El Nuevo Tennessean 2014 (en español)

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Historias de las comunidades hispanas del noreste de Tennessee

Producido por estudiantes de periodismo y español de la Universidad Estatal del Este de Tennessee desde el 2000

Verano 2014 Español > English (Flip to read in English)

Tortillería

Negocio familiar de Johnson City produce en serie un alimento mexicano básico

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Salsa en la ciudad Pásala a lo grande con Daniela Dau

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La doctora está de turno

Doctora hispanohablante regresa a sus raíces en Tennessee Página 6

Estudiar lejos de casa Cuentacuentos Carolina Quiroga Hurtado teje cuentos a partir de historias, leyendas y mitos Página 14

Estudiante de Milligan College viaja 2.200 Km. en busca de un título

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Fiebre de ciclismo

Atleta dominicana compite en el circuito local

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EL NUEVO TENNESSEAN Producido cada año por estudiantes de las clases de periodismo y español de la Universidad Estatal del Este de Tennessee (ETSU), con el apoyo del Centro de Recursos del Idioma y la Cultura, el Departamento de Comunicación y graduados de periodismo. Para mayor información, contacte al centro al (423) 439-8342. Edición en línea: etsubilingualjournalism.org Directora de edición: Mary Alice Basconi Coordinadora de diseño: Martha Milner Editora de español: Julita Rusiñol Editores fundadores: Dr. Jack Mooney, Dra. Ardis Nelson En la portada: Carolina Quiroga Hurtado, una cuentacuentos de Colombia, p. 14

Tortillería ofrece un favorito familiar Empresa de 5 años mantiene a la familia Velasco trabajando juntos Carter Giegerich

La tortilla es algo tan común en la cocina mexicana que a veces se puede subestimar. Mientras que la porción humeante de pollo a la parrilla o el filete le quitan el protagonismo, la noble tortilla proporciona la perfecta aunque menospreciada base. Un hombre que no ha olvidado la importancia de la buena tortilla es José Velasco, el propietario de la Tortillería Familiar El Arriero. Cuando Velasco abrió la tortillería hace cinco años quería cubrir la consistente demanda de tortillas en Johnson City y quería que se hicieran bien. “Realmente tenemos sólo auténticos tacos mexicanos”, dice Ricardo, el hijo de Velasco, de 16 años. “No muchos restaurantes lo hacen pero nosotros sólo tenemos simple pero auténtica comida mexicana”. La lisa tortilla blanca que se ha abierto paso en muchas cadenas de restaurantes del país, más estilizadas que sus primas hechas de maíz, no son las originales. Están hechas de harina de trigo, un cereal que no apareció en este continente hasta que lo trajeron los europeos. Las tortillas tradicionales mexicanas están hechas de harina de maíz y este método precede en siglos a la llegada del trigo, según Food Reviews International, una revista que se centra en la comida y en cómo afecta a la vida diaria. Velasco dice que el negocio produce entre 60 y 80 libras de tortillas al día y la mayoría de ellas se venden a familias de la zona. Este es uno de los papeles principales que el negocio tiene

Fotos | Carter Giegerich

Según Velasco, el negocio no tomó vuelo hasta que empezó a ofrecer tacos y otros alimentos mexicanos.

en la comunidad, las tortillas son el alimento básico para muchas familias y Velasco es una de las pocas personas en la zona que las produce en cantidades masivas manteniéndose fiel a la receta de maíz original. Cada mañana, Velasco se levanta sobre las 9 para hacer tortillas y satisfacer la enorme demanda. Mezcla la masa de harina de maíz con agua y la amasa con una máquina especial. Entonces pasa la masa de maíz por una prensa que rápidamente aplana los bollos de masa. Una cinta transporta las tortillas para cocinarlas. Se enfrían mientras

se mueven en una segunda cinta transportadora hasta que salen de la máquina en una fila de tortillas uniformes que se mantienen calientes hasta que se venden más tarde en el mismo día. Estas auténticas tortillas de maíz, junto con varios ingredientes y alimentos especializados y difíciles de encontrar, son en gran parte lo que mantiene el negocio. Hay bebidas, especias e incontables variedades de pimientos desecados que no se pueden encontrar en las grandes cadenas. Sin embargo, según Velasco al principio el negocio no tomó

vuelo hasta que empezó a ofrecer tacos y otros alimentos mexicanos servidos frescos en el local. “Empezamos con tortillas y la tienda de comestibles, pero daba pocos beneficios”, dice Velasco. Ahora, los ingresos del negocio dependen más del continuo flujo de clientes que hacen una parada para comer algo que de los que lo hacen para comprar tortillas. Velasco es optimista sobre el éxito que ha tenido el negocio desde que abrió en 2008 y dice que espera que continúe expandiéndose como lo ha hecho hasta ahora. “Quiero abrir otro negocio”,


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“Son muy amables y sus tacos son los mejores de la ciudad. Es una gran empresa familiar”. — Monica Safis, clienta

dice Velasco, a pesar de que sabe que con la economía actual puede ser una idea ambiciosa. Ha considerado otro negocio en Johnson City o en una comunidad cercana pero dice que por ahora es sólo un proyecto futuro. No se puede negar que el negocio ha despegado desde que abrió por primera vez. A la hora del almuerzo se llena de mucha gente joven y mayor que pasa por la tienda para comer algo rápido. “Son muy amables y sus tacos son los mejores de la ciudad. Es una gran empresa familiar”, ha dicho Mónica Safis, residente en Johnson City, y añade que la tortillería es adónde siempre va en busca de comida mexicana. Preservar la historia culinaria de su país natal no es la única tradición que Velasco mantiene. En la era de las grandes empresas, Velasco ha conseguido sacar adelante el tipo de negocio familiar que ha hecho de todo menos desaparecer. “Hace más fuerte a mi familia y nos mantiene unidos”, dice Velasco, que vivió en Comitán, México, antes de mudarse a los Estados Unidos. Su mujer, Rosalinda, ayuda a llevar el negocio junto con Ricardo. Velasco también dice que espera involucrar a sus tres hijos menores cuando sean lo suficientemente mayores. Ricardo también disfruta de la atmósfera que se crea cuando trabaja en el negocio familiar. “No me siento tan presionado. No me tengo que preocupar por las facturas”, dice Ricardo riéndose, comparando su trabajo con otro fuera del negocio familiar. Ricardo va actualmente a la escuela Science Hill High School pero planea ir a la universidad en el otoño de 2015.

Las tortillas frescas se mantienen calientes hasta que se venden más tarde en el mismo día. A la derecha: Velasco mezcla la masa de harina de maíz con agua y la amasa con una máquina especial. Fotos | Carter Giegerich

Dice que le gustaría ir a alguna que esté cerca de casa, como East Tennessee State University o University of Tennessee. Piensa continuar trabajando con su familia si puede, lo que parece ser un alivio para su padre. “Me gustaría mantenerlo en la familia, de momento”, dice Velasco. Traductora Inés Galiano Torres, de Murcia, España, es una estudiante internacional de traducción e interpretación en ETSU. Anteriormente estudió en Trieste, Italia. Traducido por Inés Galiano Torres. Páginas diseñadas por Alex Baker


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Salsa en la ciudad La historia de cómo una chilena está trayendo el arte de la salsa a Johnson City Caroline Baird

Daniela Mena Dau, una chilena, de 34 años, está trayendo el arte de la salsa a Johnson City. Una vez al mes, Dau y su pareja de baile, BJ Goliday dan lecciones de salsa en Bodega 105, un restaurante latinoamericano local. Antes de que empiece la clase, Dau se toma tiempo para charlar con sus estudiantes. Vestida con un traje de baile rojo furioso, es evidente que ella es la instructora.

La banda empieza a tocar y llena el acogedor restaurante con el ritmo hipnótico de la música latina. Los estudiantes de la clase se abren camino con entusiasmo hacia el frente del salón. Dau y Goliday, percibiendo que es hora de empezar, llegan al escenario. Desde las ocho hasta las once, Dau y Goliday guiarán a los clientes del restaurante en variados pasos de baile. “La salsa es un baile rápido”, dijo Dau. “Los movimientos son progresivos. Es un ejercicio fantástico”.

Foto | Caroline Baird

Daniela Dau y BJ Goliday guían a los clientes del restaurante por una noche de aprendizaje de este baile caliente y energético.

