La manifestación de flúor en el cuerpo del hombre prehispánico de Colima a través del análisis antropofísico
A.F. Rosa María Flores Ramírez Arqlgo. Rafael Platas Ruiz
El análisis antropofísico de restos óseos recuperados en distintas investigaciones arqueológicas en el estado de Colima permite conocer no solo las características biológicas de los individuos que habitaron esta región del Occidente mesoamericano durante la época prehispánica, sino también algunos de sus hábitos de vida. Muchos de estos hábitos, influenciados por su entorno o cultura, dejaron huellas visibles en su cuerpo, incluso a nivel óseo y dental.
Uno de los factores que ha llamado la atención es la presencia de flúor en los restos humanos. Este elemento químico se incorporaba al organismo principalmente a través de los alimentos que consumían, entre ellos el agua. Sin embargo, también puede ser absorbido a través de la piel durante la elaboración de vasijas, debido a que en ocasiones el mineral se encuentra concentrado en la arcilla, o ingresar a los pulmones por el aire. La exposición prolongada a este elemento genera una condición conocida como fluorosis, la cual se manifiesta tanto en los dientes como en el sistema óseo (Ortner y Putschar, 1981:288-289).
A nivel dental, la fluorosis se reconoce por manchas de color café o por un esmalte descolorido con apariencia brillante, como se puede observar en los restos analizados (véanse imágenes 1 y 2). En los huesos, el flúor estimula la actividad del periostio y el endostio, generando una formación ósea adicional. Esto provoca superficies más rugosas, como en los antebrazos, y excrecencias en vértebras y costillas. Estos cambios pueden derivar en padecimientos como osteoporosis y
fracturas (Ortner y Putschar, 1981:288289).
Un ejemplo claro de estos efectos se documentó en la colección de restos humanos recuperados durante el proyecto de Salvamento Arqueológico “El Centenario”, ubicado en la margen oriente del Libramiento Gobernadora Griselda Álvarez, en el municipio de Villa de Álvarez. En dicha muestra se observaron alteraciones dentales por exceso de flúor en al menos dos individuos: un joven de entre 12 y 15 años y una mujer de entre 20 y 25 años al momento de su muerte.
De acuerdo con el Dr. Jesús Rivas y la Dra. Leticia Huerta (2005), la fluorosis también puede afectar tejidos blandos, generando gastritis e hipersensibilidad en la piel. La principal vía de ingreso del flúor es el tracto intestinal, aunque también puede penetrar a través de los pulmones
o la piel. No obstante, la absorción de este elemento puede disminuir si la dieta incluye minerales como calcio, magnesio o aluminio. Las afectaciones dentales suelen manifestarse durante la formación de los dientes, aunque también pueden observarse en adultos (Rivas y Huerta, 2005:225-229).
Imagen 1-2.- Dientes con manchas color café, evidencias asociadas a la ingesta y adsorción de flúor. Entierro 2 y 25 registrados en la Unidad II. Análisis antropofísico “El Centenario”, Rosa María Flores y Valery de la Rosa
Conclusión
La evidencia osteológica y dental observada en Colima indica que el hombre prehispánico estuvo expuesto a fuentes naturales de flúor presentes en su entorno. Esta exposición dejó marcas visibles en sus dientes y huesos, detectables gracias
J Putschar, Walter G.J.
al análisis antropofísico. El flúor puede encontrarse de manera natural en el agua subterránea, en algunos tipos de rocas volcánicas, usadas para crear artefactos de molienda, así como en alimentos cultivados en suelos ricos en este mineral. Así, es posible entender que el hábitat y los recursos disponibles en esta región influyeron directamente en la salud de sus antiguos habitantes, revelando un vínculo estrecho entre el medio ambiente y las condiciones biológicas de las poblaciones del Preclásico Tardío (200 a.C. – 100 d.C.).
Bibliografía.
Identification of pathological conditions in human skeletal remains. Washington D.C. Smithsonian Contribution to anthropology. Pp. 55, 105, 137, 121-125, 288-289.
Rivas Gutiérrez, Jesús, Leticia Huerta Vega. (2005) Fluorosis dental: Metabolismo, distribución y absorción del fluoruro, Revista de la asociación dental mexicana, Vol.62, Num. 6, noviembre-diciembre, medigraphic.com, pp. 225-229, en; https://www.medigraphic.com/pdfs/adm/od-2005/od056d. pdf, consultado 13 de enero 2024.
