Artrosis
implicaciones clínicas Dolor Desde el punto de vista clínico, los diversos tejidos articulares mencionados (a los que se añade la contractura muscular acompañante) se consideran implicados en la génesis del dolor, que es una de las características fundamentales del cuadro. En efecto, la distensión capsuloligamentosa, la inflamación sinovial y de partes blandas, y la denudación de las superficies en contacto con el tejido óseo se consideran sus causas principales. Además, es conocida la asociación de hiperemia, estancamiento y densificación ósea en cuadros de claro predominio álgico (osteoma osteoide).
Limitación de la movilidad Otra característica clínica, la limitación de la movilidad, se debe tanto a las fibrosis y adherencias capsulosinoviales como a los topes óseos que suponen los osteofitos y reacciones marginales. Aunque, evidentemente, en la articulación artrósica se pierden los mecanismos normales de lubricación articular, este factor tiene una importancia mínima en comparación con los antes mencionados en la restricción del movimiento. La rigidez articular, de manera localizada, suele aparecer al levantarse por la mañana y después de un periodo de inactividad durante el día. La destrucción ósea, los osteofitos y las retracciones capsuloligamentosas y musculares originan, además, las frecuentes deformidades (rodilla vara y valga).
Alteraciones articulares La exploración física muestra una articulación tumefacta, sin derrame articular, de consistencia dura a la palpación, debido a la proliferación osteocartilaginosa, y dolorosa a la movilización pasiva. Es habitual percibir crepitaciones y crujidos durante el movimiento. La radiología simple pone de manifiesto los aspectos macroscópicos descritos en el cartílago (erosión y ulceración) y en el hueso (esclerosis subcondral, osteofitos y quistes), así como las deformidades articulares. Es preciso insistir una vez más en la inespecifidad de los estudios gammagráficos, que llevan al erróneo diagnóstico de necrosis ósea en formas incipientes con manifestación radiológica algo atípica de artrosis o de inflamación articular de otras causas. Sobra decir que los estudios analíticos deben dirigirse a descartar otras patologías, ya que en la artrosis no hay ningún hallazgo típico en este sentido, como corresponde a una enfermedad sin repercusión sistémica.
tratamiento Tanto la artrosis como la artritis son patologías multiarticulares y es por ello que en este apartado no solo citamos la articulación de la rodilla, lo que no significa que el objetivo de este texto no sea abordar la rodilla desde un punto de vista integral.
tratamiento médico
Dolor artrósico Clásicamente, el dolor artrósico se define como de comienzo insidioso, que aparece con el uso de la articulación y cede en reposo, para posteriormente, con la progresión de la enfermedad, persistir incluso en reposo o producirse con pequeños movimientos. El dolor sigue el típico “ritmo artrósico”, siendo más intenso al comenzar la marcha, disminuyendo en intensidad con la deambulación y agravándose posteriormente.
Es cierto que los procesos biomecánicos y bioquímicos descritos se pueden perpetuar con carácter cíclico hasta conducir a la destrucción articular completa, ya que los propios tejidos no tienen capacidad reparadora suficiente, como se ha señalado. En este sentido, las medidas iniciales de tratamiento se basan en mejorar las condiciones mecánicas (en magnitud y distribución de cargas), y en aliviar el dolor en sus distintos componentes tisulares (inflamación, contractura muscular, distensión articular, hiperemia).
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