El Nuevo Diario

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ESFERA DEL FOLKLORE

SABADO, 28 DE DICIEMBRE DE 2013

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Exorcismo católico y la religón africana MOISÉS VARGAS (ANTROPOLOGO CULTURAL) moises1049@hotmail.com

( I DE III )

as palabras «exorcista» y «exorcismo» tienen la misma raíz: Una palabra griega que significa “dar órdenes de forma autoritaria”. Hace referencia al hecho de emplear la autoridad de Cristo para decirle al Diablo que salga de una persona y vuelva al infierno al que pertenece.

L

Jesucristo fue el primer exorcista. En el Nuevo Testamento aparecen varias ocasiones en que Jesús se acercó a personas poseídas y expulsaba al diablo de ellas. La única imprecisión es decir que fue el primero, porque antes de la época de Cristo ya había rabinos que podían hacer lo mismo. Así pues, el exorcismo forma también parte del judaísmo. El exorcismo existe desde el principio de todo. En muchas partes del Antiguo Testamento se nos habla de gente que tuvo encuentros con el demonio, y de rabinos que pudieron expulsar al Diablo. Así pues, el exorcismo forma parte de la tradición judaica. Pero el tema adquiere relevancia en la época de la vida de Jesús, porque los casos en que él expulsó al demonio se hicieron evidentes de forma visible e inmediata. ¿Cómo evolucionó este rito del exorcismo hasta la fórmula de la Iglesia? Al principio, Jesús realizaba exorcismos y después de él los apóstoles y más tarde los sucesores de los apóstoles (los obispos y los sacerdotes), cada vez que se encontraban con un caso de posesión diabólica. A medida que las cosas se fueron formalizando y extendiendo durante los siglos, la Iglesia formalizó muchas de

sus prácticas litúrgicas y ceremoniales. En los siglos XIII y XIV se comenzó a desarrollar una ceremonia para el exorcismo, que en 1583 y 1584 se convirtió en definitiva. Finalmente, en 1614, la Iglesia codificó y autorizó el uso del ritual que todavía se emplea hoy en dia. Para realizar un exorcismo, y que fuera legítimo, el sacerdote debe haber sido nombrado por el obispo de la diócesis de la persona afectada. El ritual del exorcismo consiste básicamente en una serie de oraciones que alaban y honran a Dios, y luego se ordena al diablo que se marche. Así de sencillo. Puede llevar unas horas o unos días, o a veces años, porque el Diablo es una criatura muy terca y a veces se niega a marcharse. Pero la esencia del ritual del exorcismo es ordenar al demonio que se marche, en el nombre de Jesucristo. El proceso de un exorcismo El mejor lugar para realizarlo es una iglesia o una capilla. o bien el lugar donde la persona ha experimentado las mayores dificultades. Pero por lo general se intenta realizar en una iglesia, donde hay un ambiente de santidad y donde se dispone del Sagrado Sacramento, el cuerpo y la sangre de Jesús. Sin embargo, es corriente que una persona poseída se niegue a estar en presencia del Sagrado Sacramento, y entonces el ritual debe realizarse en la sala contigua. Cuando una persona va a recibir un exorcismo, el obispo comisiona a un sacerdote, que a su vez necesita la ayuda de otras siete u ocho personas, que realizan distintas tareas: rezar, inmovilizar al afectado, o simplemente vigilar al exorcista para asegurarse de que no sufra agotamiento. La ceremonia del exorcismo suele comenzar con la celebración de la misa. A continuación se realiza propiamente el rito del exorcismo con una serie de oraciones en primer lugar van directamen-

