La respuesta a una oración no contestada Marzo- Abril de 2005 Richard F. Ames ¿Ora con regularidad? ¿Siempre responde Dios a sus oraciones? Cuando siente que sus oraciones no están siendo respondidas, ¿a dónde acude? La Biblia ofrece estrategias prácticas que pueden ayudarle a reconocer y corresponder, a las respuestas de Dios a sus oraciones.
Según una encuesta de U.S. News & World Report publicada en diciembre de 2004, más del 40% de los estadounidenses aseguran que sus oraciones “son contestadas a menudo”. Sólo el 1,5% declara que sus oraciones “nunca” son atendidas. Casi dos tercios (64%) afirman que oran al menos una vez al día. ¿Sus oraciones son respondidas con frecuencia? De no ser así, ¿por qué? ¿Puede hacer algo para que Dios escuche sus oraciones? La Biblia revela la solución a esta importante pregunta. En primer lugar, debemos preguntarnos: ¿es Dios capaz de dar respuesta incluso a la oración más insólita? Esto es lo que escribió el apóstol Pablo: “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén” (Efesios 3:20-21). ¿Puede creerlo? El poder de Dios para responder a la oración va mucho más de su capacidad de pedir. Dios nos ha indicado que acudamos a Él en oración. En su famoso Sermón del Monte, Jesucristo enseñó “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mateo 7:7-11). ¿Se lo imagina? Dios, nuestro Padre, quiere darnos buenas cosas. Quiere que nos apoyemos, dependamos y confiemos en Él. Sin embargo, en ocasiones, oramos y no parece que recibamos respuesta. Entonces, ¿cómo podemos depender de Él y tenerle confianza? ¿Por qué a veces pareciera que nuestras oraciones no son atendidas?