Directorio
Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño Rector
Joel Nino Jr Secretario General
Jorge Martínez Durán Coordinador General de Comunicación Social
Jorge Vega Aguayo Director General de Prensa
El Comentario Semanal
José Ferruzca González Director del periódico
El Comentario
Miguel Ángel
Ávila García
Coordinador de edición y diseño
Ortner
(1981).
psicológicos, las películas sobre gemelos han abordado este vínculo único desde diversos géneros y perspectivas.
Uno de los enfoques más comunes es el de la confusión y el enredo. Clásicos como “Juego de Gemelas” (1961) y su conocido remake con Lindsay Lohan (1998), y “Sopa de Gemelas” (1988) con Bette Midler y Lily Tomlin utilizan el intercambio de identidades entre gemelos para crear situaciones cómicas y entrañables.
Juego de Gemelas (1961 y 1998) o “The Parent Trap”, narra la historia de Susan y Sharon, quienes se conocen en un campamento de verano y descubren que son hermanas gemelas. Deciden intercambiar lugares para conocer al padre de la otra e intentar reconciliar a sus padres divorciados.
Por su parte “Sopa de Gemelas” nos habla de dos pares de gemelas que se mezclan por el descuido de una trabajadora del hospital, unas son hijas de una pareja humilde y las otras provienen de una familia poderosa; cuarenta años después se darán cuenta del cambio al cruzarse sus caminos por el cierre de una fábrica que involucra a las cuatro.
Y si hablamos de parejas disparejas, la comedia también nos trae una completamente inverosímil en la cinta “Gemelos” (1988) en la que por un experimento nacen unos hermanos tan diferentes que son interpretados por Arnold Schwarzenegger y Danny DeVito, la cinta, dirigida por Ivan Reitman (El mismo de Los Cazafantasmas y Un detective en el kínder) nos presenta la historia de estos personajes separados al nacer y las circunstancias de la vida que convierten a uno en una persona culta y al otro en un timador.
Pero no todo es comedia, no todo es risas y diversión en la vida de los clones de la naturaleza, además de la comedia, podemos encontrar hermanos buenos y malvados en géneros como el terror, el horror y el thriller, un buen ejemplo es la película “El Resplandor” (1980) de Stanley Kubrick, dónde las gemelas Grady regresan del más allá para espantar
al pequeño Danny Torrance, invitándolo a quedarse a jugar para siempre con ellas.
El cine a menudo ha explotado lo que podríamos llamar “el lado oscuro” de la conexión entre estos hermanos, presentando gemelos siniestros o perturbadores. Películas como “Hermanas” y “El otro” ambas de 1972 y “Gemelos Siniestros” (2022), exploran temas como la envidia, la rivalidad y la locura, utilizando a menudo la figura del gemelo como un reflejo distorsionado del protagonista.
En “Hermanas” (1972), Brian de Palma explora temas de identidad dividida, celos y violencia a partir de una historia de
hermanas vinculadas a un crimen; por su parte, Robert Mulligan en “El otro” (1972) se centra en dos hermanos gemelos idénticos, Niles y Holland Perry, y los extraños accidentes que ocurren en su comunidad. La película juega con la ambigüedad y la tensión psicológica, deja al espectador pensando acerca de la naturaleza del mal.
Recientemente, “Gemelos Siniestros” (2022) sigue la historia de una familia que se muda a una cabaña remota, donde uno de los gemelos muestra un comportamiento perturbador, en la película se explora la pérdida y el duelo mediante la conexión entre gemelos.
Además de las risas y el miedo, algunas películas van más allá del entretenimiento, utilizando la figura de los gemelos para profundizar en temas complejos y profundos, ejemplo de lo anterior son cintas como “El Ladrón de orquídeas” (2002) y “El gran truco” (2006).
Adaptación o El ladrón de orquídeas (2002) dirigida por Spike Jonze y escrita por Charlie Kaufman, es un perfecto ejemplo de meta-cine; en ella Nicolas Cage interpreta tanto a Charlie Kaufman, un guionista que trata de adaptar el libro “El ladrón de orquídeas” como a Donald
Kaufman. La cinta explora temas de creatividad, identidad y obsesión.
