Ágreda Fiestas 2022

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áGREDA 2022


Fotografia: JUAN REVILLA ESTEBAN


Fotografia: DAVID CAMPOS SEVILLANO

Fotografia: MARTA MARTINEZ PELARDA


Fotografia: MILAGROS MOLERO PEREZ


75 aniversario | Coronación Canónica | 1947-2022

Saluda del Alcalde Jesús Manuel Alonso Jiménez Alcalde de Ágreda y Senador de España

Desde el recuerdo: Grabado está en el corazón y en la memoria de nuestros mayores, a los que tanto les debemos, aquel insuperable día de gloria y flores que fue el 7 de junio de 1947.

Ha sido larga la espera de dos años para volver a disfrutar de estos días tan entrañables. Han sido dos años duros que nos cambiaron la vida, vecinos que han fallecido y muchas personas que siguen sufriendo las consecuencias del covid .

La Virgen de los Milagros durante muchos siglos ha acompañado a sus hijos, los ha consolado, los ha fortalecido y les ha dado una esperanza nueva para seguir caminando. Por eso esta Villa, los pueblos del Patronazgo y muchísimos devotos de otros lugares de Castilla, Aragón, Navarra y La Rioja, han acudido siempre a María para pedirle su favor, la gracia y un sinfín de virtudes.

La Corporación Municipal quiere mostrar un agradecimiento sincero a la Parroquia y a todo el equipo de voluntarios, miembros de las distintas Comisiones (Evangelización y Propaganda, Liturgia, Caridad y Economía, Ornato-Logística y Acogida ) que se han encargado de organizar gran parte de las fiestas. Queremos agradecer a la Cofradía de la Virgen de los Milagros su generosidad, esfuerzo y devoción, y tener un cariñoso recuerdo para su querido Presidente D. Alberto Alonso, que nos dejó el año pasado y que seguro habría organizado estas fiestas con todo el cariño y entusiasmo que le caracterizaba.

Para manifestarle la inmensa gratitud y afecto entrañable de hijos, hace 75 años, todos sus devotos llenos de fervor celebraron con inmenso entusiasmo el día grande de la Coronación Canónica de la Virgen de los Milagros, Patrona de Villa y Tierra. Desde el presente: Al acercarnos a vivir el LXXV Aniversario de aquel día sublime queremos renovar con todo cariño y pasión los mismos sentimientos, promesas y alegrías que hoy siguen llenando las vidas y las aspiraciones de todos nosotros.

También queremos hacer partícipes de este agradecimiento a todos los empleados públicos que trabajan a nuestro lado para que los actos siempre supongan un éxito de participación. Y en especial a los vecinos de Ágreda, que siempre colaboran , a los pueblos del Patronazgo y de Comunidades limítrofes que con una simple mirada emocionada al rostro de su Patrona nos alegran los corazones llenando de fiesta las calles de nuestro pueblo. Ellos son los verdaderos custodios de tan preciado tesoro y los que mantienen viva la devoción y tradiciones.

La imagen restaurada, la corona embellecida, las calles engalanadas y los corazones dispuestos, todo está siendo preparado con primor y celo. Muchas son las ganas de que la Virgen de los Milagros recorra nuestras calles por las que cada día caminamos. Ese día, nos vamos a sentir más hijos suyos que nunca. Después de 25 años la Virgen va a salir de su casa para visitar a los que la quieren. Con el silencio de una oración, con una lágrima disimulada, desde el agradecimiento y la confianza le diremos: ¡Madre te queremos, no nos dejes de tu mano!

Mirando al futuro: Con esta programación, la fiesta vuelve a la calle y al corazón de todos los agredeños, deseosos de incorporar a nuestras vidas la alegría y esa libertad que la mejora de la situación sanitaria va a proporcionarnos. Aun así, conviene no olvidar y festejar con responsabilidad y prudencia.

Ese día echará en falta a los que partieron para siempre, pero también verá caras nuevas que la mirarán con cariño. A todos ellos, los ampara bajo su manto.

Que nuestra Madre nos bendiga a todos . ¡VIVA LA VIRGEN DE LOS MILAGROS!

Desde este Ayuntamiento nos sentimos muy orgullosos de mantener, en la Villa que hoy somos, tradiciones que nuestros antepasados ya celebraban hace muchos años.

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Fotografia: DAVID DEL RIO ARANDA


75 aniversario | Coronación Canónica | 1947-2022

Sumario Saluda del Alcalde ...............................................................................5 Pregonero, Javier Sierra ...................................................................9 Saluda Reina y Damas ....................................................................10 Saluda de la Parroquia ...................................................................13 Celebraciones Litúrgicas.............................................................. 15 Saluda de la Comisión..................................................................... 17 Festejos Populares ............................................................................19 Semana Cultural de Primavera de la Asociación de Jubilados y Pensionistas de Ágreda ...........................23 Certamen Literario ...........................................................................25 Saluda del Ayuntamiento ............................................................34

Edita: Excmo. Ayuntamiento de Ágreda D.L.: SO-24-2015

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Fotografia: ANTONIO VAL BADOS de quevida.es


75 aniversario | Coronación Canónica | 1947-2022

PREGONERO

El ciclo de los milagros Javier Sierra (Escritor. Hijo Adoptivo de Ágreda) A ti, que me lees:

Hoy, sin embargo, muchos -sobre todo los más jóvenes- nos hemos salido de “círculo del tiempo” y pensamos que todo transcurre en línea recta y no en el bucle de los eternos retornos. Pero ahí están nuestras fiestas para sacarnos del error. La Virgen de los Milagros es ejemplo perfecto. Así pues, no es solo misión de las celebraciones que lo pasemos lo mejor posible. También lo es recordarnos que pertenecemos a un ciclo, a un Universo que gira en círculos desde la noche de los tiempos, y con el que es importante fluir.

Es posible que en estos días veas la fiesta que estamos a punto de celebrar tan solo como una oportunidad de pasarlo bien. Creerás que nos la merecemos después de más de dos años de pandemia. Incluso es posible que pienses que servirá para que nos olvidemos durante unos días de los horrores de la guerra en Europa o que valdrá para que el trabajo o las responsabilidades pasen a un segundo plano sin que nadie se ofenda. Y tienes razón. La fiesta -una arraigada tradición social cuyos orígenes se pierden en las brumas de nuestra Prehistoria- sirve a ese propósito... pero también al de la reflexión.

Que este año tenga el honor de ser el pregonero de tus fiestas tiene, para mí, algo de ese “eterno retorno”. Llegué a Ágreda en la primavera de 1991. Tropecé aquí con la historia de la Venerable. Escribí y hablé sobre ella en todos los rincones que pude. Durante años Ágreda no se cayó de mi boca. Fui testigo del hermanamiento del pueblo con el Estado de Nuevo México, y hasta terminé filmando una pequeña serie sobre nuestra sor María de Jesús no hace mucho. Pero por si todo eso fuera poco, “nací a Ágreda” en 2009, cuando recibí el honor de ser Hijo Adoptivo de la villa. Y ahora, siendo un agredeño de trece años, y como si fuera un milagro más de ese ciclo, celebraré contigo la entrada en los días festivos de la Patrona de Ágreda con ilusión y ganas.

Fotografia: ANTONIO VAL BADOS de quevida.es

Y sobre eso quiero hablarte esta vez. Hemos encontrado en yacimientos arqueológicos de todo el mundo -algunos incluso del periodo paleolítico- restos de celebraciones de nuestros más remotos ancestros. Como las nuestras, sus fiestas eran cíclicas. Cada año, por las mismas fechas, se repetían sus ritos una y otra vez. Y es que esa era su forma de celebrar que todo en la vida sigue un camino circular. Para aquellos que vivían de la agricultura y de la cría de ganado, ese camino era obvio. A la primavera le sucedía siempre el verano, y a éste el otoño y los rigores del frío. Las bestias quedaban preñadas en las mismas fechas, parían en un tiempo predecible y se las sacrificaba con arreglo a un calendario fijo.

Todo, pues, está dentro de un Gran Orden, con mayúsculas, que sin duda habrá que ovacionar como se merece. Nos vemos en Ágreda. ¡En la fiesta!

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Ágreda Fiestas de Ntra. Sra. de Los Milagros

Saluda Reina y Damas Queridos agredeños: Queremos expresar nuestra alegría y máximo agradecimiento al haber sido nombradas Reina y Damas de la juventud agredeña, en las fiestas en honor a la Virgen de los Milagros. Agradecemos el apoyo y confianza que nuestros quintos del 2001 han depositado en nosotras. Como respuesta de esta gran responsabilidad pondremos todo nuestro empeño en llevar con orgullo, humildad y sencillez el título que se nos ha otorgado. Este año en el que celebramos el 75 Aniversario de la Coronación de la Virgen de los Milagros, deseamos sinceramente, que tanto agredeños como visitantes, disfrutéis de estos días tan especiales en los que, la tradición, devoción y diversión se unen entre si haciendo únicas estas fechas en nuestra querida Villa de las Tres Culturas, cubierta bajo el manto y la protección de la Virgen de los Milagros. Un cordial saludo. La Reina y las Damas de fiestas. ¡FELICES FIESTAS!

Reina: PAULA 10

VAL BATOR


75 aniversario | Coronación Canónica | 1947-2022

DAMA: CLARA

GIL PUYUELO

DAMA: SANDRA

DAMA: ESTER

SANCHEZ TORRES 11

SEVILLANO RUBIO


Fotografia: NURIA RUBIO RUIZ


75 aniversario | Coronación Canónica | 1947-2022

Saluda de la Parroquia “Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza” (Ap 12:1).

La Parroquia entera, en este año excelso del LXXV Aniversario de la Coronación de la Virgen de los Milagros, quiere vivir y compartir con todos tres actitudes significativas a las que la María nos invita. Ella nos dice:

A Dios Padre, que me coronó de gloria y me vistió de sol. Mi alma, hoy y siempre, proclama su grandeza. A los que hace setenta y cinco años celebraron con gentileza de hijos aquel día de cielo en la tierra, lleno de azul, júbilo y fragor.

“¡Sed bienvenidos!” “A mi casa, que es la vuestra.

A todos los que continuáis confiando y con veneración habéis puesto mi imagen en lo alto del Cerro de la Coronación. Os aseguro que cuidaré de vosotros, os escucharé y os seguiré protegiendo y bendiciendo como siempre lo he hecho”.

A contemplar mi imagen restaurada y mis ojos que os miran con ternura. A celebrar con inmenso gozo las misericordias de Dios

“ ¡Alegraos!”

Ganas tenía de estar con vosotros, ¡Hijos de mi corazón!, después de estos años duros e inciertos.

“Alegría, fue la primicia que recibí del ángel. Y es el mensaje que os quiero regalar.

He escuchado con ternura de madre vuestros gritos y súplicas de dolor y alegría, de sufrimiento profundo y de esperanza. He llorado con vosotros, he derramado fortaleza y he puesto paz en vuestras vidas”.

Llenaros de gozo, todos los que vais a venir a mi fiesta, peregrinos en la noche, enfermos en el cuerpo y en alma, caminantes ilusionados que creen y esperan en la vida y en la resurrección. Porque voy a salir a las calles para caminar con vosotros, quiero entrar en vuestras casas y morar en vuestros corazones.

“¡Gracias! ¡Muchísimas gracias!” Fotografia: NURIA RUBIO RUIZ

“Las que Dios me regaló y llenaron mi vida.

