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ÍNDICE

Introducción .

ASESINOS SERIALES

Criminales que han cometido asesinatos sin motivo aparente y siguiendo un patrón de comportamiento característico

1 . Tsutomu Miyazaki: El Asesino Otaku .

2 . Takahiro Shiraishi: El Asesino de Twitter . . . . .

9

17

31

3 . Yukio Yamaji: El asesinato de las hermanas de Osaka . . . . 43

CRÍMENES JUVENILES

Casos de asesinato en los cuales el responsable era menor de edad al momento de delinquir

4 . Junko Furuta: El caso de la chica en cemento

57

5 . Seito Sakakibara: El asesinato de los niños de Kobe . . . . . 69

6 . Nevada-Tan: El caso de acuchillamiento de Sasebo . . . . . . 85

CASOS INDIGNANTES

Casos que produjeron revuelo en la sociedad japonesa por la injusticia de su desenlace

7 . Fusako Sano: El incidente de confinamiento de Niigata . . 101

8 . Niño A: El caso de los niños abandonados de Sugamo . . . 115

9 . Issei Sagawa: El Caníbal de Kobe

CULTOS HOMICIDAS

Crímenes que involucran sectas y cultos que llevaron a sus líderes y miembros a asesinar

10 . Futoshi Matsunaga y Junko Ogata: El asesinato serial de Kitakyūshū

11 . Shōkō Asahara: El ataque de gas sarín en el metro de Tokio

12 . Sachiko Etō: El caso del exorcismo de Fukushima .

ATENTADOS FATALES

Casos en los cuales se atacó deliberadamente a la población

13 . Tomohiro Katō: La masacre de Akihabara

14 . Masumi Hayashi: El caso del curri tóxico de Wakayama

15 . Shinji Aoba: El ataque incendiario del Kyoto Animation Studio

Fuentes

Agradecimientos

INTRODUCCIÓN

En la tradición religiosa occidental, el demonio se asocia casi siempre con un ser que personifica el mal absoluto . Sin importar su origen, la principal característica de este ser es su capacidad para ejercer una influencia malévola en los seres humanos, incitándolos a cometer actos inmorales . Aunque conceptos como la «posesión demoníaca» pueden parecernos un vestigio de una mentalidad supersticiosa pasada, en la historia moderna la idea de que los seres humanos son corruptibles por influencias externas sigue estando vigente . Así como el escritor ruso Fiódor Dostoyevski manifiesta, «en el duelo entre Dios y el diablo: el corazón humano es el campo de batalla», una gran parte del pensamiento occidental todavía considera la moral de cada persona como un concepto que oscila entre el bien y el mal dependiendo de los estímulos del medio . Aunque la ciencia ha demostrado que puede existir una predisposición genética a comportamientos sociópatas, como la agresión o la falta de empatía, la mera idea de que pueda existir un ligero ápice de violencia congénita nos parece antinatural . Si bien la historia ha demostrado que los seres humanos tienen una propensión a la violencia como una respuesta natural al miedo y la agresión, siempre ha existido la necesidad de establecer que, como seres racionales, somos capaces de dominar nuestros impulsos más primitivos . A pesar del transcurrir de los siglos y las refutaciones por parte de otros pensadores, la visión de Jean-Jacques Rousseau sobre la bondad innata del ser humano todavía se desprende en el pensamiento colectivo de las sociedades alrededor de todo el mundo .

Sin ir más lejos, cada vez que un adolescente comete un crimen, se suele producir una cruzada en contra del entretenimiento que

consumió en la víspera del incidente . Es más fácil apuntar a ese algo tangible que corrompe un estado de inocencia, porque nos ofrece una sensación de resolución inmediata . Un libro o un programa de televisión específico es un enemigo que se puede derrotar con facilidad, pero conceptos como la predisposición a ciertas conductas o el contexto social y familiar del perpetrador son amenazas que nos incomoda explorar debido a la complejidad de entenderlas y solucionarlas . Por supuesto que esto no quiere decir que una configuración genética sea una condena para su poseedor ni que estemos fatalmente destinados a ser determinada persona solo por quienes son nuestros padres o el lugar en donde crecemos . El punto que se quiere establecer es que es posible afirmar que el humano no es inherentemente bueno ni malo, sino que tiene el potencial desde un inicio para desarrollar ambas facetas de su personalidad . Si cambiamos nuestra perspectiva al oriente, podemos ver que en algunas culturas se integra un poco mejor la dualidad presente en nuestra existencia . En la mitología japonesa, encontramos el concepto de oni, una especie de ogro violento con una clara tendencia a la violencia y al canibalismo . A pesar de su comportamiento antisocial, la naturaleza del oni es mucho más compleja, incluso llegando a ser representado como una criatura incomprendida más que puramente malvada . De hecho, para algunos, este simboliza lo que el pueblo japonés entiende más bien como «lo otro», es decir, aquello que vive en el margen y no se alinea con un comportamiento social aceptable . Desde un punto de vista lingüístico, para hacer referencia a la idea de la maldad, en la prensa japonesa aparece la expresión «la oscuridad del corazón» (kokoro no yami) . Semejante a la frase que se puede encontrar en la literatura de la época Heian kokoro no oni («el oni en el corazón de uno mismo»), ambas hacen referencia al hecho de que las personas no son un lienzo en blanco, sino más bien un claroscuro en constante conflicto .

