LA BRÚJULA REVISTA CULTURAL

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DÍA INTERNACIONAL DEL MIGRANTE

La discriminación cotidiana

Pseudociencia: entre la persuasión y el fraude

RAFAEL “RACH” SOLANA, P. 6

La chica zurda

ALBERTO VILLAESCUSA RICO, P. 4

La estrella fugaz y su capacidad de asombrarme

ADRIANA CARRILLO, P. 15

Que la memoria de Arizbee sea una bendición eterna

LESLIE HATTON, P. 16

DIRECCIÓN

Arturo López Juan Director General jlopez@elvigia.net

Enhoc Santoyo Cid Director de Información esantoyo@elvigia.net

Gerardo Sánchez García Director Editorial gsanchez@elvigia.net

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Patricia Ibarra Mena Ejecutiva de Cuentas pibarra@elvigia.net

Rodrigo Olachea García Diseñador Editorial

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EL VIGÍA DIGITAL

Joatam de Basabe Coordinador editorial El Vigía Digital

Sandra Ibarra Coordinadora El Vigía Digital sibarra@elvigia.net

Digita Media BC, S.C. de R.L. de C.V. Calle Ambar No. 984, Fracc.Mediterráneo C.P. 22818, Ensenada, B.C. Tel: (646) 120.55.57 Ext. 1021

DEL DIRECTOR:

Cada 18 de diciembre, el Día Internacional del Migrante nos recuerda una verdad incómoda: la movilidad humana es una constante histórica, pero la discriminación que la rodea se ha sofisticado y normalizado. En 2025, cuando más de 244 millones de personas viven fuera de su país de origen, migrar sigue siendo tratado como una anomalía que debe contenerse, no como una realidad social que debe comprenderse y gestionarse con humanidad.

La frontera se ha convertido en el escenario privilegiado de esa sospecha permanente. Ahí, el migrante deja de ser persona para convertirse en expediente, estadística o amenaza potencial. No es una violencia estridente la que predomina, sino una más eficaz: la cotidiana. La que se expresa en el lenguaje que deshumaniza, en la burocracia que desgasta, en la espera interminable que erosiona la dignidad. Bajo esta lógica, la discriminación no es una excepción, sino una práctica sistemática. Las cifras son claras y desmontan el discurso de la “crisis” permanente. América Latina concentra cerca del 16 por ciento de la población migrante global y México se ha consolidado como país de origen, tránsito y destino. Sin embargo, la respuesta institucional sigue anclada en la idea del control como solución única. Las políticas migratorias recientes, tanto en México como en Estados Unidos, han reducido cruces irregulares, pero no han resuelto el problema de fondo: la falta de vías legales, seguras y humanas para migrar. Confundir contención con protección tiene un costo elevado. La criminalización preventiva, los retrasos administrativos y la opacidad institucional

no disuaden la migración; la empujan hacia rutas más peligrosas. El récord de muertes de personas migrantes registrado en 2024 por la OIM no es una tragedia aislada, sino el resultado previsible de políticas que privilegian la disuasión sobre los derechos humanos. El lenguaje juega un papel central en este proceso. Hablar de “oleadas” o de personas “ilegales” no es inocente: construye una narrativa que legitima el rechazo y normaliza el trato desigual. Cuando las palabras despojan de humanidad, las decisiones que siguen rara vez consideran la dignidad.

En regiones fronterizas como Baja California, estas dinámicas se viven a diario. La frontera funciona como un laboratorio donde se ensayan prácticas de exclusión que luego se extienden al resto del territorio. Ahí, el “orden” y la “seguridad” operan muchas veces como disfraces del prejuicio, ocultando expresiones de racismo, clasismo y xenofobia que no se nombran, pero se ejercen. Desde el periodismo, la responsabilidad es ineludible. Narrar la migración sin estigmatizar, aportar contexto y nombrar con precisión es una forma de resistencia frente a la deshumanización. No se trata de idealizar ni de negar los retos, sino de reconocer que ninguna sociedad se fortalece construyendo muros simbólicos.

Migrar no es un delito; la discriminación sí es una falla ética colectiva. Mirar de frente esta realidad, especialmente en la frontera, es el primer paso para dejar de normalizarla. Porque al final, lo que está en juego no es la movilidad de las personas, sino la calidad moral de nuestras instituciones y de nuestra convivencia social.

¿CÓMO VIVIR EL RESPETO A LA JUSTICIA?

