Ensayo - La Princesa que Creía en los Cuentos de Hadas

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La Princesa que Creía en los Cuentos de Hadas – Breve ensayo

La Princesa que creía en los cuentos de hadas Breve ensayo

Por: Angélica Betancourt Febrero de 2020

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La Princesa que Creía en los Cuentos de Hadas – Breve ensayo

Contenido Contenido ............................................................................................................................................ 2 Introducción ........................................................................................................................................ 3 Victoria ................................................................................................................................................ 4 La Princesita .................................................................................................................................... 4 Se casa la princesa........................................................................................................................... 4 El príncipe cambia ........................................................................................................................... 5 El Señor Escondido .......................................................................................................................... 5 Momentos filosóficos ...................................................................................................................... 6 La búsqueda de la Verdad ............................................................................................................... 7 El Templo de la Verdad ................................................................................................................... 9 El Primer Pergamino Sagrado ...................................................................................................... 9 Conclusiones ..................................................................................................................................... 11 Bibliografía ........................................................................................................................................ 13

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Introducción Victoria era la princesa más querida y adorada del reino. Hija de un amoroso, pero también estricto rey y de una reina que cuidaba y leía cuentos antes de dormirla pero que cuidaba con esmero el protocolo de la realeza y que, por supuesto, compartía a su hija. Victoria hacía su vida creyendo en los príncipes de los cuentos de hadas. Creía en la eterna felicidad y esperaba a su príncipe. La historia la describe como una niña de 7 años, de cabellos dorados, sumamente inteligente y bailarina por ocasión. Vicky aparece en la escena. Es la antagonista de Victoria y existe solo en la mente de ésta, es decir, era imaginaria, provocando muchos problemas con sus padres. Vicky, al ser completamente diferente a la princesita, ve la vida desde otro punto de vista y con otra percepción, de tal suerte que retumba en la cabeza de Victoria siempre que puede, sonsacándola y tratando de burlar los códigos reales con los que ha sido educada la princesita. En el desarrollo de este libro la princesita conoce a muchos personajes y situaciones que la hacen reflexionar sobre los aspectos realmente verdaderos de la vida a través de los valores, la elección, la felicidad, la imaginación, la emoción, lo sagrado y lo sublime que la llevan a conquistar su objetivo: la verdad.

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Victoria La Princesita La princesa Victoria es el arquetipo de lo que conocemos como una persona que pertenece a la realeza. Es por ello el esmero en el cuidado y dedicación tanto de sus padres (los reyes) como de todas las personas que le rodean en el transcurso de su vida. Así como también lo es en cuanto a su pensamiento, ya que idealiza su vida convirtiéndose en la esposa de un bello y apuesto príncipe, que a la postre será el de sus sueños y con quien tendrá su familia para siempre. Es de hacer notar que la princesita, al no conocer otro tipo de vida ya que no se encuentra expuesta al mundo real, lleve dentro de sí misma, los ideales de verdad, inocencia, amor y lealtad; del triunfo del bien sobre el mal y en el poderoso amor capaz de conquistarlo todo. De niña, acostumbraba a escuchar los bellos cuentos de hadas que su mamá, la reina, le leía. Así mismo, también el rey (su padre) se daba tiempo de tomar un chocolate caliente con su hija jugando con ella todas las noches. Explorando su entorno encuentra un árbol que le llama la atención. Trata de comunicarse con éste y al contestarle se sorprende; sin embargo, es un búho el que realmente le contesta. El búho le enseña que las cosas no son lo que parecen y que para curarse de las heridas del corazón sólo uno mismo lo puede hacer. Pasó el tiempo y la princesa creció. Cuando sus padres lo consideraron conveniente, le obsequiaron un pergamino que contenía toda la información sobre su linaje, desde el principio, desde tiempos remotos hasta la actualidad. Era toda una tradición hacer del conocimiento de este pergamino entre la familia real.