Con décadas de evolución, la salsa que conocemos hoy es una fusión de muchos tipos diferentes de baile y ritmo. La salsa encuentra sus raíces en África y Latinoamérica antigua y se puede ver la influencia de los franceses e ingleses también. El baile empezó a aparecer en los Estados Unidos por los años veinte. Los americanos que buscaban escapar de la Ley Seca pasaban las vacaciones en Cuba y llegaron a conocer a la música de salsa y el estilo de baile. Ha sido popular desde entonces. En Johnson City, las clases de Dau también se han hecho muy populares. Dan y Stacy Robinette, una pareja de Bristol, han estado asistiendo a los Foto cortesía de Daniela Dau eventos de salsa por los últimos Dau recibió su licenciatura en interpretación de dos años. la Pontificia Universidad Católica. Cuando no “Nuestra parte favorita de está enseñando clases de salsa, ella trabaja como los eventos es conocer a otras intérprete de la corte. personas y pasar afuera una noche lejos de los niños”, dijo es normal para nuestra cultura, excepto Dan Robinette. en los clubes, lo que es completamente Una nativa de Abingdon, Virginia y diferente”. madre de gemelos de tres años, Amando Nina White, 55, asiste a las clases como Sells, 31, empezó las clases hace un año y una manera de conectarse con sus hijas. medio. “Empecé con la salsa porque mis “La salsa es mi manera de escapar de hijas bailan”, dijo White. “Me encanta la casa”, dijo Sells. “Al principio cuando hacer cosas con ellas y esto fue algo empezaba estaba muy confundida y no que podríamos hacer juntas. Es una era lo que esperaba. El baile social no


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“El arte de la conversación se está perdiendo. Mi concepto ha sido el entretenimiento en vivo, eventos especiales y no hay televisores“. — Brim Leal

experiencia maravillosa¨. Cuando ella no está enseñando salsa, Dau pasa los días trabajando como intérprete de la corte. “Estoy por todas partes en lo que respecta a la corte”, dijo Dau. “Trabajo en sesiones generales y en la corte federal también”. En su ciudad natal de Valparaíso, Chile, Dau asistió a la Pontificia Universidad Católica y recibió su licenciatura en interpretación. Después de recibir su licenciatura, Dau se mudó a los Estados Unidos para estar con su marido, David Dau. Su amor por el baile vino con ella. “Es difícil decirle exactamente cuándo empecé de bailar”, dijo Dau. “En

Latinoamérica, empecé a bailar cuando era muy joven”. Su pareja de baile, Goliday, reflexionó sobre la primera vez que conoció a Dau. “Mi primera instructora fue una amiga suya”, dijo Goliday. “Teníamos las noches de salsa en The Ballroom en Abingdon, Virginia y allí es donde conocí a Daniela por primera vez. Hace pocos meses nos reunimos y decidimos que deseábamos expandir nuestras clases de salsa”. Pero primero necesitaban encontrar un lugar. “Planeamos algunas cosas y entonces contactamos al dueño de Bodega 105, Brim Leal”, dijo Dau. “El señor Leal quería que fuéramos para hablar con él para hacernos una propuesta”. Después de unas pocas reuniones con Leal, Dau y Goliday empezaron a prepararse para ofrecer su primer evento. “El señor Leal nos ha apoyado mucho”, dijo Dau. “En realidad, él extendió las horas para nuestros eventos”. Desde el primer evento de salsa, ambos, Dau y Goliday creen que las lecciones verdaderamente están despegando”. “La gente vino para probar y ver exactamente lo que significa la salsa”, dijo Dau. “Les encantó y continuaron viniendo. Estamos creciendo. Créase o

Foto cortesía de Daniela Dau

Daniela Dau y su pareja de baile BJ Goliday son bailarines desde la niñez. Ellos presentan juntos una fiesta de salsa mensual en Bodega 105.

El dueño de Bodega 105, Brim Leal, toma parte en las lecciones tocando la guitarra. El cree que la música en vivo y la salsa hacen que su restaurante sea único. Foto cortesía de Brim Leal

no, la gente sabe más de la salsa de lo que piensa. La ha visto en la tele pero nunca ha sido invitada a venir a bailar”. Sin embargo, uno de los desafíos más grandes ha sido anunciar los eventos. “Es difícil saber cómo tender la mano,” dijo Dau. “Será una persona al azar con quien hablamos que dirá que quiere venir y así es como corremos la voz”. El dueño de Bodega 105, Leal, cree que los eventos de salsa añaden a la experiencia única que ofrece su restaurante. “Queremos hacer un concepto de restaurante completamente diferente”, dijo Leal. “El arte de la conversación está perdiéndose. Mi concepto ha sido el entretenimiento en vivo, eventos especiales y no hay televisores”. La salsa no es algo nuevo para el cubano Leal, quien vino a los Estados Unidos hace más de veinte años.

“Crecí con esa música”, dijo Leal, “Mi familia entera bailaba. Es bueno que la gente quiera traer de vuelta el arte de bailar a JC, especialmente el baile latino”. En cuanto al futuro de los eventos de salsa, Dau parece muy optimista. “En realidad, estamos considerando enseñar las clases en un estudio”, dijo ella. “Nos centraríamos en los pasos básicos en las clases y entonces practicaríamos en el evento en Bodega 105”. Ambos, Dau y Goliday tienen consejos para quienes posiblemente estén aprensivos para venir. “Solamente venga y pruébelo”, dijo Dau. “Apuesto que si lo prueba y le gusta va a querer aprender más y ¡no se requiere pareja! ¡Bailo con cada persona ya sea que quieran bailar conmigo o no”! “No esté nervioso”, dijo Goliday. “Hay solamente una regla en el baile y es divertirse”.

Traducido por Jessica Palmer. Páginas diseñadas por Caroline Baird


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Experiencia personal lleva a oriunda del este de Tennessee a obtener su título médico Aaron Hodge

Las decisiones más importantes en la vida son a menudo las que se ponen en evidencia en el momento menos esperado. Un nuevo interés suyo en combinación con una preocupación médica en su familia llevaron a la doctora Joyce Troxler a estudiar medicina. Esa decisión la trajo de vuelta a las montañas del este de Tennessee, dónde se había criado. Oriunda de Jonesborough, Tennessee, ella no tenía un rumbo fijo y estaba tratando de decidir lo que quería hacer con su vida. Después de completar su licenciatura en la

Universidad de Nuevo México en Albuquerque, ella estaba trabajando en la Oficina de Arqueología del Estado de Nuevo México cuando compartió una revelación con su padre. “Había pensado trabajar en patología forense y mi papá dijo, ‘sabes, esto significa que deberías ir a la facultad de medicina,’” dijo Troxler. Ahora ella ejerce [medicina] en la Clínica de Medicina Familiar de ETSU (ETSU Family Medicine Physicians), en Johnson City. La clínica, ubicada en el campus de la universidad East Tennessee State University, está abierta a toda la comunidad y se especializa en el cuidado de toda la familia.

El español que aprendió en la escuela secundaria es ahora una herramienta esencial para la Dra. Troxler en la atención de pacientes.

Fotos | Aaron Hodge

Después de que su abuela sufriera por un mal diagnóstico, Joyce Troxler decidió ser médica.

Mientras Troxler estaba considerando la opción de obtener un título médico, una complicación en la salud de un miembro de su familia sacó a la luz los problemas que enfrentan los residentes rurales necesitados de atención médica adecuada. Su abuela, quien vive en el sureste de Virginia, fue atendida por teléfono, porque vive en una zona rural y no podía acceder con facilidad a una clínica o a un médico. El médico, en el otro extremo de la línea, escuchó sus problemas de salud y decidió recetarle cierto medicamento. Los efectos secundarios derivados del medicamento llevaron a otros problemas de salud, más graves que el problema original. La necesidad de asistencia médica eficaz y eficiente en las zonas rurales llevó a la creación del programa de becas del Cuerpo Nacional de Servicios de Salud (National Health Service Corps). Troxler recibió la beca cuando ingresó en Quillen College of Medicine de East Tennessee State University. Fundado en la década del ‘70 en respuesta a la falta de médicos clínicos en ciertas áreas del país, el programa del Cuerpo paga la matrícula

La Dra. Joyce Troxler habla con un paciente para explicarle el curso de acción decidido por la Dra. Anupreet Kaur.

a cambio de servicio en una localidad necesitada. En la comunidad agrícola se ha producido un aumento constante en el porcentaje de trabajadores agrícolas migrantes. La pobreza, la movilidad frecuente, la escasa alfabetización y las barreras lingüísticas y culturales son sólo algunos de los problemas que enfrentan los trabajadores agrícolas. Para muchos de estos trabajadores no es tan sólo su salud personal la que está en riesgo sino la de sus familias. Durante los años en que la Dra. Troxler estaba


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estudiando para obtener su título médico, el área alrededor de ETSU creció en población hispana debido en parte a la recesión económica en otras partes del país. Según un estudio de 2012 realizado por la Universidad de Tennessee y el Centro de Datos del Estado de Tennessee, la población hispana en el noreste de Tennessee ha aumentado de 123.838 en el año 2000 a 290.059, más del doble, en el año 2010. El estudio de 2012 también indicó que una razón para el aumento de esta población es el deseo de un estilo de vida más rural. Preocupada por la asistencia médica rural, durante sus estudios Troxler buscó oportunidades para adquirir experiencia directa con pacientes rurales. Aparte de sus clases, Troxler participó en un proyecto de investigación entre la Facultad de Enfermería y el Departamento de Medicina Familiar de ETSU. De 2001 a 2005, a través de esta subvención para investigación, estudiantes e instructores establecieron clínicas móviles específicas para la comunidad hispana en toda esta área. “Todo lo que hacíamos era recopilar información de salud de referencia entre la comunidad hispana”, dijo Troxler. “Todos los domingos del verano estábamos en el campo de Strawberry Scott Farms”.

Las clínicas se instalaron en espacios que variaban desde los campamentos de viviendas para [trabajadores] migrantes hasta el estacionamiento de Wal-Mart. El objetivo principal de estas clínicas era tomar la presión arterial y hacer pruebas de detección de glucosa en sangre. En estas clínicas de salud se recopilaron bases de datos de los pacientes a través de sesiones de preguntas y respuestas. Como Troxler hablaba español, se ganó la distinción de “la que habla español”. Lo que fuera un requisito de la escuela secundaria se convirtió en una herramienta esencial. En la escuela secundaria Troxler había elegido español como materia optativa, pensando que la iba a ayudar a aprender italiano. Su habilidad mejoró después de pasar un mes en España como estudiante de licenciatura, y ha sido la clave de su capacidad para comunicarse con los pacientes en todos los lugares donde ha ejercido. Ella recordó el momento exacto en que algo en su cabeza finalmente hizo click e instintivamente todo el ruido cobró sentido. “Yo estaba de pie en un autobús y había agua goteando del aire acondicionado”, dijo Troxler describiendo el momento. “Una mujer a mi lado me dijo, ‘agua sucia’. Yo

Fotos | Aaron Hodge

Cuando atienden a los pacientes, los estudiantes consultan con la Dra. Troxler. El médico residente de tercer año, Dr. Shyam Odeti, presenta el caso de un paciente a la Dra. Troxler para su recomendación.