Porque siempre estaré con vosotros, porque siempre seré vuestra Madre”.

Las que Dios os sigue otorgando, a través de Mí, su humilde sierva.

Con todo afecto: La Parroquia

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Fotografia: MILAGROS MOLERO PEREZ


75 aniversario | Coronación Canónica | 1947-2022

Celebraciones Litúrgicas 2022 DOMINGO, 12 DE JUNIO: DE LA STMA. TRINIDAD. - FIESTA VOTIVA DEL PUEBLO EN HONOR DE LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LOS MILAGROS.

SÁBADO, 18 DE JUNIO: SOLEMNIDAD DE LA SANTISIMA VIRGEN DE LOS MILAGROS, PATRONA DE VILLA Y TIERRA EN LXXV ANIVERSARIO DE SU CORONACIÓN CANÓNICA.

» 8:00 h. Rosario de la Aurora.

» 04:00 h. Recepción de peregrinos

» 10:30 h. Bendición del Monumento a La Virgen de los Milagros. (Cerro de la Coronación)

» 07:00 h Eucaristía. (Después de la Eucaristía se podrá pasar por debajo de la imagen de la Virgen).

» 11:30 h. Eucaristía. Consagración del Pueblo a la Santísima Virgen. DÍA “PRO ORANTIBUS”.

» 09.00 h. Recepción de los pueblos del Patronazgo, en la Puerta del Zuro. » 10:00 h. Salida de la Basílica de la Virgen de los Milagros y traslado al lugar de la celebración de la Eucaristía.

MARTES, 14 DE JUNIO: » 20:00 h. Celebración de la Penitencia.

» 22:00 h. Vigilia de Adoración Nocturna, a la que queda invitada toda la Parroquia.

» 10:30 h. Concelebración de la Eucaristía, presidida por el Excmo. Y Rvdmo. Sr. D. Vicente Jiménez Zamora, Arzobispo emérito de Zaragoza, con asistencia de Obispos y Clero, del M.I. Ayuntamiento de Ágreda y de los pueblos del Patronazgo, Autoridades, Invitados y Cofradías. En la plaza del Patronazgo.

JUEVES, 16 DE JUNIO: FIESTA PATRONAL VOTIVA DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO.

» 12:00 h. Comienzo de la Procesión con la imagen de la Virgen de los Milagros por las calles de la Villa. A lo largo del recorrido se realizarán diversas paradas.

MIÉRCOLES, 15 DE JUNIO:

» 13:00 h. Eucaristía en la Basílica.

» 11:30 h. Eucaristía y procesión con el Santísimo por las calles de la Villa. Exposición y Adoración del Santísimo Sacramento.

» 19:00 h. Eucaristía y segundo día de la Novena. (La imagen del Virgen permanecerá en la Basílica, antes de ser colocada en su camarín, el sábado, día 18 y el domingo, día 19, y se podrá pasar por debajo hasta las 22:00 h.)

» 18 h. Rosario a la Santísima Virgen por parte de los niños de la Primera Comunión. » 18:45 h. Reserva del Santísimo

DOMINGO, 19 DE JUNIO: SOLEMNIDAD DEL “CORPUS CHRISTI”

» 19 h. Eucaristía.

» 11:30 h. Celebración de la Eucaristía.

VIERNES, 17 DE JUNIO: VÍSPERA DE LA FIESTA DE LA SANTISIMA VIRGEN DE LOS MILAGROS.

» 13:00 h. Celebración de la Eucaristía. » 19:00 h. Celebración de la Eucaristía y tercer día de la novena.

» 12:00 h. Eucaristía votiva en la Ermita del Barrio, en recuerdo del “Milagro del Zapatero”. » 18:30 h. Ofrenda de flores a la Virgen.

VIERNES, 24 DE JUNIO: SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS.

» 20:00 h. Celebración de la Eucaristía y primer día de la Novena. (La Novena se celebrará todos los días a los 19:00 h)

» 11:30 h. Exposición del Santísimo Sacramento. (Los turnos empezarán a partir de las 12 horas)

Fotografia: MILAGROS MOLERO PEREZ

» 22:00 h. Santo Rosario de Cristal y Pregón Mariano, a cargo del predicador de la Novena, Excmo.. Rvdmo. D. Vicente Jiménez Zamora.

» 19:00 h. Procesión y Consagración del pueblo al Sagrado Corazón de Jesús. Celebración del octavo día de la novena.

(Se recuerda que aquellos cofrades que hayan sido citados para llevar farol, deberán estar en el Fuerte a las 21:15 h. para recogerlo. A partir de las 21:30 se entregarán libremente a las personas que estén esperando.)

SÁBADO, 25 DE JUNIO: FIESTA DE LA OCTAVA DE LA STMA. VIRGEN DE LOS MILAGROS. Recordamos que este día es la fiesta titular de la Cofradía. » 11:00 h. Exposición del Santísimo Sacramento. » 18:30 h. Oración comunitaria. Procesión con el Stmo. Sacramento. Reserva. Eucaristía y último día de la novena. Himno a la Virgen de los Milagros y Subida al Camarín. (Para la atención a los enfermos, durante la novena, comunicar a la Parroquia.)

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Fotografia: ANA RUIZ RUIZ


75 aniversario | Coronación Canónica | 1947-2022

Saluda de la Comisión 2022 Por fin estamos de fiesta, una fiesta, cuya ausencia, nos ha hecho anhelarla con más fuerza. Algo que podía ser una rutina que renovábamos año tras año, hoy es realidad viva: los en encuentros aparcados se hacen presentes en estos días. Nos merecemos esta fiesta tras estos dos duros años que han transcurrido con pena y nostalgia.

ofrecemos desde este Ayuntamiento, para que estos días sean diferentes y los disfrutéis a lo grande, porque ya toca. Vaya nuestro agradecimiento a la Cofradía de Nuestra Señora de los Milagros, Asociaciones y a todas aquellas personas que contribuyen al buen devenir de todos los actos y actividades programados. Y por supuesto, a las representantes de la juventud agredana, la Reina y Damas. Gracias a todos.

Desde el más profundo respeto por todo y hacia todos, os decimos: ¡abramos nuestros corazones y dejemos pasar el fuerte deseo de avanzar para ser parte viva de la fiesta, en compañía de la familia, los amigos, y de todos aquellos que han elegido esta Villa en estos días”.

Que la vivencia de estas fiestas sea capaz de resarcirte de su ausencia de estos pasados años, y deje en ti el más grato sabor para que perdure en el tiempo.

Ayer ya es pasado, hagámoslo a un lado para vivir este presente que se nos despliega con retazos de anhelo y esperanza, de luz y color, de buena compañía y música, y sobre todo de agradecimiento a nuestra Madre, en el 75 Aniversario de su Coronación, por poder estar aquí y ahora en torno a este gran acontecimiento, celebrando la FIESTA con mayúsculas, así os lo

¡FELICES FIESTAS! ¡VIVA LA VIRGEN DE LOS MILAGROS EN EL 75 ANIVERSARIO DE SU CORONACIÓN! Comisión de Festejos

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Fotografia: DAVID DEL RIO ARANDA


75 aniversario | Coronación Canónica | 1947-2022

Festejos Populares A cargo de: Dña. Ana Esther Méndez (Jefa de Redacción Canal 9 Soria). Palacio de los Castejón.

MIÉRCOLES 1 DE JUNIO 18:00 h. Torneo “Virgen de los Milagros” de Bádminton. Polideportivo Municipal.

21:30 h. Concierto Banda Municipal de Ágreda. Plaza Mayor.

JUEVES 2 DE JUNIO

DOMINGO 12 DE JUNIO. FESTIVIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD. FIESTA DEL PUEBLO

19:00 h. Torneo “Virgen de los Milagros” de Frontenis. Polideportivo Municipal.

SÁBADO 4 DE JUNIO

09:00 h. Diana. Banda Municipal. Recorrido por las calles de la Villa.

20:00 h. Obra de Teatro “Hacia la Raíz”. “El Fuerte”.

10:30 h. Bici-peregrinación 75 aniversario coronación Virgen de los Milagros. Almuerzo gratuito y recuerdo conmemorativo a participantes. Plaza Patronazgo

18:00 h. Torneo “Virgen de los Milagros” de Tenis de mesa. Polideportivo Municipal. Para menores de 16 años, Categoría Masculina, Femenina y Mixta. Inscripciones en el Polideportivo hasta el inicio del Torneo.

12:30 h. Público y merecido homenaje al personal sanitario de nuestro Centro de Salud, a las trabajadoras/ es de la Residencia Geriátrica Nuestra Señora de los Milagros y a todos los hijos/as de nuestra Villa vinculados al sector sociosanitario, por su entrega incondicional y su trabajo para afrontar la pandemia con especial cariño, empatía y profesionalidad. Palacio de los Castejón.

DOMINGO 5 DE JUNIO 18:00 h. BICIESCUELA para niños de 3 a 12 años. Aparcamiento detrás del antiguo instituto. Organiza Club Ciclista Moncayo.

13:30 h. Concierto. Orquesta “La Fania”. Al finalizar, bingo a favor de la PARROQUIA. Colabora AJA. Plaza Mayor.

LUNES 6 Y MARTES 7 DE JUNIO

19:00 h. Concierto de Primavera. Banda Municipal. Dirigida por D. Rubén Cueva Gil. “Centro Cívico”. 21:00 h. Baile público. Orquesta “La Fania”. Plaza Mayor.

19:30 h. Torneo “Virgen de los Milagros” de Bádminton. Polideportivo Municipal.

MIÉRCOLES 15 DE JUNIO 13:30 h. Chupinazo, disparo de cohetes y bombas japonesas. Plaza Mayor.

MIÉRCOLES 8 Y JUEVES 9 DE JUNIO

18:00 h. Charanga y cabezudos. Salida del Ayuntamiento.

19:30 h. Torneo “Virgen de los Milagros” de Frontenis por parejas. Polideportivo Municipal.

21:00 h. Pregón de Fiestas, desde el balcón del Ayuntamiento, a cargo de: D. Javier Sierra Albert. 21:30 h. Baile público. Orquesta: “Maxims”.Plaza Mayor. 00:30 h. Baile Público. Orquesta: “Maxims”. Plaza Mayor.

VIERNES 10 DE JUNIO 19:30 h. Torneo “Virgen de los Milagros” Tenis de Mesa. Polideportivo Municipal. Para mayores de 16 años, Categoría Masculina, Femenina y Mixta. Inscripciones en el Polideportivo hasta el inicio del Torneo.

JUEVES 16 DE JUNIO. FESTIVIDAD DEL CORPUS CHRISTI

Organiza Ayuntamiento de Ágreda.

SÁBADO 11 DE JUNIO

09:00 h. Diana. Banda Municipal. Recorrido por las calles de la Villa.

21:00 h. Presentación de la Reina y Damas.

13:30 h. Concierto. Orquesta: “Alaska On Tour”. Plaza Mayor.

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Ágreda Fiestas de Ntra. Sra. de Los Milagros 18:00 h. Espectáculo Infantil. “El Apeadero”. Centro Cívico

Segundo partido:

21:30 h. Baile público. Plaza Mayor. Orquesta: “Alaska On Tour”.

BENGOETXEA VI – IRUSTA V

ETXEBARRIA II – LADYS GALARTZA

01:00 h. Baile público. Plaza Mayor. Orquesta: “Alaska On Tour”.

Despedida de BENGOETXEA VI, campeón del Cuatro y Medio 2016, campeón del manomanista 2008 y 2017 y campeón del parejas en 2015.

VIERNES 17 DE JUNIO. DÍA DEL NIÑO

20:30 h. Baile público. Orquesta: “Montesol”. Plaza Mayor.

11:00 a 12:30 h Exhibición de vuelo de aves rapaces. Campo de Futbol.

LUNES 20 DE JUNIO

12:30 a 14:30 h. Hinchables en Centro Cívico.

19:30 h. Torneo “Virgen de los Milagros” Triples y Tiros Libres de Baloncesto. Polideportivo Municipal.

18:30 h. Ofrenda de Flores a la Virgen con la participación de la Banda Municipal

18:30 h. Festival fin de curso Escuela de Música. Centro Cívico.

20:30 h. Baile público. Orquesta: “Vulkano Show”. Plaza Mayor. 01:00 h. Baile público. Orquesta: “Vulkano Show”. En el descanso, bingo a favor de Asociación de la Juventud del Agreda (AJA).Plaza Mayor.

JUEVES 23 DE JUNIO

(Descuentos del 50% en todas las atracciones. Parque de la Dehesa)

22:00 h. Hoguera de San Juan. Concierto Banda de Música

SÁBADO 18 DE JUNIO. FESTIVIDAD DE NTRA. SRA. DE LOS MILAGROS

SÁBADO 25 DE JUNIO. FIESTA DE LA OCTAVA DE LA VIRGEN

08:00 h. Diana. Banda Municipal. Recorrido por las calles de la Villa.

12:00 h. XVI CROSS POPULAR “Virgen de los Milagros”. Todas las categorías. (Inscripciones y salida en el Polideportivo Municipal).

13:30 h. Concierto. Orquesta: “La Pasarela”. Plaza Mayor.

Información e Inscripción para todos los Torneos en Polideportivo Municipal.

21:00 h. Baile público. Orquesta: “La Pasarela”. Plaza Mayor.

20:30 h. Grupo de JOTA ARAGONESA LA FIERA. Plaza Mayor.

00:00 h. Fuegos artificiales. Quema de una colección de fuegos artificiales desde el Paseo de la Dehesa (Entre el Primer y Segundo Paseo).

00:00 h. Concierto VINILOS RAYADOS. Centro Cívico.

01:00 h. Baile público. Orquesta: “La Pasarela”. Plaza Mayor.

DOMINGO 26 DE JUNIO

DOMINGO 19 DE JUNIO

18:00 h. Exhibición Gimnasia Rítmica. Polideportivo Municipal.

13:00 h. Baile público. Plaza Mayor. Orquesta: “Montesol”. Al finalizar, bingo a favor de ASPACE SORIA. Colabora AJA.

EXPOSICION “RECUERDOS DE VILLA Y TIERRA”

18:00 h. PELOTA MANO PROFESIONAL 18:00 h. Primer Partido: PRADO – BERGERA V

Asociación Mujeres del Moncayo Sala de Exposiciones del Palacio de los Castejón

KARREGAL – LAZKOZ

calendar-alt Del 11 al 26 de Junio. clock 18 a 20 horas.

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Fotografia: MILAGROS MOLERO PEREZ


Fotografia: FERMIN MUÑOZ


75 aniversario | Coronación Canónica | 1947-2022

SEMANA CULTURAL DE PRIMAVERA DE LA ASOCIACIÓN DE JUBILADOS Y PENSIONISTAS DE ÁGREDA LUNES, 30 DE MAYO. 17:00 h. Juegos populares en los alrededores de la Sede Social

MARTES, 31 DE MAYO Visita al Monasterio de Piedra y balneario de Alhama de Aragón (día completo)

MIÉRCOLES, 1 DE JUNIO. 18:00 h. Proyección de videos en el Centro Cívico Seguidamente degustación de un Vino Español

JUEVES, 2 DE JUNIO. DÍA DE CONVIVENCIA 13:00 h. Misa de acción de gracias en la Parroquia. 15:00 h. Comida de Hermandad en el Restaurante. 16:30 h. Homenaje tradicional anual a las personas mayores de la Asociación nacidas en el año 1932. Entrega de trofeos a los ganadores de los juegos populares. 17:00 h Fin de Fiesta con juego de bingos gratuitos

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Fotografia: MILAGROS RUIZ JIMENEZ


75 aniversario | Coronación Canónica | 1947-2022

certamen literario

Los refugios de la memoria Penélope Marquiz 7 de junio de 1947, 15:00h

7 de junio de 1997, 15:00h

redacción y amenazaban con multiplicarse.

La inocencia es huidiza al que la busca y habita en quienes no son conscientes de su presencia.

Los recuerdos son semillas de un mañana al que no nos atrevemos a mirar.

-

Teresa

Jesús

Un respingo la despertó de su letargo. No supo cuándo se había quedado dormida, ni la hora que era. Estaba demasiado lejos del pueblo como para oír las campanas y de haberse encontrado cerca, tampoco se habría enterado. Teresa ‘la Larga’ tenía el don de la somnolencia. Era habitual que se quedase traspuesta en cualquier lugar, una capacidad que desarrolló debido a las interminables jornadas que pasaba en el campo cuidando del rebaño familiar.

Caminaba despacio por la vereda del Queiles, con los ojos entreabiertos, respirando profundamente, luchando por recordar. Romero, espliego, manzanilla. Sus aromas le retrotraían a momentos de lozanía en los que se perdía durante horas por el Corro Olivar con Jimena. ¡Ay! ¡Cómo brillaba su pelo a la luz de la luna! Negro azabache, cada vez que recordaba el efecto del viento haciendo bailar sus mechones ... Sentía que su cabello se blandía como una espada para clavarse en su memoria. Parecía estar allí, lo veía todo con tanta nitidez que casi podía tocarlo. El coqueteo desgarbado de aquella joven que intentaba desafiarle mientras corrían por las praderas, su timidez repentina y el rubor en sus mejillas cuando la atrapaba entre sus brazos ... Y esa mirada de asombro que no podía esconder cuando le contaba leyendas mitológicas del Moncayo ... Al terminar su exposición, ella siempre quería escuchar más. Con los ojos abiertos como platos, Jesús perdía la noción del tiempo relatando hazañas, poemas y romances que su abuelo le había contado de niño y que ahora ella quería escuchar.

Entreabrió los ojos lentamente y se estiró perezosa sobre el tronco del olivo que había dado cobijo a su reconfortante sueño. Alargó las manos, las orientó hacia el sol -que aquel día ardía como el fuego sobre la piel- y midió, colocando paralelamente los dedos uno sobre otro, la distancia que quedaba entre el astro y el suelo, lo que le permitía predecir las horas que restaban hasta la caída de la tarde. -

Son las ... ¿¡Tres!?

El salto que dio a continuación provocó que las decenas de ovejas que le habían acompañado durante la siesta a su alrededor huyeran despavoridas hacia otra sombra más cercana y con menos alboroto. Teresa se estiró la falda, sacudió el cenizo de la faltriquera y echó un vistazo a ambos lados. Tras comprobar que todo estaba en orden, recogió el cántaro de agua que había dejado a su diestra antes de dormir y echó a correr por la ladera dejando las tareas de careo a Pepe, su perro pastor, sin darse cuenta de que al igual que ella, se había quedado dormido.

Ahí fue cuando se enamoró perdidamente de Jimena. Justo un año después de aquel verano, se quedó embarazada. Justo un año y una semana después, sus oídos dejaron de escuchar para siempre.

Hay palabras que no hace falta repetir porque nunca han dejado de sonar. Jimena

Fernando Habían pasado varias horas desde que llegaron a Ágreda y el tiempo parecía estar detenido. Fernando sabía que esa iba a ser una jornada especial. Emocionado, el muchacho cernía su mano con fuerza sobre la de la pequeña, como queriendo transmitirle sus sentimientos a través de la piel. Nunca había visto a tanta gente junta. Su padre le había asegurado que se acostumbraría cuando se instalara en Madrid para estudiar, pero él no dejaba de dar vueltas a la idea de que en aquel ambiente se respiraba algo distinto. Habían salido de Soria a las siete de la mañana. Juntos los tres: Elisa, su padre y él. Peregrinaron durante varias horas en silencio, recorriendo los cincuenta kilómetros de distancia que existen entre la ciudad y la villa, tratando de no perder de vista el Moncayo. Fernando no entendía por qué su padre se había empeñado en realizar todo el trayecto a pie, pero se había vuelto un hombre circunspecto e indescifrable desde la muerte de Maribel, su madre, tres años atrás. Antes de aquello, Francisco fue un padre entregado, jaranero y bromista. Todo el mundo adoraba a Paco Ruiz. Dedicado a la banca y a los negocios, fue un trabajador entregado a sus clientes, con recursos para sus contrariedades, aclaraciones a sus dudas, razonamientos para sus demandas y amparo ante sus tormentos. Ahora ese hombre que permanecía cabizbajo a su lado parecía otro. - Hijo, busca una fuente, estoy sediento y aprieta el sol. Y tu hermana se está deshidratando. Sentado sobre una pequeña balaustrada en la puerta del Palacio de los Castejones, Fernando pensó que su padre era un muerto en vida. Parecía una escultura de su propia tumba, como los mausoleos que había visto en el interior de la Catedral del Burgo de Osma o la Concatedral de Soria. -

El péndulo del añejo reloj de pared iba de un lado a otro una y otra, y otra ... Y otra vez. Al mismo tiempo, en su cabeza resonaba su tic-tac como si nunca se hubiera detenido. Jimena estaba absorta en aquel pedazo de latón, tratando de no perder el ritmo de sus pulsaciones. Era un ejercicio que se esmeraba en hacer tres veces al día, durante diez minutos, o lo que es lo mismo, seiscientos golpes de péndulo a uno y otro lado extremo. Jimena llevaba cuatro años escuchando al péndulo con la mirada. Cuatro años oyendo susurros, risas y gritos con los ojos. Cuatro años teniendo que mirar cuatro veces antes de cruzar cualquier calle concurrida. Cuatro años. Cada día ejercitaba los ojos y la memoria en lo que ella creía que era un reclamo para estimular a los oídos que, dormidos, habían decidido suplantar al apéndice como el órgano más inútil de su cuerpo. Jimena pensaba que si cada día les hacía entrenar, ellos despertarían. También creía que los sonidos habitaban en algún rincón de su cerebro y tenía que atarlos en corto para que no se escaparan del todo. Sin embargo, habían resultado ser bastante huidizos. Por eso, cada día se obligaba a rescatarlos y recordarlos en su interior, imaginando que nunca había llegado a perder un sentido que a pesar de todo, seguía ausente. Cuando se cumplieron las seis centenas de golpes pendulares, Jimena salió de su estado de concentración y se dirigió a la ventana. Apartó las cortinas ligeramente y, mientras jugueteaba con el dosel entre los dedos, observó cómo un elenco de mujeres, ataviadas con finos trajes de chaqueta y elegantes tacones, cruzaban la calle en dirección a la iglesia. Al mismo tiempo que las damas doblaban la esquina, un escalofrío recorrió la espina dorsal de Jimena, haciendo tanto ruido que tuvo que esforzarse por no llorar.

Claro, padre -respondió-. Enseguida vuelvo.

Echó a andar sin saber muy bien hacia dónde se dirigía, nunca antes había estado en aquel lugar y se encontraba tan atestado de gentío que comenzaba a darle vértigo. No obstante, decidió no sucumbir al agobio, lo último que quería era que aquel hombre enjuto y frívolo por el que le habían cambiado a su padre, le ganara la partida sin mover una sola ficha.