Se casa la princesa Es cuando la princesa, que por aquél entonces estudiaba en la Universidad Imperial que apareció un apuesto, educado y refinado joven, el cual se le acercó con una cortés reverencia. Éste le dijo que sabía de antemano reconocer a una princesa, ya que “un príncipe siempre lo sabe”. La princesa había encontrado a su príncipe azul, aquella persona que ella deseaba desde niña que la conquistara y viviera con ella para siempre en su propio palacio. El príncipe le habló sobre el amor. La princesa se enamoró del príncipe y era verdad que convivían todo el tiempo que podían. Los mismos compañeros de clase reconocían esa atracción y la princesa (cabe decir) se sentía hermosa, especial, segura de sí misma y, sobre todo, protegida con el príncipe a su lado. Victoria invitó al príncipe al palacio para que sus padres lo conocieran, quedando encantados de saber que su hija había encontrado al compañero más adecuado para el resto de su vida. El príncipe estudiaba el doctorado en Relaciones Diplomáticas entre reinos. Entonces se llevó a cabo la boda. Habitaron un hermoso palacio cercano a las propiedades de la familia de la princesa y vivieron bien. Del frecuente trato del príncipe con sus suegros, nació un cariño especial, tanto, que los reyes lo consideraron como el hijo al que nunca tuvieron. En una ocasión le hicieron una invitación a la 4


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princesa para audicionar en teatro para el papel de La Cenicienta, cosa que el príncipe incluso animó para que fuera, ya que la princesa contaba con una voz muy bella cuando cantaba. Y ante la inminente consagración como actriz de la princesa, el príncipe temió que cuando ella estuviera tan ocupada en los asuntos teatrales comenzara a dejar de estar con él, de tal manera que su matrimonio se sentía amenazado. Ante esto, el príncipe le comenta a la princesa el temor que sentía y por ello le pidió que concibieran a un hijo y que dejara la actuación. Ella decidió por su prioridad: el príncipe y renunció a su proyecto personal de teatro.

El príncipe cambia Es de hacer notar que las responsabilidades terminaron por engullir al príncipe, haciendo que cualquier responsabilidad le cansara y hartara. Aunque seguía siendo amable y atento, comenzó a quejarse de todo, tanto que lo “nombraron” presidente del Comité Real de Quejas, donde al poco tiempo también le cansó la responsabilidad que le fue asignada. La princesa resultó ser una excelente cocinera y mediante una sugerencia de la esposa de un delegado de Transportes, comenzó a pensar en escribir un libro. La princesa se dedicó entonces en cuerpo y alma a la escritura de su libro y al cabo de algunos meses el príncipe comenzó a resentir la falta de atención de la princesa al mismo, de tal manera que le comenzó a reclamar el tiempo que ya no le daba llegando al grado de reclamarle muy severamente a la princesa. Después, el mismo príncipe notaba esas groserías que le hacía a la princesa y no se explicaba el por qué de su actitud. Pensaron que él era presa de un hechizo o encantamiento y que era necesario quitar de por medio. Siguió la exitosa presentación del libro y su firma de autógrafos por todo el reino y entre visitas y recorridos el príncipe se fue hartando de todo ello. Descubrieron entonces que había un Señor Escondido que siempre aparecía en el mejor momento para echar a perder las cosas. Este señor escondido era algo parecido a lo que representa Vicky para la princesa: un personaje imaginario que sale a la vista y que existe cuando se hace presente. Hubo una escena donde el príncipe se presenta ante la princesa y le avienta un ramo de rosas de manera violenta y esto fue porque el príncipe se pinchó un dedo con una espina. Y comienza a decirle que todo pasa por culpa de ella, llegando al grado de echarle la culpa de la creación del supuesto “hechizo” a la princesa. Ella le comenta que eso simplemente no es posible, ya que ella ha estado en las buenas y en las malas y no sería capaz de hacer semejante acto en contra del príncipe.

El Señor Escondido Es de hacer notar que desde que se conocieron tanto el príncipe como la princesa, la atracción fue tremenda de tal manera que quedaron prendados uno del otro; sin embargo, en el desarrollo de la historia y el pasar del tiempo, es notorio que el príncipe muestra un cierto celo o envidia hacia su esposa, así, él tiene el pretexto perfecto para hacer aparecer al Señor Escondido siempre que sea posible.

