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Breve historia de la Oktoberfest

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La Oktoberfest reúne cada año a más de 6 millones de visitantes. En 2010, coincidiendo con el 200 aniversario de la Fiesta de la Cerveza, se sirvió la cantidad récord de 7 millones de litros de cerveza.

El origen de la fi esta popular más grande del mundo se remonta a 1810. Año en el que el príncipe heredero, Ludwig I de Baviera se desposa con la princesa Teresa de Sajonia-Hildburghausen. Con motivo de esta real unión los muniquenses organizaron un gran número de celebraciones tanto públicas como privadas, la última de las cuales se convertiría en una celebración anual que pasaría a llamarse Oktoberfest. La idea fue del Subofi cial de la guardia nacional, Franz Baumgartner. El militar propuso a sus superiores organizar un evento para divertimento tanto de la realeza como de la gente de a pie. Dicho evento sería una gran carrera de caballos, evocando una competición casi olvidada llamada “carrera escarlata” en el que se obsequiaba al vencedor con un valiosísimo paño del color normalmente reservado a la realeza.

Tanto el superior de Baumgartner, el Mayor Anderas Dall’Armi, como el rey Maximiliano José I se mostraron entusiasmados con la idea y empezaron a buscar la ubicación más idónea para celebrar la carrera. El lugar indicado resultó ser un enorme prado de aproximadamente 46 hectáreas al oeste del centro de la capital bávara, Múnich. El día más propicio: el 17 de octubre de 1810.

Bajo los atentos ojos de la corte y alrededor de 40.000 visitantes Franz Baumgartner ganó la carrera, a lo que siguió una gran celebración durante la cual los miembros de la guardia nacional pidieron al rey Maximiliano José I cambiar el nombre del prado a “Theresens Wiese” (Prado de Teresa) en honor a la nueva esposa de su hijo. Como es natural la petición fue concedida y, con el tiempo, el nombre ha evolucionado hasta convertirse en “Theresienwiese.”

El éxito absoluto del evento impulsó a los muniquenses a repetirlo al año siguiente con la fi nanciación de la asociación agrícola bávara. En esta ocasión en lugar de una carrera de caballos se realizó una gran feria de ganado. Poco a poco, con el paso de los años la Oktoberfest empezó a tener menor presencia animal y mayor protagonismo cervecero.

A pesar de su nombre, la Oktoberfest – que se traduce como “fi esta de octubre” – solo se celebró en éste mes otoñal hasta 1872. En esta edición se introdujo la “Märzenbiere” – cerveza de marzo. El motivo fue el verano inusualmente cálido que aumentó el consumo de cerveza hasta acabar con las existencias de la cerveza de baja fermentación servida en verano.

El motivo principal para adelantar la fi esta de octubre a la segunda quincena de septiembre está íntimamente ligado al clima del país originario: el frío y las tormentas otoñales no son el clima más festivo que se pueda encontrar y mucho menos si las fi estas se llevan a cabo en una gran explanada.

Como es natural, en más de doscientos años de historia, la Oktoberfest ha establecido una serie de tradiciones como la inauguración de la fi esta al grito de “O’zapft is.” La fi esta se inicia con la apertura del primer gran barril de cerveza. Ésta se abre clavándole el grifo a golpe de maza y es un honor que cae sobre los hombros del alcalde en funciones de Múnich. La apuesta de cuántos golpes necesitará el alcalde para completar el ritual se han convertido también en una tradición. El record lo impuso en 2005 y 2008 Christian Ude

abriendo el barril con solo dos golpes. En 1950, sin embargo, Thomas Wimmer necesitó hasta diecinueve.

Otra tradición es la fabricación de una cerveza especial que las cervecerías muniquenses fabrican especialmente para la Oktoberfest. Llamada “Oktoberfest Bier”, esta cerveza utiliza un 13.5% de mosto especial y contienen entre un 5.8 y un 6.4% de alcohol.

La pasión por la Oktoberfest se ha extendido por todo el mundo, trayendo visitantes de todos los continentes hasta la Theresienwiese, sino llevando la fi esta a todos aquellos amantes de la bebida ambarina a todos los rincones del mundo. Desde Estados Unidos hasta Australia, la Oktoberfest se ha abierto paso para convertirse en una institución ineludible.

Nuestro país también tú te has dejado enamorar por esta tradición bávara. Barcelona lleva seis años celebrando la Oktoberfest de la mano de la cervecería muniquense Paulaner y confi amos que podamos participar de ella muchos años más.