Valores, Sociedad… y algo más

En el número anterior reflexionamos sobre el Espíritu de Ayuda y de Servicio, como parte de una conducta necesaria que los lleve a vivir en forma concreta el Respeto a la Dignidad Humana. En esta ocasión continuaremos con otro aspecto que incide directamente en nuestro tema, que es el de la Justicia que deriva en Justicia social tan nombrada en nuestros días. Primero definamos que entendemos por Justicia. Según Ulpiano, jurista romano, la Justicia es “la constante y perpetua aspiración de dar a cada uno lo que le corresponde”. Para nosotros los cristianos no se limita a las indicaciones legales de cada país o comunidad, que cumpliéndolas nos quedaríamos cortos ante las exigencias de la caridad.

La Doctrina Social de la Iglesia nos recuerda que hay un código superior de conducta escrito en el corazón de cada uno de nosotros, que nos lleva a vivir una entrega o equidad mucho más amplia. Estamos hablando de una Justicia Social que perfecciona, corrige y amplía la mera y estricta justicia legal. Debemos cumplir no solo los contratos, sino ir más allá, con caridad cristiana. Esta Justicia social de que estamos hablando, nos dice que: Cualquier bien, cualquier propiedad personal tiene una función social. El papa San Juan Pablo II, lo expresó con toda claridad en su primera visita a México en 1979, enseñando el concepto de Hipoteca Social, que grava a todos los bienes que poseemos; porque la Justicia no está orientada al bien personal, sino al bien común de toda la sociedad. Esto aplica en términos nacionales e internacionales.

mos incluyendo no sólo a las propie dades físicas, bienes materiales de todo tipo. Algo que todos tenemos y consideramos como un bien es el tiempo. Tiempo que a todos nos regalan la misma cantidad todos los días y que igual que los bienes materiales podemos usar egoístamente solo en nuestro provecho o buscar la justicia social empleándolo en beneficio de otros.

Invito a que nos preguntemos:

¿Cómo empleo mi tiempo en el día a día? ¿hago algo de provecho en beneficio de los demás? Creo que tenemos de inicio todo un tema de meditación que nos llevará a saber hasta dónde estamos comprometidos con nuestra sociedad en beneficio del bien común. Otro bien no tangible que todos tenemos es el de nuestra educación o formación. No me refiero solo a la formación académica, todos sabemos que existen los conocimientos de la prudencia, que llevan a todas las personas a comportarse de una manera armónica y respetuosa con los demás. Aquí sí, no todas las personas tienen los mismos recursos. Dios nos creó tan diversos, que aun siendo miles de millones de personas habitando el mundo, jamás encontraremos dos

política y quien no tenga. Quien tenga habilidades pedagógicas, manuales, musicales, literarias, científicas, o tantas otras, en diferentes proporciones. Lo que nos dice este principio de Justicia Social, es que todos podemos y debemos aportar nuestro esfuerzo para establecer estructuras justas, en las que se pueda obtener eficazmente el buen común.

Cuando decimos que debemos aportar esfuerzo para establecer estructuras justas, no nos referimos a la fácil alternativa de tranquilizar nuestra conciencia, tal vez participando en obras de misericordia que poco o nada inciden en una sociedad justa. No podemos dedicarnos a “cultivar a nuestros pobres” olvidándonos de los otros aspectos del orden de la sociedad. No digo que sea malo, o quien lo haga deje de hacerlo, afirmo que no es lo más importante, que si los cristianos no somos factor de influencia en conseguir el bien común… habremos fracasado…En otras palabras, la responsabilidad de la justicia social es de todos, y muy en especial de quienes queremos vivir con coherencia nuestra fe.

tianos… quienes vivieron los primeros 300 años de cristianismo en forma natural, sencilla y a la vez heroica, al grado de que fueron descritos en una forma bellísima por un autor no cristiano que reportó a un personaje llamado Diogneto, lo siguiente: Están en el mundo, pero no son del mundo. Habitan en sus propias patrias, pero como forasteros residentes. Tienen parte en todo como ciudadanos, y todo lo soportan como extranjeros. Así como el alma está en el cuerpo y lo sostiene, los cristianos están en el mundo y lo mantienen unido, aunque son perseguidos por él.

Se casan como todos, tienen hijos, pero no se divorcian. Viven en la carne, pero no según la carne. Pasan su vida en la tierra, pero su ciudadanía está en el cielo. Esas personas, de quienes se expresa un extraño de esa manera, son quienes transformaron un mundo pagano en el extraordinario mundo en que nos tocó vivir. Sin más recursos que su coherencia de vida.

Continuaremos con nuestra reflexión sobre la justicia.