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Con el paso del tiempo el príncipe dejó de ser el modelo de perfección del que la princesa se enamoró un día. El Señor Escondido aparecía siempre y comenzaba a dominar al príncipe hasta el momento en el que se manifestó completamente diciendo que lo que había sido el príncipe no volvería a presentarse. Hasta ahora he dejado sin mencionar a Vicky. Sí, la amiga imaginaria de Victoria, pero que, en un símil del Señor Escondido (que también vivía en la imaginación del príncipe) no había dejado de influir en la vida de la princesa. Vicky aprendió a convivir con el príncipe y éste a su vez con ella. Sin embargo, seguía siendo parte de la vida íntima de la princesa y bien sabía ella todos los detalles de su vida. Vicky se permite un momento de reflexión y llega a la conclusión de que ella es quien ha influido para ahuyentar al príncipe de la vida de Victoria, por lo que decide guardarse de nueva cuenta en el armario, pero ahora por voluntad propia y desaparecer de la vida de Victoria. En una ocasión, al despertar, Victoria comienza a llorar porque el príncipe le hace saber que el Doctor Risitas (como ella le llamaba por su excelente buen humor y gusto para contar chistes) ya había muerto y que no volvería a presentarse jamás. Entonces Victoria toma la decisión de ir a pasar unos días a casa de sus padres con el fin de reflexionar sobre la situación, suceso con el cual Vicky no está de acuerdo, pero al final acata la orden de Victoria de ir con ella. En camino al palacio de sus padres, Victoria iba pensando en el pretexto o excusa ideal para contarle a sus padres. El rey la recibió y ella, en tono solemne le pidió platicar también en presencia de la reina de un tema de mucha importancia. Expuso entonces su problema con el príncipe recalcando que solamente éste se ponía así en presencia de ella. Los reyes no lo creían, debido al cariño que le tenían e inclusive le preguntaron a Victoria si realmente ella es quien provocaba que sucediera tal situación. Convinieron en que ellos platicarían con el príncipe y tratarían de encontrar alguna solución a tal problema. Cenaron en silencio y después Victoria fue a su habitación de color rosa, tal y como la había dejado a dormir, cubierta con su colcha de plumas… A la mañana siguiente los reyes citaron al príncipe y en compañía de la princesa le cuestionaron su proceder. Éste a su vez les explicó que una vez que el Señor Escondido se había aparecido él había intentado librarse pero que ya no era posible. Contó sobre la resistencia de la princesa a tal personaje, pero aseguró del poder de ese hechizo. También, llorando, contó que sería muy difícil vivir sin la princesa y que él se había enamorado de ella desde el primer momento en el que la conoció.

Momentos filosóficos Vicky por su parte, que había estado muy bien guardada dentro de la mente de la princesa, insistía, gritaba, que alguien hiciera algo, antes de que fuera demasiado tarde. El rey, por su parte, reflexionaba sobre los difíciles asuntos que resolvía en su reino, pero reconocía lo incapaz que se sentía como para resolver el problema de su yerno y su hija. La reina, con plena sabiduría citó “lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”, incapaz de aconsejar lo que se debería hacer. El príncipe los abrazó a todos y salió por la puerta. La princesa se refugió en su habitación y se quedó dormida, no sin antes desear la aparición del anteriormente conocido búho Henry Herbert Hoot, D.C. 6


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Entonces la princesa se quedó mirando al viejo árbol que todavía estaba a la distancia y no supo cómo llamar al búho; sin embargo, Vicky le pidió que lo hiciera a través de la primera estrella. Entonces ella pronunció un pequeño verso que cita así: Estrella brillante, estrella luminosa, la primera estrella que esta noche se posa, ojalá pudieras cumplir por tal cosa, el deseo que esta noche en mí reposa. Cerró bien los ojos, deseando con todas sus fuerzas para que apareciera Doc (el búho), pero durante un largo rato nadie apareció. Hasta que de repente, se escuchó la música de un banjo y una voz que cantaba esta canción: Oí que a una estrella se lo pedías, y de lejos vine a ver qué querías, cuando tus deseos liberas, por arte de magia los recuperas. A lo que la princesa le dijo que durante mucho tiempo le había estado buscando en el árbol, pero no lo había visto. El búho le contesta: hay cosas que no ves, princesa. Hay cosas que no pueden verse con los ojos y que están ahí. A pregunta expresa de cuál sería su consejo para resolver la solución al problema que tenía la princesa, el búho le comenta que la única solución es no hacer nada. Ya que el no hacer nada es algo que no ha intentado hacer hasta el momento la princesa. Y no hacer nada significa: Dejar de actuar y comenzar a no hacer nada en absoluto. No hacer nada y no decir nada, no dar explicaciones, no defenderte, no poner las cosas en orden, no protestar, no pedir perdón, no amenazar, no preocuparte, no pasarte noches en vela pensando, planeando y calculando. Cuando no hagas nada, en realidad estarás haciendo algo. Algo que ayudará al príncipe si te alejas de su lado, ya que el príncipe está demasiado ocupado pensando en lo que te ocurre a ti para ver cuál es su problema. Si no haces nada, es más probable que el príncipe vea que está haciendo algo.

La búsqueda de la Verdad Ante sabias palabras la princesa no tuvo más remedio que aceptar lo que el búho le comentó; sin embargo, también había algo que necesitaba hacer la princesa para ella misma. Sí, ella también necesitaba ayuda; es decir, no era solamente la relación con el príncipe sino la vida misma de la princesa la que requería atención, a lo que el búho le hace la siguiente receta: << Nombre: Princesa Victoria. Dirección: Palacio Real. RECETA: La verdad es la mejor medicina. - Toma toda la que puedas tantas veces como te sea posible. DOSIS: Sin límite. FIRMADO: Henry Herbert Hoot, D.C.>>

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Donde vemos que la verdad es realmente la mejor medicina; sin embargo, ¿a qué es lo que realmente se refería el búho? Bueno, el principio es que para que cambien las cosas, primero necesitas cambiar tú primero. El búho le regala un pequeño ejemplar del libro de su autoría llamado “Guía para vivir siempre feliz. Para princesas que están enfermas y cansadas de estar enfermas y cansadas – (Henry Herbert Hoot, D.C.)” que comenzó a leer en cuanto lo tuvo en sus manos. La lectura le dejó absorta en sus pensamientos ya que no se dio cuenta del momento en el que llegaron a su palacio. A partir de este momento la princesa comenzó tomar como una verdadera referencia la lectura de su libro; entonces, nombró la primera verdad y esta consistía en que debes elegir ser feliz antes que hacer lo conveniente. Ya que la felicidad es una elección. ¿Cuándo fue la última vez que hiciste lo que realmente querías? Otra verdad es como sigue: el miedo contribuye a no ser feliz. En el caso del príncipe, que ya esperaba a la princesa de regreso a su palacio, le puso muchas rosas rojas a su paso. Para Vicky eso era fenomenal, una idea de que el príncipe ya estaba cambiando; pero para Victoria podría significar que hacía eso por el miedo a perderla. Una tercera verdad: Las palabras pueden hacer tanto daño como los puños. Debes mantenerte alejada de las discusiones acaloradas y de los silencios cortantes. Sin embargo, las luchas constantes con Vicky le producían verdaderas distracciones y dolores constantes de cabeza y tenía que repetir constantemente las frases que había leído una y otra vez. La princesa dejó entonces de preocuparse por el príncipe y por las cosas que él hacía. Ya no planeaba lo que tenía que hacer; sin embargo, se dio cuenta de que no hacer nada ni decir nada era más fácil que no pensar en nada. Por ello, los pensamientos negativos siguieron apareciendo sin cesar en su mente. Una mente que estaba de por sí saturada, pero el resto de su cuerpo estaba vacío, así como su vida misma estaba vacía sin que algo pudiera llegar a llenarlo. Al retomar la lectura de su Guía para vivir siempre feliz se afirmaba que era normal que una persona que cambiaba de trabajo se sintiera completa y, a la vez, vacía, y sugería sustituir el trabajo anterior por nuevas actividades que acapararan su propio interés. Entonces recordó que su mente y sus manos habían estado muy ocupadas recogiendo recetas y haciendo su libro de recetas y entonces se puso a trabajar en ello. Una de las actividades que eligió para “llenar su vacío” fue ir de compras. Compró tantas cosas en todos los almacenes y tiendas del reino por tanto tiempo que llegó a convertir una habitación para las visitas en un nuevo ropero… sin embargo, a medida que compraba más y más cosas, se sentía más y más vacía. Nada la llenaba. Una nueva enseñanza aprendió la princesa una vez que el príncipe le dijo que prácticamente ya no sentía nada por ella. De nueva cuenta acudió a Doc (el búho) para pedir consejo, a lo cual éste le aconsejó que se rindiera ante la desesperación y cediera a la aceptación. Se refería a la aceptación de las cosas que no puede cambiar. Cambiar a los demás no es una elección. Cambiar a sí mismo siempre es una mejor elección. Por otro lado, también le dijo que el amor le hace sentir bien a uno, si sientes dolor muchas veces más que felicidad, no es amor.

