Amaterasu Tradición japonesa
Era Amaterasu
Se ocultó en la cueva
la diosa del Sol
y el mundo murió
en antiguos mitos
porque le faltaba
del viejo Japón.
el brillo del sol.
Triste por los actos
Al ver su reflejo
de su hermano cruel
la diosa salió.
dulce Amaterasu
Vuelve Amaterasu
no sabía qué hacer.
con tu resplandor.
La más bella de las diosas de Japón era la brillante Amaterasu, la diosa del Sol. Todas las mañanas su rostro resplandecía iluminando al mundo y su sonrisa hacía brotar las flores y madurar los frutos. Su parpadeo levantaba brisas que transportaban delicados aromas a todos los rincones. Ella había nacido en el principio de los tiempos del ojo izquierdo de Izanagi, cuando este, huyendo del mundo de los muertos al que había ido para rescatar a su esposa Izazami, se detuvo en un límpido arroyo para purificar su cuerpo del contacto con la muerte. De su ojo derecho brotó la diosa de la Luna, llamada Tsukiyomi, mientras que de su nariz surgió Susanoo, el malhumorado dios del rayo, el mar y las tormentas.
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