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Entrevista a Albert Costa

Xavier Gonzàlvez-Amat

Un día Albert Costa (Lleida, 1975) pensó que le había llegado la hora de morir. Cogió un avión desde Barcelona con dirección a París para hacer una breve escala antes de partir hacia

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Shanghái para disputar el Masters ATP. Mientras sobrevolaba los Pirineos la nave empezó a hacer movimientos muy bruscos. Unas sacudidas mucho más fuertes que unas simples turbulencias. “Nos vamos a estrellar”, gritó con desesperación uno de los pasajeros. El avión caía en picado e iba directo hacia las montañas. Albert agarró fuerte del brazo a su acompañante y entrenador, Josep Perlas, y le dijo que si salían de esta no volvería a coger un avión nunca más. Ni siquiera quería tomar el que le tenía que llevar a China a continuación. Por fortuna, el piloto recuperó el control del aparato y lograron llegar a destino con vida, eso sí, tardando más del doble del tiempo previsto. Al final, a las dos horas, cogió el siguiente vuelo.

En la entrevista, salvo en este párrafo, no se va a hablar de las películas que suele ver Costa

Albert Costa

Rafa ha hecho que este torneo sea todavía mucho más grande

El director deportivo del Barcelona Open Banc Sabadell cumple 10 años en el cargo y en esta entrevista repasa su vinculación con el torneo y los momentos más importantes que ha vivido gestionándolo

cuando va al cine (muy frecuentemente) ni de su gran pasión por el golf, deporte que ha llegado a practicar con Sergio García, ni de sus reuniones en casa con amigos para ver a su querido Barça por la tele. Tampoco se profundizará sobre su afición por la gastronomía ni sobre su especial ‘obsesión’ por descubrir los mejores vinos. Según revela el protagonista, una de sus ilusiones sería tener, algún día, un pequeño hotelito donde conjugar todo aquello que le emociona.

Usted no parece una persona de oficina...

Ya, no mucho. Lo mío siempre ha sido estar en la pista.

Y no le fue nada mal. Sus éxitos le dejaron la vida resuelta. ¿Por qué trabaja?

Porque sigo haciendo algo que me apasiona: estar ligado al deporte de la raqueta. Mi vida no sería la misma sin el tenis y me costaría vivir al margen. Ser director deportivo del Barcelona Open Banc

Sabadell y del Real Club de Tenis Barcelona-1899 me llena mucho.

¿Disfruta?

Muchísimo. Estar en contacto permanente con los jugadores, seguir su día a día y ver su evolución, me encanta.

Explíquese...

Durante el año estoy en contacto de forma constante con los jugadores del RCTB-1899. Les brindo mi apoyo siempre que lo necesitan y me motiva mucho cuando hacemos equipo para competir en el Campeonato de España. Estar siempre conectado con ellos me ayuda a la hora de centrarme en el Godó y ofrecerles los mejores servicios.

¿Por ejemplo?

Me preocupo por sus opiniones sobre los torneos, los hoteles a los que van, necesidades logísticas, el tipo de comida que prefieren…

¿Y el Barcelona Open Banc Sabadell cumple con sus expectativas?

Rotundamente sí, y de largo. Los jugadores están encantados con el trato que se les brinda y cada año nos lo dicen. Prueba de ello es el premio que hemos recibido recientemente de manos de la ATP por nuestros servicios a los tenistas.

¿Y en su época de jugador en activo las opiniones, cuando hablaba con sus colegas, también eran tan buenas?

Pues la verdad es que sí. Venir a Barcelona siempre ha sido una gran motivación para todos los jugadores del circuito. Piensa que la ciudad llama mucho la atención, y muchos de nosotros hemos viajado o viajan con toda la familia. Es un sitio muy agradable para estar. Además, hay el factor de jugar en un club con gran tradición. Eso se valora mucho. Yo, personalmente, detestaba tener que jugar en estadios fríos ubicados en medio de la nada.

Todo no habrá sido tan bueno siempre…

Obviamente hay momentos malos. El peor que recuerdo siendo director fue en las semifinales de la edición de 2013 cuando la lluvia nos obligó a disputar los dos partidos en paralelo, unos en la central y los otros en la pista 1. Nicolás Almagro y Philipp Kohlschreiber jugaron en la segunda pista y obviamente no les hizo gracia. Prácticamente no tuvieron a nadie de público y fue una pena.

