1 minute read

Magdalenas de PROUST

Se conoce como la magdalena de Proust -o también fenómeno de Proust o efecto proustiano- al fenómeno humano memorístico en el cual una percepción, especialmente el olor, evoca un recuerdo o reminiscencia: puede ser un objeto, gesto, imagen u otro elemento del día a día que transporta a la persona a un recuerdo que creía olvidado. El nombre proviene del recuerdo que le provoca el sabor de una magdalena recién hecha mojada en té al protagonista de Por el camino de Swann (el primer volumen de la serie En busca del tiempo perdido), escrita por Marcel Proust en 1913. Allí, el autor se sumerge en el recuerdo que le provoca el probar la magdalena con té.

-Clarín

Advertisement

¡Boom!

Escucho un boom como el de aquel día cuando explotó la olla express. Los platos quedaron hechos trizas, la estufa eléctrica apachurrada, las tejas de la cocina salieron a volar, el pito de la olla cayó en el patio de la vecina y la tapa fue a dar en el lote de la esquina. Nosotras llorábamos aterradas y todos los vecinos salieron a ver qué había sucedido. Esa tarde, un programa en la tele llamado “O todos en la cama o todos en el suelo” nos distrajo. Olvidamos entrar a la cocina para encontrarnos de frente con la explosión.

Diana Peña

Alguna vez tuve tres años y constelaciones lentas dormían en la luz quieta de mis pupilas. Abril entraba por las ventanas para comer naranjas sobre los sonidos rojos de la madera; mi madre, sobre el mesón de sombras abría las palabras cecas que mi padre cortaba de las órbitas: la palabra silencio me gustaba mucho, porque mientras yo arrastraba un tajo de cielo por los corredores, volaban muchos pajaritos en la gravedad de las lámparas y se metían por mi sangre para dormir en mi corazón. Hoy entra abril con ese aroma quemado y corre por las alcobas del fuego.

Gustavo Torres

Vania

La tarde era pintada a carbón, caminaba por alguna calle de la ciudad como siempre sin saber a dónde.

Ella se cruza delante de mí y respiro su aroma.

(…Recuerdo cuando tenía cuatro años y esperaba con ansias la tarde para que ella llegara con su mamá, sin duda, mi momento favorito del día.

Mirarla era mirar el cielo, sus gestos únicos, sus ocurrencias. Aún la encuentro escondida entre las paredes de mi infancia…)

Qué ganas de ir detrás de ella y preguntarle el nombre de su perfume.

Manuel Quiroz

This article is from: