2 minute read

Derechos Humanos y la sagrada misión de defensa de la familia

Dr. Príncipe Jean Louis Bingna.

Nació en el Palacio de Bamoun, Camerún. Licenciado en Ciencias Económicas (Universidad de Yaoundé, 1987), más tarde partió a Moscú para estudiar Ciencias Políticas. Es presidente del Club Amigos de la Francofonía en México y de la Revista Ecos Diplomáticos “La Voz al Mundo”. Es un fuerte defensor de los Derechos Humanos, sobre todo de las mujeres y Niños.

Advertisement

Si pensáramos por un momento en que será de las exigencias sobre el respeto de los Derechos Humanos y la defensa de las familias para el año 2050, podríamos advertir que se tratará de un tema que podría ir de mal en peor, si verdaderamente no se hace una regresión sobre el cuidado de los valores del hogar, la cultura y las tradiciones de los pueblos, en especial, cuando los tiempos modernos delegan en la fuerza de las leyes, la resolución de los problemas ciudadanos, profesionales y hasta de gobierno.

Veo oportuno que para este año 2020, se empiece por trabajar en la educación para la paz, como única garantía de la felicidad del hombre en base al amor, para evitarle conflictos a todos los niveles y disipar el individualismo y el odio tan característicos de estos tiempos modernos. Hoy, hablar de Derechos Humanos conlleva referirse a la libertad, la justicia y la paz en el mundo, los cuales reconocen la propia dignidad que todo individuo merece gozar, al nacer libre y en igualdad de condiciones para tratar fraternalmente a sus semejantes.

Ahora bien, hay que recordar que el derecho que tienen los pueblos de autodeterminar su destino y su desarrollo económico, social y cultural, es condición para disfrutar de libertades fundamentales, con lo cual se favorece la consolidación dentro de las instituciones democráticas, bajo un régimen de justicia social fundado en los derechos esenciales del hombre.

Cuando los Estados se comprometen a respetar los derechos sociales, económicos y culturales, es porque ya han actuado bajo una dimensión histórica y constituyen un ideal común para los hombres y mujeres de sus naciones. Desde el aspecto legal, los DD.HH. se fundamentan en las leyes que establecen los legisladores y quienes las trabajan para que desde

la misma Constitución, todos los individuos sean respetados y protegidos.

El respeto o no de los DD.HH., radica en un asunto de educación y autoconocimiento, a partir de allí se aprende a respetar, a escuchar, a sentir, a compartir y a reconocer las virtudes y defectos de los demás. Si hoy esto no funciona, es porque la gente se ha individualizado y tornado indiferente a los demás, creando ira y provocando que empiece a vociferar y a reclamar lo que entiende como sus derechos.

Suele surgir un choque con relación a las tradiciones y la cultura, ya que en algunos países los derechos están por encima de los valores y eso causa algunas incomprensiones. Las familias están expuestas a una desestabilización completa ante la modernización, la exigencia de libertad y principalmente de respeto de género, lo cual provoca muchas fracturas y conflictos entre el hombre y la mujer. Y esto pasa, porque donde hay destrucción de valores y principios morales, es como referirse a las raíces de un árbol que cuando ya no tiene raíces, muere y cae al suelo.

El autor está editando su libro “Educar por la Paz y para valorar los Derechos Humanos” y plantea que la paz tiene que empezar por el individuo mismo y su instauración en su familia y entorno.

This article is from: