
3 minute read
Postres
etc.cuerpo&alma
Brutalmente honesta
INTEGRIDAD. Cuando “mi humilde opinión” no busca una crítica constructiva, lo honestidad se vuelve una cualidad negativa. Por Pamela Toribio Ilustración Brazhyk
Lo ideal sería vivir en un mundo donde todos nos ayudemos mutuamente y busquemos el bien común, sin embargo, es normal encontrarnos con personas que muestran poca empatía ante las situaciones negativas que se le presentan a los demás. Incluso, más de uno hemos escuchado la frase “En mi humilde opinión…”, seguida de un comentario desalentador (especialmente en redes sociales). Es como si algunas personas estuvieran esperando un fallo para empezar a actuar en detrimento de otra, lo que nos hace preguntarnos: ¿Qué está pasando en nuestras mentes?
Para traer un poco de luz sobre el tema, conversamos con la especialista en crisis y traumas, Erika Altuve, quien nos explicó que algunos de los pensamientos y emociones que provocan que muchas personas tengan este tipo de conductas pueden ser: Insatisfacción. Cuando no se está conforme con la propia vida se utiliza la crítica como escudo protector, señalando los defectos de los demás para tener la falsa sensación de que están errados. Baja autoestima. Se menosprecia al otro para lucir interesantes o llamar la atención. En ocasiones, la necesidad de aprobación o de encajar impulsa a externar comentarios que sean del agrado de ese grupo al que se quiere pertenecer. Envidia o celos. Cuando otra persona ha conseguido algo a lo que también se aspira, en vez de elogiar el logro y aprender para alcanzarlo, se actúa en detrimento. Perfeccionismo. A veces trasladamos un exceso de autoexigencia a los demás, haciéndoles partícipes de un estilo muy inflexible. Se es demasiado exigente y poco tolerante con los errores de otros porque también lo somos con nosotros mismos. Proyectar en otros nuestra propia personalidad. La crítica destructiva es, en ocasiones, una proyección o reflejo de nuestras propias autovaloraciones. Criticamos en otra persona algo que no somos capaces de aceptar o de manejar en nosotros mismos y que nos puede hacer sentir culpables o poco capaces. Debemos tener presente que cada individuo reacciona ante lo que sucede en base a sus creencias y necesidades. Cuando alguien te critica no sabe realmente lo que tú estás atravesando, más bien, reacciona desde su punto de vista que no siempre será confiable.
¿Qué hacer? La experta señala que lo primero que debemos hacer cuando recibimos comentarios que nos afectan es diferenciar entre lo que es una crítica constructiva y una negativa. La finalidad de la primera es proponer soluciones y alternativas a los problemas o defectos que se expongan y su principal característica es que debe ser lo más objetiva posible y proponer nuevas vías de actuación para la mejora de una conducta o situación. El motor para dar a conocer una opinión es el bien común, la prevención de problemas potenciales y las mejores formas de afrontarlo. La crítica negativa no se centra en la situación, la utiliza como pretexto para dirigirse a la persona, a su identidad, a sus cualidades, para valorarlas y calificar. Su objetivo es establecer un juicio de valor de la persona receptora, en ocasiones infringir un daño u ofensa. Podríamos decir que se “cierra” sobre sí misma y no abre opciones al aprendizaje. Es importante que antes de interiorizar un comentario hagas consciencia de que la persona que mejor se conoce en este mundo eres tú mismo.
Cómo hacerlo bien Al momento de emitir nuestra opinión debemos identificar los valores de la persona, mencionar sus virtudes, manejar un lenguaje corporal apropiado (lo que expresamos con nuestros gestos), proponer soluciones a lo que puede estar provocando el problema y mencionar cómo estas acciones nos hacen sentir. Bajo ninguna circunstancia se debe atacar a la persona descalificándola o enumerando sus defectos, ya que solo la colocaríamos en modo de predisposición y no se lograría una resolución positiva.
No siempre la persona a quien generamos una crítica la recibirá de buena forma, esto dependerá mucho de la seguridad y autoestima con la que cuente y qué tan efectivos fuimos haciendo llegar el mensaje.
Ayuda profesional Cuando una persona atraviesa una crisis delicada debe acudir a la ayuda psicológica, ya que hay que ser muy sutil y cuidadoso a la hora de pensar en aconsejar o sugerir. La experta cuenta que existen familiares o allegados que en su intento de ayudar hacen precisamente lo contrario, un ejemplo de esto podría ser una persona que esta pasando por un duelo y que ese familiar le diga: “Tienes que ser fuerte, la vida continúa” es común escuchar esa frase, sin embargo es el resultado de la ignorancia que se tiene sobre el tema.