

REDACCIÓN PROFESIONAL
TOMÁS ALMAGUER HERNÁNDEZ
LEÓN, GUANAJUATO A 11 DE ABRIL DE 2023
Hola, mi nombre es Carlos Delgado, pero en mi casa de cariño me dicen Carlitos y estoy aquí para contarles la historia de mi vida, la cual comienza un 30 de abril de 2007, mi vida ha estado llena de problemas constantes que nunca terminan, el primero de ellos fue nacer, no todos lo saben y no es algo que me guste contar, siendo sincero, no me gusta que las personas sepan sobre mí, pero creo que es necesario empezar a hacerlo o al menos eso me dijo mi psicóloga el día de ayer; mi mamá tuvo un embarazo de alto riego, ya que antes de mí había tenido 2 abortos; cuando llego el día de mi nacimiento, cuenta mi mamá que nadie estaba con ella en casa, mi papá estaba en el trabajo, como de costumbre y no podía hacer nada para salir a acompañar en el parto a mamá, así que tomo un taxi y cuando llegó al hospital se dieron cuenta que el líquido amniótico se había terminado, así que ya se imaginarán la urgencia con la que trataron mi nacimiento; estuve 3 días en la incubadora y después de eso pude por fin regresar a casa con mis papás.
Mi mamá, Lucía es Licenciada en derecho, igual que mi papá, Erick; se conocieron en la facultad y con el paso del tiempo, además de formar una familia, decidieron abrir su propio despacho de abogados el cual es muy famoso aquí en CDMX, así que comprenderán que nunca están en casa y por lo tanto crecí yo solo, en mi casa o en casa de mis abuelos, lo cual no me agrada nada porque desde pequeño, mi abuela Verónica o Verito como me obliga a decirle para no hacerla sentir mayor, me pega cuando hago algo que ella considera malo; en esa casa no todo es tan malo, hay un cuarto en el que me gusta mucho estar, pues cuando estoy ahí siento que puedo ser yo y no importa nada más en el mundo, pero cuando salgo de ahí es como si todo se tornara oscuro y prefiero esconderme, no me gusta hablar con nadie, soy muy introvertido y odio estar en lugares en donde hay mucha gente, lo cual por el trabajo de mis padres, es imposible. Desde que nací he sido un niño con un peso elevado, no tenía importancia para mis padres y a los 3 años, tampoco lo era para mí, hasta que entre a preescolar y descubrí que justo ahí empezaría mi pesadilla más grande, Tadeo. Entré a preescolar a los 3 años, en maternal “E”, mi maestra se llamaba Abril, era alta, muy delgada, de ojos cafés, usaba lentes y tenía cabello largo y ondulado color café, era muy buena, jugaba mucho con nosotros y a la vez nos enseñaba, pero fue
entonces un día en el que entro a mi salón de clases Tadeo, al principio nos hicimos amigos, recuerdo que jugaba con él en los recesos y compartíamos comida, pasó el tiempo y fuimos avanzando de grado hasta llegar a especial de inglés, Tadeo ya se había convertido en mi mejor amigo tras pasar 3 años juntos en el mismo salón, sus papás y los míos eran amigos también, así que había fines de semana en los que se quedaba a dormir en mi casa y yo en la suya, realmente era una amistad verdadera.
El primer día de clases en especial de inglés llegó un niño nuevo que se llamaba Jared, como de costumbre teníamos planeado Tadeo y yo sentarnos en la misma mesa, pero la maestra nos asignó los lugares y a él le tocó sentarse con Jared, era un niño y realmente no me preocupaba el hecho de que me cambiara por el nuevo, pero así fue, un día de la nada empezó a rechazarme
Carlitos – Tadeo, Tadeo traje un nuevo juguete ¡vamos a jugar!
Tadeo – Tú ya no eres mi amigo, hazte para allá.
Jared – ¡Sí, gordo! tú ya no eres su amigo, ahora es mi amigo.
Carlitos – Pero Tadeo, tú y yo siempre hemos sido amigos, tal vez podríamos juntarnos ahora los tres, Jared, tú y yo.
Jared – Yo no me junto con niños gordos, vete a buscar amigos a otro lado.

Recuerdo que esa fue la conversación que terminó con nuestra amistad, al principio no le di importancia al adjetivo “gordo”, pero después ese adjetivo fue creando una inseguridad en mi vida muy grande; decidí empezar a hacer las cosas solo, era algo de lo que ya estaba acostumbrado porque como ya les he mencionado, mis padres nunca están en casa y en casa de los abuelos me la paso encerrado en mi cuarto mágico, así lo llamé, para que mi abuela Verito no se enojara y no me pegara. En los recesos me iba a un rincón a desayunar, pues nadie se juntaba conmigo, era la “bola rara”, un apodo que ya me había puesto Jared, sin duda alguna con la ayuda de Tadeo. Terminé ese ciclo escolar y estaba emocionado porque comenzaría una nueva etapa en mi vida, la primaria, creí que al pasar de grado mi vida cambiaría y lo que había vivido en ese año, acabaría; me llevé una gran sorpresa al darme cuenta que habían inscrito a Tadeo y a Jared en la misma primaria que a mi y para hacer peor aún más esta vida, nos asignaron a los 3 en el mismo salón 1° B. Como era de esperarse Jared le dijo a todos que me llamaran “bola rara”, cuando mencionaban mi apodo frente a la maestra, ella los regañaba y les decía que si me volvían a decir así, los iba a regañar y les pondría tarea extra, a varios compañeros así les ocurrió, pero en vez de dejarme en paz y no llamarme así, me hacían más cosas para burlase de mí, me pegaban letreritos en la espalda, escondían mis cosas, me tiraban mi desayuno y muchas cosas más, como consecuencia de esto mis calificaciones bajaron muy notablemente, cuando mis papás se dieron cuenta de eso, hablaron conmigo
Mamá – Hijo, ¿qué está pasando?, ¿por qué de pronto bajaron tus calificaciones?
Carlitos – Mami, es que no me gusta esa escuela, quiero cambiarme a otra.
Papá – ¡Esa no es una excusa!, ¿dinos por qué tus calificaciones bajaron tanto?
Carlitos – En serio papá, no me gusta esa escuela, por eso mis calificaciones bajaron.
Mamá – Además, ya no invitas a Tadeo a casa ¿por qué?
Carlitos – Es que está muy ocupado, por eso no lo he invitado.
Papá – Pues mañana los invitaremos a la casa, así que te alistaras para recibirlo.
Carlitos – Sí papá, está bien.
Era evidente que no les había contado nada sobre Tadeo a mis papás, no me iban
a creer, aparte me daba miedo que se enterara y me hicieran más cosas en la escuela, de por sí ya era un infierno, no quería saber cómo reaccionaría si les hubiera dicho a mis papás.

Tocaron a la puerta y mi papá pidió que abriera, lo hice y eran Tadeo y sus papás, los cuales me saludaron con mucha alegría, ellos seguían creyendo que éramos muy buenos amigos, así que nos mandaron a mi cuarto a jugar
Tadeo – Yo no voy a jugar contigo “bola rara”.
Carlitos – Tadeo, no entiendo qué hice para caerte mal y que me trates así, antes jugábamos muy bien y éramos buenos amigos.
Tadeo – ¡Entiende que ya no soy tu amigo!, yo no me junto con gordos como tú, ¡me das asco!
“Me das asco” esas palabras aún resuenan en mis oídos, fueron las que dejaron marca en mí y desde ahí decidí creer que era justo que me hicieran esas cosas malas por ser gordo y estar feo, mis compañeros no merecían convivir con alguien como yo, era una ofensa para ellos respirar el mismo oxígeno de alguien gordo, feo y asqueroso como yo.
Yo sabía que no podía encajar en una sociedad que menospreciaba a una persona como yo, pero no lograba entender que era lo que hacía ser que fuera de esa forma, no por el hecho de estar gordo, quería decir que tendrían que tratarme de una
manera tan grotesca.
Trataba de no aparentar el hecho de que al que consideraba “amigo” me haya dicho esa palabra, que me marcaria por siempre.