La Dra. Troxler responde a las preguntas de la residente de primer año, Dra. Susan Carter.

me dije, ¡oh, he entendido lo que ha dicho!” La capacidad de un médico para comunicarse con los pacientes es fundamental. Los colegas de Troxler creen que probablemente ella sea una de las mejores en este aspecto. “Su habilidad para relacionarse con los pacientes es realmente maravillosa”, dijo una ex-compañera de trabajo, la Dra. Barbara Cichosz. “Ella tiene una presencia muy genuina en la sala de examen, lo cual creo que permite que las personas verdaderamente se relajen y hablen con ella”. Cichosz trabajó con Troxler en Silver City, Nuevo México, en un centro de atención primaria. De una lista de comunidades marginadas proporcionada por el National Health Service Corps, Troxler eligió Silver City. Durante esa época, su amplia gama de habilidades llevó un servicio necesario a los habitantes de esa pequeña ciudad y al área rural a su alrededor. “Como médica general, ella sabía mucho de muchas cosas”, dijo Cichosz. “Eso es realmente útil en un área rural como ésta, una persona que hace de todo”. El período de tiempo en que se dedicó a trabajar en las clínicas y campamentos permitió que Troxler viera en forma directa los muchos problemas que enfrenta la asistencia médica rural. Mientras trabajaba en Silver City, se dio cuenta de que los problemas que enfrentan las personas que tienen un estilo de vida rural en Tennessee son muy similares a los que enfrentan sus semejantes en Nuevo México. En el caso de los inmigrantes hispanos, algunos de los cuales no tenían visa de residentes, era evidente su miedo de buscar asistencia médica. “En cuanto a otros lugares de atención, no, ellos no iban allí”, dijo Troxler. “Ellos sabían que tenían un lugar adonde podían atenderles sin hacerles preguntas”. Desde que regresó a Johnson City, Troxler no ha estado tan involucrada como cuando era estudiante, pero ella recuerda cómo tuvieron que crear la mayoría de los servicios, especialmente para la comunidad hispana.

Traducido por Katy Wilson y Julita Rusiñol. Páginas diseñadas por Kaitie Sneed


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Desde la formación de HASCA, la comunidad hispana de ETSU se ha fortalecido. Foto | Seaira Yearout

Estudiantes Hispanos de ETSU comparten culturas, educan a compañeros de estudios Seaira Yearout

Yesenia Cruz Pascual sólo conocía otros tres estudiantes hispanos en el campus antes de unirse a La Alianza Comunitaria Estudiantil Hispanoamericana (HASCA por sus siglas en inglés). Ella sentía que la falta de interacción con otros estudiantes latinos estaba afectando su habilidad para mantener sus raíces hispanas. “Ya que sólo puedo regresar a mi casa cada tres meses, y le llamo a mi mamá por teléfono una vez a la semana, no podía practicar mi español muy a menudo”, dijo Pascual, la presidenta de HASCA en East Tennessee State University. Anai Saucedo tuvo la misma experiencia de falta de diversidad. Ella dijo que antes de unirse a HASCA, ella sólo conocía a una persona más que

hablaba español. “Honestamente antes de HASCA, yo odiaba hablar con otros latinos porque no sabía mucho de sus culturas”, dijo ella. Pascual, de Cleveland Tennessee, y Saucedo, quien creció en Bolivia, son de dos partes del mundo muy diferentes, pero comparten el mismo legado. Ambas tienen la necesidad de acogerlo y la meta de HASCA es ayudarles. “Para mí, la razón para unirme fue el intercambio cultural entre las personas y el hecho de que ayuda a unir culturas”, dijo Saucedo, estudiante en su último año en ETSU. Pascual y Saucedo recibieron información acerca de HASCA y, como la mayoría de sus miembros, vieron una oportunidad para empezar a conectarse. “Fue algo bueno para mí conocer gente

nueva con quien yo pudiera practicar mi español”, dijo Pascual. Ricardo Tapia, graduado de ETSU, y Christina Romero, estudiante en su último año, son los fundadores de HASCA. La meta principal es acercar a la comunidad hispana con otras comunidades. “Yo sentía que tenía que hacer algo para mejorar las relaciones entre los hispanos y los no-hispanos”, dijo Romero. Según el censo de 2010, el 86 por ciento de la población de Johnson City es de raza caucásica y el 4 por ciento son hispanos. HASCA trabaja para ayudar a los que no son latinos a aprender más acerca de la comunidad hispana, sus orígenes y tradiciones. Romero dijo que para hacer cambios, una persona debe

empezar poco a poco. “Como la comunidad más cercana a mí es ETSU, decidí enfocar mis esfuerzos en la universidad”, dijo ella. “HASCA ha podido traer eventos valiosos, tales como el Panel de Diversidad, la Celebración Cultural Latina con Muestra de Talentos y el Festival Corazón Latino. HASCA intenta romper las barreras culturales, lo cual también ayuda a combatir cualquier discriminación y prejuicios que uno podría experimentar. “No es tan fuerte para nosotros como lo fue para la generación de nuestros padres, pero todavía existe”, dijo Romero. HASCA se ha enfocado en ayudar a las personas a aprender sobre las diferencias entre las culturas de cada uno, pero eso no ha sido el único aspecto en que ha ayudado. También ha ayudado a la


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población hispana de ETSU a estar más unidos. “No somos como otras organizaciones en las que se reúnen una vez a la semana y no tienen mucha comunicación fuera de las reuniones e incluso pueden no reconocer la existencia del otro fuera de la sala de reuniones", dijo Romero. "Todos nosotros somos amigos en la vida real. Hablamos y pasamos tiempo juntos y si tienen un problema, ellos saben que pueden hablar conmigo y viceversa”. Kelly Ortiz, secretaria de HASCA y en su penúltimo año en ETSU, es otro miembro que siente que esta organización la ha acercado más a otros miembros en el campus. “Todos nos apoyamos unos a otros, de cualquier modo y en el momento que podemos”, dijo Ortiz. La organización no sólo ha creado un propósito común entre sus miembros sino que también les ha proporcionado un sentimiento de cariño y aceptación dentro de la comunidad. “Antes de unirme a HASCA, me sentía como si estuviera sola en el campus", dijo Romero. "Pero ahora siento que soy parte de una familia, que soy parte de algo más grande que mí misma”. Desde que formó el club con Tapia en 2011, Romero ha visto a HASCA crecer de cinco miembros a unos 25 miembros, ocho de los cuales no son hispanos. A lo largo de los años, HASCA ha intentado no sólo romper las barreras dentro de la comunidad sino también en el club mismo al aceptar a estudiantes de todos los orígenes y culturas. “Si limitamos el club solamente a los hispanos, sólo nos estamos beneficiando nosotros”, dijo Pascual. “Somos una organización del campus y queremos expandirnos”. Romero espera que la nueva presidente Pascual ayude a que HASCA siga siendo una parte importante en la comunidad y a que la organización siga creciendo y prosperando. “Hay un montón de experiencias que he recibido de los eventos que otras organizaciones han patrocinado. ¡Por supuesto que también eran divertidos!”, dijo Pascual. “Eso es lo que espero de nuestros eventos. Queremos compartir nuestra visión y enseñarle algo nuevo a la gente”.

La organización ha brindado una sensación de cariño y propósito para sus miembros. Arriba: Jonathan Delgado y Genevieve Kupritz son amigos ahora, gracias a HASCA. A la izquierda: Addison Karnes, Noemí Juárez y la Presidente Yesenia Cruz Pascual.

Fotos | Seaira Yearout

Traducido por Cristian Gembe. Páginas diseñadas por Brandon Paykamian


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El arte latino lucha para hacerse visible en el este de Tennessee Exhibiciones y festival ofrecen salida para obras de artistas, aspirante a cineasta Eric Harris

Cuando usted piensa en arte latinoamericano, ¿qué se imagina? Aunque algunos pueden tener una idea específica, en realidad no hay una manera de definir el estilo de un artista simplemente por su patrimonio cultural, como indica el artista Mouzer Coelho, cuyos dibujos pueden verse a lo largo del artículo. “Mucha gente cree que si tú eres un artista latino automáticamente creas arte chicano, y yo no hago nada así en absoluto, así que quería mostrarle a la gente que los latinoamericanos hacen todo tipo de arte, no sólo ese estilo”, dijo él. Los estereotipos como éste continúan existiendo porque los artistas latinos tienen que luchar para encontrar salidas para sus obras. Esto ha causado opiniones variadas sobre la presencia de artistas latinos en el área. Rolando Flores es un estudiante

de tercer año en East Tennessee State University con especialización en ciencias de ejercicios físicos. Antes él trabajó para el Centro de Recursos del Idioma y la Cultura en ETSU coordinando la exhibición abierta de arte en el Festival Corazón Latino. Flores dijo que el festival ha revelado una parte del arte hispano local. “Corazón Latino ciertamente ha dado conocimiento a la comunidad de que hay un movimiento de arte latino en el área”, dijo. “Aunque pequeño y en expansión, está presente”. Arte y fotos cortesía de Mouzer Coelho Christina Romero, una Los artistas dicen que el arte latino local está sufriendo por falta de publicidad y que es responsabilidad de estudiante del último los artistas y de la comunidad vencer los estereotipos mediante la creación y la información.

El artista Mouzer Coelho quiere dedicarse a una carrera en el cine.

año con especialización en español, ayudaba a Flores a encontrar artistas para la exhibición. Ella dijo que era un trabajo muy difícil que requería que ella contactara con la gente durante los proyectos de servicio en la comunidad. “Me aseguré de que yo tenía una presencia fuerte en el campus y en la comunidad antes de inquirir sobre posibles artistas. Lo hice para estar segura de que cuando llegara el momento de preguntar, la gente estaría dispuesta a ayudar”, dijo. “Suena muy sencillo, pero no fue una cosa fácil”. A pesar de sus dificultades en la búsqueda de colaboradores, Romero cree que hay muchos artistas latinos en el área. “El problema es que muchos de estos artistas no tienen una salida al público”, dijo.

Karlota Contreras-Koterbay, la directora de la Galería de Arte Slocumb en el campus de ETSU, admite que TriCities no es una ubicación ideal para los artistas aspirantes, especialmente aquellos con un patrimonio cultural no caucásico.

“El problema es que muchos de estos artistas no tienen una salida al publico”. — Christina Romero

Contreras-Koterbay explica que ésta puede ser la razón por la cual


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Gran parte del arte de Mouzer Coelho se inspiró en películas, como esta interpretación del carácter Bane de “The Dark Knight Rises.”

hay un vacío de una comunidad artística latina visible y es por esto que medios como Corazón Latino son tan importantes. Les dan a los artistas más oportunidades para exponer sus obras y conectarse entre ellos. Coelho se graduó recientemente de ETSU con una licenciatura en comunicación y medios digitales. Él ha contribuido a las dos últimas exhibiciones abiertas de arte con fotografías y dibujos en tinta y está planeando usar su experiencia para dedicarse a una carrera en el cine. Coelho, de 24 años, se mudó de Brasilia a Maryland cuando tenía dos años pero ha vivido en Tennessee por casi 10 años. Se ha conectado con muchos otros artistas, y cree que la falta de apoyo de amigos, familia y la comunidad les ha llevado a practicar su arte sin reconocimiento. “Creen que sus padres pueden pensar: ‘Ay, este es un pasatiempo divertido que tienes pero ¿te dará de comer?’ Así que, eventualmente en la vida, se alejan del arte y van a hacer otras cosas”. Afortunadamente para Coelho, quien viene de una familia de músicos,

él nunca tuvo falta de apoyo para dedicarse a sus intereses creativos. Cuando escuchó del Festival Corazón Latino, él decidió que no sólo sería un buen lugar para exponer sus obras sino también una gran oportunidad para revelar los estereotipos de que los artistas latinos se limitan a un único estilo de arte. Coelho obtiene inspiración de la cultura pop y el cine negro. En una obra, él ha recreado una escena de “Los Piratas del Caribe”. De niño, Coelho aprendió a dibujar mirando “Los Simpsons” en la televisión. De adolescente, después de darse cuenta de que no podía colorear bien, encontró los libros de historietas llamadas “Sin City”, escritos e ilustrados por Frank Miller, y descubrió un estilo que iba bien con su sensibilidad artística. “Yo decía, bueno, puedo hacer esto. Puedo simplemente bosquejar todo”, dijo. La afinidad para dibujar de Coelho eventualmente le condujo a un interés por los medios digitales, los efectos especiales y la narración. “De niño, en la escuela primaria aprendí a dibujar y luego en la escuela secundaria me entusiasmó la fotografía pero sentía que ninguno de los dos podía ser lo suficientemente expresivo así que elegí la filmación de películas, porque se puede hacer cualquier cosa”, dijo. Su patrimonio cultural es lo que mayormente afecta su deseo de contar cuentos. “Soy el del medio de más o menos 30 nietos”, dijo. “Soy siempre un oyente y me gusta prestar atención a lo que la gente están haciendo más que tener la atención en mí mismo”. Coelho le da crédito al cineasta Robert Rodríguez como su inspiración para querer asistir la universidad. Aunque él empezó mayormente con efectos digitales, las películas como “Doubt” y la última aventura de James Bond, “Skyfall,” le hicieron cambiar su concentración al drama del cine más que el espectáculo.

En la filmación de películas la colaboración es esencial, y Coelho admite que eso no es singular a la producción de películas. Los artistas deben sentirse estimulados a conectarse con los otros para promocionar las obras y las culturas de unos y otros. “Una cosa que me gustaba sobre Corazón Latino es que no sólo estaban “Grand Toile” por la artista Dilenia Garcia Carpio tratando de promocionar un festival latino para los latinos; estaban promocionándolo para todos, para incluir a todos”, dijo. Pero para Romero, va a requerir más que un festival para convencer a estos artistas a salir adelante. “Creo que podemos hacer más para apoyar a los artistas latinos a salir a la luz pública y exponer sus obras. Si tuviéramos un método consistente para exponer arte y la participación consistente de la comunidad de las universidades y de la ciudad, tal vez iríamos a ver más artistas La cultura popular es inspiración para “Speedy Liberty”, por Tony Ortega. exhibiendo sus talentos”. Contreras-Koterbay está de acuerdo Artes Mary B. Martin. en que la comunidad debe hacer más “Hay ciertas instituciones donde, para promocionar la diversidad y que el si usted quiere conectarse, hay un mejor método es tomar la iniciativa. Sugiere que los artistas se encuentren enlace… necesitamos construir un unos con otros a través de lugares como relación personal”, dijo ella. “Cuando la el Concejo de Arte del Área de Johnson gente encuentra el mérito, es más fácil City, las Galerías Slocumb, el Centro de ganar su apoyo”. Artes Visuales Nelson o la Escuela de Traducido por Kelsey Stubbs. Páginas diseñadas por Jade Delahoussaye


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Un gran trabajador apasionado por la agricultura Agricultor de Jonesborough conocido por sus productos agrícolas libres de químicos y por sus huevos de gallina Shelton Anderson

Cualquiera que entre en la finca de José Díaz se encontrará de inmediato con un singular letrero de “venta de cabras”. Él dijo que a la gente le gusta el letrero. Las cabras no son los animales más fáciles para criar, dijo Díaz, “y todo lo que hago es mucho trabajo”. Él se levanta temprano cada mañana para alimentar sus animales, recortarles las uñas si es necesario y prepararse para el día. A Díaz le gusta la carne de cabra porque creció comiéndola y bebiendo la leche en su lugar de origen en Carretero, México. Se mudó aquí hace casi 30 años y dijo que no ha regresado allá desde hace mucho tiempo. Ahora se le puede encontrar en el mercado de Agricultores de Jonesborough llueva o haga sol durante los meses más cálidos del año y vendiendo por internet durante los meses más fríos. José Díaz no sólo es conocido por la cría de cabras sino también por sus productos agrícolas libres de químicos y por sus huevos de gallina. Díaz cría cabras Nubian y Kiko. De acuerdo con la American Dairy Goat Association [Asociación Americana de Cabras Lecheras], cuando se compara la leche de cabra a la leche de vaca y la humana, la leche de cabra tiene una mayor cantidad de vitaminas, una cantidad superior de calcio y hierro y es más baja en colesterol. “La carne es muy buena, se pueden hacer chuletas de cabra”, dijo Díaz, “pero yo no las hago, generalmente las vendo a la gente y ellos quieren prepararlas ellos mismos”. Dijo que una cabra de seis semanas de edad se vendería por unos 100 dólares. “Vendo las crías a alguien que quiere criar más”, dijo. Él dijo que sus cabras producen dos veces al año y cuando la chiva se reproduce, por lo general tiene dos o tres crías. Dijo que no vende la hembra ni los machos cabríos, pero tendrá que mudar a

Foto | Shelton Anderson

Díaz vende las crías a alguien que quiera criar más. Una cabra de seis semanas de edad se vendería por unos 100 dólares.

su macho cabrío pronto porque no quiere que se cruce con su propia familia. Eso no es bueno, dijo. “Esa es la razón por la que tengo que mudarlo. No quiero pero debo”, dijo. Dijo que los agricultores tendrán animales más fuertes si se aseguran de que no se estén cruzando en la misma familia. “Si valen 40 dólares, preferiría tener uno que vale 160 dólares”, dijo Díaz, riendo, “voy por el más valioso”. Él dijo que una cabra saludable de buen tamaño costaría alrededor de 160 dólares

“Tengo 20 cabras y unos 100 clientes. No puedo mantener el ritmo”. — José Díaz

lo que daría un cubo de carne. El agente de Extensión Agrícola de la Universidad de Tennessee Anthony Shelton dijo que la carne de cabra es bastante magra con respecto a otras carnes. Shelton también dijo que el estado de Tennessee figura en “segundo lugar en la nación en el número de cabras, después de Texas”. La demanda en el área de Jonesborough puede ser ligeramente mayor. Díaz dijo que la gente se reúne


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De vez en cuando descansa, pero Diaz regresa a trabajar en la finca apenas puede.

para comprar sus cabras, no es sólo una persona comprando una cabra. “Tengo 20 cabras y unos 100 clientes”, dijo. “No puedo mantener el ritmo”. Shelton dijo que la gente vende a grupos culturales específicos en ciertas épocas del año, o vende las cabras a un vendedor en el área. Díaz considera que a los hispanos les gusta más la carne de cabra que a los estadounidenses. Dijo que los griegos a veces comen la cabeza de la cabra. “A algunas personas no les gusta, y a muchas sí”.

