

Las frases frágiles
Emilia Pardo Bazán
Edición de Elena Medel
La Bella Varsovia / Poesía
S oneto
¡Cómo del tiempo la veloz carrera destruye con su marcha presurosa la creación más noble, más grandiosa, desolación sembrando por doquiera!
¡Cómo sin tregua dar, toda la esfera recorre, y con guadaña silenciosa no perdona ocasión, no deja cosa, y la muralla más potente altera!
¡Cómo a su paso caen las naciones que en el polvo y olvido precipita, deshaciendo los fuertes escuadrones!
Ayer, con frente pálida y marchita, yo me hacía estas tristes reflexiones los codos al mirar de mi levita.
Guarda el recuerdo de esta jornada, tosca pared; nunca te borres, lápiz suave, dure tu huella más que en papel. Aquí te dejo, fragmento breve que yo estampé; así a estos montes, dentro de un año, pueda volver. Y entonces viéndote que te destacas en la pared, las frases frágiles que grabé un día yo leeré. U na cazata
Mi seno y tu boquita por misterioso impulso se unieron, al instante en que viniste al mundo. Como la abeja busca miel en el cáliz puro, que en ella tal instinto naturaleza puso, así tus dulces labios reclaman el tributo que en ondas abundantes va de mi ser al tuyo.
Aquello que pensé junto a tu cuna contarte quiero aquí.
Pensé, mi bien, en cuanto la fortuna reserva para ti.
En el combate que te guarda acaso el mundo engañador; en las espinas que han de darte al paso las rosas del amor.
En el estudio grave, en el camino que un día has de seguir; en la callada esfinge del destino que vela el porvenir.
En esa frente, donde oculto siento un germen, un botón, que algún día dará de pensamiento completa floración:
luz que opaca al presente y misteriosa mañana brillará porque en sí tiene el alma, cual la rosa en el capullo está…
Pensé que, venturoso o desdichado, con pena o con placer,
temprano o tarde, al panteón helado tendrás que descender; y que yo debo a su recinto frío antes que tú llegar… y pensé muchas cosas, ángel mío, que no acierto a expresar.
