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El Labrador / DOMINGO 3 de FEBREro de 2013
esté en deuda con ellos. Y es que ellos mismos también fueron parte de la dominación. La aceptaron, se transformaron económica y socialmente y han ascendido culturalmente. Hoy son profesionales, alcaldes, parlamentarios, están en las Fuerzas Armadas. Es decir, hay una absoluta incorporación. -Ellos acusan que se deben devolverle las tierras que se les quitaron. Pero, ¿acaso no hicieron ellos lo mismo con los pueblos picunches y huilliches? -Es cierto, los araucanos atacaron tremendamente a los pehuenches, y casi los liquidaron, porque los pehuenches no eran muy numerosos. Ellos (los araucanos) lucharon contra la dominación incásica y se establecieron por el país. Y lucharon contra los sectores de más al norte, con los picunches, con los diaguitas, etcétera. De modo que esto de la lucha ha sido constante. Al final, todos los pueblos se mezclan culturalmente, y se da una transferencia cultural entre ellos. -Hay quienes aseguran que los mapuches serían los verdaderos propietarios de esas tierras. El historiador Cristián Gazmuri señala que extrapolando ese argumento, llegaríamos a los primeros habitantes de América, es decir, unos 20 mil años atrás. Exagerado o no, tiene un dejo de razón. -Claro. Pero si lo que ha habido es una superposición de pueblos. Los araucanos venían de la cuenca del Amazonas, trasladándose hasta llegar acá.
Pero ya estaban acá los hombres de los conchales, los futuros changos. Habían muchos pueblos que se habían establecido en lo que hoy es el territorio de Chile. Y uno más de ellos eran los araucanos. -Hay sectores de la ciudadanía que ensalzan en demasía los atributos del pueblo mapuche o araucano, en desmedro de otras etnias. Cuando antropólogos y sociólogos de Estados Unidos o Europa se interesan por algún pueblo chileno, destacan a los atacameños y diaguitas, las etnias de mayor que habitaron alguna vez nuestro país. -Efectivamente. Diaguitas y atacameños hicieron su aporte silencioso., aunque eran pocos en número. En cambio los araucanos –a la llegada de los españoles- eran algo así como 500 mil. Era una cantidad enorme que tenía que sobrevivir de alguna manera. Pero, le debemos también a diaguitas y atacameños, desde luego…y a todos los pueblos primitivos. Es cierto, se ha exagerado la importancia de los araucanos. Porque hubo guerras, porque hubo dificultades, porque hoy en día hay un contingente humano que puede llegar a unos 800 mil. Pero hay una presencia, eso no se puede desconocer. Ahora, ¿qué se les deba especialmente algo? ¡Pero si ellos fueron protagonistas de su dominación! Ellos adaptaron todos los adelantos de la civilización europea, incorporándose al comercio, incorporándose al cristianismo. La gran mayoría de ellos son cristianos hoy en
día…y bautizados en su gran mayoría. Y militan en partidos de la derecha. Es decir, lo que ha ocurrido en una verdadera asimilación. Entonces, el país no está propiamente en deuda con ellos. Ahora, se dice que perdieron las tierras. En parte, se las quitaron, es cierto. Pero, en parte las vendieron. Por una chuica de aguardiente vendían por ejemplo- 300 ó 500 hectáreas. Tenían un dominio muy débil sobre la tierra, porque eran cazadores y recolectores fundamentalmente. En consecuencia, el arraigo sobre la tierra era algo más bien anímico, un ritual. No necesitaban tanto económicamente, y por eso pudieron desprenderse de las tierras. Además, el Estado les reservó tierras… no hay que olvidar eso. -Rolando Mellafe y otros historiadores señalan que el mapuche no maneja el concepto de propiedad privada. Por otra parte, la falta de proyección del chileno, el no esperar mucho del futuro, Mellafe la atribuye al pueblo mapuche, que jamás tuvo un sentido de trascendencia. ¿Pasará por allí el hecho de desprenderse con facilidad de las cosas materiales? -Puede ser. Hay realmente una falta de proyección. Ahora, la araucana era una sociedad segmentada, era una sociedad de tribus. No constituían propiamente un Estado , ni una organización. No tenían futuro. Estaban condenados a desaparecer, y con la llegada del español, eso es lo que ocurre. -También se ha dicho que el pueblo
mapuche es el de mayor unidad granítica, con mayor orgullo por la etnia a la que pertenece. No obstante, algunos apoyaron la causa de los españoles. -Es cierto. Y conviene recordar que adhirieron al gobierno de la República. Hubo grandes comunidades y caciques como Peñoleo, Colipi y otros más, que adhirieron a la causa chilena, y combatieron por ella. Pero desde antes, existían los llamados indios amigos. Entre las tribus, había algunas que colaboraron con los conquistadores. Iban juntos con las tropas españolas y robaban a sus hermanos de sangre, los mataban y hacían prisioneras a las mujeres para después venderlas como esclavas. Entonces, hay también una lucha interna entre los araucanos. No todo es resistencia. Hay un adaptarse y aceptar al dominador. -Son muchas las comunidades mapuches. Llama la atención que en solamente en tres de ellas se producen estallidos sociales y hechos vandálicos. El resto está totalmente incorporado… -Pero si en muchas comunidades ni siquiera quieren hablar su idioma, sino el castellano. Cuando uno les dice algunas palabras en mapudungún, se corren y prefieren hablar en castellano. Por eso digo que hay una adaptación, y eso proviene desde hace muchos años. Esto está demostrado en la historia universal. Los pueblos se van incorporando unos con otros y van creando nuevas entidades, en este caso, Chile.
Jacinto J. Ramirez Gomez Pastor Presbítero Iglesia Pestecostal Elim Chile - Melipilla
¿ES CRISTO MEJOR? El carácter único e irrepetible de Jesús Con el pasar del tiempo, una obra de arte de manos de un gran artista crece enormemente en valor debido a la reputación de su creador. Aún un mohoso cuaderno lleno de garabatos, si se descubre que pertenecía a un gran artista, pasaría repentinamente a valer una considerable suma de dineros. Para dramatizar su argumentación de que Cristo es superior a cualquier sistema religioso, el autor de Hebreos usa una analogía: ¿Quién recibe más honra, el arquitecto de la casa o la casa misma? Es lógico, el arquitecto recibe más honra; la casa es solo una expresión de genialidad. Del mismo modo, dice Hebreos, Cristo merece más honra que cualquier otra persona. Como Creador del universo, él diseñó y
“Porque de tanta mayor gloria que Moisés es estimado digno éste (Jesús), cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo.” (Hebreos 3: 3) creó a toda la gente (Leer Hebreos 1: 2). Eso lo pone en una categoría especial de grandeza, muy por encima de Moisés, Aarón y otros héroes judíos. “Por tanto”, insiste Hebreos, “considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús” (Lea Hebreo 3: 1). El merece todo el respeto y toda lealtad. Al hacerse humano, Jesús aprendió de primera mano las tentaciones y sufrimientos que la gente tiene que soportar, por lo que él puede ahora representarnos ante Dios con solidaridad (Lea Hebreos 4: 14 – 15). El autor pasa luego a demostrar que Jesús cumplió todos los requisitos del Antiguo Testamento. Él fue el único sacerdote que podía reunir en
forma permanente a Dios y a la raza humana (Lea Hebreos 7: 23 – 27). Y, por ser Dios, tenía el poder de quitar, por medio de la muerte, la barrera final de pecado entre Dios y la humanidad (Lea Hebreos 9: 11 – 15). A lo largo de los siglos, dice el escritor, Dios escogió diversas maneras de revelarse: La creación, los profetas y los escritos del Antiguo Testamento. Pero su autoexpresión completa y final culminó con su Hijo. Jesús es quien merece todo el honor. En base a lo que Jesús hizo, nosotros ya no necesitamos acercarnos a Dios mediante un sacerdote, como lo hicieran los Israelitas; La Obra de Cristo pone a
Dios al alcance de todos los que tienen fe en él. Y Dios ya no mora en un templo elaborado; nosotros nos hemos convertido en su casa (Lea Hebreos 3: 7), en su obra de arte. Amado lector, al leer esta reflexión, usted debe concluir con una decisión para alcanzar las promesas que albergan las escrituras, para todo aquel que cree y confiesa que Jesús es el Hijo de Dios y a través de esta decisión aceptar la autoridad y el poder que nos da, para ser hechos hijos de Dios. Reconciliándonos y sacándonos de encima el peso de condenación que nos legó por la desobediencia el primer Adán. Hoy Jesucristo el segundo Adán, a través de la fe nos da seguridad, resposo, y nos abre la puerta, para volver al estado original de la gloria de Dios.