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Una vez más la vida pone a prueba a la princesa. Esta decide dejar al príncipe y vivir su aventura de vida. Las circunstancias la llevan a una tormenta en el mar donde se afianza a un viejo y pequeño bote de remos el cual con el vaivén de las grandes olas de a poco en poco comienza a hundirse. De repente llega un delfín con el cual Victoria se comunica. Le pide que les ayude a salvarse (recordemos que Vicky forma parte de la misma persona) pero les dice que no les va a ayudar, ya que (nuevamente) en sus manos está la posibilidad de salvarse o no. Es decir, tendrán que elegir de nueva cuenta ya que de ello depende su supervivencia. El miedo impide ver la realidad. Cuando la princesa divisó tierra firme fue que se convenció de que ella podía llegar a ese lugar sin mayores complicaciones. Con esto una fuente de poder iba naciendo desde su interior, y una sensación de paz comenzaba a inundarla. Más adelante la princesa en un interesante diálogo con una bruja encuentra que nada es perfecto, a lo que la bruja le comenta que la perfección, al igual que la belleza, depende de los ojos con que se mira. Todo es como queremos que sea. Eso es lo que hace que sea perfecto, y lo único imperfecto es tu manera de percibir a la perfección.

El Templo de la Verdad Casi al final de su recorrido la princesa visita el Templo de la Verdad, un lugar donde posteriormente se han reunido sus principales amigos para honrarla, ya que con su fuerza, coraje y decisión la princesa ha sobrellevado y conquistado los mares tormentosos y las arenas profundas. Ha resbalado y tropezado y caído con toda la intención de volver a levantarse y proseguir la marcha. Todo esto, en la búsqueda de la verdad, una verdad que le prometía curarse, tener paz y conseguir el amor que con tanta desesperación desea. Ahí mismo, le hacen entrega del Pergamino Sagrado, un pergamino que contenía muchas verdades evidentes. Me parece importante mencionar los versos de dicho pergamino como sigue:

El Primer Pergamino Sagrado

Creemos que estas verdades son evidentes... Aunque muchas veces no lo son. I Somos, ante todo, criaturas del universo: completas, bellas y perfectas en cada detalle siguiendo los deseos del infinito. Así pues, nos merecemos por derecho natural ser amados y respetados, y es nuestro deber no aceptar nada más.

II Así como todo el océano puede verse en una gota de agua, también nosotros somos la esencia de la vida. Al igual que la marea sube y baja, también nosotros nos movemos con el flujo de la vida, aceptando que la única constante es el cambio y que todo es como tiene que ser, aunque muchas veces no sepamos por qué.

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En los brazos de la debilidad está la fuerza, ansiosa de poder salir. En las garras del dolor, el placer que espera su momento. Y en un camino lleno de obstáculos, la oportunidad que se presenta con ellos. Esto es lo que nos brindan estos maestros en nuestras vidas y debemos de estarles eternamente agradecidos.

Cada momento nuevo es un banquete de infinitas posibilidades. Cada día es una exquisita fruta que espera ser escogida.

IV Formamos parte de un gran plan que no depende de nosotros. Todos tenemos un lugar reservado en este gran proyecto y una razón para existir. V La experiencia no es siempre la verdad, pues aparece coloreada por los ojos de quien la ve. Sólo en el silencio de nuestra mente podremos oír la verdad. La dulce voz que le habla a nuestro corazón igual que un susurro, es la voz del Creador que despierta dentro de nosotros para que seamos conscientes de lo que somos en realidad, de lo que se espera que hagamos y de todo lo que ya sabemos.

Una y otra vez, debemos recoger la cosecha, comer hasta saciarnos sin derrochar, pues muy preciado es lo que tenemos ante nosotros, Y todo lo que es muy pronto será pasado. VII Cuando caminamos por el camino de la Verdad, sentimos cómo fluye dentro de nosotros la belleza y la perfección de todo lo que somos, de lo que son los demás y del universo. Hemos elegido el camino de la ternura, de la amabilidad, de la compasión, de la aceptación y del aprecio. Nuestra mente se llena con todas estas cosas y tal plenitud crea amor en nuestro corazón que, a su vez, trae el amor a nuestra vida. VIII Cuando seguimos por el camino de la Verdad somos conscientes también de que lo que ocurre en nuestro interior es mucho más importante que lo que hemos dejado atrás o lo que ven nuestros ojos. Pues lo que sentimos en nuestro interior es nuestro mayor tesoro, la grandeza del universo en sí mismo.

