas zonas del interior.

Ahora, ¿cuál es el mecanismo para

“Están sacando dinero de la principal fuente energética que mueve al país” que se llegue a eso? Es irrelevante para nosotros. Ancap por su lado, o el gobierno por el suyo, no lo van a hacer. Históricamente no lo han hecho, no es algo de este gobierno. Por lo tanto, liberar la importación, cuando sabemos que ya hay agentes dispuestos a hacerlo, es una buena alternativa”.

Complementó diciendo que “si hoy uno mira el costo de refinería, que se dice que Ancap en eso es muy competitivo, desde la URSEA se ve que en realidad el gasoil arranca a producirse en Ancap a $ 25 el litro, contra $ 12 que cuesta importarlo, ahí está el gran desfasaje y eso es recaudación, está clarísimo”.

Concluyó, sobre ese aspecto, que “lamentablemente están sacando dinero de la principal fuente energética que mueve al país, que mueve la economía uruguaya.

Es claro que sostener un sistema impositivo que principalmente encarece el principal insumo con el cual se produce es algo que termina deteriorando a la producción. Si los insumos son caros, dentro de poco no habrá nada para repartir”.

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Corporación de Maquinaria

El arroz lídera demanda tecnológica New Holland respalda el esfuerzo, la capacidad e inversión de los productores para alcanzar rendimientos de liderazgo en el mundo

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uestra alianza estratégica con ACA ha sido muy provechosa. Por varios años con New Holland hemos sido la marca de la inauguración de la zafra de arroz, un honor, un orgullo, en un ámbito en el que nos gusta participar presentando la última tecnología en cosechadoras, plataformas de lona, tractores y tolvas”, reflexionó Michel Piñera, gerente de ventas de Corporación de Maquinaria.

Tras felicitar a ACA por su 70° aniversario, añadió que “hemos afianzado el relacionamiento con sus socios, nuestros clientes, intercambiando mucha información, tenemos la responsabilidad de apoyarlos con tecnologías de avanzada, como máquinas con rotores de la línea CR de Bélgica y la línea CS de Brasil, éstas últimas fabricadas específicamente para cosecha de arroz, con las cuales participamos fuertemente en el mercado”.

Informó que “la nueva zafra arrocera encontrará a Corporación de Maquinaria con mayor presencia directa en el sector, ya que estará funcionando la nueva sucursal Treinta y Tres - Varela

con show room de maquinaria, área de repuestos, taller y servicios 360. Tendrá una infraestructura de 1.000 m2, será la cuarta de nuestra empresa en el sector (Salto, Tacuarembó, Rio Branco y ahora Treinta y Tres - Varela), donde también operará Barraca Erro, con su sede para la zona este y con sus tradicionales servicios que aportan al desarrollo de la región y la interacción con el sector arrocero”.

A propósito de la presencia de productos y servicios de Barraca Erro, “hoy la soja es para el arrocero una muy buena complementación en esquemas de rotación.

Es una alternativa muy útil por diversos aspectos, agronómicos y económicos, en un escenario en el que también sigue teniendo lugar la rotación arroz-pasturas para la producción ganadera”, señaló.

Volviendo al arroz, “este sector ha sido tradicionalmente el gran demandante de tecnología en maquinaria en el país, es un gran consumidor de Hp por hectárea y de las últimas tecnologías, algo que aplican en toda la cadena, en siembra, fumigación, cosecha sistemas logísticos, acopios, etcétera”, resaltó.

Tecnología New Holland de avanzada en chacras arroceras

“Como representantes y distribuidores exclusivos de New Holland en Uruguay, hemos trabajado muy cerca de los productores, del más pequeño al más grande, para escucharlos y traer las tecnologías que necesitan para lograr rendimientos muy elevados, en lo cual

son líderes”, subrayó.

Eso, en una estructura de costos elevados, es clave. Piñera reflexionó que “todos sabemos lo que nos pasa a las empresas, pero el sector arrocero en particular utiliza mucha energía, mucho combustible, unos 160 litros/ha de gasoil; es

fundamental brindarles tecnologías que les permitan ser eficientes en la productividad, contribuir para eso es muy importante y podemos decir que la última tecnología que surge en el mundo llega a Uruguay en menos de 60 días”.

El gerente de ventas de Corporación de Maquinaria detalló que “pronto llegarán los tractores T7.260, de origen brasileño, diseñados para trabajar en el arroz, con 234 Hp de potencia; también la línea T8, de alta potencia, desde 280 Hp con rodado R2, con 46 trasero y 30-dual delantero; y los modelos nuevos de cosechadoras CR de origen belga, el modelo de 7.90 de Clase 7 que recién se puso a la venta y el modelo 9.80 de Clase 8, que ya trabajaron esta zafra con singular éxito. Eso además de seguir comercializando los modelos estándar que son los TC 5090 y las CS 6090, una máquina que nos ha dado muchas satisfacciones, al igual que el modelo CR 9.80, con productividades promedio arriba de 160.000 bolsas por zafra, algo muy valioso para los grandes productores que buscan mayor productividad y menor tiempo de cosecha”.