5 de junio de 2021, 15:00h Dime quién eres cuando no te respetas a ti mismo. Isabel Aquella mañana tenía trabajo, mucho trabajo. Los pliegues con notas de prensa impresas en su interior se amontonaban sobre la mesa de

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Díaz, es la hora. Te espero en mi despacho. ¡Ya!

Rápidamente, Isabel se deshizo del frappé al que apenas había dado un leve sorbo, agarró la montaña de carpetas y corrió tras su editora. - Espero que no pase lo de la semana pasada. Ya sabes, no me gusta tener que repetir las cosas mil veces. Te contraté porque vi que eras rápida. No quieras demostrarme que me he equivocado, no me gusta fallar en mis predicciones. - Por supuesto que no, señora Duarte – respondió acalorada Isabel mientras trastabillaba en un accidentado camino hacia el despacho de Maika Duarte, la editora jefe del periódico en el que trabajaba. Maika se adelantó, abrió la puerta, pero no le cedió el paso a Isabel y la fuerza que ejerció sobre el pomo derivó en un sonoro portazo. La joven redactora sintió el golpe en la espalda. “Si fuera un coche, ya estaríamos dando parte al seguro” pensó. La última vez el pomo se le había clavado en las costillas. De eso hacía tan solo una semana. Maika se había acomodado tras un escritorio atestado de revistas y tecleaba con indiferencia en su teléfono móvil sin dirigirle siquiera una mirada de soslayo. -

Querida, me tienes en ascuas. ¿A qué esperas?

Mientras rebuscaba entre el montón de carpetas que acababa de posar sobre uno de los sillones de su jefa, Isabel pensó -una vez másque era una bruja. Recordó cómo de pequeña su padre le contaba que las brujas de Barahona cogían sus escobas y volaban por todos los pueblos menos por el suyo, porque en Ágreda eran muy devotos y la Virgen protegía a todos aquellos que se hacían merecedores de sus dádivas. Durante todos los años que vivió allí, siempre sintió que la Madre de los Milagros la estaba protegiendo, pero cuando años más tarde se trasladó a Madrid y comenzó a trabajar en lo que ella llamaba “La Cueva de Caco”, donde Caco era su jefa e Isabel era una suerte de Hércules que aún no se había atrevido a enfrentar a su opresor, empezó a pensar que la Madre se había olvidado de ella. -

Querida, un minuto más y se agota mi paciencia ...

- Si, Maika, perdone, un... Un segundo... Que justo ha dicho que es el tiempo que tiene... - titubeó Isabel, tratando de bromear al mismo tiempo que su jefa le respondía con una mueca burlona-. Aquí... ¡Aquí lo tengo! El proyecto de suplemento para el fin de semana. Isabel extrajo un pequeño dossier de la carpeta y se lo entregó a Maika con un gesto de orgullo difícil de ocultar. En cambio, aquello no pareció satisfacer al Caco de la Cueva. -

¿Proyecto de...? Has dicho, ¿proyecto?

Isabel se frotó las manos con nerviosismo y comenzó a atusarse el pelo de manera frenética. A veces le costaba mucho entender quéera lo que su jefa esperaba de ella. -

Sss... Sí. ¿No... No es lo que... lo que me pi... pidió usted?

- Eso te lo había pedido para antes de ayer. ¡Quiero el suplemento! ¡No vuelvas por mi despacho hasta que no lo tengas terminado, revisado y listo para que yo lo pueda destripar! ¡Vete! ¡Me da pereza verte aún aquí! Con la cara descompuesta, Isabel agarró rápidamente la pila de carpetas que había llevado, dándose prisa para que el Caco no pudiera disfrutar del placer que le provocaba hacerle llorar. “Quiero que mis empleados trabajen en tensión”, recordó que le había dicho Maika en una ocasión, “y si esa tensión implica que tengo que hacerte gimotear para que rindas más, serás la mejor plañidera de todo Madrid”. Asqueada, asustada y visiblemente cansada, dejó caer de golpe las carpetas sobre su mesa, atravesó el pasillo, alcanzó el baño de señoras y, tras cruzar el umbral y cerrar la puerta de un portazo similar al que su jefa había dado minutos antes, rompió a llorar, segura de que aquello no valía tanto como todo lo que había abandonado en Ágreda por tratar de alcanzar su sueño en Madrid.


Ágreda Fiestas de Ntra. Sra. de Los Milagros 7 de junio de 1947, 15:30h Estar en soledad es algún tipo de extraña compañía. Fernando Llevaba varias horas vagando por las calles de la villa sin encontrar una fuente en la que poder recoger un poco de agua para llevar a su padre y hermana. Seguramente habría pasado cerca de alguna, pero la muchedumbre le impedía ver con claridad y tampoco conocía el pueblo. ¿Qué iba a hacer? Llevaba media hora buscando sin resultado y Francisco iba a tratarle como un inútil si no era capaz de culminar el recado que le había encargado. - - Solo es un poco de agua -murmuró-, tampoco tiene que ser tan difícil en un lugar como este. A Fernando le gustaba hablar consigo mismo como mecanismo de manifestación de sus propias frustraciones. Era una especie de desahogo. Y le ayudaba a no estar solo, ya que su padre se había vuelto un tanto huraño y su hermana siempre había sido una niña bastante taciturna. Además, pensar en voz alta le hacía sentir apoyado cuando Francisco siempre le contrariaba, porque eran dos voces -la suya y la de su cabeza- contra una, la de su padre, que a veces era tan potente que resonaba por dos. En esto pensaba Fernando cuando, de repente, alguien chocó con un cántaro de agua contra él, regando sus ropas de arriba a abajo y saciando una sed que no sabía que tenía.

Tanto va el cántaro a la fuente, que al final se le olvida por qué va realmente y qué valor tiene lo que lleva en su interior. Teresa

En ese preciso instante, sonó el teléfono. Tras varios segundos rebuscando en la entropía de su bolso, dio con el reo electrónico que vibraba y sonaba al mismo tiempo, como queriendo escapar de la prisión que eran para él los dedos de su dueña. Leyó en la pantalla el nombre de su marido y descolgó. - Hola cariño, justo iba a llamarte. ¿Sabes qué me ha pasado hoy? Bueno, mejor qué no me ha pasado. Te lo contaré todo mientras comemos. He tenido un percance con eso, ¿vienes y me acercas un poco del pollo que sobró de anoche? -

Isabel, creo que deberías venir a casa.

- Miguel, me estás asustando. ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado? ¿Estás en peligro? - No, no, no. Yo estoy bien, tranquila. Pero ha pasado algo y tenemos que hablar. ¿Puedes adelantar la salida de la oficina hoy? Es importante.

La joven se echó sobre piso de piedra tratando de recoger con prisa y desesperación los trozos desmembrados del que hacía unos segundos era el mejor jarro de la casa. - ¿Quieres quitarte de ahí? No me dejas coger los pedazos. ¡Y es mío! ¡No te quieras llevar nada, forastero! - exclamó furiosa Teresa sin levantar la mirada del suelo. Pasaron un par de minutos hasta que la joven por fin logró reunir la mayor parte de los fragmentos en su mandil. Al menos ahora, el rapapolvo que le echaría su padre sería más liviano. Podrían recomponer el recipiente pegándolo y quizá no hubiera mayor problema. Cuando se incorporó, Teresa descubrió unos ojos negros que la escudriñaban sin parpadear. Ante aquella situación inesperada, la embriagó una profunda sensación de vergüenza. El muchacho tomó la palabra. - Lo siento mucho, no debí ponerme en tu camino, pero es que estaba buscando agua y hay mucha gente y no conozco el pueblo y... Fernando sintió como si tuviera de repente una losa atada a los pies y tirase de él hasta el subsuelo para enterrarle vivo. Ante su evidente angustia, Teresa se recompuso y se apresuró a intervenir. - No te preocupes... Siento mi enfado. Es el mejor cántaro que tenemos, el más grande y me he puesto nerviosa porque se ha roto, pero no es culpa tuya. Yo tampoco he mirado. Ahora... Ahora ya te veo. Entre sonrisas, ambos comenzaron a andar en dirección al Palacio, sin darse cuenta de que aquel choque había sido un cruce de caminos marcando el inicio de un efímero periplo común.

5 de junio de 2021, 15:30h ¿Qué pasará cuando lo que has construido sobre torres de aire se desvanezca? Isabel Estaba convencida de que la jornada no podía ir peor, hasta que abrió su bolsa de almuerzo y extrajo la ensalada de canónigos que había comprado unos días atrás. Ahí estaba el problema, que no sabía cuántos días atrás se había producido esa compra, pero seguro que eran muchos, porque el verde de las hojas se mezclaba con un desagradable verdor mohoso.

- Ho ... Hola, Jesús. Qué sorpresa, no te esperaba. ¿Qué te trae por aquí? Si es por los diablillos no puedo dártelos aún, me queda trabajo para ... Por lo menos ... Un par de semanas. - No, nada de eso, solo he venido para ver cómo estabas y si necesitabas algo. Estamos preparando el encierro y he recordado que nosotros somos muchos y tú estás sola. ¿Puedo pasar? ¿Necesitas ayuda?

- ¿Otra vez tu jefa? Isa, te has ido de casa hoy a las seis. Son casi las cuatro.

Jesús estaba apoyado en el marco desgastado con una sonrisa tan tierna que Carmen pensó que sus piernas no podrían sostenerla durante mucho tiempo. Observar a aquel hombre de casi dos metros de altura allí plantado, esperando sus instrucciones, listo para ayudar... Le recordó por qué no debía dejarlo pasar y por qué ni siquiera le había abierto la puerta las tres o cuatro veces anteriores que fue a llamar.

- Está bien, ahora mismo salgo para allá. Dame media hora. Te quiero.

- No, no te preocupes... Voy... Voy muy bien. Mira en qué mes estamos y... Eh... Ya estoy en ello.

-

-

No, yo no creo que pueda. Maika me ha pedido que.. Prepare..

Gracias, cielo. Ven tranquila. Yo también te quiero.

En la mitad de tiempo que había tardado en rebuscar el dossier entre los papeles de su jefa en la reunión de mediodía, Isabel recogió, se vistió y salió de aquel edificio sin saber que nunca más volvería a él.

7 de junio de 1997, 15:30h Dichoso el que siembra sin cosechar, porque suyos son los frutos intangibles del corazón.

No le vio. Teresa conocía a la perfección cada recoveco de Ágreda, pero ese día había tanta gente que no vio a aquella sombra que cruzaba por la plaza, interceptándola a su paso y desestabilizando su trazada. Lo que sí vio fue cómo el cántaro se le escapaba irremediablemente de las manos, elevándose unos centímetros por encima de ambos y estrellándose estrepitosamente contra el suelo para terminar hecho añicos.

golpear la puerta con saña para hacerse escuchar. El individuo en cuestión tenía que ser conocedor del inconveniente, porque no cesó de golpear hasta que Carmen se hubo plantado en el umbral con las manos llenas de cola y pintura. Según abrió la puerta, un escalofrío recorrió sus dedos, agrietando la pintura que se había solidificado en las yemas.