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Conclusiones Después de haber acompañado a la princesa en su camino de vida, tengo las siguientes conclusiones: 1. Todos tenemos una conciencia. La conciencia nos indica lo que está bien y lo que está mal. Lo que hace daño y lo que no. A esa conciencia la podemos llamar como queramos; en el caso de Victoria, su conciencia la llamó Vicky y ésta a su vez le provocaba severos dolores de cabeza, ya que el subconsciente de nuestra mente siempre está al acecho y sugiriéndonos los diversos caminos y decisiones que tenemos que tomar en la vida con el único fin de vivir mejor. 2. El Señor Escondido es la mejor manifestación de nuestros dolores, pesares, envidias, egoísmos, groserías, etc. Es la versión antagónica de nuestro ser que desgraciadamente tenemos todos nosotros. De repente en una discusión se suben los ánimos y perdemos el control y entonces aparece este personaje, que bien guardado está, mientras no existe un detonante que lo provoque y salga a relucir. Es bueno tener carácter, pero es mejor controlarlo y usarlo verdaderamente con inteligencia para resolver situaciones de vida que se tornan peligrosas. 3. En nuestra vida siempre hay un búho DOC que nos aconseja todo el tiempo la dirección o la tendencia que debemos escoger. Es la experiencia. En el transcurso de nuestra vida vivimos muchas circunstancias, muchas de ellas buenas, otras malas, pero al final eso se convierte en experiencia. La experiencia nos hace ser mejores, porque es bueno repetir lo bueno y es más, potenciarlo; pero también existen los malos momentos, aquéllos que no deseamos repetir pero que son necesarios para realizar nuestro crecimiento como seres humanos. 4. La felicidad es una elección. Escogemos cuándo, dónde y cómo ser felices. Muchos renuncian a serlo y muchos optan por serlo. ¿Cuántas veces dejamos pasar las situaciones o momentos que nos hacen ser felices por el simple hecho de no elegirlos?, ¿Por qué en ocasiones nuestra felicidad depende de lo que nos digan los demás?, ¿acaso la felicidad no debería ser constante en nuestra vida y encontrarnos en una situación de felicidad completa todo el tiempo?, ¿cuándo fue la última vez que elegiste ser feliz? 5. La aceptación es otra de las verdades. Sólo cambia quien elige cambiar a sí mismo; es imposible hacer cambiar a los demás. Si no hay aceptación entonces hay desesperación y no puede avanzar el ser humano en su trascendencia en la vida. Aceptamos que podemos cambiarnos a nosotros mismos. 6. El miedo nos impide ver más allá y descubrir lo que la vida nos tiene reservado. El miedo nos ata a lugares, tiempos, circunstancias y no nos permite cumplir con nuestro plan de vida. Cuando conozcamos al miedo y seamos capaces de manejarlo, entonces estaremos en las condiciones de trascender y fortalecernos desde el interior de nosotros mismos. 7. La perfección depende de la percepción. Es decir, de la manera como cada uno de nosotros es capaz de percibir la realidad: lo que hacemos, lo que decimos, lo que escuchamos, lo que vemos. La perfección es alcanzable, pero depende de la percepción que tengamos de ella.

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Desde mi punto de vista, la lectura de este libro me ha fortalecido en algunos aspectos de mi vida. La autora se ha encargado de llevarnos en una tierna, feliz, pero también en ocasiones triste historia a encontrar la explicación a los aspectos con los que nos enfrentamos en la vida; desde una pareja que si bien comienza bien con nosotros, termina por irse por otro lado diferente al que era en un inicio; a conocer y buscar la verdad, a comprometernos con nosotros mismos, a fortalecernos y levantarnos en los momentos difíciles de la vida y a tener coraje y decisión en las bifurcaciones que nos regala la vida.

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Bibliografía Powers, M. G. (1998). La Princesa que Creía en los Cuentos de Hadas. Ediciones Obelisco. Recuperado el febrero de 2020

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