“Yo no tengo problemas vendiendo cabras, las cabras son realmente un buen mercado”, dijo. Dijo que se puede hacer parrillada o hacer sopas y no tiene mucha grasa como otros animales. Díaz también tiene dos cerdos y más de 150 pollos. “Creo que la agricultura es muy buena para mí y para todos”, dijo. “No sólo para mí. Necesitamos a los agricultores para alimentar el mundo”. En el verano cultiva frijoles, maíz dulce, calabacín, cilantro, cebollas, pepinos, nabos, zanahorias y jalapeños. “No se olvide de los jalapeños”, dijo con una sonrisa. También se le conoce por su finca libre de químicos. “No los necesito, yo crio animales”, dijo. Él utiliza estiércol de cabras como fertilizante. Dijo que sólo debe añadirlo una vez. La mejor época para hacerlo es cuando llueve. Díaz no se toma un receso cuando se trata de su finca. “Trabajo siete días a la semana”, dijo. “Me levanto a las 6, preparo el café y tomo el desayuno y luego voy a alimentar los animales”.

Fotos |Shelton Anderson

Las cabras se preparan para su alimentación de la mañana. Tennessee figura en segundo lugar en el país en la producción de cabras.

Díaz comenzó a vender en el Mercado de Agricultores de Jonesborough en 2009 y desde entonces ha tenido una asistencia perfecta.

Vigila para asegurarse de que ninguna de ellas se esté enfermando. Si una comienza a toser y lo pospone hasta el día siguiente, puede que sea demasiado tarde. “También puedo perderlos”, dijo. Aunque asiste a la iglesia cada domingo y al mercado de agricultores cada sábado por la mañana, siempre regresa directamente a su finca para trabajar. La directora del Mercado de Agricultores de Jonesborough, Karen Childress dijo que Díaz comenzó a vender en el mercado de agricultores en 2009 y desde entonces ha tenido una asistencia perfecta. “Él es una persona muy agradable”, dijo ella, “y siempre pone todo su empeño y quiere hacer lo correcto para sus clientes”. Cuando compró sus tres acres casi 30 años atrás, pagó $40.000. Ahora, dijo que costarían casi $65.000-$75.000. “Mi finca no es muy grande pero así es esto”, dijo, “puede tener diez acres y no utilizarlos y no van a producir nada. Debe trabajarlo, ¿sabe? Vaya allí y si está lloviendo, no se preocupe, sólo métase”. Él cultiva para tener buen alimento fresco y comidas caseras para sí mismo y para que todos los demás puedan tener lo mismo.

“Me gusta que la gente tenga algo para comer, suficiente para comer en lugar de quedarse hambrienta”, dijo. Él cree que la agricultura es una buena cosa. “Cuando tenía unos 20 ó 22 años de edad, le dije a alguien ‘me gustaría ser agricultor’ y él me dijo ‘¿por qué quiere ser agricultor? Los agricultores son muy pobres’”.

“Me gusta que la gente tenga algo para comer, suficiente para comer en lugar de quedarse hambrienta”.

— José Díaz

Se dijo que lo haría de todos modos y que pondría todo su empeño. “No se gana mucho en la agricultura pero es comida sana y es muy fresca”, dijo. “No puede equivocarse porque sabe ‘muy delicioso’. ¡Delicioso!”

Traducido por Danielle Jones. Páginas diseñadas por Veronica Thompson


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Cuentacuentos profesional educa al público sobre la cultura latina Lurah Lowery

A ella le encanta la historia, leer, escuchar cuentos y contarlos. Carolina Quiroga Hurtado, de 33 años, descubrió estas pasiones cuando era niña y gracias a la habilidad de su madre para contar historias cómicas cuando era maestra, ella encontró su amor por contar cuentos. “Para mí es fácil, porque he estado leyendo y también recontando cosas durante toda mi vida”, dijo Quiroga. Quiroga, oriunda de Cali, en Valle del Cauca, Colombia, vino a los Estados Unidos para convertirse en una cuentacuentos profesional. Ella lo eligió a pesar de que su familia y sus amigos pensaban que estaba loca por no continuar su práctico empleo como diseñadora gráfica. Hace cinco años, Quiroga asistía a una universidad en Colombia cuando se cruzó con un taller de narración. Asistió al taller esperando que la preparara para dedicarse a una especialización en teatro. Después de la segunda clase, se dio cuenta de que ella tenía más interés en contar cuentos. Entonces, empezó a narrar durante su tiempo libre. A los 30 años, había trabajado como ingeniera industrial, diseñadora gráfica y periodista de televisión, radio, y prensa escrita. Aunque tenía éxito, no era feliz. “Tenía todo que lo quería tener, pero no era feliz porque todo el tiempo había trabajado en cosas muy prácticas. En

Foto | Lurah Lowery

Carolina Quiroga Hurtado, oriunda de Cali en Valle del Cauca, Colombia, descubrió su amor por la narración a temprana edad.

Foto | Contribuido

Carolina Quiroga Hurtado disfruta contando cuentos sobre los estereotipos que tiene la gente y sugiere la forma de superarlos.

realidad, no interactuaba con personas en el modo que quería hacerlo. Un día, decidí que iba a ahorrar dinero y decidir luego qué hacer”. Quiroga le contó a un amigo cómo quería cambiar radicalmente su vida. Había decidido hacerlo yendo a Nepal a meditar. Su amigo le dijo que ir a meditar era una idea loca. Le dijo que como ella era cuentacuentos en su tiempo libre, debería hacerlo profesionalmente. Ella estaba escéptica, pero decidió hacer una búsqueda en Internet sobre programas de narración oral. Encontró una maestría en lectura y narración en East Tennessee State University y decidió inscribirse. Llegó en enero del 2012 y se graduó en diciembre del 2013. “Me impresionó con su habilidad para la narración y su estilo”, dijo la profesora de narración Delanna Reed. “Fue evidente rápidamente que ella tiene su propio modo único de contar, muy

animado y energético. También le gusta contar cuentos que vuelven a la audiencia consciente de los estereotipos, para derribarlos y hacer justicia social. A la vez que ella está entreteniendo, también está diciendo algo importante”.

“Me tomó seis o siete años tener el control de mi vida, maniobrar el timón de mi propio barco. Toda mi vida, tuve que nadar un poco a contracorriente.” — Carolina Quiroga Hurtado

Paul Herrin, un estudiante del programa de narración, cree que Quiroga tiene una manera de acortar la distancia entre las culturas y educar a su audiencia

sobre su cultura y también sobre la cultura de la audiencia. “Ella tiene una manera de expresar y encarnar personajes diferentes muy naturalmente”, dijo Herrin. Quiroga incorpora mitología latinoamericana, leyendas e historias en los cuentos que cuenta y actúa en cada historia para cautivar sus audiencias. “Creo que cada vez que estás frente a una audiencia, tienes que adaptarte y ser flexible con el cuento porque cada audiencia es completamente diferente”, dijo Quiroga. “El modo en que reciben e interpretan la información es muy, muy diferente. Las cosas que pasan en sus vidas son diferentes”. Quiroga visitaba clases de español para contar cuentos que educan a los estudiantes en temas latinoamericanos y sudamericanos. Katrina Heil, una profesora de español en ETSU, le invitó a contar cuentos en sus clases muchas veces.


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A pesar de su experiencia en muchos campos, Quiroga encontró su pasión en contar cuentos.

Fotos | Lurah Lowery

Carolina Quiroga Hurtado cuenta sus cuentos usando muchos gestos y expresiones para atraer a la audiencia hacia la historia.

“Yo estaba impresionada porque es un verdadero talento”, dijo ella. “Creo que no me había dado cuenta de cuánto se parece a la actuación, y ella tiene un talento genuino para contar cuentos y encarnar diferentes voces. Mis estudiantes también disfrutan mucho cuando ella mezcla español e inglés con fluidez”. Quiroga trabaja con la cultura latinoamericana porque se siente más cómoda en ella. Así puede establecer más fácilmente una conexión con sus

audiencias. “Si quiero aprender de verdad, tengo que empezar con las cosas que tengo aquí”, ella dijo. “A veces las personas suelen generalizar y dicen, ‘los colombianos son colombianos, y los peruanos probablemente son menos parecidos a los colombianos, y los mexicanos probablemente son como los colombianos porque todos hablan español’. Pero todo eso es una mentira. “Si uno quiere meterse en otra cultura,

hay que sumergirse completamente en las aguas de la cultura entera. Sería muy difícil para mí porque pasé treinta años rodeada por mis tradiciones colombianas, mis tradiciones sudamericanas, mis tradiciones latinoamericanas. Para cruzar esa barrera pasará mucho tiempo”. Cuando Quiroga tenía dieciséis años su padre le preguntó que quería estudiar y ella dijo antropología, sociología, o comunicaciones. “Él me dijo que no podía estudiar ninguna de esas carreras, en su lugar podía estudiar ingeniería o medicina”, dijo ella. “Según él, no había otra profesión lucrativa y me iba a morir de hambre si decidía algo diferente”, dijo Quiroga. Cuando Quiroga tenía veinte años, estudiaba para ser ingeniera pero era tan infeliz que le dijo a su padre que si quería verla feliz, él debía apoyarla en lo que ella quisiera hacer. Él dijo sí, bajo la condición de que terminara de estudiar ingeniería. “Le dije que quería ser periodista y estudiar comunicaciones y eso le causó mucho temor a mi padre”, dijo Quiroga. “Por eso, me sugirió que debía ser diseñadora gráfica porque tengo talentos artísticos variados. Lo hice, pero

después de tres años, era infeliz otra vez. Así que esta vez, decidí no consultarle a mi padre y cambié mi especialización a las comunicaciones y el periodismo sin contarle”. “…Me tomó seis o siete años tener el control de mi vida, maniobrar el timón de mi propio barco. Toda mi vida, tuve que nadar un poco a contracorriente. Al final, hice lo que quería pero me tomó un poco más de tiempo que a los demás”. Quiroga trabajó como periodista en Colombia, en la prensa, radio, y televisión. Un poco de su videografía se puede ver en el canal de YouTube, culturajaveriana1. Aunque Quiroga no está segura de adónde la llevará el título de cuentacuentos profesional, ella está segura de que encontrará trabajo. “Creo que todas las cosas y todo el mundo tiene un cuento para contar”, dijo ella. “Siempre y cuando la gente, las empresas, las ciudades o las culturas tengan historias, habrá un mercado. Las películas, la escritura, la mercadotecnia, la etnografía y otras ciencias siempre requerirán alguien para ayudarles a contar su historia”. (Escuche algunos cuentos en http://caroquirogah.wix.com/caroquirogah)