te al problema: intentan determinar de qué diablo se trata, intentan averiguar su nombre e intentan, en nombre de Jesús, expulsar al diablo en cuestión inmediatamente. Pero puesto que el diablo es una criatura terca y orgullosa, suele negarse a marcharse en principio del exorcismo. Aunque en último término debe abandonar a la persona, puede ejercitar su orgullo y terquedad durante un largo periodo de tiempo, y hacer que el afectado se resista. Por eso hace falta gente que inmovilice a la víctima, para que esta no salga volando hacia el techo o cosa similar. El ritual es básicamente muy corto, pero luego se emplean oraciones y órdenes adicionales y durante el mismo ritual se suele salpicar agua bendita sobre el afectado. En la mayoría de los casos, el agua bendita no provoca una reacción violenta. Pero en ocasión echaron agua bendita sobre una persona durante el exorcismo, y esta persona se puso a gritar. Basta! ¡Me estás echando aceite hirviente! Naturalmente, el problema no era el agua fría, sino que era agua bendecida por la Iglesia para esta ceremonia en particular, y tenía poderes espirituales. La versión bíblica de cómo fue Lucifer expulsado del cielo ¿Por qué sucedió? Es muy difícil saber lo que pasó en el cielo antes de que fuera creado el hombre, o incluso ahora. Pero en el Apocalipsis, en el capítulo doce, hay una sección en la que Juan describe una guerra

en el cielo, tras la que fueron expulsados un tercio de los ángeles por negarse a cumplir las órdenes de Dios. Estos ángeles se convirtieron en lo que llamamos demonios que están bajo el mandato de Satán o Lucifer y se niegan a escuchar a Dios. Si vamos al Génesis y leemos la historia de Adán y Eva y su encuentro con la serpiente, que se identifica como el demonio, encontramos que las dos principales causas de la caída fueron el orgullo y la desobediencia. Y como la mayoría de los teólogos, que lo mismo aconteció con los demonios. Santo Tomas de Aquino, por ejemplo, declara, en su gran trabajo teológico, Summa Teológica, que cree que los Ángeles fueron puestos a prueba: se les mostró una visión de Dios convertido en hombre, la encarnación (la Navidad, en otras palabras), y se les dijo que bajaran a adorar al niño Jesús. La mayoría de los ángeles amaban a Dios e hicieron lo que él les decía. Pero algunos de ellos dijeron: —No pensamos hacer eso, Dios. Tú eres demasiado poderoso. No vamos a bajar a adorar a ese niño. —Hacedlo de todas formas — les respondió Dios. Los ángeles se negaron, y desde entonces quedaron llenos de orgullo, es decir, pensaron que sabían más que Dios. Fueron desobedientes, y Dios los expulsó. Esa es la opinión de Tomas de Aquino, el gran teólogo de la Edad Media. La mayoría de la gente piensa en el demonio en singular, pone a Dios a un lado y al demonio en el otro.

¿Es el demonio una sola criatura, o hay muchos demonios? En el capítulo doce del Apocalipsis se nos cuenta la caída de los ángeles, y también se dice que un tercio de los Ángeles siguió a Lucifer o Satán. Así pues, hay muchos, muchos demonios, no solo uno. Lucifer o Satán es el líder de los demonios, que son muchos. En nuestra época mucha gente considera que el mal es una interpretación abstracta de todo lo malo que sucede en nuestras vidas. Es la eterna cuestión: ¿Qué es el mal? Filosóficamente, el mal se define como ausencia de bien, de modo que en este sentido el mal no existe. Pero para poder hablar bien de las cosas hay que personalizarlas, y así lo que ha sucedido en la época actual es que el mal ha cobrado su propia realidad. El mal es ciertamente una realidad en cuanto a sus efectos, pero no existe por sí mismo. Esto nos lleva a una idea muy interesante. Antiguamente se consideraba el mal como una fuerza malévola que actuaba en el mundo, pero hoy en dia se piensa que es una fuerza necesaria que nos ayuda a realizar el bien, nos ayuda a fortalecer nuestro músculo espiritual poniéndonos a prueba. En el plan de Dios, según la teología cristiana, hay una constante batalla entre las fuerzas del bien y las fuerzas del mal. Las dificultades, las cosas malas, dan a las personas de fe la ocasión de poder superarlas. Estas personas se hacen mejores al enfrentarse a las fuerzas del mal. La idea de que el mal es una fuerza ajena al hombre, fuera de su control. ¿Que el mal tiene su propio programa? Aquí hay que añadir una cosa, y es que el mal es el resultado de la acción de una persona real: el demonio. El demonio es una persona real y exterior al individuo; el demonio es el causante de que existan malas acciones.


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