Titubeaba como una quinceañera. - Vale, Carmen. No pienso colarme en tu casa si no me dejas entrar. Soy como un vampiro que no puede entrar si no es invitado. Pero que sepas que si me necesitas, aquí estaré. Como mucho a un kilómetro o dos de distancia. Jesús dio media vuelta y enfiló la calle con las manos todavía dentro de los bolsillos mientras Carmen se debatía entre lo correcto y lo deseado. Justo cuando el hombre estaba a punto de doblar la esquina, ella le llamó.

Jesús

Carmen, la de Transi Saltó de la escalera con la elegancia de un puma y cruzó el pórtico del jardín. Llevaba horas lista: no había un solo pelo que no estuviera en su lugar, ni una sombra de maquillaje mal difuminado y el vestido había sido escudriñado palmo a palmo para no dar tregua a las arrugas. Lo tenía todo controlado, tal y como había hecho durante las últimas semanas. Carmen lideraba el grupo de mujeres voluntarias que se habían hecho cargo de los preparativos de aquella jornada tan importante. Era una efeméride subrayada en el calendario de los agredeños y nadie quería -ni debía- perderse aquel acontecimiento. Su madre le contó cómo se había desarrollado la solemne Coronación, quince años antes de que ella naciera. Desde entonces, Carmen soñaba con ver a la Madre paseando por las calles de su pueblo, escudriñando cada rincón, cada plaza, guardando y protegiendo cada vivienda y a sus moradores... Además, tenía mucho que agradecerle. Después de la muerte de Santiago, su primer marido, sintió que su vida había acabado abruptamente. El cáncer que se llevó a su hijo dos años después le demostró que aún debía de haberle quedado algún resquicio vital hasta entonces, porque en ese momento sí que sintió que le habían segado sus sueños por completo. Y a pesar de todo, ahora tenía algo por lo que luchar. Carmen conoció a Jesús cuando abandonó Soria para instalarse en la casa familiar que su madre le había legado después de morir, donde había crecido y pasado los primeros años de su infancia y juventud. Ahogada por los recuerdos, la hija de Transi ni siquiera tuvo fuerzas para retornar a la capital cuando la inmobiliaria le informó de que ya contaba con un comprador para su vivienda. La vendió por mucho menos de su valor de tasación y todos sus antiguos vecinos pensaron que había perdido el juicio pero, ¡qué más da eso cuando has perdido todo lo que hace que cuatro paredes pasen de ser meros tabiques a transformarse en un hogar, lleno de calor y color! Así que desde el día del funeral de su hijo, Carmen no volvió a aquella ciudad. Sencillamente, no pudo. El peso de la desolación era demasiado grande y ella no quería sufrir más. Se prometió a sí misma no hacer ninguna tontería que algún día sus difuntos pudieran llegarle a reprochar, y así se lo comunicaba a ellos día tras día. Cada noche a lo largo de los años siguientes, Carmen hablaba con ambos varios minutos antes de quedarse dormida, auspiciada por las pastillas que relajaban sus músculos hasta la extenuación.

Cuando caminas dibujas senderos de realidad hacia nuevas oportunidades. Seguía apostado en aquel banco junto a la vereda del río pensando en lo mucho que había cambiado su vida durante los últimos años. Su matrimonio con Jimena, el nacimiento de sus hijos, su divorcio y la nueva andadura que había comenzado un año atrás con Carmen, la hija de Transi, la boticaria. De Carmen no tenía apenas recuerdos infantiles. Emigró muy joven a la ciudad y poco más se supo de ella en Ágreda, ni siquiera veraneaba allí. Hasta que un día, alguien comentó en el bar que la hija de la boticaria había vuelto con mucho dinero y la vida hecha añicos. Decían que había muerto su marido y su hijo y que estaba tremendamente sola. Una tarde de otoño, Jesús se acercó a casa de Carmen para ver si necesitaba algo, pero al llamar, no obtuvo más respuesta que el sonoro y desagradable sonido de un timbre desgastado que le destrozó la audición durante varios minutos. Jesús volvió a la semana siguiente, con el mismo resultado, parecía que seguía sin haber nadie en aquella casa, aunque los vecinos decían que su moradora permanecía en el interior. “A la tercera la vencida”, se dijo, y acudió un domingo después con la esperanza de que el resultado fuera diferente. Y vaya que si lo fue. Le sorprendió el pacífico silencio más absoluto. El timbre, sobre el que no paraba de pulsar con profusión, o se había cansado de funcionar o alguien había decidido que era hora de que fuera desconectado. Tras la mirilla, Jesús creyó sentir una presencia, pero nadie abrió la puerta tampoco en esta ocasión. Cansado, decidió regresar a su casa y no volver a molestar a una vecina a la que parecía que solo el hecho de acercarse a su propiedad ya le sentaba mal. A lo largo de los meses siguientes, Jesús y Jimena discutieron, volvieron a discutir, se separaron, se juntaron, discutieron de nuevo y firmaron los papeles del divorcio. Y Jesús no volvió a pensar en llamar al timbre ausente de Carmen porque no tenía fuerzas para aporrear aquella puerta mientras su propia casa se desmoronaba. Pasó más tiempo y alguien volvió a hablar en el bar de “la hija de la Transi, que parece que ha empezado a ir a la iglesia y dejarse ver”, “dicen que le van a encargar los diablillos este año a ella, será para tenerla ocupada y que salga a la calle”, “quién sabe lo que tendrá esa mujer en la cabeza”. Tras escuchar esas palabras, Jesús decidió que era hora de charlar con una mujer a la que su casa también se le había desmoronado y que quizá nadie se empeñó en ayudar a reconstruir.

Esa fue su rutina hasta que todo cambió durante el verano de 1996. Era pleno agosto y Carmen se encontraba confeccionando los diablillos para la quema de San Miguel, que tendría lugar el mes siguiente. Ese año le había tocado a ella ser la artífice de aquellos pequeños demonios. No se veía con ganas, fuerza ni ilusión, pero varias vecinas consiguieron convencerla aduciendo que así estaría entretenida y dejaría de dar vueltas a un pasado que no iba a regresar. A mediodía, alguien llamó. Como no tenía timbre, porque le resultaba demasiado estridente el sonido, las visitas tenían que esmerarse en

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Jimena La oportunidad siempre se apea en quien reconoce su valor. Se limpió las lágrimas con los puños del jersey, volvió a correr las cortinas y bajó al piso inferior a prepararse un vaso de leche caliente con azúcar y canela. Era algo que le había enseñado su suegra, o


75 aniversario | Coronación Canónica | 1947-2022 mejor dicho, su exsuegra Matilde, la madre de Jesús. Durante las largas estancias que pasaban en la casa agredeña de su familia política a Jimena le gustaba pasar tiempo con ella. Era una mujer encantadora, locuaz y muy inquieta, siempre ávida de conocimientos y conocedora de su incapacidad para albergarlos todos. Para Jimena, aquella mujer representaba el equilibrio perfecto entre la cordura y la ilusión, la humildad y la genialidad, el desacato y el orden.

le cuidase. Estábamos limpiando, preparando todo para su mudanza y encontramos unas cartas. Con unos mensajes un poco raros, sí. De tu abuelo a otra mujer. Él no pudo explicarse, quizá esto arroje luz a tu confusión y disipe tus dudas.

Por eso se sorprendió tanto cuando Matilde le dio una bofetada el día que le dijo que iba a pedirle el divorcio a su hijo.

- Lo odias y lo amas. Anda, toma – dijo Miguel tendiéndole de nuevo el documento-, tú verás qué haces con él.

- ¡Pero tú estás loca o qué te pasa! ¡Cómo puedes dejar escapar a Jesús! ¡Estáis hechos el uno para el otro! ¿Es que no lo ves?

Dio media vuelta sobre sus talones todavía húmedos y abandonó la estancia, dejando a su mujer con una sensación de desamparo absoluta y la certeza de que no llegaría a la cama sin antes haber abierto aquel sobre que encerraba toda la verdad sobre un secreto que había permanecido décadas oculto.

-

Matilde, por favor... Usted no lo entiende ...

- Claro que lo entiendo, que os creéis que porque sea mayor ya soy vieja y estoy chocha. Lo que no sé es si cuando perdiste el oído perdiste el juicio también, muchacha. Eres capaz de leer los labios, tienes un don para la adaptación, ¿qué más necesitas? Parece que la sordera te ha trastocado. ¿Qué sucede? ¿Mi hijo no es suficientemente bueno como para cuidar de ti? ¿No te lo ha demostrado? ¿No te lo demuestra? ¿No lo hace? Matilde estaba empezando a montar en cólera y Jimena podía sentir en su cabeza el volumen de sus gritos, pero no se atrevió a responder. Jesús y ella llevaban meses atravesando dificultades conyugales, sobre todo porque las discusiones eran cada vez más frecuentes y los motivos más absurdos. No sabían qué les llevaba a enfadarse, pero lo hacían. Se reprochaban absolutamente todo, se disparaban con fogueo y terminaban hiriéndose de muerte por jugar con un arma que resultaba estar más cargada de lo que ellos habían planeado. No sabían cómo, pero todo aquello se les había ido de las manos. Y al final, una concatenación de banalidades había terminado por tocar, primero; y hundir, después, un barco que cualquiera hubiera pensado que no iba a naufragar jamás. Jimena se sentía muy culpable por todo aquello. Mientras removía la cucharilla en el interior de una taza llena de recuerdos candentes y reposados, comenzó a ver el pasado con claridad: había dejado que su problema de audición no fuera suficiente. Tenía que padecer más, para demostrarle al resto que era una víctima y que no podía ser tan fuerte como todos esperaban de ella. No se conformó con librar su propias batallas y creó guerras paralelas que terminaron no por transformarla en una víctima, sino por convertirla en una desertora. Se llevó la taza a la boca y, entre sorbo y sorbo, pensó en el que aún era el amor de su vida y en cómo lo había dejado pasar por no poder escuchar lo que, a pesar de todo, él nunca dejó de decirle.

5 de junio de 2021, 16:00h La verdad es escurridiza, todos la persiguen y no hay quien la sostenga. Isabel -

¡Cariño! ¡Estoy en casa! ¡Miguel!

Isabel cerró la puerta de la entrada y se dirigió al recibidor para posar el enjambre de llaves que rodeaban su mano derecha y le recordaban que en otra vida pudo haber sido un mayordomo. Mientras se quitaba los zapatos y los tiraba en un rincón, escuchó cómo su marido cerraba el grifo y salía de la ducha. -

Aquí estoy, Isa. En la ducha.

-

Uffff... No te vas a creer el día que he tenido hoy.

- Cada jornada es mejor que la anterior, ¿eh? Ven. Siéntate. Tengo que enseñarte algo. -

Miki, me estás asustando. ¿No te habrán vuelto a despedir?

- Que me echaran de una empresa no significa que vayan a largarme de todas, Isa. No, no es eso. Sigo en la oficina. Quiero enseñarte otra cosa, algo que ha llegado esta mañana. Una vez que ambos hubieron entrado en el salón, Miguel se dirigió al aparador y tomó un sobre ocre que le tendió. -

Es del abogado.

- Odio que seas tan perfecto y siempre sepas darme donde me duele.

-

¿No quieres leerlo y averiguarlo?

- No es eso, Miki. Es solo que... Cuando encontramos aquellas cartas en el sobrado de la abuela Jacinta... Sentí que estábamos invadiendo su intimidad, que le estábamos arrebatando algo. Y este vendría a ser el colofón a nuestro “delito”. - Por Dios, Isa. ¿Qué tontería es esa? Vamos a ver, tu abuela murió, tu abuelo tenía que ir a la residencia porque no teníamos quién

Entonces, sintió cómo una mano se cerraba sobre la suya y no tuvo que mirar a su lado para saber que era Fernando quien la sostenía, porque en aquel momento supo que aquel era su destino y que la Virgen de los Milagros, una vez más, había hecho honor a su nombre.

