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Texto e ilustraciones de Agustín Comotto

EL HOMBRE QUE CAMBIÓ EL MUNDO

© Del texto y las ilustraciones: Agustín Comotto

© De esta edición:

Capitán Swing Libros S. L. www.capitanswing.com

Nórdica Libros S.L. www.nordicalibros.com

Primera edición en Capitán Swing y Nórdica Libros: mayo de 2024

Diseño y maquetación: Tono Cristòfol

Corrección ortotipográfica: Victoria Parra y Ana Patrón

ISBN: 978-84-10200-38-8

Depósito Legal: M-9471-2024

IBIC: B

Thema: DN

Impreso en España / Printed in Spain

Gracel Asociados (Alcobendas)

Queda prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento.

CONTENIDO

Introducción. Lenin y su estatua 7

1. EL AGITADOR

Un niño normal de provincias | Los nihilistas | El abogado prodigioso | Lenin en su laberinto | Destierro | El imperio de los zares | Exilio | Ojrana vs. revolucionarios | La revolución de 1905 | Europa a comienzos del siglo xx

2. OCTUBRE ROJO

Financiando la revolución | La Primera Guerra Mundial | La revolución de 1917 | El tren sellado | El Gobierno provisional | Lenin y las mujeres | Atravesar clandestinamente San Petersburgo | Los actores de octubre | El Palacio de Invierno | Los hechos de octubre | En el sóviet

3. EL PAÍS DE LOS SÓVIETS

65

El gran precio de la paz | La nueva capital de los sóviets | La Cheka | Lenin y el arte | El atentado | La propaganda soviética | La nueva política económica | La creación de un Estado | Regicidio | Blancos, rojos y anarquistas | Guerra civil | La guerra soviético-polaca | La consolidación del Estado comunista

4. LA MUERTE DE LENIN

93

El colapso del líder | Trotski vs. Stalin | Lo que Lenin quiso y lo que se hizo | Momia y cerebro | Momias comunistas | Lenin inmortal | A modo de conclusión

INTRODUCCIÓN LENIN Y SU ESTATUA

Pasados cien años de la muerte de Vladímir Ilich Uliánov, Lenin, el presente libro no pretende hacer un homenaje o una denuncia sobre su figura. Es evidente que estamos delante de una personalidad relevante del siglo XX que, a diferencia de otras contemporáneas, tan solo es conocida por sus simpatizantes incondicionales o denostada por una gran parte del mundo. Poca gente en el siglo XXI lee su obra, extensa y tortuosa, o lo cita, salvo como ejemplo del mal o del poder maléfico. Lenin es tratado, de un modo genérico, como alguien obsesionado con el poder, en cómo conseguirlo y perpetuarlo. Pero, más allá de esta aseveración, el primer líder soviético fue una figura atípica: alguien con plena consciencia de sus actos que cambió el curso de la historia y fabricó un modelo teórico inédito que erigió una sociedad nueva, apartada del curso evolutivo de las existentes. Y eso lo pueden realizar muy pocas personas. Dueño de una capacidad intelectual fuera de serie, se hace difícil encasillar al personaje en una profesión o habilidad concreta. Conspirador, revolucionario, estadista, teórico, Lenin fue muchas cosas y ninguna a la vez que haya perdurado en el tiempo. Quizás, su oficio inexistente fue la arquitectura social. Lenin edificó un aparato social inédito y le puso nombre: Estado comunista. Lenin se adelantó a su tiempo y supo fabricar un relato que impuso a las masas, en su caso, el pueblo ruso. Para ello, fabricó una religión laica basada en un paraíso terrenal a conquistar, el socialismo; sustituyó la cruz y el cirio por la utopía comunista, una ciencia, según él, de verdad absoluta. Despojó de la esperanza religiosa a un pueblo sometido desde hacía siglos a la opresión sin límites de los zares, figuras que alcanzaron desproporción de dioses en la tierra. Ofreció, a cambio, el poder soviético. Lenin argumentó la necesidad de una obra en construcción permanente, el Estado comunista. La obra, siempre en movimiento, siempre por hacer, definía el papel del ser humano como algo al servicio de la idea (la idea de Lenin). Un edificio social, mutante e interminable, con Lenin y el aparato bolchevique descifrando sus planos de manera autoritaria.

Narrar la epopeya de tan solo cincuenta y seis años de vida de Lenin, con la perspectiva que dan los cien años

transcurridos después de su muerte, nos muestra varios prismas desconocidos de su personalidad.