Traducido por Korey Look. Páginas diseñadas por Megan Garman


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Estudiar lejos de casa Jessica Fuller

Sherry Loera Martínez tiene 22 años y es la primera persona de su familia en ir a la universidad en los Estados Unidos. Ahora está a 2.200 Km de casa. “Cuando llegué estaba preparada para todo excepto para el choque cultural”, ha dicho Loera. Loera pasa semestres enteros sin ver a su familia porque sus parientes más cercanos, sus tíos, viven en Atlanta. Sus padres no son residentes legales en Estados Unidos, así que no pueden cruzar la frontera. Loera sólo puede visitar a sus padres y a sus hermanos menores durante las vacaciones de verano. Según el Departamento de Educación, la mitad de los 21 millones de estudiantes universitarios matriculados en otoño de 2010 eran estudiantes de primera generación como Loera. Loera siente que Matamoros es su hogar, una ciudad mexicana en la frontera con Estados Unidos. Nació en California, por lo que es la única en la familia que tiene la ciudadanía estadounidense. Ella y su hermana, de 21 años, son las primeras de la familia matriculadas en la universidad y Loera es la primera que estudia en Estados Unidos. Loera estudia actualmente para terminar su segundo año de Relaciones Públicas en Milligan College, en Johnson City, Tennessee. “Quería salir del nido, quería hacer algo distinto”, ha dicho Loera. “Simplemente quería proponerme un reto”. Milligan es una universidad cristiana privada con unos 1.000 estudiantes. 42 de estos estudiantes son latinos, lo que significa que el porcentaje de latinos es inferior al cinco por ciento en la comunidad estudiantil. En 2010, un informe de la organización Education Trust descubrió que sólo un 13 por ciento de los

Foto | Jessica Fuller

Sherry Loera, una estudiante de segundo curso de relaciones públicas en Milligan College, está a 2.200 Km de su casa en México.

estudiantes latinos obtienen un título universitario, mientras que entre los estudiantes no hispanos se llega al 39 % y un 21 % en el caso de los afroamericanos. Los datos del censo de 2010 dicen que la población hispana ha aumentado un 43%, lo que quiere decir que los latinos son el grupo de mayor crecimiento en Estados Unidos pero el grupo con el menor porcentaje en asistencia a la universidad y en la obtención de un título. Algunos estudiantes latinos, como Loera, van a la universidad gracias

a la ayuda económica de diferentes becas. Estas becas están disponibles para estudiantes de las minorías y pueden cubrir un porcentaje o el monto completo de los costes de matrícula del estudiante y el alojamiento. Milligan ofrece diferentes becas para estos estudiantes. Loera obtuvo la beca Goah de Milligan que financia el coste de su matrícula y alojamiento. La matrícula y el alojamiento de Milligan ascienden a casi $34.000 por año. “Si no hubiera obtenido la beca, no

estaría aquí”, ha dicho Loera. Ella cree que una desventaja que tienen muchos estudiantes de primera generación, es que tienen que descubrir por sí mismos los procedimientos de inscripción o buscar información en otras fuentes. La hermana de Loera está yendo a la universidad en México, pero los sistemas son tan diferentes, dice Loera, que su hermana no pudo ayudarla. Fueron sus profesores del instituto en Brownsville los que la ayudaron durante el proceso de


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Loera hace un descanso con Joven Bass, Nina McComas y Ruth Aramburú. inscripción en la universidad. El apoyo económico familiar de Loera procede del restaurante que sus padres tienen en Matamoros. Loera prefirió continuar su educación, en lugar de involucrarse en el negocio familiar. “Era difícil porque casi nunca podía ver a mi madre”, ha dicho Loera. “Ella estaba siempre en el restaurante”. Loera ha dicho que el hecho de no ver casi nunca a sus padres la ha hecho madurar más deprisa. Ya que sus padres pasaban la mayoría de su tiempo en el restaurante, ella pasaba el suyo cuidando de sí misma y de sus hermanos menores, de 12 y 18 años. “Mi hermana pequeña es como mi bebé porque prácticamente la he criado yo”, ha dicho Loera. Ruth Aramburú, de 19 años, es amiga de Loera y su compañera de cuarto. Ella también estudia en Milligan gracias a una beca. A pesar de que su madre fue a la universidad en su ciudad natal en Perú, Aramburú y sus dos hermanos mayores, de 26 y 24 años son los primeros en ir a la universidad en Estados Unidos. Los padres de Aramburú abandonaron su cómoda vida en Perú para darles a sus hijos mejores oportunidades. Aramburú ha dicho que la educación superior [en Perú] es un reto mayor que en Estados Unidos. “Si vas con tu título universitario de

aquí a Perú, nadie te va a contratar”, ha dicho Aramburú. “También es más difícil y caro ir a la universidad allí”. Es la misma historia en México, donde Loera dice que las becas son escasas y los

préstamos no existen. “Si quieres ir a la universidad en Méjico, tienes que ser verdaderamente inteligente o bueno en los deportes para conseguir una buena beca”, ha dicho Loera. Loera hizo la escuela elemental en México y empezó a ir a la escuela en Estados Unidos cuando pasó a noveno grado. Su ciudad natal de Matamoros está justo al cruzar la frontera de Brownsville, Texas. “No deberíamos hacerlo, pero cruzamos un puente para ir al colegio durante años”, ha dicho Loera. “Al estar en la frontera, Loera dice que Matamoros es una ciudad muy peligrosa para vivir, a pesar de que la parte en la que vivía no tenía tanto índice de criminalidad como el resto”. “Oía disparos casi todas las semanas”, ha dicho Loera. El proceso de inscripción de Loera fue mucho más fácil de lo que lo es para algunos. Ella se da cuenta de que para muchos, ir a la universidad es un duro proceso que no se consigue fácilmente.

“Conocí a una chica la semana pasada y me sentí mal por ella porque no puede ir a la universidad porque no tiene papeles [de residencia legal]”, ha dicho Loera. “Yo he tenido esta oportunidad porque tengo papeles y los demás no”. A pesar de las dificultades de ser una estudiante universitaria de primera generación y de la separación de su familia, Loera mantiene en correcto orden sus prioridades. Sabe que esta oportunidad no se le presenta a todo el mundo y se esfuerza por sus seres queridos. “Yo creo que al ser la primera generación de estudiantes, tenemos que esforzarnos mucho”, ha dicho Loera. “Mis padres querían darme una buena educación porque ellos no la tuvieron, y eso es una gran responsabilidad para mí. Quiero que estén orgullosos de mí porque ellos no pudieron tenerla. Voy a aprovechar esta oportunidad, a hacerlo lo mejor que pueda, y quiero no sólo que mis padres estén orgullosos de mí, sino que también quiero ayudar a mi familia. Creo que eso es lo que me motiva”.

Fotos | Jessica Fuller

Loera estudia en la biblioteca de Milligan. Traducido por Inés Galiano Torres. Páginas diseñadas por Jed Garvey


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Negocio en Johnson City tiene grandes aspiraciones Doña Eva se especializa en tamales, con el objetivo de autenticidad Tommy Knisley

Eva Becerra y su esposo Raúl Rendón han seguido sus sueños tranquilamente. Ellos son los dueños de la Carnicería y Deli Mexicana Doña Eva, en Johnson City. En un martes por la tarde tranquilo, Becerra, Rendón, y uno o dos asistentes trabajan en la cocina preparando comida mexicana de diferentes estilos pero mayormente tamales. La puerta de enfrente suena una o dos veces cuando llegan clientes. Ellos recogen sus pedidos rápidamente y siguen su camino. Eva regresa a la cocina de nuevo. Rendón opera la cocina y de vez en cuando cuenta un chiste en español dibujando sonrisas y carcajadas en los que están trabajando a su alrededor. Así es la vida de ellos. Becerra y Rendón y muchos como ellos ven así el sueño americano. Esto es a lo que ellos aspiran. No siempre ha sido así. Ellos, como todos en la vida, han tenido que ajustarse y a veces hacer lo mejor de su

situación, pero perseveraron y ahora tienen mucho para demostrarlo. Becerra y Rendón se mudaron a Tennessee hace seis años desde Los Ángeles. En Los Ángeles, Becerra trabajaba en un taller de automóviles personalizados mientras que Rendón trabajaba para la compañía de electricidad. El trabajo principal de Rendón era conectar las líneas de luz y cables para casas recientemente construidas. La recesión económica golpeó particularmente duro a California, siendo el más afectado el mercado de la vivienda. Cuando la industria de bienes raíces llegó a un alto, Raúl no tenía suficiente trabajo. El pozo se había secado. Ellos se iban a tener que mudar. “Nosotros tenemos familia aquí en Tennessee”, dijo Becerra. “Todos ellos decían ‘Oye, vengan a vivir con nosotros aquí’ y lo hicimos; y también tenemos familia en ETSU”. Cuando se mudaron a Tennessee, Becerra era ama de casa mientras que su esposo continuaba trabajando para la compañía de luz sólo que no en

Es un típico martes por la mañana en la Carnicería y Deli Mexicana Doña Eva. Eva Becerra y su esposo Raúl Rendón trabajan en la cocina preparando tamales para la tarde.