Es a partir de esta idea que nace el título del libro: Oni: Crimen real en el Japón contemporáneo . Más allá de hacer alusión a una criatura propia del folclore de este país, el concepto de oni se ajusta mejor a las complejidades del comportamiento humano que se

pretende explorar . En vez de caracterizar a cada perpetrador como una simple anomalía Ðun demonio entre los humanosÐ cada caso presentado muestra que una tragedia de tales proporciones no se produce de la nada . Por medio de quince capítulos agrupados en secciones temáticas, se busca profundizar en un incidente delictivo específico acontecido en Japón y así mostrar cómo una serie de factores biológicos, personales, sociales y hasta circunstanciales se enlazan para construir una imagen progresiva y ojalá coherente de cada crimen . Por esta razón, se ha escogido presentar la información por medio de un formato más inclinado a la narración que a un estudio académico para exponer dicha progresión con más claridad . Esto no significa que cada capítulo esté desarrollado a partir de una simple concatenación de anécdotas sin base . Con el fin de buscar la mayor precisión posible, los hechos referidos han sido extraídos de fuentes tales como artículos de prensa, libros, columnas de opinión, documentales o formatos similares . La idea no es solo ofrecer un texto confiable, sino también dispersar varios rumores que se han creado por la barrera idiomática y por el sensacionalismo que suele rodear a Japón .

Por culpa de un exotismo condescendiente nacido de una percibida «excentricidad», se puede pensar con facilidad que Japón es un caldo de cultivo para criminales anormalmente desviados, incluso para los estándares de la psicología forense . Si bien se sabe que este país tiene una tasa de criminalidad baja, más si se lo compara con cualquier país de Latinoamérica, hay una idea de que el pueblo de Japón vive en un constante estado de represión y que, por ende, tiende a decantar en inusuales niveles de perversidad, algo que se reflejaría en el modus operandi de asesinos seriales o perpetradores juveniles . No obstante, ¿no es esta perspectiva también una consecuencia del exotismo que se acaba de mencionar? Como se verá en varios capítulos de este libro, muchos de los incidentes poseen un símil con otros casos alrededor del mundo . Claro que ciertos patrones de comportamiento responden a un contexto histórico y social propio de Japón, pero dicho fenómeno no es exclusivo de este país . El modus operandi de un asesino va a la par con las circunstancias en

las que se encuentra, por lo que se entiende que puede haber ciertas similitudes en términos de perfil criminal si es que se vive en el mismo lugar y época . Dichas similitudes pueden resultar perturbadoras por sí mismas, pero nunca alcanzan un nivel anómalo en términos de los indicadores de psicopatía universales .

Ahora bien, tras esta reflexión quizá el lector se esté preguntando si no habría sido mejor haber agregado criminales de otros lugares del mundo para contar con un análisis más profundo de la universalidad del crimen . Pues la verdad es que hay cierta lógica en esta aseveración . Efectivamente, aportaría aún más validez a la tesis sobre la cual se sustenta este libro . Pero, si lo vemos desde un punto de vista más global, la bibliografía de crímenes reales en español e inglés, por lo general, se centra en el mundo occidental, en específico, en Europa y Estados Unidos . Más allá de un interés personal por Japón, algo que se espera que se desprenda al discutir aspectos culturales y sociales del país, Oni: Crimen real en el Japón contemporáneo siempre se pensó como un medio para ofrecer una nueva perspectiva a aquellos interesados en el mundo del crimen . Aunque se ha insistido en que Japón es solo una pieza de un gran y complejo rompecabezas, la barrera idiomática y otros factores pueden entregar una imagen distorsionada de una muy valiosa fuente de información para aquellos interesados en el tema .

Por esta razón, siempre tratando de ofrecer una visión equilibrada, este libro busca informar sobre los pormenores de los casos que impactaron al Japón contemporáneo, pero también pretende profundizar en ciertos elementos de esta sociedad que generalmente se pasan por alto . Las complejidades de un sistema judicial o la reacción de una comunidad ante un trauma colectivo también son un testimonio de la identidad de una nación, por lo que explorar estos aspectos no solo puede resultar valioso para quienes tienen un interés personal o académico en la criminalística . Además, es una oportunidad para aquellos que buscan conocer más a fondo la cultura japonesa y una faceta de este país a la que no se suele tener acceso, ya sea por la complejidad del idioma o la falta de exposición en favor de temas más comerciales .

