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MAYO CLINIC EL LIBRO DE LOS REMEDIOS CASEROS

Soluciones para los problemas de salud más comunes

CINDY A. KERMOTT, M.D., M.P.H. | GAIL M. BORIEL, M.B.B.S., M.P.H.

MAYO CLINIC. EL LIBRO DE LOS REMEDIOS CASEROS

Soluciones para los problemas de salud más comunes

Título original: MAYO CLINIC GUIDE TO HOME REMEDIES. SELF-CARE SOLUTIONS FOR EVERYDAY HEALTH CONCERNS

© 2024, Mayo Foundation for Medical Education and Research (mfmer)

Editores médicos | Cindy A. Kermott, M.D., M.P.H., Gail M. Boriel, M.B.B.S., M.P.H

Director editorial | Daniel J. Harke

Editora en jefe | Nina E. Wiener

Editora sénior | Karen R. Wallevand

Director de arte | Stewart J. Koski

Diseño de producción | Amanda J. Knapp

Ilustración y fotografía | Servicios de Apoyo a Medios de Comunicación de Mayo Clinic, Ilustraciones y Animaciones Médicas de Mayo Clinic

Colaboradores | Jayanth Adusumalli, M.D., M.B.B.S., M.P.H., Peter C. Amadio, M.D., Daniel A. Assad, D.D.S., Sophie J. Bakri, M.D., Christopher L. Boswell, M.D., Jeffrey S. Brault, D.O., Yvonne S. Butler Tobah, M.D., David W. Claypool, M.D., Martin G. Ellman, D.P.M., Floranne C. Ernste, M.D., Matthew T. Gettman, M.D., Karthik Ghosh, M.D., W. Michael Hooten, M.D., Robert M. Jacobson, M.D., Joel Jurantee, M.D., Mary J. Kasten, M.D., Ann E. Kearns, M.D., Ph.D., Sahil Khanna, M.B.B.S., Stephen L. Kopecky, M.D., Lois E. Krahn, M.D., James T. Li, M.D., Ph.D., Sharon E. Libi, M.D., Brian A. Neff, M.D., Eric J. Olson, M.D., Cara C. Prideaux, M.D., Luke C. Radel, M.D., Teresa A. Rummans, M.D., Rayya A. Saadiq, D.O., Priya Sampathkumar, M.D., Pankaj Shah, M.D., Sindhuja Sominidi Damodaran, M.D., Jennifer I. Stern, M.D., Sandra J. Taler, M.D., Carmen M. Terzic, M.D., Ph.D., Jacqueline M. Thielen, M.D., Megha M. Tollefson, M.D., Gerald W. Volcheck, M.D., Robert P. Wilfahrt, M.D.

Colaboraciones adicionales de Kirkus Editorial y Rath Indexing

Traducción: Natalia Herrero y Ariadna Molinari

Diseño de portada, arte e íconos interiores por Kimberly Glyder

D.R. © 2025, Editorial Océano de México, S.A. de C.V. Guillermo Barroso 17-5, Col. Industrial Las Armas Tlalnepantla de Baz, 54080, Estado de México info@oceano.com.mx

Primera edición en Océano: 2025

ISBN: 978-607-584-105-2

Todas las fotografías e ilustraciones son propiedad de la Fundación para la Educación e Investigación Médica (mfmer, por sus siglas en inglés) de Mayo Clinic.

Los logotipos de MAYO, MAYO CLINIC y el triple escudo de MAYO son marcas registradas de la Fundación para la Educación e Investigación Médica. Todos los derechos reservados. Ninguna parte del libro puede ser reproducida o almacenada en cualquier tipo de sistema de recuperación, o transmitido en cualquier formato o por cualquier medio, ya sea electrónico o mecánico, incluyendo fotocopiado, grabado u otros, sin el consentimiento previo por escrito del editor.

La información contenida en este libro es verdadera y completa hasta donde se sabe. Este libro sólo busca servir como una guía informativa para quienes desean aprender más sobre temas relacionados con la salud. En ningún momento pretende reemplazar, contramandar o entrar en conflicto con cualquier recomendación hecha por su propio médico. La decisión final respecto al cuidado de su salud recae en usted y en su médico. La información presentada en el libro se ofrece sin garantías de ningún tipo. Los autores y la editorial se eximen de toda responsabilidad relacionada con el uso de este libro.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro para el entrenamiento de tecnologías o sistemas de inteligencia artificial. El autor y la editorial no se responsabilizan del uso indebido de su contenido.

Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) o a CeMPro (Centro Mexicano de Protección y Fomento de los derechos de autor, www.cempro.org.mx) si necesita reproducir, fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

Impreso en España / Printed in Spain

Contenido

Introducción

12 Suministros médicos para el hogar

AFECCIONES DE LA “A” A LA “Z”

A

15 Acidez estomacal

17 Acné

19 Aftas

21 Alergias transmitidas por el aire

25 Ampollas 27 Arrugas 28 Artritis 31 Asma

B

34 Boca seca

35 Bronquitis

37 Bursitis C

39 Calambres musculares

41 Cálculos renales

43 Callos y callosidades

45 Candidiasis oral

47 Candidiasis vaginal

49 Cansancio ocular

51 Caspa

53 Chinches

55 Colesterol alto

58 Cólico

60 Cólicos menstruales

61 Congelación

63 Congestión nasal

65 Conjuntivitis

67 Cortes y rasguños

70 Covid-19

76 Covid persistente

D

78 Dedo atascado

79 Dentición

80 Depresión

83 Dermatitis del pañal

85 Descompensación horaria

87 Desmayo

89 Diabetes

94 Diarrea

96 Diarrea del viajero

98 Distensión muscular

99 Dolor crónico

103 Dolor de cabeza

108 Dolor de codo

110 Dolor de cuello

112 Dolor de espalda

118 Dolor de garganta

121 Dolor de hombro

123 Dolor de muelas

125 Dolor de pie y tobillo

129 Dolor de rodilla

131 Dolor del talón

134 Dolor en el pulgar

136 Dolor en la muñeca y la mano

138 Dolor en las espinillas

140 Eccema

142 Enfermedad de Raynaud

144 Erupción cutánea por hiedra venenosa

145 Esguinces

148 Estreñimiento

150 Estrés y ansiedad

F

153 Fatiga

156 Fibromialgia

158 Fiebre

162 Forúnculos

G

163 Gases, eructos e hinchazón

165 Gastroenteritis

170 Glándula prostática agrandada

172 Golpe de calor

173 Gota

175 Gripe

H

178 Hemorroides

180 Herpes labial

182 Herpes zóster

184 Hinchazón de piernas

186 Hipertensión

190 Hipo

I

191 Impétigo

192 Incontinencia

194 Indigestión

196 Infección de la vejiga

198 Infección del oído

200 Insomnio

204 Intolerancia a la lactosa

M

206 Mal aliento

208 Mareo

209 Mareo por movimiento

210 Menopausia

213 Moretones

N

215 Náuseas matutinas

217 Náuseas y vómito

O

219 Obesidad

223 Objeto en el canal auditivo

224 Objeto en el ojo

225 Obstrucción de cerumen

227 Oído de avión

229 Oído de nadador

231 Ojo morado

232 Ojos llorosos

233 Ojos secos

235 Onicomicosis

237 Orinarse en la cama

239 Orzuelo del ojo

240 Osteoporosis

244 Picaduras de garrapatas

246 Picaduras y mordeduras de insectos

249 Picazón del nadador

250 Pie de atleta

251 Piel seca

254 Piojos

256 Psoriasis

Q

258 Quemaduras

260 Quemaduras por el sol

R

262 Rasguño en el ojo

263 Resfriado común

266 Ronquidos

S

268 Sangrado nasal

270 Sensibilidad en los senos

272 Síndrome de fatiga crónica

274 Síndrome de piernas inquietas

276 Síndrome del colon irritable

279 Síndrome del túnel del carpo

281 Síndrome premenstrual (spm)

284 Sinusitis

286 Sudor y olor corporal

T

288 Tendinitis

289 Tinnitus

291 Tirones hipnológicos

293 Tos

295 Tos ferina

U

297 Úlceras

299 Uñas enterradas en los dedos de los pies

300 Urticaria V

302 Várices

304 Vellos enterrados

305 Verrugas

307 Voz ronca (ronquera)

CUIDADOS DE EMERGENCIA

310 Accidente cerebrovascular

312 Asfixia

315 Conmoción (choque)

317 Convulsiones

319 Envenenamiento

321 Fractura

322 Infarto

325 Quemaduras

327 Reacción alérgica (anafilaxis)

329 Reanimación cardiopulmonar (rcp)

335 Sangrado

337 Sobredosis de opioides

339 Índice analítico

Introducción

Hoy día tienes una mayor responsabilidad como individuo de mantenerte sano y prevenir enfermedades. En gran medida, esto es resultado del aumento en los costos de la atención médica y de una preocupación creciente por varios temas de salud pública, entre ellos la obesidad, la diabetes, la salud mental y el Covid-19.

Por supuesto, aún suceden cosas sobre las cuales no tienes ningún control —incluso después de tomar precauciones, puedes pescar un resfriado, torcerte el tobillo, tener una reacción alérgica o desarrollar hipertensión. Este libro te muestra cómo disminuir los riesgos de enfermedad y lesiones. Y, en caso de que algo llegara a suceder, te explica qué medidas debes tomar en casa para ayudar a tratar la afección hasta que se resuelva o hasta que puedas consultar a un profesional médico.

CÓMO UTILIZAR ESTE LIBRO

Con el fin de abarcar el amplio espectro de problemas de salud que se incluyen en este libro, los temas aparecen en orden alfabético.

Cada tema viene acompañado de una parte de “Remedios caseros” que describe acciones que puedes tomar para ayudar a prevenir, tratar o manejar la afección, desde consejos prácticos sobre alimentación y ejercicio, cambio de hábitos o una estrategia para ayudar a aliviar signos y síntomas.

La sección de “Atención médica” incluida con cada tema identifica signos y síntomas graves y te dice cuándo buscar atención médica.

Al final del libro aparece una parte sobre atención de emergencia, en caso de que te encuentres en una situación que requiera primeros auxilios o medidas para salvar la vida.

Mayo Clinic. El libro de los remedios caseros se basa en la premisa de que hay muchas cosas que puedes hacer en casa para mantenerte saludable, aliviar síntomas, manejar enfermedades, promover el bienestar y disfrutar de una mejor calidad de vida. Esperamos que este libro sea un recurso importante que te permita tratar de forma práctica y sencilla los problemas más comunes de salud.

Cindy A. Kermott, M.D., M.P.H., es profesora asistente de Medicina en la Escuela de Medicina y Ciencias de Mayo Clinic. Es doctora en el campo de la medicina general interna y especialista en el Programa de Salud Ejecutiva de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.

Gail M. Boriel, M.B.B.S., M.P.H., es doctora en los campos de la medicina general interna y medicina preventiva y del estilo de vida, además de una especialista en el Programa de Salud Ejecutiva de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.

Suministros médicos para el hogar

Se recomienda guardar los suministros médicos en un lugar de fácil acceso para los adultos, pero fuera del alcance de los niños. Recuerda remplazar los artículos después de su uso para garantizar que tu botiquín médico esté siempre completo. Éstos son los artículos clave que debes tener a la mano si quieres estar preparado ante cualquier accidente y enfermedad común:

• Para cuidados generales. Tijeras afiladas, pinzas, bolas de algodón, cotonetes, pañuelos desechables, jabón, toallitas limpiadoras o sanitizante de manos, bolsas de plástico, seguritos, guantes desechables en caso de que haya presencia de sangre u otros fluidos corporales, antidiarreicos y una tacita o cuchara para tomar medicina.

