La ciudad de Mérida volvió a vibrar con el ascenso de su equipo
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as agujas del reloj marcaban las 22:18 horas aquel 2 de junio de 2019 cuando las más de 8.000 personas que estaban en el Estadio Romano no perdían detalle de cómo Álex Jiménez colocaba el balón sobre el punto de penalti de la portería del Fondo Sur tras 17 lanzamientos. Poco antes, el socuellamino Essomba había mandado su penalti al limbo, por lo que la afición lo celebraba y mientras tanto el guardameta romano, Javi Sánchez, pedía calma tras parar dos penaltis y miraba a Álex Jiménez sin decirle nada pero sabiendo que era el momento que llevaban toda la temporada esperando. Balón en el punto de penalti, pasos atrás del central madrileño que se vistió de héroe, el colegiado andaluz, Quintero González, hizo sonar su silbato y... se desató la locura en el Estadio Romano donde equipo y afición se unieron en el césped celebrando el regreso a la categoría de bronce del fútbol español. Ilusión, desahogo, gritos de rabia, cánticos de alegría, abrazos, lágrimas, muchas lágrimas, y sobre
todo felicidad a raudales era lo que se podía ver en la celebración de un gol. Un solo gol que hizo feliz a mucha gente. La radio, la televisión y los periódicos se hicieron eco de la noticia: el Mérida había vuelto a Segunda División B después de la fatídica eliminatoria de descenso ante el Coruxo, que se produjo exactamente 372 días atrás.