Inicia una Nueva Era

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Inicia una nueva era Cuitláhuac García asumió como nuevo gobernador de Veracruz el primer minuto de hoy; las expectativas de los diferentes sectores de la sociedad son muy elevados, el mandatario lo sabe y ya trabaja en consecuencia. NO VAMOS POR VENGANZAS, VAMOS POR JUSTICIA. MI PRINCIPAL RETO ES EL DE TRANQUILIZAR A VERACRUZ LA CORRUPCIÓN SE DEBE ACABAR DESDE ARRIBA, DESDE EL GOBERNADOR. ÉL DEBE SER UN EJEMPLO PARA ATACAR EL PROBLEMA TENEMOS COMO PRIORIDAD ATENDER A LA SOCIEDAD, AYUDAR A LOS MÁS NECESITADOS A TRAVÉS DE PROGRAMAS

CÉSAR TOVAR/ EL DICTAMEN

Luego de años complicados, que incluyeron dos mandatos turbulentos, Veracruz comienza una nueva etapa de la mano de Cuitláhuac García, gobernador constitucional a partir del primer minuto de hoy y para los próximos seis años. Cargada de necesidades y urgencias, la entidad encomendó a García para encontrar un nuevo rumbo, que no sólo diera certeza al futuro, sino para que dirija su recomposición, aspecto indispensable ante el deterioro de la estructura social e institucional. Los veracruzanos comprendieron que la división interna y el menoscabo constante a sus instituciones no podían ser el denominador de la cotidianeidad; probado estaba que ni la laxitud de unos, ni la mano autoritaria de otros, sirvieron para sacar a flote al estado. Por ello, el primero de julio decidieron, en su mayoría, actuar y ofrecerle su confianza a un hombre que no sólo se representa a sí mismo, sino que encabeza un proyecto cuya sustento está precisamente en el interés por recomponer el tejido social y sanar las heridas surgidas por la fricción de años. Porque Cuitláhuac, desde la oposición tuvo un acierto poco mencionado, pero de gran valía: supo analizar las condiciones en que vivía la entidad, captar el sentimiento de los ciudadanos y, a partir de dicha información, sensibilizarse para poner el diálogo político al nivel del pueblo. García se asumió como uno más, no como un caudillo que persigue un objetivo egoísta o falocéntrico, sino como el portavoz del hartazgo, como aquel que comanda un objetivo común que no es más que sacar del atascadero a Veracruz. Y la gente no sólo se lo reconoció en las urnas, sino que le agradeció uniéndos e a sus huestes; s e tr ata en to n ces de uno de los manda tar io s co n may o r apoyo civil que se recuerde, lo que ya es mucho qué decir en un Veracruz que perdió la fe en sus representantes y que mira con recelo la actividad política, que tanto le maltrató en la hi s t ori a reciente. Evidentemento esto representa oro puro para el gobernador, aunque también una responsabilidad mayúscula, pues la exigencia llegará desde el primer momento. Lo interesante es que Cuitláhuac no se esconde, sino que asume el reto y las peticiones de resultados; desde que ganó las elecciones tuvo a bien afirmar q u e n o p i e n s a c a m b i a r, n i s i q u i e r a cambiar su discurso, lo que asoma una congruencia poco frecuente entre los políticos. Para darle sentido al argumento y concretar los proyectos, el nuevo gobernador jugó bien las cartas que tenía a la mano: por un lado afianzó su relación con el primer círculo del presidente