* Miembro de Odeco. i@lecuanda.com

Héctor Lecuanda*

Pegado a la Butaca

Película taiwanesa-estadounidense de Shih-Ching Tsou con Shih-Yuan Ma, Janel Tsai, Nina Ye (2025). Los cinéfilos casuales que lleguen a La chica zurda seguramente lo harán por Sean Baker (y me cuento entre quienes así lo hicieron). La película se estrenó en la Semana de la Crítica del festival de Cannes y se convirtió en la nominación de Taiwán para el Oscar de Mejor Película Extranjera, pero estos distintivos quizá no llamen tanto la atención como los créditos de coguionista y editor para Baker, quien antes de arrasar en los Óscares con Anora ya se había convertido en uno de los nombres más sonados del cine independiente de Estados Unidos. Baker no es necesariamente la principal fuerza creativa de la película, que es dirigida por Shih-Ching Tsou, con quien codirigió la película de 2004 Take Out (La chica zurda es la primera película que Tsou dirige en solitario). Pero su cine es igualmente un punto útil de comparación y referencia. Como muchas de las películas de Baker, La chica zurda se concentra en las dificultades de personas que a duras penas alcanzan a cubrir sus necesidades del día a día. Como El proyecto Florida, la película de Baker que más me ha gustado, La chica zurda se acerca a los problemas adultos desde una mirada infantil. Su inicio ilustra esta idea de manera muy literal: un colorido caleidoscopio con el que la pequeña I-Jing (Nina Ye) se entretiene mientras ella y su familia llegan al apartamento de Taipéi donde empezarán una nueva vida. La música, optimista y de cuerdas ligeras, lo marca como una alegre ocasión llena de esperanza. La dinámica entre la madre Shu-Fen (Janel Tsai), su hija joven adulta I-Ann (Shih–Yuan Ma) e I-Jing queda clara desde el inicio cuando las tres comparten una cena de fideos instantáneos. I-Ann, con esa malicia típica de alguien recién salida de la adolescencia, asusta a la niña con

LA CHICA ZURDA

la leyenda urbana de un hombre que murió por comer demasiados fideos. I-Jing, una pequeña impresionable de menos de diez años, queda levemente perturbada mientras Shu-Fen apenas tiene atención y energía para regañar a la mayor.

Las necesidades económicas son una preocupación más urgente, por lo que Shu-Fen rápidamente se establece montando un puesto de fideos en un mercado local. I-Ann, quien lucha por su independencia, consigue trabajo en un local que vende nuez de areca, aunque su jefe y sus clientes claramente la valoran más por su apariencia y sus atuendos reveladores. En esta vida tan apurada, I-Jing se convierte en algo así como una carga. Su cuidado es una inconveniencia para mujeres que llevan vidas ocupadas – la abuela XueMei (Xin-Yan Chao), quien releva a Shu-Fen e I-Ann de vez en cuando, tiene su propio negocio clandestino llevando mujeres a Estados Unidos. El valor de la película está, no en mostrarnos lo que I-Jing sufre, sino en su capacidad de meternos poco a poco a su mente. Aunque la película nunca nos muestra directamente lo que ella piensa o se imagina, en su rostro y sus acciones podemos ver

cómo trata de explicar lo que pasa a su alrededor y viene a entender su capacidad de influir en él. La subtrama que alude directamente al título lo muestra con mayor claridad. I-Jing es zurda y, cuando su abuelo (Akio Chen) la nota usando la mano izquierda para comer el elevador, él le empieza a inculcar la superstición de que ésta contiene la maldad del diablo, lo que I-Jing toma con absoluta seriedad y literalidad.

En I-Jing vemos una conciencia que se forma. I-Ann y Shu-Fen ofrecen, no solo ejemplos a seguir, pero también una mirada a lo que la adultez posiblemente le aguarda. El encuentro gradual de estos mundos es reforzado por la fotografía. Composiciones profundas (en las que tanto el frente como el fondo se mantienen enfocados) nos muestran a Shu-Fen y a I-Ann discutiendo temas adultos mientras I-Jing dibuja o se entretiene con otra cosa pero, podemos intuir, también absorbe las preocupaciones de las dos.