Tras la caída de la Unión Soviética, aparecen documentos que habían estado ocultos bajo secreto de Estado y nos revelan muchos aspectos inesperados del biografiado. Descubrimos alguien obsesionado por su causa, asceta, iracundo y desconfiado, que se autoimpuso una presión enorme.

Es triste pensar que Lenin, el que ha permanecido a través del tiempo, fue fabricado por el aparato político de su sucesor, Stalin, que creó una entelequia ajena al fundador del Estado comunista. Así, una estatua de Lenin marcó el pensamiento de millones de personas durante muchos años.

Sin Lenin no comprenderíamos la historia posterior a la Revolución rusa y la manera de dividir el poder del mundo y sus recursos luego de la Segunda Guerra Mundial.

Tampoco comprenderíamos a personajes del siglo XXI sin recalar en Lenin y su uso de la propaganda y la tecnología. Con Lenin, se vislumbran los aparatos de control social que nos dominan, la obsesión por vigilar a cada individuo y la tan referida posverdad, esa realidad líquida en la que vivimos.

Cabe hacerse la inquietante pregunta de cómo le habrían salido las cosas con la tecnología actual, o pensar, por ejemplo, cómo se habría desarrollado bajo su tutela la inteligencia artificial.

Narremos, pues, la vida del hombre que cambió el mundo.

1 EL AGITADOR

UN NIÑO NORMAL DE PROVINCIAS

Vladímir Ilich Uliánov nació en primavera, el 10 de abril de 1870. Su familia era de la ciudad de Simbirsk, junto al río Volga. El padre, Iliá Nikoláievich Uliánov, que era de procedencia calmuca (lo que dio a Lenin su aspecto mongol característico), fue un burgués de clase media de vida tranquila, educó a «Volodia» en valores sencillos y claros: el trabajo como fundamento de la honradez, la disciplina y el ascetismo. La curiosidad y la educación, que acompañaron al futuro Lenin a lo largo de su vida, es probable que fueran una elección personal.

Lenin siempre se sintió muy cercano a su familia, en especial a su madre, María Aleksándrovna Blank. Es interesante constatar que ella era de origen judío. Durante muchos años, el Estado soviético ocultó este hecho luego de la muerte de Lenin, borrado de la historia por su sucesor Stalin, que detestaba a los judíos.

En sus primeros años, Vladímir fue un niño torpe y débil, de constitución enfermiza y propenso a las pataletas. Esto preocupó a sus padres al punto de pensar si no tenía algún tipo de retraso mental, debido a su comportamiento impredecible. Como alumno, el futuro líder bolchevique fue aplicado, apasionado del ajedrez, y demostró una inteligencia aguda y vivaz. Ya de adolescente, su intelecto demostró estar por encima de la media, ganando medallas de oro por las máximas notas que obtenía en todas las asignaturas.

Pero la alegría familiar duró poco. A los dieciséis años, Lenin perdió a su padre. Víctima de temblores, Iliá se desplomó en el salón familiar a consecuencia de una apoplejía.

Sin el sustento paterno, la madre tuvo que lidiar en los futuros años con una economía precaria.

Ciudad de Simbirsk

Situada en un entorno rural, en tiempos del nacimiento de Lenin, Simbirsk estaba perdida en el mapa del enorme imperio ruso. Actualmente llamada Uliánovsk, como homenaje a Lenin, la ciudad debe su origen a un antiguo fuerte defensivo contra los nómadas en el siglo xvii . Aislada y a 900 kilómetros de Moscú, estaba mal comunicada, sin ferrocarril, y rodeada por naturaleza y tierras de cultivo.

La familia Uliánov

El padre de Lenin, Iliá Uliánov, fue un inspector de educación que promovió en su familia el amor por los libros. La casa donde vivían, cómoda y de buen pasar, tenía biblioteca y, como autores de cabecera, a Pushkin, Turguénev o Gógol.

Lenin tuvo varios hermanos: Alexander, serio y responsable, cuatro años mayor que él, fue su verdadero héroe de la infancia. Sus hermanas Olga y María y Anna fueron incondicionales de Lenin y activos importantes a lo largo de su vida. En algunos casos llegaron a sufrir cárcel por su militancia bolchevique.

