Esoterismo
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CENTRO | SANTO DOMINGO Lunes • 20 • Febrero • 2012
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La muerte de Clara EL VECINO SERÍA EL ASESINO DE SU ESPOSA Y TAMBIÉN DE SU HIJA. redacción
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Cuando tenía alrededor de 10 años, nos mudamos a otra cuidad. No conocíamos a muchas personas, sólo al amable vecino de a lado, él vivía con su hija menor, que era muy sumisa, ella tenía cerca de 13 años según mis cálculos, se llamaba Clara. Los primeros meses yo estaba con ellos más que en mi casa, de todas formas me sentía invisible, hasta que mi madre sin razón aparente me prohibió volver allí. Nuestras vecinas comentaban que el vecino estaba loco, desde que murió su esposa sólo se quedó con la niña. Ya desconfiados mis padres le pidieron a una amiga de ellos, quedarse conmigo hasta que volvieran de un evento importante por la noche.
la discusiÓn. Estaba tranquila en mi habitación cuando escuché gritos, era Clara y su padre, pensé que simplemente era una pelea familiar hasta que noté que ella dio un portazo ence-
rrándose en el cuarto. De alguna forma que aún no logro explicar, ella terminó en frente de mi casa forcejeando la reja para entrar, ya que al levantarme pude verla por la ventana del comedor. Con miedo, busqué la llave, pero la chica que me cuidaba me la había quitado y me prohibió salir. -Son sus problemas, no nuestros – dijo con algo de sorna. Volví a mirar por la ventana y ella no estaba más. Resignada regresé a la cama. Al otro día, salí como siempre para hacer las compras que me encargaban, me sorprendió no verla por la vereda, pero quizás estaría castigada. Llegué a mi casa y tras dejar las cosas volví a mi habitación donde, para mi sorpresa, estaba Clara. - Oh, está bien, que alivio- ella no respondió ante mi preocupación. La observé con detenimiento y pude identificar algunas gotas entre rojizas y café en su ropa. Me asusté un poco y retrocedí impaciente. - Clara…- llamé, mi padre entró al
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cuarto sacándome de mi conversación con mirada triste. - No la encuentran hija, te aseguro que estará bien…- pronunció con tono de consolación. Lo miré extrañada, volví a mirar hacía tras, no había nada, ante el espectáculo me abrasé de él, con mucho temor. ¿Qué paso anoche exactamente? Sólo me dijeron que después de los gritos de mi amiga y de intentar entrar a mi casa, el padre, mi tan amable vecino, se la llevó a su vivienda. Las chusmas del barrio, temiendo lo peor acudieron a la policía. Después de registrar la casa del hombre. Dedujeron que Clara, obviamente faltaba. Su padre lo único que dijo fue que ella huyó, desde ese día no la han visto, aunque yo sé muy bien dónde está. Ese hombre es un asesino de su hija y su esposa, también.
Y CAJAS PAPEL
Santo Domingo -Ecuador