7 de junio de 1947, 15:50h Vuela alto, como si no tuvieras que regresar al suelo jamás. Fernando Restaban pocos minutos para el inicio de la Coronación y cada vez era más difícil hacerse un hueco entre la multitud para poder ver. A duras penas Teresa podía estirar las piernas y colocarse de puntillas para poder ver algo por encima de los demás. Su apodo era ‘la Larga’, pero de aquello no tenía nada. No alcanzaba el metro y medio de estatura. ¿Y entonces esa coletilla a su nombre? Sería una broma de mal gusto si no fuera porque su padre sí era ‘el Largo’, y ella había heredado su apodo. Fernando comprobó cómo su nueva amiga se esforzaba sin éxito por otear el panorama a su alrededor. Le llamaba la atención la indumentaria que esta llevaba, con unas albarcas que, al contrario de lo que él pensó al principio, no limitaban sus movimientos, sino que parecían darle alas. Antes, Teresa le había contado que a los agredeños también les llamaban albarcazas, precisamente por usar ese tipo de calzado. Fernando ya lo había visto en otros pueblos de Soria, pero nunca había sido testigo de un dominio tan dócil como el que Tere ejercía sobre sus pies. -

¿Te puedo llamar Tere? -le había preguntado a continuación.

- Solo si me dejas llamarte Nando -respondió ella con una pícara sonrisa de oreja a oreja. Nando no supo lo que le dijo después, no se dio cuenta de lo que pasó. Sintió que perdía el sentido y que todas las personas que había a su alrededor -que eran muchas- desaparecían. No sabía qué extraño embrujo era aquel, o si quizá el agua que le había ofrecido Tere después del choque frontal contra su cántaro, llevaba diluido algún tipo de brebaje o pócima de amor. Su padre le había dicho una vez que no se fiase de las mujeres, que eran capaces de seducirle para lograr de él todo lo que se propusieran. Había afirmado eso tras la muerte de su madre. Antes, claro, él parecía un hombre envenenado. Y se le veía feliz. - Oye, ¿qué te parece si te aúpo y echas un vistazo? -le propuso Fernando mientras Teresa trataba de no desestabilizarse ante los empujones de quienes estaban demasiado lejos y querían ver más allá. - Creo que peso bastante, ya soy una mujer, no una niña. ¡No vas a poder conmigo! Fernando se dio cuenta de que Teresa parecía ofendida. No por nada relacionado con el peso, sino porque probablemente había malinterpretado su oferta y pensaba que su compañero la veía como a una cría. - Claro que puedo contigo. Además, solo te lo digo para que puedas ver a la Virgen, sé que no eres ninguna niña. Tere entonces asintió, complacida, ante la explicación de su amigo. Acto seguido, se dejó arropar por los brazos de Fernando, que la impulsaron a lo alto sin saber que quien la sujetaba no tenía de ella una visión infantil, sino la de una mujer fuerte, carismática y buena. La mujer de la que había empezado a enamorarse irremediablemente y sin solución.

Isabel se quedó pálida. - ¿De mi abuelo? ¿Crees que...? ¿Crees que ahí explicará lo que descubrimos en el desván?

Conforme se iba acercando, Tere notó que le faltaba el aliento. Aquel día hacía mucho calor y varias personas la cercaban, oprimiendo sus costados y dificultando que pudiera respirar. Pero esa sensación, cada vez más latente e intensa, no tenía nada que ver con el gentío. Al contrario, en su pecho comenzó a notar calidez, varias bocanadas de aire candente acariciaron sus mejillas y una sensación de euforia invadió su torrente sanguíneo. De repente, Tere se sentía muy feliz. No podía apartar la mirada de la Madre, que se acercaba magnánima y bella, extremadamente bella. Olía a flores por toda la calle, un exquisito olor a rosas que la extasió mucho más de lo que estaba. Allí se encontraba ella, la Virgen, había bajado a la tierra para abrazar a su pueblo, para compartir junto a ellos una jornada de júbilo y felicidad.

Gracias por dejarme entrar, Madre, ahora tienes mi corazón abierto a tu voluntad. Teresa Pocos minutos después de que el reloj marcase las cuatro, Tere por fin la vio. No le hizo falta que Nando volviera a subirla en sus hombros, porque el trono sobre el que era portada coronaba las cabezas de toda la congregación que allí la esperaba. Un murmullo centelleante desembocó en clamorosos ¡¡vivaa!!, ¡¡vivaaaa la Virgen!!, y varios ¡¡gracias, Madre!! cuyos ecos resonaron por todas las laderas del Moncayo.

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7 de junio de 1997, 15:50h Una mala decisión puede marcar el viraje hacia la decisión correcta. Carmen Su paciencia se estaba agotando. Llevaba varias horas esperando y Jesús no llegaba. Le hubiera gustado salir a la calle a buscarle, pero sabía que perdería los papeles y no quería dar qué decir en el pueblo. A lo largo de la última media hora había estado contemplando fotografías del último año y recordando cómo se habían conocido, una historia realmente bonita. En cambio, Carmen sabía que no era cierta. Ella no estaba enamorada de Jesús, pero le gustaba estar con él y la vida que habían formado. Tantos años de ausencia le habían hecho mella, y una persona que la cuidaba como lo hacía él, bien merecía ser conservada con celo. Pero Carmen no le amaba, y sospechaba que él a ella tampoco.

La palabra siempre queda si la firma la tinta indeleble del corazón. Jesús Se le había ido el santo al cielo y llegaba tarde, pero no se esforzó en acelerar el paso. Sin darse cuenta, había aminorado la marcha progresivamente hasta llegar al pueblo con una parsimonia que ni él mismo llegaba a comprender del todo. O quizá sí. Quizá es que aquel iba a ser un día muy especial para todos. También para él. Iba a celebrarse un acontecimiento único, el cincuenta aniversario de la Coronación de la Virgen de los Milagros de Ágreda. Por eso estaba nervioso. Por eso y por la promesa. Una compromiso que contrajo años antes y que no sabía cómo, pero iba a cumplir.

5 de junio de 2021, 15:59h Hace falta valor para enfrentarse a la realidad, pero mucho más para aceptarla. Isabel Se había encerrado en la habitación de invitados hacía más de diez minutos y aún no había sido capaz de retirar el pliegue de aquel sobre y abrirlo. La alarma de su Garmin comenzó a sonar y rápidamente se levantó de la cama y se dirigió a la mesita sobre la que reposaba para apagarlo. Aquel reloj era un regalo que Miki le había hecho por su quinto aniversario y todavía no sabía muy bien cómo utilizarlo. Tenía tantas herramientas y extensiones para hacer todo tipo de deportes e Isabel tan poca vida, que al final había optado por emplearlo para marcar sus tiempos en el trabajo, a modo de cronómetro. Así que lo que acababa de marcar era la hora de salida. O al menos a priori, puesto que cada día su jornada se demoraba más. Isabel pensaba que si sus horas de trabajo continuaban ampliándose tanto, al final entraría en un bucle temporal como la serie Cuéntame, que había empezado en la época de su abuela Jacinta y avanzaba tan deprisa que ahora parecía estar ambientada en el siglo XXIII. Fue entonces cuando recordó que antes de ser periodista, quiso ser guionista. Y después se percató de que debía dejar los agravios de su vida profesional para otro momento, porque estaba excusándose para no abrir el sobre que reposaba sobre la cama. “En el momento en el que lo abra, el silencio tendrá voz, y quizá esa voz sea demasiado aguda y no me guste”, pensó. Pero, desgraciadamente para ella, hubiera sido guionista o periodista, lo suyo era la palabra, hablada o escrita, aguda o grave, y tenía sed de palabras, de explicaciones y de verdad. Así que abrió el documento y extrajo cuidadosamente los folios que albergaba en su interior.


Fotografia: MARIA VICTORIA IZQUIERDO TUTOR


75 aniversario | Coronación Canónica | 1947-2022 En el primero de ellos venía escrito su nombre, con letras grandes y tinta negra, y una caligrafía que hacía presagiar que quien había escrito aquello era sin duda, una persona letrada. El segundo folio desvelaba lo que ella pensaba, que el autor de aquel pergamino era su abuelo. Siguió pasando las hojas y descubrió una carta manuscrita, de distinto puño que las hojas anteriores. Entonces, comenzó a leer.

7 de junio de 1997, 15:59h Para qué quieres ojos si ves pero no miras. Para qué quieres corazón si late, pero no sientes. Jimena La luz de la cocina comenzó a parpadear, dándole un susto de muerte. Se secó las manos y dejó los platos que estaba aclarando en la pila junto al cristal de la ventana. Alguien estaba llamando a la puerta. “Ojalá este cacharro fosforito pudiera darme más detalles sobre el visitante que viene a importunarme a estas horas intempestivas”, pensó malhumorada. Para Jimena todas las horas de visita eran inadecuadas. Las nueve, diez y once de la mañana era demasiado temprano. Las doce, una y dos del mediodía comprendían momentos de labores caseras en los que nadie debía molestarla. Las tres, cuatro y cinco, comida, café y lectura, respectivamente. Las seis, siete y ocho, momento para adecentar el jardín y tapizar algunos muebles de clientes que tenía atrasados; y de las nueve en adelante era muy tarde para llamar. Se acercó al recibidor dispuesta a cantarle las cuarenta a quien estuviera tras el umbral, hasta que abrió y comprobó quién la estaba esperando. Entonces, se quedó sin habla.

7 de junio de 1947, 20:30h Me enamoré de ti cuando surqué las veredas más profundas de tu alma. Fernando No había dejado de sonreír, ni su boca, ni sus ojos. Fernando sentía que, por primera vez en la vida desde que su madre falleció, estaba lleno. Y parecía que Tere era feliz, porque no dejaba de hablar y hacer aspavientos, algo que le maravillaba. Ahora le estaba contando una historia sobre sus hermanos a la que no prestaba apenas atención, ya que permanecía absorto en su rostro. Tal vez ella lo había notado, porque de vez en cuando se ruborizaba, pero no le daba importancia y seguía su relato sin apenas parpadear. De pronto, unos gritos les sacaron del limbo paradisíaco en el que se encontraban. -

¡¡Fernando!! ¡¡Fernando!!

- Pa... ¡Padre! Por fin le encuentro, llevaba horas buscándole, fui a por el agua, pero no encontré y yo ... - Serás sinvergüenza, muchacho. Aquí coqueteando con esta joven y tratando de engañarme... Al menos, ten un poco de decencia y no me mientas delante de esta señorita. - Yo... Lo siento, padre. De verdad que lo siento. Esta... Esta es Teresa. Nos hemos conocido por casualidad y me ha dado un poco de agua. - La joven dio un paso al frente y realizó una leve inclinación de cabeza hacia Francisco, el padre de Fernando. - Discúlpeme, señor. Fue culpa mía, siempre bajo corriendo, choqué contra su hijo y como ve, lo regué de arriba a abajo. Están ustedes invitados a la casa de mis padres para cenar, secar sus ropas y dormir. Me ha dicho Nando que vienen ustedes de muy lejos y a pie, y seguro que están cansados. - Pues le ha dicho... Fernando... Nando, bien, señorita. Venimos de muy lejos y por eso ya tenemos encargado el hospedaje, una habitación en la que por cierto nos está esperando tu hermana Elisa -dijo, dirigiéndose hacia su hijo con frialdad-, así que ya puedes despedirte de esta joven porque tenemos que irnos. Ambos muchachos se apartaron unos metros y se mezclaron con la gente para ganar algo de intimidad sin perder de vista a Francisco. Entristecido por el cierre de aquella jornada, se sorprendió a sí mismo con lágrimas en los ojos mirando al suelo. - Pensarás que soy un flojo -murmuró, apesadumbrado-, y quizá sí lo sea, pero lamento mucho las formas de mi padre. Levantó poco a poco la cabeza. Teresa le observaba con los ojos muy abiertos y a él le pareció que en sus pupilas titilaban dos luceros del color del sol. - No pasa nada, Nando -aseguró ella, comprensiva-. Es más, te voy a dar una cosa.