Carlitos – No logro entender aun, porque me tratas así, yo no te hecho ningún mal.
Tadeo - ¿Todavía lo preguntas?, mírate, no te das cuenta que eres una “bola rara”, nadie se quiere juntar contigo y de verdad me da mucha pena el saber que las demás personas de alguna u otra forma sabían que teníamos contacto.
Al pasar los días me daba cuenta que no podía seguir estando así, mis compañeros no querían juntarse conmigo, ni mucho menos saber de mi existencia, pero aún más me dolía el hecho de que el que solía estar conmigo, al que consideraba “amigo” me menospreciaba por el hecho de estar gordo.
Insistía en pretender cambiarme de escuela, no quería tener otras alternativas para poder zafarme del infierno que estaba sucediendo en estos momentos, solo quería empezar de nuevo y tratar de que la gente me aceptara tal y como soy, me atormentaba no poder tener un amigo con el cual jugar y pasar momentos, porque era la etapa donde podía socializar más, pero a mí no se me daba, o más bien no encajaba en ningún círculo social.

Pasaron los días, las semanas y yo no quería saber de nada, me daba miedo al poder contar lo que me estaba pasando, lo que estaba sucediendo en la época donde algún día pensé que sería la mejor que podría pasar un niño.
Un día común y ordinario, en el cual estaba en el receso como siempre solo, me encontraba desayunado en aquel rincón donde siempre me solía sentar, yo optaba
por querer aislarme para que no me hicieran cosas, o me recordaran lo que soy para ellos, ya que eso me hace sentir mal, ya que no les bastaba con el simple hecho de estarme hacerme cosas en el aula, donde suelen aventarme, papeles o esconderme mis cosas para estarme haciendo la vida imposible.
A lo lejos, escucho murmullos y gente acercándose, por algún momento se me vino una sonrisa a la cara de alegría al saber que por fin alguien se vendría a encontrar conmigo y a hacerme compañía, pero en tan solo unos segundos mi expresión cambio al ver que eran Jared y Tadeo con los demás del grupo, y mi mente se nublo al saber que me harían cualquier cosa por estar solo como lo suelo estar, veo que Jared con una sonrisa de oreja a oreja viene hacia mi….
Jared – Hasta que por fin te encontramos “bola rara”, ¿creíste que no encontraríamos tu hábitat?
Carlitos - ¡No, por favor no me hagan nada! - ¡Yo no les he hecho ningún mal, por favor se los vuelvo a repetir, déjenme en paz!
Por algún momento creí que a Tadeo se le vendría algún recuerdo que hayamos vivido juntos y me defendería, pero paso todo lo contrario, el comenzó lo que sabría que sería uno de los peores días de mi vida,
Tadeo - ¡Dame tu almuerzo, gordo! – tu no deberías de estar comiendo más, ¿acaso quieres reventar?
Tadeo – Quítenle todas sus cosas, veremos qué tan “hombre” puede ser, a ver si se puede defender la bola esta.
Por un momento entre en pánico, mi vista se nublo al igual que mi mente y solo pensé que tendría 2 alternativas, en defenderme o poder quedarme sin decir nada, pues resulto que como siempre no hice nada para defenderme, por el miedo de que lo volverían a hacer y se enfadarían, y no podría librarme de ellos nunca, y ellos sabrían que no haría nada al respecto, a lo que respondí…
Carlitos - ¿No les basta con estarme haciendo maldades todo el día? –Suplicaba para que se fueran y me dejaran solo.
Carlitos – Es el único momento en el cual puedo librarme de ustedes y siguen haciéndome daño, ¿Qué más quieren de mí? –hice la pregunta con un tono elevado y por pensar que los ahuyentare, pero creo que fue lo peor que pude haber hecho.
Jared – El gordo piensa que porque nos hable con ese tono nos iremos, pero estas equivocado.
En este momento sabría que se avecinaba lo peor que me pude imaginar y paso.
Tadeo - ¡Agárrenlo!, vamos a ver a hacer lo que hemos estado planeando desde un inicio, ya estuvo bueno de no hacerle nada a esta “bola rara”, me molesta tu existencia, no tolero el hecho de saber que estas aquí.

