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DIRIGIR LA DESBANDA

OLI (Oliver Sanz de Galdeano) nos hizo creer en la música como generadora de emociones y, en consecuencia, como terapia para la vida y contra el párkinson. Hizo una firme apuesta para formar un grupo de rock, a partir de un grupo de personas con párkinson, que apenas nos conocíamos y que no teníamos formación musical ninguna. Básicamente no sabíamos tocar ningún instrumento, salvo alguna incursión adolescente en la guitarra de acompañamiento por parte de algunos de nosotros. Para formalizar esa iniciativa, Oli quiso que grabásemos una canción en un estudio de grabación profesional.

Para ello movilizó a sus amigos de Pamplona, todos ellos músicos de bandas de rock de primer nivel, para que colaborasen en esta iniciativa. Así, empezó a materializarse la visión de Oli de crear un grupo de rock formado por personas con párkinson.

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Lamentablemente apenas vivió para ver su sueño cumplido. Oli murió en septiembre de 2015, dejándonos huérfanos musicalmente hablando, y con una herida incurable en nuestros corazones.

Oli era una de esas personas que tienen luz propia y que son capaces de transmitir a la gente que les rodea su entusiasmo. Su impulso constante y su optimismo contagioso nos permitió creer en nosotros, superar todas las barreras y formar La Desbanda.

Carlos “Mansa” asumie a dirección del grupo cuando Oli nos deja. Con su apoyo humano, su guía musical y su paciencia con la lentitud de nuestro aprendizaje y la poca traza musical de los miembros del grupo fue fundamental en un momento en que peligraba la continuidad del grupo. Lejos de desaparecer, él nos ayudó a consolidar y crecer la semilla que Oli había plantado.

Salva Fito posee una sólida formación musical y una extensa experiencia como miembro de diversas formaciones musicales y como músico de acompañamiento. Esto le permite interpretar la intención de las canciones que componen Víctor y Marcel Sin nunca imponer su criterio, Salva pone su experiencia al servicio del grupo para que las canciones tengan una factura profesional, pero sin perder la impronta del autor. Salva tiene la paciencia y la insistencia necesaria para trabajar con La Desbanda, adaptándose a sus ritmos y limitaciones. Además siente un gran entusiasmo por el proyecto de La Desbanda

Javi Bou transmite paz. Es tranquilo. Es su forma de ser. Es un gran músico y psicólogo. Todos estos aspectos de su formación le proporcionan el bagaje necesario para afrontar las incertidumbres que surgieron en La Desbanda cuando, en el punto álgido de nuestra carrera, tropezamos (como todo el mundo) con la pandemia y el confinamiento. Fue una época de baja moral y pérdida de norte. Xavi supo aguantar el tirón y devolvernos la confianza en nosotros mismos que habíamos perdido.

Cande Fonseca y Stefano Vercher (Tati) son nuestros directores actuales. La música es todo para ellos. Nacieron para ella y poseen cualidades extraordinarias para la interpretación. Con todo el conocimiento que atesoran, no dudan en dedicar una parte de sus vidas, a compartir, con ilusión y paciencia, con La Desbanda, con sus componentes, el esfuerzo para que interpretemos nuestras canciones. Tati y Cande, todas las semanas se desviven en los ensayos para que las canciones suenen bonito, refinan nuestras composiciones en bruto ajustando voces, compases y estructura. Nos ofrecen la confianza que se necesita para seguir cada uno aportando al grupo su propia creación haciéndonos sentir orgullosos del trabajo realizado.

Cande nos enseña a calentar las voces y desinhibirnos (lets go!), haciendo unos ejercicios que nunca pensamos que haríamos, y dejándonos preparados para cualquier improvisación por bulerías o blues. Mientras Cande tiene chispa, Tati es el que aunque haya oído una y otra vez distintas notas simultáneas va pacientemente, uno por uno, corrigiendo a los que se han ido a su aire, indicándole como lo haría él. Nunca olvidaremos sus caras cada vez que entramos o salimos mal de un compás o cuando Víctor cambia un poquito alguna letra.

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