Edición 18 de diciembre

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14 Policiales

El Ciudadano

Sábado 18 de diciembre de 2010

& la gente

TOLERANCIA CERO. El homicida se había enojado porque el chofer del otro auto le hizo señas de luces para pasarlo

Elevan condena por crimen La Cámara Penal dispuso aumentar a 12 años de prisión la pena para el conductor de un Peugeot 206 que en septiembre de 2008 mató a Manuel Novillo de un tiro tras un incidente de tránsito menor Carina Ortíz El Ciudadano

La Sala Primera de la Cámara Penal elevó a 12 años la condena impuesta a Cristian Ariel Altamirano, que en septiembre de 2008 baleó un auto Peugeot 405 en el que circulaban cinco personas, y mató a uno de sus ocupantes de un tiro en la cabeza, en Rioja al 500. En junio de este año, Altamirano había sido penado con 10 años y ocho meses de prisión por los delitos de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y portación de arma de guerra sin la debida autorización legal. La madrugada del 28 de septiembre de 2008, Cristian Ariel Altamirano circulaba en su Peugeot 206 por calle Rioja a la altura del 500, cuando otro Peugeot –modelo 405– que transitaba en la misma dirección, pero unos metros más atrás, le hizo señas de luces. Esta maniobra de tránsito alteró a Altamirano, que detuvo la marcha en el medio de la calle, obligando al otro conductor a detenerse bruscamente, en una calle con pendiente. Luego de un intercambio de palabras, el acusado le dijo a una de sus acompañantes que le alcanzara una pistola 11.25 que tenía debajo del asiento y comenzó a disparar sobre el otro vehículo, cuyo conductor intentó huir de la agresión. El primer disparo impactó en la rueda izquierda delantera; el segundo tiro ingresó por el guardabarro trasero y el tercer disparo perforó la luneta del lado izquierdo e impactó en la cabeza de Manuel Novillo, que dormía en el asiento trasero, sentado detrás de su hermano, que conducía el rodado. Altamirano fue condenado por el juez de sentencia Julio César García a la pena de 10

MARCELO MANERA

El incidente de tránsito ocurrió en Rioja al 500, una madrugada de septiembre de 2008.

años y ocho meses de prisión por los delitos de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y portación de arma de guerra sin la debida autorización legal. Pero la defensa apeló el fallo con el argumento que el tercer disparo ingresó al auto por la luneta trasera “de manera inesperada y no querida” y que su defendido desconocía la presencia de acompañantes en el rodado. Además, mencionaron que el disparo no fue direccionado para lesionar a nadie y que su cliente no sabía que el arma que llevaba, por cuestiones de seguridad, era considerada de guerra.

Por su parte, la fiscalía también apeló la resolución y solicitó la elevación de la pena impuesta al considerar que Altamirano se entregó solo después de ser identificado a través del dominio de su auto, que escondió el arma en el baño de la cochera y cambió su fisonomía para la realización de la rueda de reconocimiento de personas. La Fiscalía sostuvo además que el acusado llevaba una pistola calibre 11.25 un sábado a la noche cuando salía a bailar y consumir alcohol y no dudó en utilizarla ante un mínimo altercado con otro conductor apuntando directamente al auto, a la altu-

ra de la cabeza de sus ocupantes. Al analizar la causa, los camaristas Otto Crippa García, Alfredo Ivaldi Artacho y Daniel Acosta concluyeron que Altamirano mató a Novillo sabiendo que el habitáculo del rodado estaba ocupado por al menos dos personas, ya que el acusado declaró en su momento haber visto al conductor y a su acompañante. «Que empleó una poderosa pistola semiautomática que instantes antes pidió a su amiga, y tras accionarla con idoneidad en dos oportunidades, puntualmente hacia las ruedas del automotor, dirigió un tercer disparo al interior de la unidad ocupada con una traza orientada no sólo hacia el conductor sino hacia una parte vital del mismo, la cabeza», reza el fallo. “El acusado empuñó el arma con firmeza y en posición de tiro, lo que da la certeza que el imputado usó los aparatos de puntería (alza y guión) de la pistola alineándolos óptimamente, de lo que no surge la falta de experiencia en el manejo de armas que aduce la defensa”, expresaron los camaristas. “La naturaleza del accionar, la extensión letal del daño inferido, el concomitante peligro causado a los demás ocupantes del rodado baleado y a los múltiples transeúntes que había en derredor y, fundamentalmente, los injustificados motivos que lo llevaron a acometer contra el bien más supremo, ponen en evidencia la peligrosidad de Altamirano para aplicarle una pena superior a la establecida por el Juez de Sentencia 7ª, Julio César García”, sostiene el fallo. Por todo ello, Cristian Altamirano deberá purgar 12 años de prisión por la comisión de los delitos de portación de arma de guerra sin la debida autorización legal y homicidio agravado por el uso de arma de fuego del que resultara víctima Manuel Novillo.