Por su parte “El gran truco” (2006) de Christopher Nolan, está ambientada en el Londres de finales del siglo XIX y nos presentan la enorme rivalidad que existe entre los magos, Robert Angier (Hugh Jackman) y Alfred Borden (Christian Bale). La figura de los gemelos se utiliza para profundizar en los temas de duplicidad y secreto y es, además, un gran spoiler para quien no ha visto la película.
Otras cintas han abordado el tema desde diferentes perspectivas, por ejemplo, tenemos a “Gemelos” / “Leaves of Grass” (2009) cinta doblemente protagonizada por Edward Norton como Bill y Brady Kincaid, un par de gemelos idénticos que llevan una vida opuesta, pues uno es un respetado catedrático y el otro se dedica al cultivo y distribución de marihuana.
También podemos mencionar “Doble impacto” (1991) protagonizada por Jean-Claude Van Damme, cinta en la que dos hermanos gemelos, para variar fueron separados al nacer, ambos crecen sin conocer la existencia del otro y se convierten en expertos en combate, habilidad que les será útil cuando conozcan su historia personal y quieran vengar la muerte de sus padres.
Mención aparte para las películas “Una zeta y dos ceros” /”Zoo” (1985) de Peter Greenaway e “Inseparables” (1988) de David Cronenberg, perturbadoras y desconcertantes, siendo la segunda representante del “Body horror” traído recientemente a la palestra por “La substancia”.
En los dos filmes conoceremos a un par de gemelos que trabajan juntos, unos en un zoológico y los otros en un hospital, (zoólogos y médicos), en ambas historias entra una mujer especial que hará que la vida de los hermanos tome un rumbo incierto y peligroso, los zoólogos se sienten fascinados por el proceso de descomposición de los cuerpos y llevan su curiosidad al límite, mientras que los médicos (Ginecólogos) se embarcan en un viaje de perversión, drogas y locura.
Podemos señalar que las películas que abordan el tema de los gemelos, independientemente del género o subgénero cinematográfico, ofrecen un amplio abanico de posibilidades narrativas y temáticas. El cine nos ofrece parejas de gemelos que nos pueden hacer reír, temblar o reflexionar, muchas de estas historias nos invitan a explorar la complejidad de las relaciones humanas y la fascinante dualidad que reside en cada uno de nosotros. Al igual que la vida, el cine nos muestra que el vínculo entre gemelos, al igual que entre hermanos, puede ser tan diverso y
multifacético como la propia condición humana y que en realidad no siempre habrá un gemelo malvado.
Referencias:
Castaño Botero, J. (2022). XYZ: gemelos idénticos y la construcción de su identidad en el cine de ficción. Universidad de Antioquia. Disponible en: https://hdl.handle.net/10495/35532
Schneider, S. J. (2001). Manifestations of the Literary Double in Modern Horror Cinema. Film and Philosophy, 4, 51-62. http://doi.org/10.5840/filmphil2001427
Russo, E. A. (2016). El cine y su doble doble. Ventana Indiscreta, 16(016), 4047. https://doi.org/10.26439/vent. indiscreta2016.n016.1003
https://www.filmaffinity.com/es/ film433182.html
https://www.filmaffinity.com/es/ film716865.html
https://www.filmaffinity.com/es/ film287260.html
https://www.filmaffinity.com/es/ film269833.html
Yunuen Sánchez Calvillo
Se dice que las palabras son lo que nos permite comunicarnos, relacionarnos con el otro, crear comunidad, construir y destruir. Las palabras son el punto de partida a múltiples fenómenos: cambios, huellas, pero también las palabras, incluso después de desprenderlas de la lengua, pueden ser íntimas, aunque parezca que al pronunciarlas no son más nuestras, y que perduran sólo lo que el sonido les permite. Las palabras permanecen, según lo queramos, en la piel de la memoria.
Descubrir intimidad en las palabras me tiene desordenada. He encontrado un extraño placer en desbaratarme en ellas; a probadas cuando las pronuncio, y a silencios cuando las escucho.
La verdad es que desde que soy consciente de ellas, me tienen un poco ines-
table, esas unidades mínimas del sentido que tanto persigo, dotadas de inmensidad, susceptibles al desborde. Justo siento que eso es lo que me pasa cuando soy consciente de ellas, se me chorrean, hacen que la sensibilidad del cerebro se me derrame.