En este momento aún estaba en blanco, entre en un estado de shock porque no sabrían que harían, a lo que solo me quedo cerrar los ojos y pensar que todo terminara rápido para no sentir más daño.
Me rodearon entre todos y me golpearon hasta dejarme inconsciente, en el transcurso de los hechos solo escuchaba las voces no con claridad, pero si alcanzaba a escuchar a Jared y a Tadeo más que nada que se reían mientras me golpeaban.
Jared – Denle más fuerte, para que sepa que nadie nos puede hablar en un tono elevado y sepa quiénes somos jajajaja.
Tadeo – Nadie se enterará que fuimos nosotros, así que no tengan piedad, ustedes golpéenlo.
Solo quería que se acabara esto que estaba pasando y entre sollozos, y llanto solo pedían que parara.
Carlitos – ¡Por favor paren!, esto me está doliendo bastante, no logro entender porque lo hacen.
A lo que en un momento mi vista se fue y no supe más de mí, solo por mi sentido del oído escuchaba como se reían mientras me pateaban hasta dejarme
inconsciente.
Después de ello no supe nada de mí, pero cuando desperté lo único que miraba era a mamá llorando a llanto abierto por qué su Carlitos duro en coma 2 meses
Estuve a punto de morir por coágulos de sangre en todo mi cuerpo yo solo me sentía cansado y sin ganas de nada realmente sin ganas de vivir con el tiempo logré salir del hospital ese mismo día que salí del hospital lo único que ansiaba era correr a los brazos de mamá y de papá y decirles toda la verdad jamás de volvería a quedar callado ellos con lágrimas en los ojos se culpaban por lo que me sucedió culpándose y culpándose hasta pelearse entre ellos por no ponerme la atención suficiente
Logré salir con estabilidad del hospital, pero aquel día que me lastimaron una parte de Carlitos murió, fue ahí donde comenzó mi venganza
Mamá - ¡¡¡¡Quiero justicia!!!! Lo que le hicieron a mi hijo no tiene nombre

Papá - ¡Sí, queremos justicia! Esto no puede quedarse así
Carlitos – Mamá, papá son niños ellos no podrán pagar por lo que me hicieron déjenlos libres y dejen de atormentarles el tiempo lo dirá todo.
Esa noche cuando mamá y papá respetaron mi decisión me sentí el niño más feliz del mundo puesto que por primera vez se estaba haciendo lo que yo decía.
Tiempo después Carlitos constantemente cuidaba su salud, le importaba cuidar su físico y su alimentación, se ejercitaba demasiado y se obsesionó tanto con su belleza, ya que eso lo hacía sentir bien Pasaron los años y Carlitos creció, al igual
que Tadeo y Jared, con los cuales se volvió a encontrar en preparatoria.
Carlitos – Pero mira nada más, son Tadeo y Jared quiénes me hicieron la vida imposible, ¿me recuerdan?
Tadeo – ¿Quién eres tú?, ¿quién te crees para hablarme así?
Jared – ¿Quién es él?
Carlitos – No me digan que ya no se acuerdan de la “bola rara” ¿acaso es porque ya no parezco una bola?
Carlitos – Mírenme, mírenme bien, Tadeo ¿por qué aquel día destrozaste mi vida? fue porque era una bola de grasa, pero ahora no voy a dejarme intimidar por ti, ni por Jared.
Tadeo – ¿Eres tú horripilante obeso?, vaya jamás imaginé que tendrías este cambio.
Jared – Carlos, ya somos grandes dejemos las niñerías a un lado y seamos amigos.