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ACA reúne, proteje, orienta y representa a todos los cultivadores del país

Principios rectores, valores y caminos Hay importantes desafíos, que se resumen en mejorar las condiciones y resultados para todos los productores arroceros

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a misión de ACA, su razón de ser, es constituirse en la institución a nivel nacional que reúna, proteja, oriente y represente a todos los cultivadores de arroz del país, fomentando el desarrollo del cultivo y de las actividades derivadas del mismo.

ACA acciona con la visión de avanzar en la producción de arroz de excelente calidad y que el mismo se destaque en el mundo y contribuya al cuidado de la tierra.

En ese marco, ACA dispone de un conjunto de principios rectores y valores entre los cuales se destacan: • Productividad: lograr ser líderes en producto por ha cultivada de acuerdo al sistema de producción.

• Solidaridad: se genera un dispositivo institucional a través de programas y contratos donde todos los productores logran acceder a los mismos beneficios. El mayor ejemplo de ello es como a través del sistema de Precio Convenio todos los productores, independientemente de su situación, reciben el mismo precio por su producción.

• Innovación: siempre se buscan los mejores sistemas de produc-

ción contemplando el cuidado del medio ambiente y promoviendo proyectos que involucren a toda la cadena arrocera.

• Eficiencia: se busca la mayor eficiencia. Habiendo alcanzado el límite de la capacidad productiva se sigue apuntando a gestiones para bajar costos que no dependen del productor.

• Calidad: es un orgullo producir un arroz que es único en el mundo.

• Participación: a través de la Comisión Directiva, de las Comisiones Regionales, de la Asamblea y otras instancias de reunión, se busca recibir el aporte de cada uno de los socios sin importar de dónde venga, ni el área que produzca.

• Confianza: todo se ha construido en base a la confianza que todos los productores han depositado en la institución, en los socios en la cadena arrocera, en el cultivo y en el futuro del país.

Los tiempos que corren han golpeado al sector, pero sus integrantes siguen reforzando la apuesta.

Las complejidades y dificultades crecientes de los mercados internacionales, un país con costos que siguen subiendo por encima de lo deseable, un dólar que atiende a

462 productores participaron en la zafra 2016/2017

164.457 hectáreas sembradas (2% superior a la registrada en 2015/2016)

1,410 millones de toneladas de arroz cáscara seco y limpio (7,5% más que en la zafra anterior

8.571 kilogramos por hectárea de rendimiento (6% más que en la zafra 2015/2016) Fuente: Encuesta de Arroz 2016/2017 (DIEA-MGAP)

razones que nunca acompañan las necesidades productivas, las particularidades de los agentes que integran la cadena, la búsqueda de alternativas en los acuerdos y también la búsqueda de nuevos planes y proyectos para la mejora del producto son todos desafíos enfrentados con responsabilidad, compromiso y profesionalismo.

El sector ha mostrado en innumerables oportunidades que ha alcanzado una madurez. Al interior del colectivo conviven productores que adhieren a las más diversas huestes políticas, pero ACA como organización es un modelo de pluralismo, respeto y convivencia, con los intereses de los productores por encima de cualquier lineamiento partidario.

Algunos de los temas que llevan al sector a posicionarse como modelo, que son los caminos que como productores asociados se han definido seguir, son los siguientes: • Seguir apostando a la calidad, innovación y producción con proyectos de investigación y mejora continua.

• Nuevos y mejores negocios, buscando mercados, generando estrategias a nivel público y privado.

• Seguir apostando al riego y a una adecuada inclusión del sector en la gestión del recurso agua.

• Seguir apostando al medio ambiente, la inocuidad y la sustentabilidad.

• Continuar en la mejora en las condiciones laborales y cuidado de los trabajadores y productores a la interna de la chacra como socios en el trabajo.

• Proponer alternativas mejores en competitividad y costos a nivel de tarifas, mejorando la eficiencia en el uso de energía y menores costos de combustible.

• Mejorar las condiciones de negociación a la interna de la cadena con un contrato adecuado a las condiciones actuales.

• Que las Comisiones Regionales aporten permanentemente a la toma de decisiones a nivel del sector productivo.

Desde ACA se concluye que “nos basamos en los éxitos que han sido la clave y los que nos han permitido la consolidación de este camino y apostamos a cambiar los puntos críticos que condicionan el esfuerzo de los productores y el nacimiento de las futuras generaciones arroceras”.