Tanta es mi deuda con el lenguaje que tengo una libreta donde anoto todas mis palabras, las que precisamente hacen que la tierra de mi tórax tiemble. En esa libreta de hojas cafés, con el volcán de Colima pintado a mano, guardo las palabras que a veces no sé porqué escribí, pero cuando sí lo sé, me apodero de ellas, y las uso, y las tuerzo, y las grito hasta que se agotan y las guardo de nuevo. Palabras tan poéticas como encender, deshojar, desprender, recorrer, otras tan sabrosas de pronunciar como narrar, limerencia o chiquihuite, pero sin duda las palabras que más me descombran son las que tienen un efecto físico en mí, las que al ser pronunciadas se dibujan en el cuerpo por medio de sensaciones e incluso tempera-
turas, palabras sensoriales como efervescencia, tanque, susurro, oleaje o silbido.
Las palabras me acunan. Siendo muy honesta, no sé que me gusta más, si pronunciar las palabras y deshacerlas en la boca, o escucharlas desde la más pura cotidianidad, porque ahí también las encuentro, cuando me nombran el mundo.
He tratado de desenmarañar este amor, desenterrar el porqué, en un principio pensé que se trataba del lenguaje literario, que era este el que le daba sentido a la sensación de casa que me provocan las palabras, sin embargo no, el lenguaje literario es cosa aparte, una omnipresencia, porque yo encuentro belleza incluso en las palabras más zupias. Entendí, al despejar esta interrogante, que la que busca que todo sea un lenguaje poético soy yo.
Así todas mis palabras pasan de ser un cúmulo de lejanías, a ser boronitas de lo que se incendia en mí, son toda mi calidez y conciencia, un eco extendido de lo que soy y decido decir.
Edwardo Hernández (Colima, Colima)
Egresado de la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima. Su arte se enfoca en crear literatura extraña, perteneciente al género “New Weird”. Su proyecto más reciente es el llamado Archivo de la Raroteca Nacional, una antología de relatos que juegan con la hiperficción y otras formas literarias de vanguardia.
Ellos observan la luna
Fragmento del libro de cuentos Espacios de Adoración
En la soledad de alguno de los desiertos de la República Mexicana existe la Zona Nacional de Silencio de Radio, un gigantesco parche de arena donde está prohibido por ley realizar transmisiones de radio. Los detalles son difusos pero los expertos coinciden que La Zona fue establecida en algún momento entre finales de los 80 o principios de los 90.
Se sabe, también, que a principios del 2010 se construyeron dentro de La Zona dos complejos científicos conocidos solamente como “La Herramienta” y “El Instrumento”. Hay quien podría debatir que se trata de un solo complejo dividido en dos partes según las tareas desempeñadas en su interior, por supuesto, nadie sabe en realidad que sucede dentro. Esto se sabe a partir de la poca información liberada al público sobre la naturaleza de La Zona.
Se puede descubrir una cosa midiendo los límites del vacío que deja su ausencia. A lo largo de los años ha habido una gran cantidad de especulaciones en relación a lo que sucede en La Zona, en su gran mayoría realizadas por fanáticos de las teorías conspirativas, haciendo caso omiso de aquellas que rayan en el delirio o en el racismo encubierto las teorías con mejor aceptación entre el público son las siguientes.
La Zona y los dos complejos que se erigen sobre ella no son más que una operación encubierta preparada de manera meticulosa para dirigir un complejísimo puesto de vigilancia donde se interceptan, archivan y catalogan todas las telecomunicaciones que entran a suelo mexicano con el propósito de identificar amenazas a la nación. Hay quien se aventura a decir que con el paso de los años se han vuelto tan buenos haciendo su trabajo que se volvieron capaces de interceptar las emanaciones de la psique humana, archivando y catalogando
sueños, pensamientos y registros de eventos que sucederán en el futuro.
La directiva principal de los trabajadores de La Zona no es solo estudiar sino también contener, en algún momento de su existencia el gobierno descubrió algún mal escondido entre las arenas del desierto y construyó “La Herramienta” para contenerlo y “El Instrumento” para estudiarlo. De los millares de trabajadores que se especula laboran en el interior de ambos complejos la mitad dedican sus vidas a mantener la maldad concentrada en un solo lugar del suelo mexicano mientras que la otra mitad se dedica al estudio de la misma para en algún momento lograr mitigarla o destruirla.