• Para cortaduras. Vendas de varios tamaños, gasas, cinta de papel o tela, solución antiséptica para limpiar heridas y ungüento antibacteriano para prevenir infecciones.

• Para quemaduras. Almohadillas frías, gasas, aerosol para quemaduras y crema antiséptica.

• Para malestares, dolor y fiebre. Termómetro, aspirina (sólo para adultos), otros analgésicos como ibuprofeno (Advil, Motrin, otros) y acetaminofeno (Tylenol, otros).

• Para lesiones oculares. Limpiador de ojos, como solución salina, tacita para limpieza de ojos, parches oculares y gafas protectoras.

• Para esguinces, distensiones musculares y fracturas. Almohadillas frías, bandas elásticas para vendar lesiones, férulas para dedo y una venda triangular para hacer un cabestrillo.

• Para mordeduras y picaduras de insectos. Almohadillas frías para ayudar a reducir el dolor y la inflamación. Crema tópica con hidrocortisona (0.5 o 1%), loción de calamina o bicarbonato (combinar el bicarbonato con agua para formar una pasta) para aplicar hasta que los síntomas disminuyan. Los antihistamínicos (Benadryl, Cloro-Trimeton, Clarityne, Allegra, otros) pueden ayudar a aliviar la comezón. Para alérgicos a las picaduras de insectos, vale la pena incluir una jeringa que contenga epinefrina (EpiPen). Tu médico puede recetarte una. Sólo recuerda checar la fecha de caducidad con regularidad.

ARTÍCULOS DE EMERGENCIA

Éstos son algunos artículos adicionales que quizá valga la pena tener a la mano en caso de emergencia, sobre todo si estás de viaje:

• Teléfono celular y cargador.

• Teléfonos de emergencia, incluyendo la información de contacto de tu médico de cabecera y de tu pediatra, servicios de emergencia locales, proveedores de servicios de emergencia en carretera y centro de control de intoxicaciones (800-222-1222, en Estados Unidos).

• Linterna pequeña a prueba de agua y baterías extra.

• Velas, cerillos y una muda extra de ropa térmica para climas fríos.

• Manta térmica de emergencia (hecha de PET).

• Manual de instrucciones de primeros auxilios.

• Historial clínico y formatos de consentimiento para cada miembro de la familia.

SEGURIDAD DE LOS SUPLEMENTOS

Aunque no se requiere receta para comprar suplementos, esto no significa que no pueden llegar a afectar tu salud. Los suplementos alimenticios son útiles en algunas situaciones, pero también pueden ser dañinos, sobre todo si se toman en ciertas combinaciones o con ciertos fármacos con receta, o por periodos prolongados.

Una de las mayores preocupaciones en torno al uso de suplementos es la falta de supervisión durante su producción y las declaraciones que hacen los fabricantes sobre sus beneficios. Los medicamentos con y sin receta son muy regulados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (fda, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. La fda no regula ni supervisa el contenido o los supuestos beneficios de los suplementos al mismo nivel que lo hace con los medicamentos. Por eso, el hecho de que se apruebe la venta de un suplemento no necesariamente quiere decir que es seguro o efectivo. Considera que cualquier cosa lo bastante fuerte como para producir un efecto positivo también es lo bastante fuerte como para producir uno negativo.

Si tomas un suplemento, revisa la etiqueta en busca de las palabras Certificado gmp y Certificado usp, que indican que el fabricante está cumpliendo con buenas prácticas de fabricación (gmp, por sus siglas en inglés) y que el suplemento ha sido evaluado de forma independiente para garantizar que lo que ves en la etiqueta es lo que hay en el frasco.

