LA MAREA • MANTA • SÁBADO 8 DE FEBRERO DE 2014
> ECUADOR
LA DEMANDA Y LA OFERTA CRECEN
EN EL PAÍS, SEGÚN VARIOS REPORTES, LA DEMANDA ES CADA VEZ MAYOR, POR ESO LA PROSTITUCIÓN SIGUE CRECIENDO.
TEMA CANDENTE
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Placer colombiano
ILUSTRACIÓN:JIMMY CEVALLOS BUMBILA > LA MAREA
UNA DAMA DE COMPAÑÍA RECIBE HASTA 100 LLAMADAS AL DÍA EN MANTA.
EL DINERO
Según expertos, el dinero fácil es un anzuelo para atraer a mujeres jóvenes a la prostitución. Muchas mujeres son explotadas por bandas internacionales.
2 ciudades
Lago Agrio y El Coca ejercen más las colombianas.
� “Karina”, nombre protegido, señala que sólo da servicios a hombres
CARLOS GARCÍA redacc@lamarea.ec
P
rostituta es quien lo hace porque le gusta. Ella tiene precio, y no hay cliente que no regrese. “Karina” sabe lo que es: una dama de compañía que cobra por dar placer. Intenta explicar su teoría, y en el teléfono un cliente llama. El celular está en modo “silencio”, pero la luz celeste de la pantalla prende y apaga. Mira, pero no contesta. Quiere dejar claro que no es lo mismo “Chana que Juana”, ni dama de compañía que prostituta. Ella estudió dos semestres de Psicología, y hablar de comportamientos le apasiona tanto como su siembra en Colombia.
De lo que ofrece a sus clientes en la cama no habla tanto, pero hace una excepción. Los masajes son su especialidad. Desde la planta de los pies hasta el último cabello son estimulados por sus manos y otras partes de su cuerpo. Luego viene el sexo. El prende y apaga de la luz del celular llama la atención constantemente. Ella no se sorprende. Está acostumbrada a las luces y también al sonido de ese aparato que le ayuda a tener contacto directo con hombres que quieren compañía. Su número lo ha hecho público en páginas web que ofrecen el servicio de damas de compañía y en periódicos. Ha pasado una hora de diálogo y le digo que conteste. Tiene 24 llamadas perdidas. “Karina” dice “hola, papi”. Del otro lado, el hombre que
DETENIDAS En Quito y Santo Domingo cada semana detienen hasta seis mujeres colombianas en prostíbulos, por no tener los documentos migratorios en regla. llama le pregunta por sus servicios. Ella es directa, y con su acento caleño le habla del placer que ofrece y del precio. >EN MANTA. “Karina” tiene una semana en Manta, y su experiencia le advierte de cuándo un tipo llama sólo por curiosidad, pero igual ella le explica lo que hace. Hasta siete hombres concretan una cita con ella cada día. A todos los atiende en el de-
2 SON LAS
características de la mujer colombiana. Descomplicadas para vestir y muy extrovertidas. partamento alquilado donde está viviendo. Hace dos días estuvo con un cliente de 60 años. Tenía cuatro años divorciado y, más que sexo, quería compañía. Hablaron más de media hora. Ella entiende cuando alguien quiere compresión y también la da. “No los apuro ni les digo que ya pasó mucho tiempo. El tiempo a mí no me da dinero, el dinero me lo da el cliente, y un cliente satisfecho regresa y me recomienda con otros”, dice convencida.
En ocasiones hace el amor con sus clientes. “Eso uno nunca lo sabe, de repente un hombre te enamora”, señala. > POR QUÉ LO HACE. Trabaja de dama de compañía porque el negocio que tenía en Colombia se puso malo. Su familia sabe en qué trabaja. Lo hace, argumenta, por sacar adelante a su hija, quien tiene 17 años. Por eso cada dólar que recibe lo ahorra, para luego invertirlo en sembríos. “Perica” -cocaína-, marihuana o alcohol no están en su lista de gastos. Lo que sí tiene es dos mil matas de naranjilla y cinco hectáreas de yuca en sociedad. En dos años espera deshacerse de ese teléfono y cumplir la promesa que le hizo a su madre antes de morir: dejar de trabajar en esto en el 2016.
“Karina” tiene poco más de un año en Ecuador. Ha trabajado en Santo Domingo, Quito, Guayaquil y Ambato. Se ha quedado porque le gusta el trato que da el hombre ecuatoriano. “Te trata bien, no te usa como un objeto y no es agresivo como en ocasiones son muchos hombres colombianos”, señala. Justamente por eso se enamoró en Ecuador. Es un hombre maduro de buenos sentimientos, revela. El teléfono sigue su ritmo, no para de brillar. En un día son hasta 100 llamadas, dice. “Karina” abre una llamada y vuelve a repetir el repertorio de sus servicios y le da la dirección. Un cliente la espera. Aunque ese hombre cree que acaba de contratar a una prostituta, ella siempre le aclara que es una dama de compañía.