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MURCIÉLAGO
FIGURA. Murciélago antropomórfico, posiblemente de Copán. Foto: James Brady, cortesía.

LIBRO. Portada de Exploraciones del mundo subterráneo. Un acercamiento al gran acuífero maya.

cortesía INAH.
del clásico maya estén representados con huesos cruzados o con ojos desencarnados en sus alas y lleven puesto el “collar de la muerte” de globos oculares, convenció a Seler que los murciélagos del clásico maya tenían la misma asociación con la sangre, la decapitación y el sacrificio como las deidades murciélagos del posclásico del centro de México. En la iconografía maya clásica de las tierras bajas del sur, sin embargo, los temas de la sangre, la decapitación y el sacrificio no están tan explícitamente representados por lo que nos preguntamos si estas son las primeras asociaciones. Es curioso, en realidad que los ojos desencarnados hayan sido interpretados en relación con la muerte ya que Houston et al (2006:167) hacen la observación que “En el antiguo pensamiento mesoamericano, la visión estaba relacionada a la luz que los ojos fueron como signos de brillantez reflexiva”. Es interesante, que las paredes de Palenque Casa C representen flores que contienen globos oculares, “como subrayando la fuerza proyectada por el olor” (2006:169), pero al mismo tiempo ilustran la gama de significados asociados con el ojo. Tenemos la sospecha que los ojos que aparecen en alas de murciélagos tienen más que ver con la función verdadera de la vista. Una de las características sobresalientes de los murciélagos es su evidente capacidad de “ver” en completa oscuridad. La imagen de los murciélagos en las fuentes etnohistóricas muchas veces es más positiva e importante socialmente. Los murciélagos estuvieron cercanamente asociados con un número de grupos de las Tierras Altas Mayas. Ximénez nos informa que el murciélago era el patrón de Zinacantán y los habitantes se hacían llamar “hombres del murciélago” y su deidad tomó la forma de un murciélago (Calnek 1988:47). La realeza [tal vez un linaje (Orellana 1981:159)] de los Kaqchikeles se llamaba zotzilá-ha, “la casa del murciélago”. Seler (1904:234) sugiere que la “casa” era una cueva y los linajes y clanes están asociados con determinadas cuevas en las tierras altas (Guiteras Holmes 1947:1; 1952:103). El rey se llamaba Ahpop-Zotzil, señor de los murciélagos o jefe de los Zotziles (Recinos and Goetz 1953: 47), y el dios patrón de los Kaqchikeles, no es sorprendente que tomó la forma de un murciélago (Recinos et al. 1950:180). Este tipo de identificación es importante porque se puede extender de nuevo en el período clásico donde el glifo emblema de Copán, al parecer, manifiesta la identificación de ese sitio con el murciélago.
SOBRE EL EJEMPLAR
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El libro, presentado en enero, fue coeditado por el Aspen Institute México y la UNAM.
El ejemplar sintetiza los más recientes hallazgos y planteamientos del acuífero.
Suma la participación de connotados académicos y científicos que trabajan el área.
Presenta hallazgos recientes y cuestiona nociones previas de los estudios mayas.
MAESTRO. Guillermo de Anda es director del proyecto del Gran Acuífero Maya.
Foto: cortesía Karla Ortega. INAH