Alexander Ilich Uliánov, Sasha, caminaba por la Perspectiva Nevsky el 1 de marzo de 1887 cuando unos hombres se acercaron a él y le informaron de que estaba detenido. El brillante joven, estudiante de Ciencias de la Universidad de San Petersbugo, fue acusado de urdir un complot para asesinar al zar Alejandro III. La Ojrana había detenido a un compañero suyo, Vasili Generálov, al que descubrieron explosivos. Alexander confesó: fue él quien costeó y fabricó los explosivos.

La Ojrana trabajaba bien, y en poco tiempo, toda la célula del atentado fue desmantelada. Quince estudiantes estaban involucrados en la organización revolucionaria Terroristas para el zar, Naródnaya Volia.

Alexander, el hermano mayor de Lenin, tenía veintiún años, era delgado, retraído y un poco apático. Estudiante brillante, no dudó en

El futuro de la familia Uliánov sin Sasha

La muerte del primogénito causó grandes cambios en la familia Uliánov. La burguesía de Simbirsk, pequeña y temerosa del zar, dio la espalda a la viuda y sus hijos. Esta actitud marcó en gran manera a Vladímir. Detestaba las costumbres burguesas, que también eran las suyas. Ya como Lenin, arremetió sin piedad contra la burguesía tratando de destruir su esencia.

Vladímir a los diecisiete años

Cuando murió Alexander, Vladímir contaba con diecisiete años. Su personalidad, díscola e imprevisible, afloró en episodios de naturaleza descontrolada. Era común expresarla en rabietas o gritos intempestivos.

Por ello, los Uliánov abandonaron Simbirsk rumbo a Kazán. En la nueva ciudad, Vladímir pudo acceder a la universidad. Allí modeló su personalidad. Era estricto y severo consigo mismo y nada le importaba con tal de llegar a su objetivo.

participar en los movimientos universitarios contrarios a la autocracia zarista.

Los jóvenes fueron trasladados a la fortaleza de Pedro y Pablo y juzgados en tan solo cinco días. Alexander reconoció todo de lo que se le acusaba. Para él, la coherencia estaba por encima de todo. Todos fueron condenados a muerte.

Conmutadas por el mismo zar las penas de diez de ellos, el resto fue transportado hacia el fuerte de Shlisselbourg, de funesta fama. Alexander, junto al resto de los condenados, fue ahorcado el 4 de mayo de 1887.

Mucho se ha especulado sobre cómo afectó la tragedia a Vladímir, el futuro Lenin. Hay algunas pistas. Luego de la muerte de Alexander, Vladímir se volvió reservado e impenetrable. La literatura política pasó a ser lectura obsesiva en su vida.

No lo tendría fácil Vladímir. Era el hermano de un terrorista y por ello, un potencial elemento peligroso para el Estado.

LOS NIHILISTAS

En 1870, acuñada por el novelista Ivan Turguénev, apareció por primera vez la palabra nihilismo. Definía a personas que negaban todo principio religioso, político o social. En contra de lo esperado, los afectados aceptaron la definición, creada como concepto denigrante, con orgullo.

Como hecho social, el nihilismo fue breve y explosivo; una reacción de personas inteligentes contra la opresión del Estado zarista. Individualistas, precursores del anarquismo, los nihilistas promovían la emancipación individual. En sus filas hubo gran participación de mujeres, sometidas desde la infancia a la dominación patriarcal.

El zar, ante la ola de atentados nihilistas, reaccionó dando plena libertad a su policía secreta, la Ojrana. Rusia se transformó en un Estado policial. Las prisiones se atestaron y las ejecuciones sumarias y públicas se hicieron comunes. No había marcha atrás; con los nihilistas había nacido el terrorismo como esperanza de los pobres ante la injusticia.

En 1878 Vera Zasúlich atentó contra el general Trepov. Zasúlich, de origen noble, fue una especie de ángel vengador. Poco después, la organización Naródnaya Volia dio su golpe más espectacular, asesinando al zar Alejandro II.

Serguéi Nechaev Ivánov

Ivánovo, 1847 – San Petersburgo, 1882 Quizás, el más radical de los teóricos nihilistas. Escribió el Catecismo revolucionario, de gran influencia en Lenin. Allí define al revolucionario profesional. Acusado de asesinar a un compañero de organización, fue condenado a veinte años de prisión. Murió en una celda de la fortaleza de Pedro y Pablo en extrañas circunstancias.