Tere se llevó las manos a la parte trasera de su cuello y desató una fina cadenilla dorada que le entregó. - Es un medallón de la Virgen de los Milagros. Me lo dio mi madre, y a ella su madre. Dicen que estuvo en casa del Zapatero Medrano, el hombre al que nuestra amada Virgen convirtió definitivamente y cuya historia inicia los prodigios de Nuestra Señora. Quiero que lo tengas tú. -

Pero Tere... No puedo aceptarlo, es demasiado ...

- No, quédatelo. Digamos que... Es un préstamo. Ya me lo devolverás cuando volvamos a vernos.

que aquel era un acto de valentía, sobre todo, con lo mal que había tratado el recuerdo de aquel hombre durante los últimos años. Pensó en lo mucho que le quería y en lo que eso suponía: tenía que dejarle ir. Tantas peleas, tantos problemas... Ambos sabían que nunca podrían volver. - Está bien. Deja... Deja que vaya dentro y me arregle un poco. ¿Me das diez minutos? -

Jimena... Estás preciosa.

-

Pero yo no tengo nada para darte a ti ...

Carmen

-

No te confundas, Nando. Hoy me lo has dado todo.

No sabía por qué, pero había decidido salir de casa y tomar el camino más largo hacia la iglesia, el más transitado y por el que resultaba más complejo llegar. Pero tenía que verlo con sus propios ojos. Transi, su madre, siempre le había dicho que tenía un sexto sentido, “que era el sentido común, el menos común de los sentidos” y que tenía que aprovecharlo.

Y guiñándole un ojo que le supo a beso, Tere desapareció entre la multitud.

7 de junio de 1997, 16:00h No se puede tender un puente donde no hay lugar al que cruzar. Jesús Los segundos parecían horas que se clavaban en su orgullo. Estaba comenzando a arrepentirse de haberse presentado allí y llamar a aquel timbre. Se sentía humillado. Sabía que Jimena estaba al otro lado y no le abría. Él había tenido la fortaleza de dar el primer paso y acortar distancias, pero ella no quería dialogar.

Al doblar la esquina, volvió a darle una vez más la razón a su madre. Allí estaba él. Haciendo guardia en la puerta de la mujer de la que todavía seguía enamorado, sin saberlo. O quizá sí lo sabía, pero no quería aceptarlo. O tal vez la que no lo asimilaba era ella. Pero se acabó. Se sacudió la melena, estiró el vestido y dio media vuelta calle abajo, secándose las lágrimas y prometiéndose a sí misma que nunca más volvería a poner los ojos en una fruta que no hubiera sido previamente arrancada del árbol que le daba cobijo.

Cuando iba a dar media vuelta, el pomo giró y la puerta se abrió. Allí estaba ella, radiante. Una mujer menuda, de apenas metro y medio de estatura y, ¿cuánto sería? Tal vez unos cincuenta o cincuenta y cinco kilos de peso. Una larga melena negra dibujaba la forma de su craneo, su cuello y desembocaba en la cintura. No se había maquillado, pero, ¡qué demonios! No le hacía falta. Estaba preciosa. Era preciosa. Y no supo qué decir. -

Hola, Jesús.

Ella debía sentir lo mismo, porque tampoco dijo mucho más. Así que se armó de valor y comenzó. - Hola, Jimena. Ya sé que no te gustan las visitas, pero esta será la última. -

¿La última? ¿Estás bien? ¿Qué te ha pasado?

-

Me marcho.

Jimena Estaba en shock. No podía creer lo que acababa de leer en los labios de Jesús. ¿Se iba? ¿Adónde? ¿Con quién? ¿Se llevaría a Carmen consigo? Y lo más importante, ¿por qué? - No sé si he entendido bien lo que acabas de decir, estos días estoy fallando un poco con la lectura de labios ... Jesús sonrió levemente con la comisura de los suyos pero no con los ojos, y le respondió: - Jimena, entiendes perfectamente. Siempre has tenido una gran capacidad de adaptación y desde que pasó lo de... Bueno, ya sabes, la sordera... No te has equivocado nunca con nadie y has sido capaz de seguir todas las conversaciones que hemos tenido, hasta las discusiones más desagradables. -

Entonces, ¿es cierto? ¿Te vas?

- Sí. Creo que es lo mejor. Y he pensado que te alegraría saberlo. Hace tiempo que no me soportas. -

¿Que no te qué...? ¡¿Que no te soporto?!

A Jimena le hubiera gustado que la tierra le tragase en aquel momento. No sabía cómo, pero su carácter hosco y brusco de los últimos años parecía haber alejado a Jesús. Y no es que ella no le soportase, es que no quería tener cerca al hombre en el que seguía pensando y que ahora tenía que ver por la calle paseando junto a una vecina del pueblo con la que había iniciado una lícita relación. Y todo, porque ella no había sido capaz de superar el pasado y caminar junto a él disfrutando del presente sin mirar tanto hacia el futuro. - Sé que hoy es un día importante -prosiguió él- y quiero cumplir la promesa que un día te hice. Ven conmigo a la iglesia, solo te pido eso. Veamos juntos el aniversario de la Coronación. Sin reproches, solo permite que cumpla la palabra que un día te di. Luego me iré. Jimena sintió que se le venía el mundo encima, pero no podía negar

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7 de septiembre de 1947, 09:00h La desesperación es mala compañera para quien gusta de pensar Teresa Pepe se estiraba perezoso bajo la sombra del olivo. A su lado, cualquier otro perro hubiera sido mejor pastor. Tere lo acariciaba mientras sus ojos saltaban de una nube a otra. Unas tenían forma de animal. Otras, de planta. Pero sobre todo, las había con forma humana. Porque Tere no dejaba de ver a Nando allá donde iba. Como una especie de pareidolias, su rostro se marcaba en las paredes, en las ramas de los árboles, en el agua del estanque o en las nubes, como le estaba sucediendo en aquel momento. No sabía por qué, pero no había dejado de soñar con él desde el día de su encuentro. Tal vez fuera porque siempre pensaba en ello antes de acostarse. Recordaba aquella mano fría cerrándose sobre la suya, su cara de susto cuando se chocaron en la plaza y el cántaro se rompió, o su asombro cuando ella le entregó el medallón de la Virgen que con tanto celo había cuidado. Empezaba a pensar que no recuperaría nunca aquel colgante, ni a su custodio. Tere no había vuelto a saber más de Nando desde que el día de la Coronación. Nada. Ni una carta, ni una visita. Nada. Se sentía engañada, abandonada y humillada. Le había dado todo lo que tenía a aquel hombre y sabía que, lo más probable, era que no lo recuperase nunca. Tere no sabía que tendría que pasar muchas décadas soñando lo imposible para que esto se hiciera realidad. Aunque fuera en otra vida.

5 de junio de 2021, 16:15h No solo hay que saber cómo dar una respuesta, sino a quién. Isabel Llevaba mucho tiempo queriendo recibir una explicación. La covid-19 se había llevado a su abuelo y con él todo atisbo de verdad. O al menos, eso había creído hasta entonces. Hasta que el abogado de Fernando Ruiz, su abuelo, le había enviado el sobre que tenía entre las manos esa misma mañana. Miki no le había dicho nada más, ni siquiera lo había abierto, ni mucho menos leído. Tomó aire y deslizó la mirada hacia la carta que tenía entre los dedos. Al contrario que los dos folios anteriores, esta estaba redactada con una pulcra caligrafía redondeada, lo que le hizo pensar que parecía escrita por una mujer. Para salir de aquel mar de dudas que empezaba a convertirse en un océano, comenzó a leer. En Soria, a 7 de mayo de 2020. Querida nieta, He decidido enviarte esta misiva porque no sé cuánto tiempo me queda. Me hubiera gustado dártela en persona, pero ya sabes cómo está la situación. Cierres perimetrales continuos y protocolos muy


Ágreda Fiestas de Ntra. Sra. de Los Milagros

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75 aniversario | Coronación Canónica | 1947-2022

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Ágreda Fiestas de Ntra. Sra. de Los Milagros estrictos a la hora de entrar en el hospital. Agradezco a la enfermera Karen que ha tenido a bien transcribir mis palabras, porque esto es algo que no quería contarte a través de una videollamada. Me aseguraré de explicártelo personalmente si salgo de esta. No obstante, si estás leyendo estas líneas, es que no he podido vencer. Sé que hace unos meses localizaste unas cartas en el desván de mi casa, que también es la tuya, cuando estabas con Miguel recogiendo los petates que me llevaría a la residencia. También sé que te sigue remordiendo la conciencia, porque hay muchas cosas que no entiendes y otras tantas que no sabes. Por eso, aquí te las cuento. En primer lugar, me gustaría dejar claro que he querido mucho a tu abuela. Jacinta ha sido la mejor compañera de viaje que pude tener todos estos años. No te quepa la menor duda. Nuestro matrimonio tuvo sus altibajos, pero no hubo ningún tipo de infidelidad ni por mi parte, ni por la suya, pongo la mano en el fuego por ella. Conocí a tu abuela en Madrid en el año 52, cuando ya había terminado mis estudios y comencé a trabajar con la cartera de finanzas que me legó tu bisabuelo. Tres años después, en el 55, nos casamos. Tú no lo recuerdas, porque eras muy pequeña y ya le cogiste “de venida”, pero desde que murió tu bisabuela Maribel, mi padre se volvió un hombre poco razonable. Era duro, cruel y serio, y nos culpaba a mi hermana y a mí de haberse quedado solo. Mi matrimonio con tu abuela fue el desenlace de uno de sus deseos. Sabía que sus padres, los Quiroga-Montaner, tenían posibles que podían ayudar a mejorar mi carrera y así fue. No me malinterpretes: no me aproveché en ningún momento de tu abuela. Yo la quise, solo que empecé a quererla bastante después de habernos casado. No podía haberla querido antes, porque tenía en mente a otra mujer. Isabel dejó de leer. No podía creer lo que estaba sucediendo: ¿su abuelo tenía una vida paralela? ¿Su madre lo sabía? Quería descubrir más, pero no podía evitar hacerse mil preguntas al tiempo que maldecía entre susurros. Algo se imaginó cuando, un año antes había encontrado en la casa de su abuelo un fajo de cartas dirigidas a una tal Teresa. Sin embargo, no tuvo fuerza para leerlas. A pesar de todo, entendía que formaban parte de la intimidad de Fernando, un hombre al que siempre había admirado y que había sido como su segundo padre y eso merecía una oportunidad. Agachó la cabeza y volvió a sumergirse entre sus líneas. Conocí a Teresa el día que coronaron a la Virgen de los Milagros en Ágreda. Si supieras cómo me recuerda a ti... Alegre, vivaracha, valiente... Siempre la he visto en ti a pesar de que no compartís sangre. Los dos éramos muy jóvenes. Yo tenía quince años y, si no recuerdo mal, ella trece... Tenía lágrimas en los ojos. La humedad empañaba su visión mientras las pupilas iban de izquierda a derecha desfilando por las líneas, desvelando el proverbial encuentro entre los dos jóvenes, las sensaciones que ambos habían tenido y el regalo que ella le entregó. Fernando continuaba contándole que su padre le organizó un atragantado viaje a Madrid, según le dijo, para comprobar que la residencia donde iba a hospedarse era adecuada. Sin embargo, al llegar a la capital lo abandonó, recriminándole su actitud con la muchacha de Ágreda y amenazándole con que si intentaba ponerse en contacto con ella, arruinaría la vida de Teresa y la de toda su familia. Roto por la angustia y la pena de pensar que Teresa le estaría esperando, decidió no llevar la contraria a su padre para evitar traerle problemas a su amada y se esmeró durante los años siguientes por conseguir resultados favorables en la escuela. Su plan era simple: conseguiría ser uno de los mejores economistas de la ciudad, ahorraría una buena suma de dinero y regresaría a Ágreda para pedirle a Teresa que se casara con él. Su padre no podría entonces asustarle con nada, porque él mismo se encargaría de que a Tere y a su familia no les faltase de nada. Sin embargo, la realidad no siempre es un cuento de hadas, y en esta ocasión tampoco lo fue. Durante los últimos años de estudio de Fernando, Francisco se mudó a Madrid con la excusa de prepararle para el mundo laboral y enseñarle las lides y entresijos del contacto directo con los clientes, “que no se aprenden en los libros”, según decía. Un día que Francisco llegaba de tomar el café y echar el puro de rigor con varios conocidos que también pernoctaban en la residencia de estudiantes, escuchó cómo su hijo hablaba con otro compañero de los planes que tenía con Teresa. Contrariado porque pensaba que eso era agua pasada y decidido a actuar, durante la cena Francisco le contó que “acababa de recordar que aquella moza agredeña que habían conocido durante el día de la Coronación” se había marchado a Venezuela a ganarse la vida. Fernando no podía ni quería creerlo, pero al final se desmoronó cuando su padre le entregó una carta en la que ella se despedía “porque no podía esperarlo más”. Pasó el tiempo y conoció a Jacinta, se casaron y ahí se inició la historia que Isabel sí sabía. La pareja tuvo cuatro hijos: Pedro, Facundo, Manuel y Jimena, la pequeña y madre de Isabel. Después, esos hijos tuvieron sus propios retoños y la familia continuó

