Convivir con otra persona hace que la vida sea más fácil, y más difícil. Dos personas que conviven se parecen a una llave y una cerradura. Entre tantas cerraduras, sólo una puede ser abierta con esta llave y entre tantas llaves, sólo una puede entrar en esta cerradura. A veces la llave desaparece. A veces la cerradura deja de funcionar.