Su debut en un torneo ATP fue en el Godó el año 1993, contra el francés Olivier Delaltre. Lo ganó en 1997 y fue también el escenario de su despedida profesional en 2006 ante Juan Carlos Ferrero. Parece que este torneo ha marcado algunos de los principales momentos de su vida…

El Barcelona Open Banc Sabadell lo ha sido todo para mí. Como jugador del RCTB-1899 siempre soñé con poder jugarlo algún día y ese sueño lo hice realidad gracias a una wild card de la organización. Era tan especial para mí que me ponía muy nervioso cada año y no conseguía ganar un partido. En 1997, cuando conseguí pasar de tercera ronda me dio tal confianza que terminé ganando el torneo. Fue la

Albert Costa, campeón del torneo en 1997

mayor alegría de mi vida hasta ese momento. No lo olvidaré nunca. Me saqué un peso de encima. Luego gané Roland Garros en 2002 y fue muy emocionante, pero lo que viví cuando gané el Godó fue único.

Su carrera ATP comenzó gracias a una invitación que le dieron y ahora es usted quien las entrega…

¡Correcto! La distribución de las invitaciones es una de las misiones más delicadas que tengo actualmente. Cada año me resulta muy complicado concederlas. Es una gran responsabilidad. Jugar el torneo puede ser un empujón muy importante en la carrera de los jóvenes que están empezando y hay que estudiarlo todo muy bien antes de concederlas. Igualmente, hablo mucho con los tenistas, sobre todo con los que no terminan siendo agraciados, para que comprendan mi posición y se enfaden lo menos posible. Es curioso, cuando era jugador me tomaba muy mal no ser el elegido y ahora veo lo duro que es hacer la selección.

O sea que ahora valora más el trabajo que hay detrás de los torneos para organizarlos que cuando era jugador…

Totalmente. El tenista es muy egoísta y solo piensa en lo suyo. Nunca se valora lo suficiente a las organizaciones ni se piensa en lo que hay detrás.

¿A qué se refiere cuando dice que el tenista sólo piensa en lo suyo?

Pues que piensa fundamentalmente en la competición y, sobre todo, en los rivales.

Usted ha tenido muchos rivales ilustres...

Sí. Me las he visto con algunos de los mejores de la historia.

¿Qué tal era Pete Sampras en la pista?

Pff, una pesadilla. Siempre que tenía que jugar contra él me descolocaba por completo. No sabía qué hacer para contrarrestar su juego. Mi rival más complicado sin duda. Nunca logré ganarle.

¿Y Andre Agassi?

Con Andre jugué cinco veces y le gané una. Era muy bueno. Además, fuera de la pista era de los que siempre te saludaba. Tenía un carisma especial.

¿Y qué me dice de Rafa Nadal? ¿Tiene pesadillas con su único encuentro?

¡Fue tremendo! Me ganó en Montecarlo. ¡Y con 16 años! He soñado muchas noches con ese partido y lo recuerdo todo al detalle. Yo era entonces el campeón de Roland Garros y el principal favorito para el triunfo. Rafa era un niño. Le conocía bien porque compartíamos equipo en el RCTB-1899, pero no me esperaba ese nivel. Sacó una garra fuera de lo común. Tenía una cabeza prodigiosa y no pude hacer nada. Durante el partido sólo podía pensar en su edad y el repaso que me estaba dando. Ese día vi claro que lo que estaba por venir sería muy grande.

¿Ya sintió el potencial de Rafa?

Totalmente. Nunca había visto una cosa igual a su edad. Esa frialdad y esa forma de jugar no era normal. Además, dos semanas más tarde venció a ‘Charly’ (Carlos Moyá) en Hamburgo y eso que era el número 4 del mundo.

¿Y se imaginaba que lograría todo lo que ha ganado?

Que podía ser el mejor del mundo sí. Ahora bien, ganar 10 veces Roland Garros o el Barcelona Open Banc Sabadell otras 10, eso ya no. ¡Es de locos! Si conseguir ganar un Grand Slam ya es algo sumamente complicado, imagina 16.

Que sea tan fiel a Barcelona debe haber sido muy importante para el torneo…

Importante es poco. Ha sido el personaje más trascendental de los 66 años de historia del torneo (exceptuando al fundador, Carlos Godó, Conde de Godó). Rafa ha hecho que este torneo sea todavía mucho más grande.

Y ahora la pista central lleva su nombre…

R. Más que merecido. Es un gran orgullo para el torneo y para el club tener esta vinculación tan personal con esta leyenda del tenis.

¿Dónde se ve usted dentro de 10 años?

Buena pregunta. No sé si estaré aquí o allá pero sí sé seguro que, de alguna forma, continuaré vinculado con el mundo del tenis.

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