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La voz del

EL MUNDO / LAS VEGAS, NV

ABRIL 3 DEL 2010

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Sierra Club Por Javier Sierra

Hay un nuevo Alguacil en Texas

Atrás han quedado los años de la administración Bush en los que cada gallinero -cada agencia federal- tenía su zorro -su regulador- para vigilarlo. Desde el Departamento del Interior, incluyendo el Servicio Forestal Nacional, hasta la Agencia de Protección Medioambiental ( E PA ) , q u i e n e s regulaban a la industria correspondiente eran sus más asiduos servidores. Ahora los zorros han sido sustituidos por perros guardianes, r e g u l a d o r e s comprometidos con aplicar la ley y proteger a nuestras comunidades contra la lacra de la degradación medioambiental. Uno de estos nuevos alguaciles del medio ambiente es Al Armendáriz, administrador jefe de la Región 6 de EPA, la cual comprende Texas, Nuevo México, Arkansas, Louisiana, Oklahoma y 66 naciones tribales. Cuando asumió su puesto en noviembre, Armendáriz se encontró con una agencia desdentada que convirtió en un arte el mirar al otro lado mientras la región entera generaba el 35% de los gases de calentamiento global que se producen en Estados Unidos. Al mismo tiempo, su llegada fue recibida con abierta hostilidad por el mayor y más influyente estado de la región, Texas, el cual se ha querellado contra la EPA por declarar el dióxido de carbono un gas perjudicial a la salud humana. Además, el regulador jefe del medio ambiente del estado niega la existencia del calentamiento global. “La Región 6 debería ser un líder de la protección del clima”, dice Armendáriz. “En lugar de ello, los funcionarios de Texas están intentando obstaculizar el progreso con querellas innecesarias”.

Por otro lado, Armendáriz, un méxico-americano de tercera generación de solo 40 años, es optimista en la derrota final de este obstruccionismo. “Más y más corporaciones están haciendo sus productos más verdes”, dice. “El ambientalismo crece en todos nosotros haciéndonos consumidores más sensatos. Los defensores del obstruccionismo van camino de convertirse en obsoletos junto con sus compañías”. Pero antes de llegar a ese futuro, Armendáriz tiene enormes retos que confrontar. Uno de los mayores es la contaminación procedente de las decenas de plantas de combustión de carbón que envenenan el aire de miles de comunidades. Según un estudio de LULAC, el 80% de los hispanos vivimos peligrosamente cerca de una de esas instalaciones. “Está claro que para esta administración es una prioridad reconocer y reducir la contaminación de carbón”, indica Armendáriz. “Nunca antes la EPA ha actuado usando tantas leyes para combatir este problema. Todas estas medidas van a reducir la contaminación de carbón en todo el país”. Armendáriz, un prestigioso catedrático de ingeniería civil, conoce la contaminación tóxica de manera íntima. El nació en El Paso, Texas, cerca de la Fundición ASARCO, la cual durante más de un siglo, hasta que se clausuró en 1999, emitió millones de toneladas de plomo y otros metales pesados. Gracias en parte a sus esfuerzos, la EPA negó en 2009 el permiso para reabrir la fundición. “En todo el país nos encontramos con los problemas causados por la proximidad entre las industrias y las comunidades”, dice. “Es un problema extremadamente difícil. Nuestro primer objetivo es ayudar a las personas a que tengan un buen lugar para vivir sin tener que relocalizarlas”. Armendáriz, quien reconoce que se tardará en olvidar y borrar el terrible legado de ASARCO, visitó El Paso en enero para reunirse con representantes de comunidades afectadas por este envenenamiento industrial. “Está claro que todos, incluyendo la EPA, tenemos

“El ambientalismo crece en todos nosotros haciéndonos consumidores más sensatos. Los defensores del obstruccionismo van camino de convertirse en obsoletos junto con sus compañías”. Al Armendáriz

que hacer más por la comunidad”, reconoce. “A veces, las discusiones sobre justicia medioambiental son las más difíciles cuando las personas necesitan ayuda que está fuera de la jurisdicción de una agencia. Seguiremos involucrados y unidos a la comunidad mientras avanza la limpieza de este lugar”. Otro foco de atención para Armendáriz es el legado tóxico del derrame de petróleo procedente de una instalación de Murphy Oil tras el paso del Huracán Katrina y que ha causado significativos daños en St. Bernard, Louisiana. “LA EPA ha monitoreado la limpieza de este lugar a cargo de la compañía responsable del daño”, dice. “Nosotros creemos que el contaminador debe pagar y que la EPA tiene que seguir de cerca el progreso”. Y hablando de progreso, Armendáriz muestra su gran preocupación por los costos económicos y de salud causados por nuestra adicción petrolera y carbonera, y defiende que el futuro pertenece a las fuentes energéticas limpias y renovables. “Nos gastamos miles de millones de dólares en importar petróleo”, dice. “Una economía de energía limpia y renovable nos ahorrará dinero y creará empleos”. Nos sentimos todos más seguros con este nuevo alguacil en Texas. Javier Sierra es columnista del Sierra Club. Sígale en Twitter @javier_sc.


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