Malvarina. Quiero ser bruja

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Susanna Isern · Laura Proietti

·QUIERO SER BRUJA·



EL VALLE EMBRUJADO

Esta historia sucedió en un valle. Pero no en uno cualquiera, sino en un auténtico... ¡valle embrujado!

«Embrujado» significa estar atrapado en un hechizo secreto que convierte algo «normal» en algo escalofriante, terrorífico, horripilante e impredecible. Sí, sé que pone los pelos de punta, quizás hasta tus dientes han comenzado a casta­ ñetear. Por eso ahora es el momento de que decidas si quieres seguir leyendo o no. Pue­ des pasar la página y descubrir mi historia o cerrar este libro para siempre. 7


¡TACHÁN! Este es el Valle Embrujado.

¿Ves los tejados que se asoman entre la niebla? Son las casas de Villagrís, un lu­ gar sombrío donde raras veces llegaban los rayos del sol. Detrás de las últimas vi­ viendas (o de las primeras, según como se mire), comenzaba el Bosque Encantado que todavía era más oscuro que las calles CASA DE

del pueblo. Se decía que al caminar en la

MALVARINA

BOSQUE ENCANTADO


profundidad de su vegetación no se podía distinguir si era de día o de noche, aunque te aseguro que ese era el menor de los pro­ blemas que podías encontrarte si te atre­ vías a cruzar la linde. Se contaba que, cincuenta años atrás, Tristán, un niño muy osado y ávido de

TEJADOS

aventuras, fue engullido por el bosque DE VILLAGRÍS y nunca más se supo nada de él.

CASTILLO PROHIBIDO


LABORATORIO DE LA MAGIA

CABAÑA OSCURA PARA NIÑOS FISGONES

ÁRBOL PARLANTE

POZA DE LOS

COCODRILOS

CEMENTERIO DE

GATOS NEGROS


El valle estaba gobernado por un in­ quietante castillo construido en la cima de la colina. Lo llamaban Castillo Prohibido porque nadie (o casi nadie) osaba ni tan siquiera mirar sus murallas. Allí vivían las responsables de que el valle permaneciera embrujado, las causantes de que Villagrís fuera gris y de que el Bosque Encantado es­ tuviera encantado. Me refiero a tres brujas muy malvadas, las trillizas Clío, Cornelia y Musgo; famosas y temidas por sus esca­ lofriantes hechizos. Contaban los más ancianos que, ha­ cía muchísimos años, en aquel castillo vi­ vían unos marqueses generosos y amables. Aseguraban que el pueblo estaba lleno de vida y de color, que crecían frutos y flores silvestres en el bosque, y que los animales correteaban de acá para allá. Pero la llegada 11


de las brujas lo cambió todo. Los marque­ ses desaparecieron de la noche a la mañana y las malignas se instalaron en el castillo. Las tres hermanas tenían una risa des­ piadada que podía oírse incluso con las persianas bajadas y la cabeza debajo de la almohada, y una nariz tan larga que po­ dían oler el miedo de los niños a varios kiló­metros de distancia. Las noches de luna llena, todos se en­ cerraban en sus casas, pues las brujas sa­ lían con sus escobas y encantaban a todo aquel que se cruzaba en su camino. Como la hija de la pastelera, que salió de casa a medianoche y acabó convertida en una magdalena de fresa. O como el cartero, que fue a repartir cartas de madrugada y se 12


transformó en un buzón. O el perro calle­ jero llamado Chispas, que aulló a la luna y desde entonces, en vez de ladrar, piaba como los pájaros. Como ves, es para tomárselo muy en serio. Seguro que tienes ganas de conocer un poco mejor a las brujas. 13


Esta historia sucedió en un valle. Pero no en uno cualquiera, sino en un valle embrujado. Lo gobernaban tres brujas muy malvadas, famosas y temidas por sus escalofriantes hechizos. Sí, sé que pone los pelos de punta, quizás hasta tus dientes han comenzado a repiquetear. Pero si tú, como yo, quisieras convertirte en una auténtica bruja, también habrías tocado el timbre del Castillo Prohibido...

Proyecto de sostenibilidad LIBROS LIBRES DE CO2

ISBN 978−84−18304−66−8

ISBN: 978-84-18304-66-8


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