
el pequeño libro de las
el pequeño libro de las
Sally-Ann Lipson
Antes o después llega un momento en la vida en que nos encontramos en un cruce de caminos, sin mapas ni señales, sin mojones visibles que nos indiquen a dónde ir. En esos momentos nos sentimos perdidos, cercados por la incertidumbre y llenos ansiedad ante la pérdida de control. La vida ha cambiado, y eso nos atemoriza.
El cambio nos da miedo porque, para tener una sensación de continuidad, dependemos de las personas y cosas con las que estamos familiarizados. Nos sentimos seguros mientras están ahí. Por eso, cuando se produce el cambio, tendemos a reaccionar como las avestruces: intentamos protegernos de él ignorándolo.
La verdad es que nada permanece eternamente igual.
Todo cambia: nuestro cuerpo, nuestras creencias, nuestro modo de sentirnos respecto a nosotros mismos y a los demás. El cambio es lo único que es constante en el universo. Puede que nos dé pavor, pero ¿cómo podemos aprender a afrontarlo?
Las crisis tienen muchas etapas, cada una de las cuales es parte natural del proceso. Las personas pasan por esas etapas al ritmo y del modo apropiado para ellas. Cualquiera que sea la etapa en la que te halles, ten en cuenta que no durará eternamente.
Durante la lectura de este libro espero que llegues a comprender que las crisis pueden ser los sucesos más importantes de tu vida. Según mi experiencia, cada crisis tiene un regalo que ofrecer. La pregunta que debes plantearte es: ¿Estoy dispuesto a aceptarlo?
Cada crisis nos ofrece un don único. Nadie puede predecir de qué va a tratarse ni es posible forzar que sea una cosa en lugar de otra. Quizá el don podría ser una comprensión mayor profunda de ti mismo y de los demás, o más independencia, o nuevas amistades. Mantén la mente abierta y aguarda hasta descubrirlo.
Las crisis nos dan la oportunidad de aprender.
El regalo está ahí para quien desee tomarlo.
He aquí algunos de los cambios que pueden provocar que entremos en crisis:
una amenaza generalizada, como una guerra o una recesión
casarse o divorciarse
problemas de dinero: hacerse
más rico o más pobre
un cambio de domicilio
una separación o un reencuentro
Puede que algunos de ellos los consideremos un cambio para mejor; pero eso no excluye que puedan provocar una crisis.
Sea cual sea la crisis, en un momento dado reconoces que
Si ya lo has reconocido, felicítate.
Sólo cuando reconoces que estás en crisis puedes empezar a hacer algo al respecto.
Los cambios que las crisis producen en el mundo externo son sólo una parte del cuadro total.
Las crisis también afectan a nuestro mundo interno:
Puedo superar cualquier dificultad.
No soy de los que piden ayuda.
Nunca me divorciaré.
No me importa el dinero.