Tres gramos de marihuana

Page 24

22 Es un arreglo previo que tenemos de presionar psicológicamente a los detenidos, nomás por sospechosos, por tener un aspecto o usar ropa u objetos que nos parecen extraños. De veras eso ni nos importa. Todo lo que buscamos es sacarles dinero. Aguantar turnos de 24 horas para enfrentarnos a bandas de criminales por el sueldo que nos pagan. Y todavía rifarnos la vida, como pasó con los compañeros que unos criminales mataron hace poco en el puro centro de la ciudad. Mi jefe dijo a las niñas que estaban detenidas. A la mayor le dijo que sería acusada de perversión de menores. Le preguntó a qué oficio se dedicaba su papá. Ella respondió que era policía. Debía darle vergüenza, le respondió mi jefe. Preguntó a la otra niña por el oficio de su papá. Respondió que era maestro. Le pidió un número para comunicarse con él. Luego hablaron con ellos. Mientras llegaban, la niña se veía angustiada. Nosotros solamente queríamos presionar a los papás para sacarles dinero. ¿A qué papá o mamá le gusta que su hijo sea detenido por cargar drogas en sus bolsillos? Ya teníamos calculado que les bajaríamos cuando menos mil pesos y nos repartiríamos entre los cuatro. Ya con eso habría valido la pena haber aguantado buen rato bajo el aguacero. Además había otros niños en la plaza a quienes haríamos lo mismo. En días como ese odiábamos a los demás. Mientras otros pasaban la tarde del domingo en sus casas, con sus familias, viendo televisión, nosotros debíamos andar en la calle, sin convivir con nuestros hijos, soportar temporales y estar en tensión permanente. Lo de la marihuana nomás era un pretexto para desahogar nuestras frustraciones sobre otros y tener dinero extra para llevar a nuestras casas. ¿Acaso nosotros no somos también tan miserables como los demás? Ni nos importa esa cosa de las drogas, pues como dije nosotros mismos las usamos para soportar turnos hasta de 24 horas sin dormir y tener que vérnoslas con toda clase de gente sin entrañas. Todo mundo sabe aquí quiénes son los narcotraficantes y en dónde comprar drogas. No se hace nada porque a todos nos queda raja de ese negocio. Y hablo desde el de más arriba hasta el de más abajo. Todos sabemos que el narcotráfico está arreglado con quien manda. Y las drogas circulan por todas partes, principalmente entre la gente de poder. Eso lo sabemos bien, lo sabe todo mundo. Aparte de que muchos de nuestros compañeros, además de consumidores, también son vendedores de drogas. Parecía un turno productivo. Me imaginaba con no menos de 300 pesos en la bolsa, suficientes para comprar una despensita de alimentos. Pero el papá de la niña llegó echando pleito y cuando dijo ser periodista, además de ser profesor, y ser amigo de un ex gobernador que además sigue teniendo influencias, nos cambió la jugada. No quedó más que deshacernos de la niña y remitirla a la Dirección de Seguridad Pública en una patrulla. Yo misma dije a la niña en los separos que su papá había sido culpable de todo por ponerse nena. De haber cooperado y sido amable con nosotros, a esas horas ella estaría acostadita en su cama. Sentí algo de tristeza por ella, porque también soy mamá. Pero así funcionan las cosas aquí y nadie puede cambiarlas. ¿Quién puede enfrentarse solito a esta maquinaria? Nomás un pendejo, un idealista o un loco, que todos son la misma cosa. De la otra niña mejor ni nos ocupamos y la soltamos, porque a fin de cuentas era hija de un compañero y había que protegerla. Aparte que ella no traía yerba.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.