Carlitos – Yo no puedo ser amigo de los que atentaron contra mi vida Esa tarde me fui directo a contarle a mamá que era lo que estaba sucediendo y a quién me había encontrado; esa tarde mientras estaba en mi cuarto empecé a recordar todos los malos momentos que me hicieron vivir, mi mente se perturbó de cosas horribles que no quería que volvieran a mi cabeza, pero simplemente pasó; esa noche no pude dormir, pues estuve recordando todo lo que me hicieron y cómo acabé, desde ahí decidí tomar venganza por ese pequeño, mi niño interior siempre pidió a gritos que lo dejaran, pero nunca fue escuchado, ese día amarré mi corazón, agarré todas las fuerzas del mundo y decidí comenzar mi venganza, nunca nadie se volvería a meter conmigo
Conforme pasaron los días Carlitos buleaba a Tadeo y a Jared, quienes estaban pagando por algo que cometieron hace años
Tadeo – Carlos, ya basta, ya crecimos, ahora somos jóvenes, pensamos diferente, maduramos, ya dejamos atrás esos juegos de niños, deberías comportarte como tal, un adolescente de preparatoria, déjanos en paz, ya no te hacemos nada
Carlitos – Cuando ustedes se divertían conmigo no decía nada para que dejaran de hacerlo y aún así no lograba conseguir nada, además sólo era un niño, ¡sólo un
niño! destrozaron por completo mi infancia Jared – Perdónanos Carlos, no sabíamos lo que sentías, si lo hubiéramos sabido, te aseguro que dejaríamos de hacerlo, por favor, sólo te pedimos que nos perdones y lo olvides, volvamos empezar de cero.

Carlos – De ninguna manera, no los perdono, me voy a vengar hasta que los vea sufrir como yo lo hice. Con el paso del tiempo me fui haciendo cada vez más agresivo con Jared y con Tadeo, siempre tratando de buscar la venganza, siempre tratando de no destrozarme a mí mismo, algo dentro de mí sabía que ese no era yo, pero mi niño interior necesitaba ser vengado, necesitaba esa justicia que nunca tuve, necesitaba sacar ese dolor que siempre estuvo, necesitaba validez, necesitaba amor.
Siempre estaba molestando a Jared y a Tadeo como ellos lo hicieron conmigo cuando yo era un niño, no me importaba el dolor que les causaba, no me importaba
la forma de herirlos, simplemente quería vengar.
Duré bastante tiempo molestándolos y haciéndoles la vida imposible, hasta que un día mi broma fue más allá, puesto que era tanta mi rabia que yo mismo me encargué de que Jared odiara a Tadeo, yo mismo me encargué de hacerlos enemigos para que uno con otro pudieran hacerse daño y yo quedar limpio de todo, pero no funcionó así; Jared y Tadeo sí se volvieron enemigos, pero con el tiempo Jared se convirtió en mi amigo y juntos tratamos de hacerle la vida imposible a Tadeo, porque ya saben, el enemigo de tu enemigo, es tu amigo, es lo que dicen en las calles; logrado esto, quisimos jugar una broma la cual se salió de control
La broma consistía en simular un secuestro, golpear a Tadeo para poder desquitar todo el coraje que yo tenía contra él, pues jamás olvidé que fue mi gran amigo en preescolar y que él fue una pieza importante cuando me empezaron a hacer Bull ying, porque además de abandonarme, se juntó con Jared para destruirme por completo, era mi momento.
Tadeo iba caminando por la calle, lo capturamos para simular el secuestro, pero el juego se salió de control, pues Tadeo suplicaba que dejara de lastimarlo
Tadeo – Déjenme en paz, por favor ya basta, dejemos atrás los rencores de cuando éramos niños, entiendan que ya crecimos, ya todo cambió, todo es diferente.
Carlitos – Cállate Tadeo, esto sólo dolerá un poco, comparado con lo que a mí me dolió.
Todo iba bien pero no esperaba que Jared lo dejara inconsciente con un golpe en la nuca, paso un rato y logró despertar con un fuerte dolor de cabeza, le dimos analgésicos y comida, así logro pasar la noche, pero cada día que pasaba Jared se volvía más sicópata, ya que sólo hablaba de cosas raras y de cumplir con mi venganza, a los días me di cuenta que ya no podía soportarlo, que yo no era así, además me di cuenta que tenía un cariño muy dentro de mí por Tadeo, porque aunque me hizo la vida imposible, el tiempo que fue mi amigo pasamos muy buenos momentos, así que decidí terminar con este sufrimiento y dejarlo en libertad.