Fotos | Tommy Knisley

Eva Becerra y su esposo Raúl Rendón se mudaron a Tennessee hace seis años desde Los Angeles.

California. Él frecuentemente trabajaba en lugares lejos de casa como en Missouri y Arizona. A Becerra siempre le había gustado hacer tamales, especialmente con la receta de su abuela. Finalmente, hace un año y medio llegó el día en que ella y su esposo decidieron abrir su propio deli mexicana. Los tamales son singulares ya que la receta varía de persona a persona. Sus orígenes son de la era AC. Los tamales eran ideales porque eran una comida completa para gente en el camino. Esto, de alguna manera, los convirtió en la primera comida para viaje ya envasada, de acuerdo a la Casa de Tamales, una página de Internet especializada en recetas de tamales. Un libro escrito por Mark Charles Miller, titulado simplemente Tamales, ilustra que los tamales pueden ser hechos de diferentes maneras, muchas de las cuales son muy simples y económicas. De acuerdo al libro, los tamales son

un platillo muy económico. Usando su propia receta, Becerra y Rendón crearon su propio producto en la Carnicería y Deli Mexicana Doña Eva. Ahora también venden otros tipos de comidas pero los tamales siguen siendo los favoritos. “Cuando la gente dice que les gustan los tamales, les digo que deberían probar la demás comida auténtica”, dice Rendón. Según Becerra, ella ve a gente que originalmente vivía en lugares como California y Nuevo México y que vienen a la deli porque quieren comida auténtica y muy parecida a lo que comían en el oeste. Poco tiempo después de abrir Doña Eva, Rendón se lesionó en un accidente de trabajo. A pesar de la circunstancia desafortunada de accidentarse en su trabajo, el accidente le dio más tiempo para que ayudar a Eva con la deli. Ellos empiezan cada mañana en la cocina preparando tamales. Primero cubren las hojas de maíz con una masa


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Fotos | Tommy Knisley

Como se requiere bastante tiempo para preparar tamales, Becerra y Rendón normalmente hacen varias docenas a la vez.

de maíz. Después se coloca el relleno de carne en el centro de la masa. Los tamales se cocinan al vapor por tres o cuatro horas. Ellos nunca cocinan sólo una tanda por vez. Como se requiere bastante tiempo para preparar tamales, Becerra y Rendón normalmente hacen varias docenas a la vez. Mientras que el proceso de preparación de tamales es un poco generalizado entre los hispanos, Eva enfatizó que cada persona típicamente tiene su propio método y receta. “Todos son un poco únicos”, ella dijo. “Esta era la receta de mi abuela”. Eva continuó diciendo que a ella le parece que los tamales tienen raíces en la región de Appalachia desde mucho antes de que ella y Rendón llegaran. Los que visitan su negocio, muchos no hispanos, a veces cuentan cómo sus familias hacían tamales antes. Sin embargo, por cada familia que creció comiendo tamales, hay una que no tiene idea de lo que son. “He tenido gente que trata de comer el tamal como uno burrito”, dijo Becerra riéndose. No tienen idea de cómo comerlo. Recientemente han comenzado a vender tamales en el mercado agrícola de ETSU. Rendón normalmente maneja la minivan hasta el campus cada jueves por la mañana e instala el puesto. “Empezamos vendiendo en el

mercado agrícola de Johnson City y luego oímos de uno en ETSU”, dijo Rendón. Rachel Ward era la supervisora del mercado agrícola de ETSU en aquel momento. “Fue fabuloso trabajar con Rachel”, dijo Rendón. Aparte del ingreso con los dos mercados, ellos también ven un aumento de ventas cerca de Navidad. Según Becerra, los tamales son un platillo popular para los días festivos,

siendo más populares los tamales de pollo y de jalapeño. Sin importar la época del año, Becerra y Rendón pueden disfrutar el sueño americano de poseer y operar su propio negocio. Saludan a cada cliente con una sonrisa y ofrecen un servicio rápido. Aparte del negocio, Rendón está inscrito en clases de inglés en ETSU, para reforzar su habilidad con el idioma. En el futuro a ellos les gustaría tener mesas y expandir sus productos

a tiendas de abarrotes locales. Sin embargo, por ahora están contentos donde están. La Carnicería y Deli Mexicana Doña Eva está localizada en el centro comercial en la autopista que va a Bristol. Está al lado de Carl Gregory Chrysler Jeep Dodge y directamente enfrente de East Tenn Rent-Alls. “Quien sabe,’ dice Becerra”. “Veremos hacia dónde va; quizás podamos tener una operación grande algún día”.

A Becerra siempre le había gustado hacer tamales, especialmente con la receta de su abuela.

Traducido por Virginia Aquino. Páginas diseñadas por Lorelei Goff


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Ciclista comparte su pasión por el ciclismo en Johnson City Alex Hood

Es una mañana de domingo. Las calles de Johnson City están inusualmente ocupadas a esta hora del día. Hay una maratón y la policía está dirigiendo el tráfico en cada intersección. Algunos participantes, que parecen agotados, están trotando por un estacionamiento a orillas del campus de ETSU donde un grupo de personas ha empezado a reunirse. Uno por uno, los autos salen de la cola de tráfico paralizada, pasan por la sombra del imponente Mini-Dome y se abren camino hacia el estacionamiento.

Una de las últimas personas en llegar baja de su SUV y quita su bicicleta de la parte posterior. Mientras lo hace, otros ciclistas circulan por el estacionamiento, preparándose para el paseo mientras esperan. La mujer, de chaqueta blanca, lentes azules y ropa de montar, camina hacia un grupo de ciclistas, que ya ha se unido detrás del aparcamiento. Saluda a los demás con una sonrisa familiar. Después de uno o dos minutos de conversación amigable, los ciclistas se montan en sus bicicletas y ella se va con un rápido saludo con la mano. Este es un escenario que Varinka

Williams, una ciclista de 47 años de Johnson City y madre de cuatro hijos, experimenta cada semana. Williams tiene pasión por el ciclismo, actividad que descubrió de niña creciendo en la República Dominicana y no la redescubrió hasta hace unos 6 años. “Yo era como un muchacho”, dijo ella. “Mi madre siempre me regañaba... porque yo pasaba mucho tiempo en la calle andando en bicicleta. Y me olvidé de esto. Porque estaba en otro país”. Después de que Williams se mudó a los Estados Unidos, enseñó una clase de spinning cuando vivía en Michigan.

Foto | Contribuido

Cuando Varinka Williams se mudó a Johnson City, la escena de ciclismo local estaba fragmentada y era demasiado exclusiva.

Foto | Alex Hood

Varinka Williams (con chaqueta) empieza un paseo de domingo por la mañana con el Club de Ciclismo de Johnson City.

Ella dijo que los ciclistas que tomaban su clase siguieron invitándola a montar con ellos. Después de que un ciclista particularmente insistente le ofreció prestarle una bicicleta, ella se rindió y se fue con ellos a un paseo de 56 kilómetros. Este primer paseo encendió de nuevo esta pasión que no había experimentado en casi 30 años. “Yo me decía ‘Dios mío. ¡Esto me encanta!’ Pues, era una pasión… de la que me había olvidado y entonces volvió. ¡Lo recuerdo!” El entusiasmo que tiene Williams por el ciclismo no es algo que quiera guardar para sí misma. Dice que cuando se mudó a Johnson City, la escena del ciclismo local estaba fragmentada y era demasiado exclusiva. El único club era un grupo llamado el Tri-Cities Road Club. Williams dijo que fue entonces cuando se dio cuenta de que el ciclismo


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debía ser más accesible a otras personas que quisieran montar en bicicleta. Así que ayudó a empezar un grupo pequeño y más local llamado el Club de Ciclismo de Johnson City para integrar a todos los ciclistas menos hábiles y más informales que quisieran mejorar su ciclismo. Este deseo que tiene Williams de compartir con otros la euforia que siente con el ciclismo ha ayudado a muchos principiantes a dedicarse a esto. Una de esas personas es Jacob Dingler, quien conoció a Williams cuando él empezó a montar y se unió al Club de Ciclismo de Johnson City. Dingler montó con ella por casi dos años. “Ella me ayudó a superar las dificultades de principiante”, dijo él. “Varinka me ayudó a aprender las rutas en esta área… y siempre me está cuidando después de choques. Ella es tan paciente como ciclista y es buenísimo montar con ella”. Williams mantiene una actitud servicial con todo el mundo. Ella quiere ayudar a todos los que pueda a unirse al ciclismo y explica que cuando conoce a alguien por primera vez, lo primero que hace es preguntarse si hará ciclismo o si podría convencerle de hacerlo. Ella habla en detalle sobre todas las cosas buenas que el ciclismo puede hacer por una persona. “Provee una salida sana para el alivio mental, no solamente físico”, dijo

ella. “Es diferente a correr. Al correr, se disfruta con la adrenalina pero después empieza el dolor. Y las ampollas. Y ahora me duelen las rodillas”. Como ejemplo de estos beneficios, ella cuenta una historia sobre un paseo en Florida en el cual todos menos cinco habían abandonado antes de los 129 kilómetros. Eventualmente llegaron a una colina y todos empezaron a competir para llegar a la cima. Después, se enteró de que el hombre que parecía estar en un estado físico increíble y había llegado a la cima antes que ella era un instructor de ciclismo de 71 años. A pesar de su amor por el ciclismo, dice que todavía le resulta intenso. La resistencia necesaria para competición es extrema. “En este paseo en particular…tal vez hicieron un promedio de 37 ó 38 kilómetros por hora. Y eso es en más de 160 kilómetros.” dijo su esposo Gordon Williams, un ciclista más informal. “Yo lo hago por diversión y recreación”. Williams dice con una risa, “¡Él tiene que montar o si no, no me va a ver”! Pero la competición intensa y la resistencia necesaria no son las únicas contingencias del deporte. La alegría pura de ir por curvas a 48 kilómetros por hora no viene sin riesgos. “Cuando montas una bicicleta en el camino, si chocas, va a ser muy malo”,

Foto | Bird’s Eye View

A pesar de su amor por el ciclismo, Williams dice que todavía le resulta intenso. La resistencia necesaria para competición es extrema.