El estilo visual puede atribuirse parcialmente a que la película fue fotografiada en iPhone. La medida, por supuesto, tiene varios precedentes: Tangerine: Chicas fabulosas, la

película que puso a Baker en el ojo del mainstream, fue filmada con el modelo de la época; previamente este año lo vimos empleado en 28 años después, ya una película de grandes estudios. Aquí, la decisión de Tsou y los directores de fotografía Ko-Chin Chen y Tzu-Hao Kao parece motivada por razones prácticas, principalmente la de fotografiar los concurridos mercados callejeros de Taipéi como una producción pequeña. Pero al abrazar también lo que es diferente o “digital” del formato, también producen efectos emocionantes que, extrañamente, se sienten más “cinematográficos” que mucha de la fotografía digital para películas de hoy en día. El uso de equipo rudimentario y no profesional ciertamente añade a la crudeza y realismo de una historia que se desarrolla en un ambiente de precariedad. Pero la profundidad del formato también le permite mostrar con absoluto detalle las bulliciosas calles y mercados de una metrópolis como Taipei. Nuestros ojos pueden divagar y perderse entre la abundancia de coches, puestos, personas, colores y luces que en conjunto ayudan a construir una ciudad que se siente viva y siempre en movimiento.

Alberto Villaescusa Rico

La historia de La chica zurda es igualmente movida. Tiene suficientes giros y eventos telenovelescos para, en papel, sonar como un melodrama. Un padre moribundo, una sorpresiva revelación de parentesco y un intento de mutilación son algunos de sus elementos más oscuros. Pero el guion de Tsou y Baker, con una mano ligera y hábil, los acomoda como los enredos de una comedia: una mención casual de la fiesta de cumpleaños de la abuela prepara el camino para un clímax donde los nervios de una reunión familiar se desbordan por una confrontación inoportuna. Un enfrentamiento con las autoridades de migración se resuelve con una graciosa confusión en la que parece jugar la mano del destino. Los muchos hilos de la trama se sienten incompletos y poco desarrollados por sí solos, pero se enriquecen al entrelazarse. Sus personajes brillan, no como individuos, sino como familia.

La chica zurda puede dejarnos con un sentimiento de esperanza sin minimizar las difíciles circunstancias de su historia. Tanto como puede haber crueldad y mezquindad sin sentido también pueden aparecer bondad y buenas intenciones. El rentero que no se toca el corazón ante las dificultades de Shu-Fen es balanceado por la presencia de Johnny (Brando Huang), el dulce colega vendedor que se enamora de ella. Sus historias se resuelven con cierto azar, pero no sin razón, y su trío de protagonistas está tan bien delinea do que nunca se sienten como me ros receptáculos de tragedias.

La película insiste en su humani dad al darles motivos complicados, así como una agencia y compasión que emerge cuando la vida las reta. Shu-Fen encarna una silenciosa re siliencia que raya en la resignación. La terquedad y amargura de I-Ann se ven en una luz muy diferente después de la revelación del final, mientras que su cuidado de I-Jing revela una dulzura maternal que complementa en lugar de chocar con sus ansias de autonomía. Y en I-Jing, por supuesto, no solo vemos a una pequeña que despierta nues tra ternura, pero también una men te que empieza a entender y a influir en el mundo que la rodea.

La chica zurda está disponible en la plataforma de streaming Netflix. alberto.villaescusa19@gmail.com

La partida de Marco y Arizbee

Este año tuvimos un par de pérdidas en la familia de periódico El Vigía: fallecieron Marco Antonio Aguilar Zaragoza, reportero de Sociales y articulista de “La Brújula”, así como Arizbeé Montaño Zavala, exeditora de Sociales y Espectáculos de esta casa editorial. Fueron despedidas que no sólo dolieron, sino que nos obligaron a mirar hacia atrás y reconocer la huella profunda que ambos dejaron en nuestra historia reciente. La redacción, tantas veces ruidosa y atropellada, se silenció por momentos para recordarlos, para entender que detrás de cada nota y cada cierre había personas irrepetibles cuya ausencia se sintió en lo cotidiano.

La partida de Marco ocurrió el 25 de noviembre y llegó de golpe, como esas noticias que jamás qui-

trayectoria que, aunque breve en años, fue amplia en intensidad. Marco se incorporó a El Vigía a finales de 2024, y en poco tiempo se volvió parte fundamental del equipo: atento, profesional, dispuesto siempre a aportar una mirada fresca, incluso en los días más pesados. Su paso por medios nacionales lo había forjado en la rigurosidad de la cobertura inmediata: en EjeCentral fue reportero de Presidencia, asistió diariamente a “las mañaneras” y siguió giras presidenciales; más tarde se desempeñó como coeditor web. Antes, en La Silla Rota, coordinó corresponsales y mantuvo el pulso de los portales estatales. Todo ello le dio una soltura periodística que aquí se notó desde su primer día.