En ese momento yo estaba muy arrepentido de todo lo que Jared y yo le habíamos ocasionado a Tadeo, todo el sufrimiento que le causamos y no sólo a él, sino también a su familia, quienes lo habían estado buscando en el tiempo que desapareció; me puse a pensar si realmente Tadeo merecía todo este daño que le causamos, tal vez cuando era pequeño no sabía que hacia un mal y quizás sólo necesitaba la atención de sus padres, para que no buscara atención de otras personas que era lo que trataba ocasionándome daño durante toda mi infancia. Ese día solo salí a la calle, en ese instante mis pupilas se llenaron de lágrimas y de pensamientos que me consumían de culpa.

Al siguiente día Jared llego a mi casa y platicamos sobre lo sucedido
Carlitos – No sé por qué llegamos hasta este punto de lastimar de esta manera a Tadeo.
Jared – Él nunca se puso a pensar en todo el daño que te causo cuando eras un niño, no sientas culpa por lo que ha pasado Carlitos- Sí, me llegó a hacer mucho daño y causó muchas inseguridades en mi, hasta el punto que no pude contener toda esta rabia que llevaba por dentro, pero hoy me siento muy mal por todo esto que le causamos, yo sé que solo fueron impulsos y me siento muy decepcionado de hacerte parte de esto.
Jared – No pensamos bien las cosas y a veces sólo te dejas llevar por todo lo que tienes guardando, esa impotencia y rencor que aguantas para no hacerte notar débil ante la gente
Carlitos – Necesitamos buscar a Tadeo y ofrecerle una disculpa para que sepa que sólo fue un arranque de ira todo lo que causo esto y que sepa que realmente estamos muy arrepentidos de lo que le hicimos.
Jared – Claro que sí, mañana lo buscarermos para poder hablar sobre esto.
Jared – Yo sinceramente te ofrezco una disculpa a ti, porque no sabía todo el daño que te llegue a causar y hoy estoy entendiendo que a veces con un solo comentario puede herir a las personas, como contigo que te lástime tanto, al punto de hacerte sentir que tú eras el problema, que tu cuerpo es el que ocasiona que te traten de esa manera, cuando la realidad es que no es así, yo no sabía que burlándome de ti te iba a causar todas estas inseguridades y hoy, que ya soy más consciente, me siento igual de arrepentido por llegar a causarte todo ese dolor.
Jared – Sé que necesito ayuda psicológica porque es un patrón que he repetido con todas las personas y la verdad, ya no quiero ser el buleador, quiero cambiar, ser una persona diferente, que las personas me respeten por quien soy, no porque me tengan miedo ¿sabes?
Carlitos – Acepto tus disculpas, sinceramente es algo que me pone feliz, que seas más consciente de que tus palabras, acciones o burlas pueden causar todo un desastre dentro de una persona, hasta al punto de afectar mentalmente y ocasionar la muerte
Jared – Claro que sí, te prometo que buscare ayuda para poder solucionar este problema
En esa noche Jared estuvo razonando y pensando todo lo que había hablado con Carlitos y todos los problemas que tenía que solucionar para poder llegar a cambiar y no seguir este patrón que había creado con el tiempo
Después de varios días decidieron ir en busca de Tadeo para poder platicar con él sobre lo que había pasado; al encontrarlo saliendo de la escuela, lo detuvieron y
Tadeo se negó a hablar con nosotros, creo que era algo de esperarse, lo que menos quieres después de un secuestro es ver a tus secuestradores ymucho menos hablar con ellos, pero insistimos en que necesitábamos solucionar estos problemas, ya que nos invadía una inmensa culpa por todo lo que le habíamos causado.
Tadeo – Vayan a mi casa y ahí hablaremos sobre esta situación. Jared y yo fuimos ese mismo día a su casa, saliendo de la escuela; llegamos y nos dejo pasar, muy amablegesto de su parte, estuvimos hablando de todas las situaciones que vivimos, de todo lo que había ocasionado que Jared y yo decidiéramos simular el secuestro y todo lo que se salió de control.