Andrés Manuel López Obrador, por el otro sumó acercó a la transición a figuras importantísimas del Movimiento de Regeneración Nacional en el estado, como Rocío Nahle, y al final armó un gabinete sólido, con experiencia y, muy importante, arraigo en el territorio. A través de esto tendió puentes hacia los diferentes sectores: empresarios, maestros, sociedad civil organizada y la oposición, con quienes estableció un interesante intercambio de ideas y logró acuerdos que le dan una gobernabilidad envidiable. La tarea será compleja y tendrá que llevar procesos densos, pues en el camino el gobierno se encontrará con obstáculos diversos y la realidad asomará en forma de importantes pasivos, de falta de liquidez y de todos aquellos puntos que en el bienio anterior no se atendieron debidamente: la seguridad pública, la pobreza, la economía, entre otros. Para tranquilidad de los veracruzanos, Cuitláhuac García parece tener las ideas claras y los números cuadrados, temas para nada baladíes, ya que serán las líneas de acción a seguir para que en los próximos seis años gocemos de un gobierno estabilizador, que ayude a escoser las heridas y brinde certezas basado en la gobernanza. Si, como ha dicho, el gobernador cree en la gobernanza, entendida como la vinculación entre el ejecutivo y el pueblo para tomar decisiones, este mandato podrá pasar a la historia como el que pacificó a Veracruz y le dio certidumbre, una palabra, un sentimiento que no conoce desde hace un buen tiempo. Luego de años complicados, que incluyeron dos mandatos turbulentos, Veracruz comienza una nueva etapa de la mano de Cuitláhuac García, gobernador constitucional a partir del primer minuto de hoy y para los próximos seis años. Cargada de necesidades y urgencias, la entidad encomendó a García para encontrar un nuevo rumbo, que no sólo diera certeza al futuro, sino para que dirija su recomposición, aspecto indispensable ante el deterioro de la estructura social e institucional. Los veracruzanos comprendieron que la división interna y el menoscabo constante a sus instituciones no podían ser el denominador de la cotidianeidad; probado estaba que ni la laxitud de unos, ni la mano autoritaria de otros, sirvieron para sacar a flote al estado. Por ello, el primero de julio decidieron, en su mayoría, actuar y ofrecerle su confianza a un hombre que no sólo se representa a sí mismo, sino que encabeza un proyecto cuya sustento está precisamente en el interés por recomponer el tejido social y sanar las heridas surgidas por la fricción de años. Porque Cuitláhuac, desde la oposición tuvo un acierto poco mencionado, pero de gran valía: supo analizar las condiciones en que vivía la entidad, captar el sentimiento de los ciudadanos y, a partir de dicha información, sensibilizarse para poner el diálogo político al nivel del pueblo.

Una historia de lucha y esfuerzo REDACCIÓN / EL DICTAMEN

Cuitláhuac García nació un 18 de abril de 1968. Con la docencia en la sangre vio en el estudio la capacidad de salir adelante. “Nací en una familia de maestros rurales” recuerda Cuitláhuac en una entrevista para El Dictamen luego de hacerse de la gubernatura de Veracruz el pasado 1 de julio. De joven optó por convertirse en Ingeniero Mecánico Electricista por la Universidad Veracruzana, sin embargo no se quedó ahí y decidió estudiar dos maestrías. Una en Ingeniería Eléctrica en el Politécnico mientras que la segunda la hizo en Ciencias en Control Avanzado en Manchester, Inglaterra. “Aproveché las oportunidades que la vida me brindó y a través de becas continué con mis estudios en el extranjero”, recuerda Cuitláhuac ya que gracias a esas experiencias recibió una invitación para realizar una estancia doctoral en la Universidad Técnica de Hamburgo en Alemania. Fue ahí donde tomó la decisión de regresar a México y tomar la profesión de docente que tan bien aprendió de su padre. Sus conocimientos le sirvieron para convertirse en docente en la Escuela Normal Superior Veracruzana Doctor Manuel Suárez Trujillo así como en su alma máter: La UV. Fue el Partido Mexicano Socialista donde García Jiménez inicio su participación política como activista por su simpatía con el líder de este partido, posteriormente fue representante y consejero del Partido de la Revolución Democrática. Fue en el 2005 cuando ayudó a su papá a ganar la diputación local de Xalapa. Ya en el 2006 decidió sumarse al proyecto que encabezaba Andrés Manuel López Obrador por primera vez para la presidencia por el PRD. “Agarraba mi camioneta, un proyector, una bocina y me iba a los pueblos. Les ponía lo que no ponían las televisiones. Me parecía muy importante el ámbito rural. Si no llegábamos, nadie sabía lo

Ing. Cuitláhuac Garcia Jiménez que decíamos”. Relató Cuitláhuac al diario español El País al narrar las aventuras que lo llevaron hoy encabezar el gobierno de Veracruz. “Yo entonces era partidario de tomar el palacio de Gobierno… Dije, ni modo, hoy nos toca morir”. Algo que para su fortuna no pasó. Sin embargo a partir de ahí comenzó a forjar su historia tras los pasos de Andrés Manuel López Obrador. Cuitláhuac se volvió miembro fundador, delegado y consejero de Morena, lo que le permitió ser postulado y electo diputado por el distrito electoral 10 de Veracruz con cabecera en la ciudad de Xalapa. Sin embargo no duró mucho en el cargo, ya que en febrero de 2016 pidió licencia para ser el candidato a la gubernatura del estado, donde perdió la elección contra el actual gobernador Lejos de convertir la derrota en un duelo, Cuitláhuac volvió dos años después. Ahora apoyado por los partidos Encuentro Social y PT, supo capitalizar el hartazgo del pueblo veracruzano que no vio cambio significativo en la administración panista. Fue por eso que el 1 de julio un millón 667 mil 239 personas acudieron a las urnas para darle su voto de confianza para así convertirlo en el nuevo gobernador de Veracruz. Por eso hoy comienza una nueva era para más de de ocho millones de veracruzanos que depositaron en este docente experimentado, su


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