Al cumplirse el año 1950, el panorama mundial de las artes visuales era testigo del apogeo del movimiento conocido como Expresionismo Abstracto en Estados Unidos, como Tachismo en Francia e Informalismo en el resto de Europa. La gestualidad, lo matérico y lo emocional en la acción de pintar se convirtió en el elixir de los jóvenes pintores del mundo occidental. A mediados de 1950 sin embargo, surgió la concepción del Arte como un todo, un lenguaje universal que permitiría estrechar lazos a través del discurso poético de los colores y las formas geométricas superpuestas y donde las expresiones individuales de cada artista quedarían sujetas a la percepción racional del mundo. Jesús Rafael Soto jugaría un papel fundamental en esta nueva visión del mundo promoviendo la interacción del público con la obra de arte en lo que más tarde se conocería como Cinetismo.