Decidimos también hablar sobre nosotros, todo lo que tuve que pasar para poder cambiar mi aspecto físico, como ya sabemos todo comenzó con los comentarios que Tadeo y Jared hacían hacia mi persona, que eran muy hirientes lo que me hizo creer que mi físico era lo que estaba mal y que lo tenía que cambiar para que todos me pudieran aceptar
Después de que hablamos sobre todo esto, decidimos ir a terapia porque sabíamos que necesitábamos ayuda para poder hacer un cambio interno.
Tadeo aceptó la disculpas de Jared y mías y desde ese entonces nos empezamos a reunir para poder ir a las terapias y así poder solucionar los problemas que teníamos, para por fin poder dejar el pasado atrás y así poder lograr ser mejores personas.
Yendo a terapia Jared se dió cuenta que le gustaba hacerle bullying a los hombres porque se identificaba con ellos y de cierta manera era su forma de llamar la atención de nosotros, aunque su forma de hacerlo no era la correcta; otra de las razones era que sus papás no asistían en su casa y siempre lo dejaban solo, así que haciendo que los demás lo siguieran en sus ofensas era una forma de llenar ese vacío que tenía dentro.
Con Tadeo pasó lo mismo, sus papás no estaban en su casa, se la pasaban todo el tiempo en le trabajo para poder darle una mejor vida y el juntarse con Jared de cierta manera lleno el vacío que le causaron sus papás Lo que no logro entender aún de los padres es si realmente vale la pena dejar solos a sus hijos con tal de darles una mejor vida, sinceramente creo que es mejor la calidad de tiempo que les des a la cantidad de objetos que tengas a su disposición.
Yo por fin pude sacar todos los traumas que me había ocasionado tanto acoso que recibí, me di cuenta que el rencor y la venganza no llevan a nada bueno y que es mejor tratarse psicológicamente a dejar que el tiempo pase y te consuma más la impotencia; y ¿qué creen? Descubrí que también tengo atracción hacía los hombres y que me gusta alguien al que no dude en perdonar todo lo que me hizo para cobrar venganza, pero me di cuenta que la realidad fue que estaba enamorado de él y por eso no dude en aceptar su ayuda para vengarme de Tadeo.
Jared – Carlos, me gustaría hablar contigo sobre algo.
Carlitos – Claro Jared, dime ¿sobre qué quieres hablar?
Jared – La verdad es que me di cuenta en la terapia de que me gustan los hombres, específicamente tú.
Carlitos - ¡No puede ser!, ¿estás hablando en serio?, ¿estás jugando conmigo?
Jared - ¡Claro que hablo en serio Carlos! De verdad me gustas y no sé si me correspondas pero igual quería que lo supieras y ahora que lo sabes me iré para que no te sientas incómodo.
Carlitos - ¿Estás loco?, no quiero que te vayas, quédate conmigo
Carlitos – La verdad es que tú también me gustas a mi y la verdad no sabía cómo decírtelo
Jared - ¿Estás hablando en serio?
Carlitos – Nunca hable más en serio como ahora, me gustas Jared y quiero empezar de cero para poder tener una relación sana contigo.
Jared – A mí también me gustaría tener una relación contigo, Carlos.

Siempre se puede tener un nuevo comiezo, siempre puedes ser una mejor persona, siempre puedes decidir dejar de hacerle daño a las personas, es normla necesitar ayuda, no dejes que las cosas lleguen a una gravedad extrema, no permitas lo que yo permití, grita, pero grita muy fuerte, a los cuatro vientos porque no mereces que nadie te lastime, ni te haga sentir menos, todos somos valiosos, recuérdalo siempre.
Con amor, Carlitos.
El mundo de Carlitos, este cuento nos habla sobre la importancia de saber respetar a los demás, ya que Carlitos era un niño que diario recibía bullying por parte de sus compañeros de escuela, conforme el tiempo pasó los papeles se invirtieron pues Carlitos quería que su niño interior fuera vengado, pero las cosas empeoraron cuando una “broma” se les salió de control, decidieron buscar ayuda psicológica y descubrieron verdades que nunca se imaginaron.