ampliándose. Fernando no volvió a saber nada de su muchacha agredeña hasta que, en 2019, su hermana Elisa le reveló que su padre había falsificado la carta de Teresa para engañarle. “No te lo he dicho antes porque no creí que tuviera importancia, hermano. Pero me hago mayor y no me quiero llevar secretos a la tumba. Padre no iba a contártelo y, francamente, qué más da ya, ha prescrito después de tantos años”. El presunto viaje de Tere a Venezuela también era falso, en realidad siempre había estado en Ágreda. Aquel día me volví loco. Loco, Isabel. No me creerás, porque nadie me creyó entonces y nadie lo haría ahora si lo cuento de esta manera, pero hubiera sido capaz de hacer cualquier cosa por Teresa. Me fié de mi padre, ¿quién va a pensar que un padre puede doblegar de esta manera los esfuerzos de su hijo por encontrar la felicidad? No sabía que estaba poniendo en una balanza su felicidad y la mía. De cualquier modo, ahora la situación ha cambiado. Yo ya soy viejo, tengo mujer, hijos y nietos. Os tengo a todos. Y no sé qué habrá sido de la vida de Teresa, si me recordará o si yo significaré la mitad de lo que ella supuso para mí. Pero en mis casi noventa años de vida, no he podido olvidarla. Ni tu abuela, ni tu madre, ni tus tíos saben nada de esto. Jimena ya tuvo bastante y ahora que está en Canadá, no quiero remover cuestiones que puedan volver a herirla. Por eso te lo cuento a ti y solo a ti. Isabel pensó que su abuelo tenía que haberse sentido muy culpable. Un hombre de honor, como era, confiable, honesto y leal, no habría querido hacer daño a su esposa. No quiso hacérselo a su padre, cuando tendría que haberle mandado a hacer puñetas y perseguir su felicidad. Sé que no estoy en condiciones de pedirte nada después de esta confesión, pero eres tan parecida a ella, Isabel, que me gustaría un último favor. Ten en cuenta que te estaré eternamente agradecido, y ya sabes que soy tan pesado que soy capaz de perseguirte durante varias eternidades. Aún habiendo fallecido su abuelo siempre conseguía sacarle una sonrisa. Necesito que la encuentres. Que le cuentes la verdad tal y como yo te la he contado. Y que le entregues algo que he incluido en el sobre, estará en el fondo, ten cuidado de no perderlo. Es un medallón que me regaló aquel 7 de junio de 1947 y que no me he quitado desde entonces, hasta que los enfermeros me han aconsejado que es mejor que me libere de todo ornamento innecesario mientras esté en planta. Cariño, no sabes lo importante que eres para mí. Lo sois todos. Por eso te cuento esto. Por eso y porque si te ayuda mi error a que tú no cometas el mismo, podré descansar en paz. No dejes nunca de decirle nada a Miguel, sed sinceros, estad juntos. Nada merece más la pena que pasar el tiempo con aquellos que nos dan aire cuando todo nos ahoga. Te quiero, Isabel. El abuelo.

porque no podría haber estado más errado en su planteamiento. Miguel e Isabel descendieron del coche colocándose las gafas de sol y sin saber muy bien por dónde empezar a buscar. - ¿Qué te parece si tomamos un café y preguntamos en el bar? Ahí es donde se gesta todo, querida -resolvió su marido, guiñándole un ojo. Ella asintió y juntos cruzaron la calle hasta apearse en el bar más cercano que estaba atestado de personal. Ese día se cumplía el setenta y cinco aniversario de la Coronación de la Virgen de los Milagros y nadie había querido perderse el acontecimiento, aun más, después del estricto confinamiento al que se había visto sometida la población tras la pandemia. - Cuánta gente, ¿crees que nos harán caso si preguntamos así sin más en la barra? -

Señora periodista, ¿ahora le entra a usted la vergüenza?

Como un resorte y animada por el anzuelo de Miguel, Isabel se deslizó hasta el fondo del bar y se apostó en la barra. - Un café con leche bien caliente y otro con la leche fría, por favor. - Marchando -canturreó un chico joven que estaba tras la barra-. ¿Quieren algo de comer? - No, gracias... Oye, perdona... ¿Por casualidad te suena dónde vive Teresa ‘la Larga’? -

Uff... Qué va, señora, yo soy de Vozmediano.

“Vaya”, pensó para sus adentros, “pues empezamos bien la labor de investigación, menudo fiasco”. - Pero mi jefe ... -prosiguió el joven mientras les servía dos cafés- Mi jefe seguro que sabe, se conoce al dedillo el pueblo y a sus habitantes. Cuarenta años de cara al público dan para mucho. Espere un momento, que le llamo. A Isabel se le iluminaron los ojos. Chocó con disimulo la mano de Miguel bajo la barra mientras daba un sorbo a su café. Al minuto, un anciano apareció por la puerta de la cocina. - Buenos días, soy Manolín. Me dice Javi que buscan ustedes a alguien ... - ¡Sí! -Isabel sonrió mientras un pequeño salto sobre la butaca delató su alegría-. Estamos buscando a Teresa la que apodan ‘Larga’. - Pues llegan ustedes tarde, la pandemia se la llevó hace casi un año de retiro a la tierra. Al cementerio, ya sabe... Pobre señora, siempre tan sola. Sin pareja ni descendencia ... El rostro de Isabel cambió de golpe. En silencio, descendió de la silla y dando las gracias con un murmullo se dirigió a la salida del bar. Después de pagar los cafés, Miguel la alcanzó corriendo en mitad de la calle.

P. S: Búscala en Ágreda, tiene que seguir allí.

- Cariño, lo siento. Sé que era importante para ti encontrarla ... Su mujer tenía lágrimas en los ojos.

7 de junio de 1997, 16:45h Jimena

- No importa -dijo-, la hemos encontrado y hay algo que tengo que hacer.

Habían llegado tarde a la iglesia y tuvieron que permanecer en los bancos que habían colocado como ampliación en la parte trasera, previendo que la afluencia sería mayor que en otras ocasiones. Se habían perdido la mitad del acto, pero no les importaba. Uno junto al otro, Jimena y Jesús permanecían en silencio, escuchando loas y cantando cuando la asamblea era requerida. Llegaba el momento de la Consagración y los vecinos inclinaron la cabeza. Todos menos Jimena, que tenía que permanecer erguida para tratar de leer lo que el sacerdote iba diciendo, algo difícil estando a tanta distancia del altar. De repente, el cura elevó los brazos, sosteniendo el pan y a Jimena le dio la sensación de que podía oírlo consagrar. Fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba asistiendo a un milagro de su Señora que nada tenía que ver con recobrar el oído, sino con recuperar algo que había perdido.

Miguel e Isabel pasaron la siguiente media hora localizando el camposanto de la localidad. Una vez que lo hallaron, emprendieron la búsqueda de la tumba de Teresa. Para su sorpresa, no fue difícil, porque en aquel caso el epitafio incluía su apodo. Teresa había sido enterrada junto a sus padres y sus hermanos. Isabel se detuvo a leer los nombres de cada uno de ellos, pero se quedó helada cuando comprobó la fecha en la que Teresa había expirado. -

Miguel... Fíjate. Murió el mismo día que el abuelo.

-

¿En serio? Es flipante...

-

¿Crees que es una casualidad? -preguntó ella.

- Dejé de creer en las casualidades el día que te conocí -respondió él.

Allí, en aquel momento, lo vio todo claro. Miró a Jesús y pensó que jamás podrían reparar el daño que se habían hecho, pero sí que se podían perdonar. Así que le tomó de la mano y, entre susurros, le regaló un “gracias” que a Jesús le hizo esbozar una sonrisa y sentir que la promesa estaba cumplida.

Isabel esbozó una sonrisa y extrajo del bolsillo de su abrigo un pequeño colgante con la imagen de la Virgen de los Milagros que un día había colgado del cuello de Teresa.

7 de junio de 2021, 12:00h Isabel

Colocó la medalla sobre la tumba y retrocedió un par de pasos. Agarró la mano de Miguel bajo la suya y llevándosela al vientre susurró:

Hacía un sol de justicia. El hombre del tiempo había dicho que aquel día la borrasca Katerina dejaría varios litros por metro cuadrado en las provincias de Madrid y Soria. Debía tener el predictómetro fundido

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- Aquí tienes -murmuró- mejor tarde que nunca. Y estoy segura de que ha sido ella la que me ha traído hasta ti precisamente un día como hoy.

-

Se llamará Teresa.


75 aniversario | Coronación Canónica | 1947-2022

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Ágreda Fiestas de Ntra. Sra. de Los Milagros

EL AYUNTAMIENTO DE ÁGREDA OS DESEA A TODOS AGREDEÑOS Y VISITANTES

S A T S E I F S FELICE

¡Viva la Virgen de los Milagros! 34




























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