EL CUERPO DEL EMPRESARIO Y CANDIDATO A INTENDENTE DE SAN MIGUEL, RICARDO JORGE LEMOS, FUE HALLADO CALCINADO EN SEPTIEMBRE PASADO

Caso Lemos: hermano ubicó y apuñaló a prófugo Un hermano de Ricardo Jorge Lemos (34), el empresario y candidato a intendente de San Miguel cuyos restos calcinados fueron hallados en un campo de General Las Heras en septiembre pasado, encontró y apuñaló a uno de los prófugos por el crimen. Fuentes policiales aseguraron que el hecho ocurrió cerca del mediodía de ayer en inmediaciones de la estación de trenes de Ingeniero Maschwitz, partido de Escobar, donde Jorge Lemos (30) le aplicó al menos cinco puñaladas a Marcelo Fabián Maradei (45). Tras la agresión, Lemos fue detenido y quedó acusado del delito de “tentativa de homicidio” en la comisaría 2ª de Escobar. Fuentes de la investigación dijeron que la familia Lemos recibió ayer a la mañana un llamado anónimo que les informaba que Maradei –prófugo de la Justicia–, había sido visto merodeando su casa de Ingeniero Maschwitz y hacia allí partió el hermano de la víctima. Un vocero de la Jefatura Distrital Escobar explicó a Télam que “todo indica que Lemos venía siguiendo a Maradei y cuando vio la oportunidad le cruzó el auto, lo encaró y lo apuñaló”. El incidente ocurrió en la calle El Dorado y Ruta 26, donde Maradei, que circulaba en un Renault 19 blanco, fue interceptado por Lemos, que se bajó de un Honda color gris y lo apuñaló con un cuchillo de

10 centímetros de hoja. El hecho fue presenciado por gran cantidad de testigos y el revuelo generado por el ataque hizo que dos policías que custodiaban la zona de la estación lograran intervenir, detener a Lemos y asistir a Maradei, quien aunque estaba herido intentó huir y subirse a un tren, según explicó un jefe policial. El apuñalado fue trasladado al Hospital de Escobar donde ingresó con cinco puñaladas, cuatro en el abdomen y una en las costillas, y fue operado. Maradei estaba con pedido de captura por el caso Lemos, junto a otros dos sospechosos: Marcelino Pandiani y Pablo Alfredo Fulco. La causa tuvo un escándalo judicial cuando la familia Lemos denunció ante la Suprema Corte de Justicia bonaerense la actuación del juez de San Martín Mariano Grammatico Mazzari, a quien públicamente acusan de haber cobrado dinero para retrasar las detenciones de los imputados y darles tiempo para que se fuguen. “Fulco pagó un millón y medio de pesos al juez a cargo de la causa y se fueron todos en libertad. Nosotros lo denunciamos en la Corte”, dijo Susana Lemos, hermana de la víctima y del ahora detenido. La mujer dijo que a los prófugos los estaba buscando toda la familia, pegando carteles con sus fotos y por internet y sostuvo

que su hermano fue a buscar a Maradei para que no se escapara. “Nosotros hicimos una investigación propia porque a mi hermano se dedicaron a condenarlo, no a buscarlo, ensuciaron su nombre y el de la familia porque él no era ningún delincuente”, afirmó. Por su parte, el abogado de la familia, Claudio Ramírez, dijo que “no estaba en su mente (la de Lemos) vengarse, sino cooperar con la Justicia para que esto llegue a buen puerto”. “Si hubiese sido premeditado y hubiera habido intención de matar, distinto hubiese sido el epílogo de esta situación”, agregó. El 15 de septiembre, restos de ropa, carne y huesos carbonizados fueron encontrados en un campo de la localidad de General Las Heras que alquilaban Maradei y Fulco. Hasta que el ADN confirmó que esos restos eran humanos y que pertenecían a Lemos, el juez no ordenó las detenciones de los sospechosos, tal como lo había pedido el fiscal Edgardo Ledesma. A raíz de las denuncias, el magistrado se excusó y fue reemplazado por otro juez, Juan Brizuela. Lemos, de 34 años, desapareció el 22 de agosto cuando se retiró de su casa junto a Pandiani y Maradei, para supuestamente concurrir a una reunión política y a una

compra de hacienda en Mercedes. Cuando declararon como testigos, los ahora sospechosos dijeron que Lemos les pidió que lo dejen en una estación de servicio en Panamericana y la ruta 197, y desde entonces no se supo más de él. La investigación detectó contradicciones y fisuras en la versión que dieron los sospechosos y el análisis de sus comunicaciones y algunos testimonios hicieron que la policía allanara y encontrara los restos de Lemos en la estancia “El Descanso” de Las Heras. Los pesquisas analizan si restos aún no encontrados de Lemos fueron triturados y desechados en un frigorífico de Villa Fiorito que Fulco tenía en sociedad con Maradei, según denunció un llamado anónimo que fue incorporado a la causa. Lemos tenía un pedido de captura de la Justicia federal de Tres de Febrero por falsa identidad y le atribuyen un pasado en la barrabrava de Boca y vinculaciones personales con el candidato a intendente de San Martín, Miguel Ángel Villalba, alias “Mameluco”, quien cumplió condena por narcotráfico. Además, se dedicaba a la compra y venta de autos de alta gama y su familia reconoció que era prestamista y que cree que lo asesinaron porque les había prestado a Maradei y Pandiani un millón de pesos que ellos no podían devolver.


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