Recuerda los tiempos en que la nómina y la compensación de los empleados se transcribían uno a uno en libros de texto gruesos? Posiblemente de los trabajadores solo se conocía datos básicos: como nombre, dirección y algún número de contacto en caso de emergencia. Los CEO sabían de memoria las utilidades y las pérdidas del mes, pero no recordaban el nombre de la mayoría de sus subordinados. Estas prácticas pertenecientes a la era industrial están en proceso de extinción y, poco a poco, la inclusión de talento humano basada en una productividad más efectiva y eficiente se impone como factor principal para el éxito de una compañía. En la actualidad, la tendencia muestra procedimientos individuales y segmentados hacia el empleado, a través de programas de incentivos o coaching. Expertos en el tema como María José Tobías, Directora de Talento Humano del Grupo Liberty Seguros en Boston, aseguran que lograr una cultura laboral adecuada es vital para el desarrollo y productividad de una empresa. “Tenemos que preguntarnos si a nuestra gente les apetece o no venir a trabajar, si se sienten integrados o parte del proyecto. A las personas les gusta que su jefe los inspire y los motive. Cuando los colaboradores se sienten mejor trabajan mejor, el cliente lo nota y los resultados son impresionantes”. De acuerdo con The Enemies of Engagement, un artículo publicado por la firma de asesoría organizacional Korn Ferry Briefings, aproximadamente del 15% al 20% de la fuerza laboral siente frustración en su lugar de trabajo. Según Iris Goldfein, Chief People Officer en Sutherland Global Services, citada en el artículo, uno de los factores principales que forma parte de esta problemática es el sentimiento de abandono. "Ser invisible es una de las cosas más difíciles para las personas en organizaciones grandes. A la gente le gusta ser visto, le gusta ser reconocida”.
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