Incluso debes ser juicioso. Investiga lo más que puedas sobre el producto. No pienses que porque la etiqueta dice “natural” eso significa que el producto es seguro. No tomes una dosis mayor a la recomendada. Si experimentas efectos secundarios, deja de tomar el suplemento. Y, lo más importante, asegúrate de mantener informado a tu médico sobre los suplementos que tomas.

suministros médicos para el hogar 13

Afecciones de la “A” a

la “Z”

Acidez estomacal

La acidez estomacal se refiere a una sensación de ardor en el pecho, justo detrás de tu esternón, que se observa cuando el contenido estomacal se regresa hacia el esófago, algo que suele ocasionar la enfermedad por reflujo gastroesofágico (erge). El ardor estomacal a menudo viene acompañado de un sabor agrio y la sensación de que la comida se te regresa a la boca.

La acidez suele presentarse después de ingerir alimentos, y con frecuencia durante la noche. La sensación de ardor suele empeorar cuando estás acostado o agachado, y puede ser detonada o agravada por comer alimentos ácidos o grasosos.

¿Por qué se te regresa el ácido al esófago? Por lo regular, los músculos en el esófago se contraen en secuencia para ayudar a transportar los alimentos al estómago. Pero, si el músculo en el extremo inferior del esófago es débil, el contenido ácido del estómago puede regresarse (reflujo) e irritar el esófago.

Tener acidez de forma ocasional es común y no es motivo de alarma. Gran parte de las personas manejan las molestias por su cuenta o con fármacos de venta libre. La acidez que es más frecuente e interfiere con tu rutina diaria puede ser síntoma de algo más grave que requiere mayor evaluación.

Remedios caseros

La mayoría de las personas pueden manejar las molestias de la acidez con cambios en su estilo de vida y medicamentos de venta libre.

• Mantén un peso saludable. La presión de unos kilos de más sobre tu abdomen empuja el estómago hacia arriba, causando que el ácido se regrese hacia tu esófago. Si tienes sobrepeso u obesidad, trata de perder peso poco a poco —no más de medio o un kilogramo por semana. Tu equipo de cuidados médicos puede ayudarte a crear una estrategia de pérdida de peso.

• Evita la ropa ajustada. La ropa apretada alrededor de la cintura ejerce presión sobre tu abdomen, lo cual empuja el ácido estomacal hacia tu esófago.

• Evita alimentos y bebidas que detonan la acidez. Cada persona tiene detonantes específicos, entre los cuales están los alimentos grasosos, el alcohol, las bebidas con cafeína o carbonatadas, el café descafeinado, la yerbabuena, la menta, el ajo, la cebolla, la canela, los chocolates, las frutas y los jugos de cítricos, y los productos con jitomate.

• Evita hacer comidas abundantes. Lleva a cabo comidas más pequeñas y frecuentes.

• No te recuestes después de comer. Espera por lo menos entre 2 o 3 horas después de comer antes de recostarte a descansar o dormir una siesta.

• No comas antes de irte a acostar. No comas entre 2 a 3 horas antes de irte a la cama. No bebas líquidos o tomes pastillas entre 30 minutos a una hora antes de irte a acostar.

• Eleva la cabecera de tu cama. Una elevación de entre 15 y 25 centímetros en la cabecera de tu cama ayuda a que la gravedad trabaje a tu favor en contra del reflujo. Puedes colocar bloques de

madera o cemento debajo de las patas de la cabecera de tu cama o comprar productos similares en internet. Contrario a lo que se cree, elevar tu cabeza con almohadas adicionales o almohadas de cuña no suele funcionar.

• No fumes. Fumar interfiere con el buen funcionamiento del esfínter esofágico inferior.

• Toma antiácidos de venta libre. Éstos pueden neutralizar el ácido estomacal y aliviar la acidez leve de forma temporal, así que está bien usarlos de vez en cuando. Sin embargo, el uso prolongado o excesivo de antiácidos que contienen magnesio puede ocasionar diarrea, y los productos a base de calcio o aluminio pueden provocar estreñimiento.

• Prueba otros fármacos. Los productos de venta libre como famotidina (Pepcid AC), cimetidina (Tagamet HB), omeprazol (Prilosec OTC), esomeprazol (Nexium 24HR) y lansoprazol (Prevacid 24HR) pueden aliviar los síntomas de la acidez al disminuir la producción de ácido estomacal. Sigue las instrucciones del medicamento respecto a la ingesta de alimentos y bebidas para maximizar su efectividad.

