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84 EN PORTADA / Oncología

lado, se aconsejó tratamiento posoperatorio para el linfoma, debido a su malignidad.

Tratamiento Tras acceder los propietarios, se planificó un tratamiento con doxorrubicina a una dosis de 1 mg/kg cada 21 días un total de tres semanas junto a prednisona a una dosis de 1 mg/kg/diario por vía oral (figura 6). La primera y segunda sesión se aplicaron sin ningún tipo de complicaciones, pero al realizar el hemograma previo a la quimioterapia de la tercera sesión de doxorrubicina, se detectó leucopenia (1.800/µL) con una neutropenia moderada (800/µL) pero asintomática, por lo que se decidió llevar a cabo la monitorización en casa con antibioterapia de amplio espectro para el control de posibles complicaciones sépticas derivadas de la inmunosupresión. Además, se retrasó la sesión de quimioterapia una semana, momento en que ya se había normalizado el hemograma; se aplicó sin ningún tipo de problemas.

Figura 7. Lesiones cutáneas del LSA epiteliotrópico.

Tras el tratamiento médico, el paciente siguió con revisiones periódicas mensuales, con terapia de prednisona oral a 1 mg/kg cada 24 horas, y se mantuvo en remisión.

Evolución A los tres meses la propietaria decidió no seguir con las revisiones, pero ocho meses más tarde volvió al centro por la reaparición de nuevas lesiones cutáneas, de cuatro meses de evolución y que, pese a que la propietaria había tratado con prednisona, no habían desaparecido (figuras 7 y 8). En la exploración nos encontramos con lesiones ulcerativas costrosas, linfoadenopatía periférica moderada y una marcada pérdida de peso (10 % con respecto al peso de la última revisión).

Figura 9. Alopecia difusa derivada de enfermedad adrenal.

Está demostrado que los protocolos que utilizan un solo fármaco antineoplásico son menos efectivos en hurones que en perros y gatos y que, al igual que en la especie canina, la utilización de prednisona antes de la quimioterapia puede inducir resistencias.

Figura 8. Detalle de lesión cutánea del LSA epiteliotrópico.

Se realizó una biopsia incisional de las lesiones, que confirmó la recidiva de linfoma epiteliotrópico, y se decidió comenzar el tratamiento con el protocolo TUFTS para linfoma en hurones (con la modificación consistente en sustituir las semanas de procarbacina, que es un fármaco que no está disponible en España, por clorambucilo a una dosis de 2 mg/semana), consiguiendo una mejoría clínica desde el inicio del tratamiento y alcanzando una remisión completa de todas las lesiones y linfoadenopatías a las ocho semanas desde su inicio. Durante todo el protocolo, no nos encontramos nin-

Figura 10. Lesión alopécica facial derivada de enfermedad adrenal.

gún efecto secundario relacionado con el mismo, por lo que se pudo completar el total de las 27 semanas sin tener que hacer descansos por toxicidad. Durante el tratamiento, el paciente desarrolló enfermedad adrenal, que es una patología frecuente en esta especie, y que fue tratada con un implante de deslorelina (figuras 9 y 10). En las revisiones mensuales posteriores al tratamiento el paciente seguía en remisión completa, hasta que cinco meses más tarde, la propietaria cambió de ciudad y estas dejaron de realizarse, perdiendo su seguimiento regular. Cuatro meses más tarde, un compañero veterinario nos informó telefónicamente de una nueva recaída, y se acordó volver a comenzar con el protocolo TUFTS, pero desgraciadamente no volvimos a tener conocimiento de la evolución del animal.

FORMACIÓN CONTINUA

El ECG interactivo del mes

Haz tu diagnóstico Acude a consulta por decaimiento, anorexia y disnea un Pinscher macho de un año y 4 kg. En la exploración se ausculta taquicardia y soplo, y en las radiografías se observa derrame pleural que dificulta el estudio de la silueta cardiaca.

Derivación II, 25 mm/s

Cuestiones 1. ¿Cuál es el eje eléctrico del ECG y cómo se calcula? 2. ¿Qué tipo de arritmia se observa en el trazado? 3. ¿Cuál es el diagnóstico más probable? 4. ¿Qué tratamiento antiarrítmico sería el más apropiado?

Respuestas

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El eje eléctrico es el vector que representa la suma de todos los fenómenos eléctricos que suceden en el corazón en un latido. Su desviación constituye un criterio de cardiomegalia, ya que al existir una dilatación o hipertrofia, la corriente 192

eléctrica tiene que propagarse por un camino diferente y el vector se desplaza hacia la izquierda (levoeje) o hacia la derecha (dextroeje). La manera más sencilla de calcular el eje eléctrico de un ECG es utilizar las tablas de Tilley. Tendremos en cuenta las derivaciones I y III realizando el siguiente procedimiento: • En derivación I contamos todos los cuadraditos positivos del complejo QRS (en este caso, 5). Luego contamos todos los cuadraditos negativos del complejo (-12). Sumamos ambos valores: (+5) + (-12) = -7. Guardamos esta cifra. • Hacemos lo mismo en la derivación III y obtenemos un valor de +5. • Ahora, con estas dos cifras vamos a las tablas de Tilley, buscamos los valores correspondientes y obtenemos un eje eléctrico de +166º. El rango fisiológico en perros es de +40 a +100, así que nos hallamos ante una desviación a la derecha del eje eléctrico o dextroeje. A primera vista podríamos confundir el ritmo con una taquicardia ventricular debido a la morfología aberrante de los complejos QRS. Pero si observamos detenidamente el trazado enseguida veremos que existen ondas P: es un ritmo sinusal.

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Lo que tenemos es un bloqueo de la rama derecha del haz de His: el estímulo eléctrico se origina en el nódulo sinusal y el ventrículo izquierdo se despolariza con normalidad, pero el derecho tiene que ser activado desde el lado izquierdo, de manera que el vector eléctrico resultante de la despolarización ventricular se dirige ahora en sentido contrario al habitual (de izquierda a derecha), lo que genera un complejo QRS ancho y negativo en derivación II, similar al QRS de una extrasístole ventricular izquierda. El bloqueo de rama derecha puede darse en perros sanos. Sin embargo, la sintomatología clínica del paciente y los hallazgos electrocardiográficos y radiográficos (taquicardia, soplo, disnea, dextroeje, derrame pleural) nos indican que probablemente exista una patología cardiaca. La corta edad del paciente sugiere una posible cardiopatía congénita del lado derecho: estenosis pulmonar, displasia de la válvula tricúspide, ductus arterioso persistente, tetralogía de Fallot... Para confirmar el diagnóstico es imprescindible realizar una ecocardiografía y una toracocentesis. En este caso no procede suministrar ningún fármaco antiarrítmico: no es

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una taquicardia ventricular. El bloqueo de rama no se trata en sí mismo, lo importante es determinar la causa (enfermedades congénitas, fibrosis valvular crónica, traumatismos, neoplasias, filarias, cardiomiopatías, hiperpotasemia…). Para la ICC instauraremos el tratamiento habitual con diurético del asa, iECA y espironolactona. Si quieres saber más sobre este caso, visita los enlaces: http://cardiovet.org/electrocardiografia-basica-auxiliares-4/ y http://cardiovet.org/bloqueos-rama-manual-basico/. Laura Gonzalo, Joaquín Bernal y Raquel Matellanes Cardiovet – Tel.: 913 510 882 info@cardiovet.es – www.cardiovet.es @cardiovet_info www.facebook.com/cardiovetinfo

Solución


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