LA MUJER COLOMBIANA


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Esta historia se basa en la fuerza y sueños que no se rinden. Desde la antigüedad, las mujeres han sido un pilar fundamental: inteligentes y protectoras. Pero con la llegada de la conquista, su voz fue silenciada por mucho tiempo. Se les negó la educación y la participación en las decisiones del país. Aun así, nunca se rindieron.
En la lucha por la independencia, muchas mujeres dieron todo por la libertad. Entre ellas, Policarpa Salvarrieta, “La Pola”, se convirtió en un icono de valentía femenino. Con el tiempo, muchas siguieron sus pasos, abriendo caminos para las futuras generaciones. En 1957, las colombianas votaron por primera vez, demostrando que su voz también tenía poder para cambiar la historia.




Una nueva etapa llegó con la constitución de 1991, un momento en el que Colombia reconoció oficialmente que los hombres y mujeres son iguales en dignidad y derechos. El artículo 13 declaró que nadie debe ser discriminado por su sexo, y que el Estado debe garantizar una igualdad real, no solo escrita. El artículo 43 fue aún más claro: las mujeres deben tener las mismas oportunidades que los hombres, y recibir protección especial durante la maternidad y cuando son cabeza de familia.
Por esta razón las mujeres ganaron su puesto en la educación, la política y el trabajo. Hoy hay más personas estudiando, más voces femeninas en cargos públicos y más conciencia sobre sus derechos. Pero los retos siguen ahí: la violencia de género, la brecha salarial y los estereotipos aún limitan muchos sueños. La ley marco el camino, pero el cambio verdadero necesita educación y una sociedad que crea en la igualdad desde el corazón.


En los años del conflicto armado, las mujeres también fueron víctimas, pero al mismo tiempo, se convirtieron en líderes de paz. En barrios, veredas y comunidades. Por eso, el acuerdo de paz de 2016 reconoció su papel como Gestoras de reconciliación.
Hoy en día la mujer colombiana representa esperanza. Su historia nos enseña que la igualdad se conquista con amor, esfuerzo y unión. La constitución de 1991 fue un paso significativo, pero el verdadero cambio ocurre cada vez que una niña es escuchada, una mujer respetada y cuando la sociedad avanza hacia la justicia. Conclusión
“Su legado permanece vivo, y sus historias continúan inspirando a nuevas generaciones, celebrando no solo su coraje y visión, sino también el camino que pavimentaron para muchas más.”
CREDITOS:
REVISTA DIGITAL ( LA MUJER COLOMBIANA )
EDICIÓN ( OCTUBRE/ 2025 )
EQUIPO EDITORIAL ( EDUARDO