Foto | Alex Hood

Cuando conoce a alguien por primera vez, lo primero que hace Williams es preguntarse si hará ciclismo o si podría convencerle de hacerlo.

dijo ella riendo. “El día que yo choque en tiempo para probar otro pasatiempo. bicicleta, no va a ser lindo”. “He empezado a correr. No tengo En 2013, Williams se tomó un año idea de por qué”, dice ella riendo. libre de competiciones para entrenar a “Estoy entrenando para una maratón en otros en su grupo para la temporada de noviembre. Planeo correrla llevando una carreras. Aunque planea volver a competir camisa que diga ‘¡prefiero estar en mi el año que viene, ha aprovechado este bicicleta’”! Traducido por Robert Vance. Páginas diseñadas por Tim Morris


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Proyecto de ETSU ayuda a migrantes Meta: inscribir a agricultores en Health Network y mejorar su acceso a historial médico Bryce Phillips

La primera vez que Santiago Funes visitó un médico en sus 25 años como trabajador agrícola migrante fue después de que sufrió un ataque cardíaco y tuvo que someterse a una cirugía a corazón abierto en el Johnson City Medical Center. Funes dijo que no sabe qué le causó el ataque cardíaco, y que la razón por la que nunca había visitado un médico era porque no tenía transporte. Antes de la cirugía, Funes no tenía ningún tipo de historial médico y el que ahora tiene en el este de Tennessee permanecerá allí mientras viaja de regreso a México. Como Funes no tendrá su historial médico consigo, cualquier médico que él vea en el futuro tendrá dificultad para conocer su historia médica. Una organización sin fines de lucro llamada Migrant Clinicians Network [Red de Médicos Clínicos para Migrantes] tiene un programa que procura ayudar a los trabajadores migrantes como Funes. El programa internacional Health Network [Red de Salud] de la organización

Fotos | Bryce Phillips

Los estudiantes Grace McCord, Anton Fisher, Kip Weaver, Kent Starkweather y Andrea Firth analizan su proyecto.

Estudiantes de la clase anual Investigación y Práctica en Salud Rural se reúnen con la Dra. Sharon Loury, segunda de la izquierda.

almacena y transfiere historias clínicas electrónicamente. Health Network comenzó como una extensión de un programa llamado TBnet, que fue fundado en 1995 para monitorizar la tuberculosis en los trabajadores migrantes. Hoy en día, el objetivo es facilitar el seguimiento de enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y dolor crónico, para que los trabajadores puedan tener un constante cuidado de la salud. En 2012, Migration Clinicians Network reportó la matriculación de 1.119 pacientes en su Health Network. Esto es un aumento del 80 por ciento con respecto a los 620 pacientes reportados en 2011.

El administrador de Health Network, Ricardo Garay, dijo que todos los pacientes que emigran para trabajar son elegibles. También dijo que las clínicas no tienen que cumplir con ningún criterio para inscribir a los pacientes y que pueden inscribirlos ya sea imprimiendo y completando el formulario de Health Network y enviándolo por fax o pidiendo al paciente que llame a Health Network por su cuenta. Según Migrant Clinician Network, la clínica médica debe comenzar el proceso de inscripción para el paciente. Garay dijo que esto es porque Health Network debe anclar al paciente a la clínica médica para que tenga un punto de partida para obtener el historial médico del paciente.


Verano 2014 | El Nuevo Tennessean | 23

El Dr. Joe Florence dice que el curso lleva a los estudiantes a Parrottsville, Tennessee, para evaluar el uso más eficaz del programa Health Network.

El National Center for Farmworkers Health [El Centro Nacional de Salud para los Trabajadores del Campo] reporta un estimado de 3 a 5 millones trabajadores agrícolas migrantes de temporada en los Estados Unidos. “Uno de los obstáculos más grandes para inscribir a los trabajadores es la barrera de comunicación y el hecho de que los trabajadores no quieren ir a las clínicas porque están trabajando en los campos”, dijo el estudiante de medicina del segundo año Kip Weaver. Weaver y otros cinco estudiantes de East Tennessee State University están ayudando con el Servicio Médico Rural de Parrotsville, Tennessee, para evaluar la mejor manera de usar el programa de Health Network. Los seis estudiantes de ETSU son estudiantes de medicina, enfermería y salud pública y están completando una clase anual llamada Investigación y Práctica en Salud Rural, la cual es parte de la especialización de Cuidados Primarios Rurales de ETSU. El Dr. Joe Florence, la Dra. Sharon Loury y el Dr. Ken Silver enseñan la clase. Florence dijo que la clase se divide en dos segmentos, uno que se lleva a cabo en el verano y uno en el otoño. Durante el semestre de verano de 2013 los estudiantes se reunieron con los miembros de la clínica de Parrottsville y discutieron las necesidades de esa

organización. Después de reunirse con Karin Hoffman, directora del Programa Migrante en la clínica de Parrottsville, Ashton Fisher, un miembro del grupo, dijo que el grupo decidió concentrarse en ayudar a los trabajadores migrantes a que tengan historiales clínicos que sean fácilmente accesibles. “Sólo le preguntamos, ‘¿cuáles son algunos de los problemas que ve?’” dijo Fisher. “Una de las cosas que [Hoffman] dijo que era un gran problema es que ve a los trabajadores en los exámenes físicos y luego nunca más tiene contacto con ellos. Realmente no hay ninguna continuidad en el cuidado con estos exámenes aislados. Fisher dijo que el objetivo principal del proyecto es ver si tendría sentido que el Servicio Médico Rural de Parrottsville intente inscribir a los trabajadores migrantes en Health Network durante los exámenes físicos de la clínica. Los exámenes físicos proporcionan diferentes tipos de servicios y se llevan a cabo en diferentes lugares, tales como edificios de apartamentos y fincas. Muchas personas asisten a los exámenes y no está claro cuántos de los asistentes son trabajadores migrantes. Fisher dijo que su grupo asistió a los

exámenes de 2013 y durante su tiempo allí el grupo trató de contar cuántos de los pacientes eran trabajadores migrantes elegibles para la inscripción en el programa de Health Network. Durante los exámenes los estudiantes utilizaron un cuestionario que preguntaba si los pacientes habían inmigrado para trabajar y a dónde planeaban viajar después. Los datos recibidos de los cuestionarios siguen siendo procesados y analizados. Kent Starkweather, un miembro del grupo, dijo que si los datos muestran que muchos trabajadores migrantes asistieron a los exámenes de 2013, el grupo puede informar a la clínica de Parrottsville que sería una buena idea tratar de inscribir a los trabajadores con Health Network durante los exámenes futuros. Karin Hoffman dijo que la clínica de Parrottsville inscribió a 10 personas con Health Network durante la temporada de cosecha de 2013. Dijo que la inscripción no es un proceso difícil, pero lleva mucho tiempo. Al principio trató de inscribir a la gente durante los exámenes físicos en la clínica, pero debido a la gran cantidad de gente que va y al corto tiempo que duran los exámenes, decidió no hacerlo. Las 10 personas que se inscribieron lo hicieron durante visitas en la casa y en la

clínica. Después de que termine este semestre, los estudiantes van a tomar otras clases y vendrá un grupo nuevo de estudiantes. Los estudiantes nuevos no tienen que seguir el mismo proyecto, pero pueden si así lo deciden. “Con suerte, si les gusta esta idea, el próximo año tal vez puedan hacer un paso adelante y decir, bien, vemos ahora que es factible y que funcionará. Y ahora podemos ponerlo en práctica o si no es factible, ¿de qué otra manera podemos resolver el problema?”, dijo Fisher. Ricardo Garay, el administrador de Health Network, dijo que si Santiago Funes se hubiera inscrito en el programa, su situación actual podría haber sido diferente. “Para una situación como ésta, una clínica debe ser responsable de identificar a un paciente migrante o que se muda a sitios diferentes,” dijo Garay. “Después de que una clínica identifique a pacientes como éstos y los pacientes estén en el programa, vamos a empezar a garantizar su continuidad de cuidado. Muchas veces, esto podría determinar que nosotros programemos una cita para ellos, transfiramos sus historiales médicos y establezcamos interpretación para el paciente”.

Fotos | Bryce Phillips

Muchos migrantes no ven a un médico regularmente, lo que dificulta su acceso a cuidado de la salud adecuado y consistente.

Traducido por Liz Dobbins. Páginas diseñadas por Eryn Samuels


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Centro de Recursos del Idioma y la Cultura en ETSU Eventos Comunitarios Corazón Latino, un festival de un día situado en Jonesborough, TN, celebra la unidad a través de actividades culturales para toda la familia. Cada semestre de otoño, el Día del Estudiante Hispano trae a estudiantes secundarios hispanos del área a la universidad para darles un día de introducción a ETSU y a la vida en el campus. Deportes para Todos (S4A) es una clínica de fútbol para niños dedicada a desarrollar el trabajo en equipo, que tiene lugar cada semestre de primavera.

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