La Zona y sus complejos son reales pero funcionaron como simples puestos de observación astronómica y búsqueda extraterrestre. Pero en algún momento de su existencia sucedió algo terrible y desde ese entonces “La herramienta” y “El Instrumento son solamente habitadas por fantasmas.
Las 3 teorías presentadas aquí arriba fueron o siguen siendo acertadas.
En el 2015 el gobierno permitió que un solo periodista de un diario independiente entrara a La Zona y reportara sus hallazgos. Este evento tuvo poco seguimiento, el reportero regresó una semana después. Mientras que un grupo pequeño de conspiranoicos esperaba finalmente tener pruebas contundentes de lo que sucede dentro de la Zona Nacional de Silencio de Radio, las observaciones del periodista se limitaron a un total de 4 palabras que publicó en medios digitales antes de desaparecer de la vida pública.
“Ellos observan La Luna”.
Martha Reyes
De muerte, vida y humanidades
¿Cuántas veces hemos escuchado ese mantra: “Estudiar Humanidades es una sentencia de pobreza”? La frase “te vas a morir de hambre” o “son unos muertos de hambre” suena familiar, ¿verdad?
Lo curioso es que la palabra muerte se entrelaza con estas carreras como si fueran hermanas gemelas. Frases lanzadas por familiares, amigos o incluso profesores, muchas veces más por desconocimiento que por convicción. Hoy quiero contarte cómo las Humanidades me salvaron la vida de diferente manera.
Tener ganas de morir
A los 13 años, la violencia psicológica en casa me hizo creer que “así eran todas las familias”. Un día, con un cuchillo en la mano, descubrí que morir no era tan fácil. Mi mamá y abuela escucharon mi confesión con lágrimas, pero fue mi tía quien me regaló libros. Ana Frank me enseñó a sobrevivir en un cuarto diminuto; Julio Verne me llevó a dar la vuelta al mundo en 80 días, de hecho, menos, ese libro me lo devoré; Melville me sumergió en el vientre de una ballena. Entonces, llegó a mis manos el moderno Prometeo, en cuyas páginas perdí miedos, sufrí
amargamente, lloré de manera desconsolada, y renací empoderada con la frase “Ten cuidado porque no tengo miedo y eso me hace poderoso”. Las historias me hicieron vivir otras vidas y, al hacerlo, comprendí la mía.
Morir de vergüenza
A los 17 años, un profesor, tras una exposición me dijo “Bájese de ahí, chola del CBTIS; no se dice haiga, se dice haya”. La vergüenza me embargó, sin comprender por qué estaba mal, me bajé con más dudas de las que había tenido en mi corta vida. Luego, una charla sobre oferta académica para licenciatura me brindó la oportunidad de responder estas cuestiones; no lo sabía, pero en ese momento nacería mi amor por la Lingüística. ¿Por qué hablamos diferente? ¿Cómo se estudia el lenguaje? Descubrir los niveles de análisis, enseñar a otros, desentrañar la estructura del español fue mi revolución. Más viva que nunca comencé a andar por el mundo más empoderada que antes; pues, recordemos que, como dijo Sir Francis Bacon “Scientia potentia est” (el conocimiento es poder).
Morir de miedo
A los 29 años, el diagnóstico clínico de mi hijo me dejó sin aliento y la frase “es posible que tu hijo nunca hable” lograba taladrarme hasta el alma; era tan irónico que mi título fuese en Lingüística y que no sabía qué hacer para que la frase de la Neuropediatra no se convirtiera en mi realidad. Entonces, la Lingüística me dio herramientas para recibir el diagnóstica con claridad, para evaluar sus posibilidades de comunicarse y para emprender un camino por el aprendizaje más grande y significativo contra el pronóstico. Hoy mi hijo ya se queja, rezonga y pregunta por qué siempre todo él. ¡Lo logramos!
Finalmente, querido/a/e lector, quiero decirte que las probabilidades de que te hagas millonario estudiando Humanidades son pocas; mas como verás en estas muertes metafóricas, las Humanidades son una puerta para vivir la vida de formas que ni tú te esperas.