Una travesura prehistórica
Pablo C. ReYna Texto y dibujos de
Primera edición: junio de 2022
Diseño y maquetación: Tormenta
© 2022, Pablo C. Reyna, del texto y las ilustraciones
Representado por Tormenta
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© 2022, La Galera, SAU Editorial, de la edición en lengua castellana
Dirección editorial: Pema Maymó
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Impreso en Índice
ISBN: 978-84-246-7302-4
Depósito legal: B-3798-2022
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Para Crus, que me prestó el lápiz y me regaló su amistad
1 Los primeros niños del mundo
Esta historia que te voy a contar sucedió en Atapuerca. Es un lugar con tantas cuevas y túneles que parece un queso gruyer.
Pero, antes de empezar, tenemos que remontarnos un poco en el tiempo.
Unos diez mil años, casi nada.
Ocurrió antes de que nacieses tú. Antes incluso de que naciese tu abuela, y la abuela de ella. Es anterior a los teléfonos móviles, los retretes y las pirámides. Una historia tan antigua… que la
conocemos como la prehistoria, el momento en el que aparecieron los primeros humanos.
Y, como siempre que hay humanos, también llegaron los primeros niños y niñas.
Si te sientes especial cuando eres el primero en hacer algo, imagina vivir en la prehistoria. Daba igual si te hacías una herida en la rodilla o si te metías el dedo en la nariz: probablemente fueras el primero del mundo entero en hacerlo.
En esta época vivió Crok Mañón, capaz de levantar un mamut él solito. Dicen que los humanos somos primos lejanos de los gorilas. En el caso de Crok, parecía más bien un hermano gemelo.
También podías encontrarte con Luci Docus. Fue la primera en descubrir las rimas de las palabras y, desde entonces, hablaba siempre en verso:
«No puedo hacerme la cama. Hoy siento gran desgana», le decía a su madre.
«Sigue comiendo faisanes, que después tendrás gases», le decía a su vecino.