Vera Figner Kazán, 1852 – Moscú, 1942

Figner fue parte de la célula de Naródnaya Volia que atentó contra el zar. De origen noble, fue la primera médica que hubo en Rusia. La Ojrana la detuvo en 1883. Conmutada su pena de muerte, pasó veinte años en la prisión de la fortaleza de Shlisselbourg. Salió en libertad con sus facultades mentales alteradas.

La Naródnaya Volia

Literalmente, «voluntad del pueblo». Fue una organización nihilista fundada en la década de 1880. Profesionalizaron la revolución y atentaron especialmente contra ministros y burócratas imperiales.

Chernoe Znamia (1903)

«Bandera Negra», fue una organización comunista y anarquista muy activa en 1903, alrededor de Bialistok. Sus miembros, en su mayoría jóvenes judíos, vestían de negro, eran vegetarianos y entendían el terror revolucionario y la expropiación como formas de devolver al pueblo lo que se le había quitado.

EL ABOGADO PRODIGIOSO

Vladímir Uliánov tenía complicado estudiar en las grandes universidades del país. La condena de su hermano lo precedía. Mediante contactos, su madre consiguió que el joven accediese a la Universidad de Kazán, en 1887. Sin embargo, poco interés tenía Vladímir por los estudios, interesándose más en reuniones conspiratorias estudiantiles. La experiencia universitaria duró poco. Fue expulsado al haber participado en una protesta estudiantil. Por ello, los Uliánov se trasladaron a Kokushkino, un pueblo cerca de Kazán. El ambiente rural, pensó su madre, cambiaría a Vladímir. En ese entorno, entre campos de cultivo

y labranza, Vladímir comenzó un periodo de autoeducación basada en una disciplina férrea; lo leía todo, en especial la literatura política. Fue con la lectura de ¿Qué hacer? de Nikolái Chernishevski, donde su personalidad revolucionaria y conspirativa acabó de moldearse. En la novela, un manual revolucionario, aparece el personaje de Rajmétov, que Vladímir Uliánov llegó a imitar por su austeridad, reserva y radicalidad.

Vladímir regresó a Kazán al año siguiente. Tenía dieciocho años y la intención de hacer la carrera de Derecho por libre. En solo un año, obtuvo la máxima calificación en una carrera que, normalmente, requiere cuatro años de estudios. Es paradójico constatar que Vladímir detestaba a los abogados.

Los estudiantes en San Petersburgo

Una nueva generación de estudiantes, en su mayoría de origen burgués, poblaron las universidades rusas a finales del siglo xix. Fueron el germen de numerosas disidencias, tanto democráticas como violentas. Era la juventud frustrada que podía estudiar y desarrollar sus facultades individuales, pero que no tenían recorrido

alguno posterior debido al empecinamiento de la autocracia zarista en no cambiar nada. Muchos estudiantes purgaron con katorga (destierro) en la lejana Siberia sus ideas. Otros eligieron el exilio europeo a la espera de cambios políticos.

LENIN EN SU LABERINTO

Durante mucho tiempo se ha hablado de la personalidad de Lenin como algo extraordinario, fuera de la media. Dejando a un lado la propaganda y el culto a la personalidad del posterior Estado soviético, es indudable que Lenin fue una persona con unas capacidades intelectuales extraordinarias. Son numerosos los testimonios fuera de la propaganda que nos han llegado y que conforman la compleja personalidad del primer líder soviético.

La revolución. Fue su verdadera obsesión. ¿Se puede comprender de manera científica como trabajo compulsivo?

Trabajo compulsivo. producción intelectual de alrededor de diecisiete horas de trabajo continuo. Encerrado en un despacho o en bibliotecas. Tenía una

Insomnio. Lenin apenas dormía, y con interrupciones. Esto le conformaba su estado de ánimo volátil. Solía tener ataques de histeria repentinos si las cosas no iban como él quería.

Jaquecas. Los ataques de jaqueca lo paralizaban exigiéndole silencio total y permanecer horas a oscuras.

Lenin era profundamente

desconfiado y el secretismo era su moneda de cambio. Pocas personas, exceptuando su mujer, sabían realmente qué tramaba.

Mala alimentación. Lenin se alimentaba mal. Le daba igual lo que comiera o incluso se olvidaba de hacerlo en aras del trabajo.

El poder. Lenin dedicó toda su vida a la causa revolucionaria. Comprendía que una vez llegado al poder, se debía consolidar y sostener. Para él, el poder es comprender el comportamiento de las masas y su conducción, no importando la forma para lograrlo.

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