SECCIÓN
E PASAPORTE
AÑO XCIV TOMO CCCLXII NÚMERO 33,461
Fundadores • Jesús Álvarez del Castillo V. • Jorge Álvarez del Castillo Z. • Editor-Director • Carlos Álvarez del Castillo G.
GUADALAJARA, JAL., DOMINGO 10 DE OCTUBRE DE 2010
EL INFORMADOR • J. MONROY
Supervisora: Karelia Alba • karelia.alba@informador.com.mx
Isla de tradición
Janitzio, entre agua y cultura “Lugar donde llueve”, “cabellos de elote” o “lugar de pesca”, son los significados otorgados a Janitzio, la palabra que da nombre a una de las islas del lago de Pátzcuaro, en Michoacán. La comunidad indígena del poblado se distingue por conservar la autenticidad de sus costumbres, así como la lengua purépecha, el vestuario y la velación en la noche de muertos. Desde que uno baja de la lancha -luego de atravesar el lago para llegar a la isla-, se ve a los niños que corren de prisa y se acercan a los turistas que visitan su hogar. Movimientos animados acompañan los cantos autóctonos que pocos podrán entender, la peculiar -y muy hermosa- bienvenida espera recibir a cambio unas cuantas monedas. Año con año miles de turistas son atraídos por la comida típica, las artesanías y la belleza misma del lugar, pero especialmente, por un detalle que
convierte a Janitzio en un sitio digno de recorrerse. Enclavado en lo alto de la isla, visible desde lo lejos, se erige un imponente monumento. Llegar hasta él implica un reto, algo en realidad natural para los lugareños, pero toda una hazaña para el visitante.
Monumento a Morelos Desde que se recorren los alrededores de Pátzcuaro, se distingue a la distancia en medio del lago y en la cima de la pintoresca isla, aquel hombre de 40 metros de altura. Un monumento conmemorativo dedicado al héroe de la Independencia de México, José María Morelos y Pavón, que fue iniciativa del entonces presidente de la República, el general Lázaro Cárdenas del Río. Debido a la importancia del personaje, se buscó realizar la obra en un lugar
por demás significativo, al ser Michoacán el Estado de origen de Morelos, resaltó de inmediato como el sitio propio para la construcción. En un principio, se tenía pensado edificar el monumento en las inmediaciones de la comunidad de San Jerónimo Purenchecuaro, en el municipio de Quiroga. Sin embargo, en una de las visitas de Lázaro Cárdenas a la isla de Janitzio, éste se enamoró de aquel lugar con aires de arraigo y tradición, y finalmente decidió que en aquel pedazo de tierra se erigiría el héroe, imponente, cantando victoria y con una presencia que demuestra libertad. La obra fue encomendada al escultor Guillermo Ruíz, originario del Estado de San Luis Potosí y quien estuvo apoyado por Juan Cruz Reyes, oriundo de la Ciudad de México. La encomienda se extendió al artista capitalino Ramón Alva de la Canal, quien pintó una serie de murales en el interior de la estatua, tarea que realizó en un periodo de casi cinco años.
Una mirada al interior
• El festejo del Día de los Muertos es una costumbre arraigada en Janitzio.
Para llegar hasta el corazón de Morelos y disfrutar de la vista imponente que regala la misión cumplida de este reto, hay que recorrer la isla de a poco. Esto no resulta una tarea difícil ya que la comida, los aromas, las artesanías y la calidez de la gente, hacen que “la subida” en realidad se convierta en un paseo ameno, incluso el cansancio puede pasar desapercibido. La caminata tarda tanto como uno decida, si se hace sin mirar alrededor y concentrado en la sola meta de llegar hasta el monumento, con paso firme y decidido, es cuestión de minutos para alcanzar la cima; eso sí, todavía falta enclavarse en las entrañas del monumento y admirar la riqueza cultural que esconde. En realidad, la forma predilecta que los visitantes tienen para llegar a la cúspide es con calma, pues hay que disfrutar las delicias del entorno. Llegar
ESPECIAL
En medio del lago de Pátzcuaro, las costumbres típicas y la calidez de la gente hacen resaltar a la vista este bello lugar • En el lago, los pescadores mantienen viva la tradición de pesca antigua con sus redes de mariposa. temprano garantiza un desayuno con tortillas recién salidas del comal, guisos que llenan la isla con su olor y atoles calientitos para no sentir nada de frío. Los recuerdos y regalos se encuentran sin problemas a lo largo del recorrido, por lo que detenerse un par de veces resultará de lo más común. Ya encaminados suele antojarse un vasito con charales, chile y mucho jugo de limón, otra excusa para hacer una breve pausa y descansar durante unos minutos. Cuando ya se apreciaron las casitas, la iglesia y las callejuelas –algunas sin forma-, parece que se terminó lo pesado, lo cierto es que todavía falta subir hasta el mirador y evitar perderse de lo bueno. La historia se cuenta con calma, la paciencia es clave para admirar los detalles no sólo de los murales que describen la biografía del héroe mexicano, sino la propia construcción. Estar ahí dentro y mirar a los lados, arriba o abajo, también merece la pena. De repente hasta los tornillos se vuelven pieza clave y mientras se sigue el camino trazado por las escaleras en forma de espiral, la idea de saber en qué parte del monumento se está, si es mucho o poco lo que se ha avanzado o si la cabeza ya fue rebasada, puede ser constante y persistente. Sentir calambres en las piernas, mucho cansancio y también satisfacción, son –a veces- algunas señales de que uno por fin llegó a la mano empuñada de José María Morelos. Lo que sigue es lo más sencillo, ya sólo queda disfrutar con plenitud la vista del lago, los pescadores y la belleza del entorno.
Arquitectura y más El monumento está construido en concreto, armado con revestimiento de cantera rosada en su exterior; el interior es hueco.
La obra se levanta en la cima de Janitzio, una elevación natural de origen volcánico. La estatua se ubica sobre una explanada plana que sirve de plaza. En los muros de la escalera resaltan los murales de Ramón Alva de la Canal, que se distribuyen en 56 paneles que narran la vida de José María Morelos y Pavón. En la base, en la explanada donde se levanta la estatua se encuentra un libro abierto de bronce, donde están plasmados los Sentimientos de la Nación que ideara Morelos.
PARA SABER w La isla se puede visitar yendo en lancha desde Pátzcuaro. Durante la corta travesía en el lago el visitante puede disfrutar de la actuación que realizan los pescadores de la región en sus barcas. De manera sorpresiva, aparecen desde el agua las redes marineras en forma de mariposa que regalan un espectáculo de tradición en este rincón de Michoacán. Los pescadores demuestran el talento y, sobre todo, el gusto que tienen para mantener viva la tradición. w El 1 y 2 de noviembre, en la isla tiene lugar una ceremonia sumamente típica y querida para sus habitantes. Durante la noche es costumbre llevar ofrendas a los muertos. La procesión se ilumina con cirios y se anima con cánticos religiosos. Janitzio se convierte en un punto resplandeciente en medio del lago, el color de la fiesta de muertos, irónicamente, le da más vida que nunca a la isla.