Es posible afirmar que Oni: Crimen real en el Japón contemporáneo no siempre será una lectura agradable . Al contrario, es probable que el lector deba tomar una larga pausa entre capítulos . Aun así, se espera que siempre se considere como una obra que, para bien o para mal, explora con dedicación el potencial destructivo de la oscuridad del corazón que habita en todos nosotros .

ASESINOS SERIALES

Criminales que han cometido asesinatos sin motivo aparente y siguiendo un patrón de comportamiento característico

Tsutomu Miyazaki: El Asesino Otaku

Undomingo, el 23 de julio de 1989, dos hermanas se encuentran jugando en un parque de la ciudad de Hachiōji . De pronto, un hombre desconocido se acerca a ellas . Aunque saben que no tienen que hablar con extraños, el sujeto sabe exactamente qué decir y qué prometer, porque no es la primera vez que hace algo parecido . Es así como de alguna manera logra convencer a la menor de seguirlo para sacarle unas fotos . Aunque la mayor apenas lleva nueve años en este mundo, cuenta con la suficiente experiencia y cognición para marcar la diferencia y saber que esto no está bien . La niña corre a pedir ayuda y pone al tanto a su padre de la situación . Como es de suponer, este comienza a buscar a su hija menor desesperado . Después de unos minutos, que con seguridad se le hicieron eternos, logra dar con el hombre que se la ha llevado . En efecto, está tomándole fotos, pero está claro que sus intenciones son las peores, porque ya ha logrado convencerla de desnudarse ante la cámara . El padre ataca al extraño y consigue recuperar a su hija, pero en la confusión el tipo escapa . Sin embargo, el huir es precisamente lo que lo lleva a cometer un error fatal: deja su auto atrás . Solo cuando sea demasiado tarde y vaya a recogerlo se dará cuenta de que la policía está esperándolo . Quizá nadie lo imaginase en ese entonces, pero sería el amor y la preocupación de un padre lo que pondría fin al reino del terror creado por Tsutomu Miyazaki, el Asesino Otaku . Tsutomu Miyazaki llegó al mundo en el seno de una familia acomodada el 21 de agosto de 1962 en la ciudad de Itsukaichi, en Tokio . Nacido con sinostosis radiocubital congénita, una condición que causa una fusión anormal entre los huesos cúbito y radio del brazo, desde pequeño Tsutomu poseía una movilidad limitada de

estas extremidades . Tímido y apartado de sus pares debido a sus circunstancias, creció de una manera solitaria . Sus padres, quienes administraban el periódico regional de Itsukaichi, siempre estaban ocupados y no le prestaban mucha atención . En entrevistas después de su arresto, Tsutomu menciona que ninguno lo escuchaba, que era ignorado y que gritaban mucho . Además, sugiere que estos estaban más enfocados en lo material que en lo sentimental, sobre todo en lo que respectaba al padre . En la escuela, las cosas no eran mejores . En algunas declaraciones, Tsutomu manifiesta que sus limitaciones le impedían hacer lo mismo que otros niños y que, por ello, siempre era blanco de las burlas . Según él, aunque los profesores notaban tal comportamiento, no hacían nada para impedirlo, lo cual él describe como muy doloroso . Sea esto cierto o no, una cosa está clara: el único adulto en su vida en el cual podía confiar siempre era su abuelo, quien se transformaría en una figura extremadamente significativa para él . Aun así, su influencia no sería suficiente para impedir que su nieto se sintiera inadecuado, solitario y que torturara y matara animales . Conforme fue creciendo, parecía que las cosas comenzaban a mejorar para el joven Tsutomu . En la escuela media había logrado unirse a diversas actividades extraescolares como atletismo y shogi1 . Sus notas no eran malas tampoco . A pesar de tener problemas con materias como japonés y estudios sociales, sus resultados en matemáticas eran buenos y se le daba muy bien el inglés . Sus capacidades y esta nueva disposición probablemente fueron las que lo llevaron a aprobar el examen de ingreso a la célebre preparatoria Meidai Nakano, la cual se asociaba con la aún más prestigiosa Universidad de Meiji . Sin embargo, a pesar de su entusiasmo inicial, su interés en los estudios comenzó a decaer y sus notas bajaron de manera considerable . Su actitud tampoco parecía mejorar, ya que sus compañeros lo describían como callado y de carácter oscuro . Para el último año, su

1 El shogi es un juego de mesa estratégico y de origen japonés que pertenece a la familia de los juegos de ajedrez . Se juega en un tablero cuadrado dividido en un patrón de 9 × 9 y cada jugador comienza con un conjunto de piezas distintas .

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