Lucas Riera

Lucas Riera
Amamos el papel.
Tenemos vocación por lo bonito.
Leemos, escribimos y dibujamos lo que nos apetece.
Olemos los libros, aunque no sean viejos.
Nos flipan las librerías y los libreros.
Si tiene talento, lo publicamos.
Y hacemos libros infantiles... o no... esto ya no depende de nosotros...
© De los textos, Lucas Riera 2024
© De las ilustraciones, Maite Gurrutxaga 2024
© Mosquito Books Barcelona, SL, octubre 2024
Mosquito Books Barcelona, SL C/ Església 4-10, oficina 2D 08024 Barcelona www.mosquitobooksbarcelona.com info@mosquitobooksbarcelona.com
DL GI 852-2024
ISBN 978-84-19095-90-9
Fabricamos todos nuestros libros con papel ecológico. Somos amigos de los bosques.
En la realización de este libro no se ha maltratado ningún animal, pero alguno ha sido sobornado para obtener su ayuda.
Lucas
hombre
El Zorro es un personaje inventado, pero tiene muchos puntos en común con la persona real en la que se inspiró, el mexicano Joaquín Murrieta, cuyas aventuras transcurrieron en California durante la fiebre del oro.
Murrieta llegó a California con el deseo de hallar fortuna como buscador de oro, al igual que tantos otros. Pero las continuas injusticias y discriminaciones que sufrió lo llevaron a pasarse al otro lado de la justicia y organizar una banda, la Banda de los Joaquines, formada por 5 hombres, todos con el mismo nombre, que robaba sobre todo las arcas californianas.
La histórica rivalidad entre Estados Unidos y México en las zonas fronterizas fue el escenario histórico perfecto para las andanzas de bandidos reales, como Joaquín Murrieta y Jack Tres Dedos, que inspiraron novelas, canciones, leyendas y películas.
Parece una mentira o una exageración, pero no lo es: George C. Parker estuvo vendiendo el puente de Brooklyn, que une ese barrio con Manhattan, en Nueva York, durante 45 años… una y otra vez.
En sus primeros intentos la estafa fue detectada, y George incluso pasó varias temporadas en la cárcel, pero una vez “perfeccionado” el engaño, logró estafar una y otra vez a decenas de americanos ricachos, convencidos de que sería el negocio del siglo.
Resulta que George se presentaba como arquitecto y administrador del puente, incluso mostraba un título de propiedad (falso, claro está), y comentaba a las víctimas que el que le comprara el puente y pusiera una caseta para cobrar un peaje a todos los que quisieran cruzarlo, se haría de oro.
Resultado: muchas, muchas veces, la policía llegaba al puente cuando los operarios ya estaban construyendo la caseta para cobrar el peaje. Ese era el momento en el que al ricacho estafado se le quedaba cara de bobo.
Pero George no solo vendió el puente de Brooklyn un montón de veces, sino que también fue capaz de vender el Madison Square Garden, el Museo de Arte Moderno…, todo lo que se le antojara.
Juraj Janosik fue una persona real, pero, como en los dos casos anteriores, la leyenda en torno a él contribuyó a la creación de un personaje mítico, similar a Robin Hood, un ladrón “bueno” que robaba a los ricos y poderosos para dárselo todo a los más necesitados.
Su origen es eslovaco, aunque la leyenda ha llegado hasta Polonia y Hungría. Fue un personaje tan presente en las historias eslovacas que, durante la Segunda Guerra Mundial, un grupo de rebeldes que luchaba contra los nazis adoptó su nombre.
Juraj ya era el líder de una banda de ladrones a los 23 años. Asaltaban diligencias en los caminos de Moravia, Polonia y Eslovaquia, pero se dice que nunca mataron a nadie y casi nunca usaron la violencia en sus ataques. Al contrario, se cuenta que cierta vez asaltaron a un clérigo que resultó herido accidentalmente, por lo que decidieron anular su plan y curarlo.
Se dice también que fue un ladrón muy difícil de capturar. Una vez lo detuvieron, pero al poco tiempo sus hombres lo liberaron. Fue apresado y encarcelado por segunda vez cuando una anciana traidora derramó muchos guisantes sobre el suelo de una taberna, lo que provocó que Juraj se cayera y quedara indefenso.
¿Leyenda o realidad? Existen documentos que demuestran que Juraj existió e hizo de las suyas, que era poco violento y que tal vez incluso compartió alguno de sus botines con los más pobres, pero otras historias, como que prefirió la muerte antes que pedir perdón, nunca podrán comprobarse como ciertas y siempre formarán parte del mito.
Algunas historias de este libro son tan increíbles que no parecen ciertas, ¡pero lo son!
Victor Lustig, por ejemplo, hizo creer que la Torre Ei el de París estaba en venta y alguien cayó en el engaño y la compró. George C. Parker hizo lo mismo con el puente de Brooklyn, en Nueva York y Arthur Ferguson alquiló la Casa Blanca, con el primer pago por adelantado.
Además, encontrarás los personajes históricos en los que se inspiraron grandes leyendas como el Zorro y Robin Hood, y descubrirás grupos peligrosos, parejas famosas y artistas del fraude.