Atención médica

La mayoría de los episodios de acidez estomacal son ocasionales y leves. Si tienes molestias graves o diarias, no ignores los síntomas. De no tratarse, la acidez crónica puede dañar el esófago inferior y hacer que sea difícil tragar. En raras ocasiones, la acidez grave produce el esófago de Barrett, una afección que puede incrementar tu riesgo de cáncer de esófago. Si tienes más de 50 años y estás experimentando acidez nueva y persistente, quizá requieras una evaluación médica detallada para descartar la posibilidad de cáncer.

Busca atención médica inmediata si experimentas acidez acompañada de dolor en el pecho, falta de aire o dolor en la mandíbula o brazo, ya que éstos pueden ser síntomas de un infarto cardiaco.

Acné

El acné se presenta cuando los pequeños orificios en tu piel por donde crece el vello (folículos pilosos) se obstruyen con grasa y células muertas de la piel. Los folículos obstruidos pueden producir:

• Comedones (puntos negros y blancos). A los que surgen en la superficie de la piel se les llama puntos negros debido a su apariencia oscura, mientras que los comedones que se localizan justo debajo de la superficie de la piel se llaman puntos blancos.

• Pápulas. Las pápulas son pequeñas protuberancias rojas y sensibles que indican que existe inflamación o infección de los folículos pilosos.

• Pústulas. Las pústulas son protuberancias rojas y sensibles que tienen pus blanco en la punta.

• Nódulos. Los nódulos son bultos grandes, sólidos y dolorosos que se encuentran bajo la superficie de la piel, y son resultado de una acumulación de secreciones en lo más profundo de los folículos pilosos.

• Quistes. Estos bultos dolorosos y llenos de pus que se encuentran bajo la superficie de la piel son lesiones similares a los forúnculos que pueden dejar cicatrices.

Una serie de factores —incluyendo las hormonas, las bacterias, ciertos fármacos y la herencia— desempeñan un rol en el desarrollo del acné. Aunque éste suele ser más común entre adolescentes, lo puede padecer gente de todas las edades.

Remedios caseros

Para reducir o prevenir el acné:

• Cuida lo que te pones en la cara. Evita usar cosméticos, productos para peinar el cabello o correctores de acné aceitosos o grasosos. Emplea productos cuya etiqueta diga que son elaborados a base de agua o no comedogénicos.

• Mantén limpio tu rostro. Lava las zonas problemáticas todos los días con un limpiador ligero o limpiador para acné de venta libre. Productos como los exfoliantes faciales, los astringentes y las mascarillas no suelen recomendarse porque tienden a irritar la piel, lo cual puede agravar el acné.

• Vigila qué toca tu cara. Mantén tu cabello limpio y fuera de tu rostro. Evita recargar la cara sobre tus manos u otros objetos, como teléfonos celulares. Los sombreros ajustados también pueden ocasionar problemas, sobre todo si sudas. El sudor y la mugre suelen contribuir al acné.

• Cuídate. Considera si la falta de sueño, el estrés o ambos hacen que empeore tu acné. Procura dormir lo suficiente y manejar el estrés, además de mantener una alimentación saludable.

• No te toques o aprietes las marcas del acné. Hacerlo puede provocar infecciones o cicatrices.

• Prueba productos de venta libre. Busca lociones para el acné que contengan peróxido de benzoilo o ácido salicílico como ingrediente activo para ayudar a secar el exceso de grasa y promover la descamación de las células muertas de la piel.

Atención médica

Las espinillas persistentes, los quistes inflamados o las cicatrices pueden requerir atención médica y tratamiento con fármacos con receta. Una evaluación y tratamiento adecuados pueden prevenir las cicatrices físicas y psicológicas del acné. En raras ocasiones, la aparición repentina de acné grave en un adulto mayor puede indicar una enfermedad subyacente que requiere atención médica

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