X: @betovillaescusa

Formado en Ciencias de la Comunicación por la UABC y con estudios en Costa Rica, Marco fue, además, un compañero amable: de esos que preguntaban cómo ibas incluso cuando traían prisa. Su carrera arrancó en El Mexicano y culminó con un reconocimiento que lo llenó de orgullo: el Premio México de Periodismo “Ricardo Flores Magón”, que ganó apenas unos días antes de fallecer, por una crónica publicada en La Brújula. Tenía 36 años. Tras su partida quedó un eco de conversaciones pendientes y proyectos que ya no vería nacer, pero también un legado de dedicación y cariño por un oficio que es tan exigente como noble.

La otra ausencia que marcó este año fue la de Arizbeé Montaño Za-

vala, quien murió el 15 de noviembre a causa de una enfermedad. Su partida devolvió a nuestra memoria su paso por esta casa editorial, donde entre 2011 y 2016 encabezó la sección de Espectáculos, Cultura y Sociales. Para muchos fue mentora —yo mismo aprendí de ella a editar— y su enseñanza combinaba rigor con una generosidad que no siempre abunda en las redacciones. Con la misma entrega con la que formó jóvenes comunicadores, ocupó cargos públicos relevantes: fue delegada de la Secretaría de Educación en Ensenada y lideró estrategias educativas durante lo más complejo de la pandemia de Covid-19. También impulsó la Nueva Escuela Mexicana, participó como ponente, promovió proyectos radiofónicos y dedicó años a las Guías de México, donde dejó una estela de compromiso y liderazgo comunitario.

Arizbeé tenía 53 años y una vida marcada por el servicio, la docencia y la comunicación entendida como puente. Su ausencia se sintió no sólo en este medio, sino en un amplio círculo profesional y social que la reconoció como una mujer congruente, solidaria y profundamente humana. Este año nos enseñó, con mucho dolor, que la memoria es también una forma de resistencia. Y aquí, en esta familia que es El Vigía, seguimos recordando a Marco y a Arizbeé como lo que fueron: parte esencial de nuestra historia y de nuestro corazón colectivo.

*Periodista y catedrático.

La partida de Marco ocurrió el 25 de noviembre y nos llegó de golpe, como esas noticias que jamás quisiéramos escribir.
Joatam de Basabe*
Arrizbee Montaño Zavala dejó una huella en la redacción de ElVigía,en donde encabezó la sección de Espectáculos, Cultura y Sociales.

PSEUDOCIENCIA: ENTRE LA PERSUASIÓN Y EL FRAUDE

Reflexiones de un Abuelo

Las pseudociencias, sí, así en plural porque hay muchas y muy variadas, nos dice la definición clásica, son todas aquellas afirmaciones, creencias o prácticas que aparentan ser o pertenecer a una disciplina científica, pero que sus resultados no son comprobables universalmente. La falta de preparación de quien la práctica y la carencia de un método para la verificación de las hipótesis estipuladas (por ejemplo, del método científico), sus posibles resultados no pueden ser comprobados y, a lo más, se convierten en anécdotas que se comparten entre un grupo de “creyentes”. Pero a esta definición yo le añadiría otras prácticas que derivan de trabajos científicos, pero que son motivados para persuadir la adopción de alguna idea que puede, en el corto o largo plazo, ser perjudicial para el humano y el ambiente.

Las pseudociencias, a diferencia de la ciencia, se basan en la persuasión; en el convencimiento. Nacen de una preocupación, problemática o necesidad humana; más que de una rigurosa observación de la naturaleza, el planteamiento de preguntas elaboradas desde un cuerpo sistemático de pensamiento y de posibles respuestas a manera de conjeturas enunciativas que permiten llevar a reflexiones que se analizan a través de la experimentación (contrastaciones).

Desde mi punto de vista existen dos tipos de pseudociencias: 1) aquellas con identidad propia, practicada

generalmente fuera de los centros de investigación y 2) Pseudociencias desde la ciencia que, aunque muestran algunos rasgos de trabajo científico, sus resultados suelen ser tendenciosos y manipulados. A las primeras las denominaré pseudociencia innata. Esto debido a que sus resultados surgen de otras vías que no son obtenidos a través de alguna actividad sensorial propia de la experiencia, sino de otras fuentes diferentes, principalmente de sesgos cognitivos. Estas pseudociencias tratan de sostener sus resultados por medio de la persuasión, más que de comprobarlos por métodos sistemáticos. Por su parte, al segundo grupo las denominaré pseudociencia depredadora, ya que suelen estar relacionadas con aquellas revistas que explotan la necesidad de publicar resultados: “publicar o morir, dicen los científicos”. Estas revistas, cuyo nombre original en inglés es depredatory journal, parecen ser legítimas, pero su objetivo es el de lucrar con la publicación de supuestos resultados científicos que no cuentan con la suficiente calidad para ser aceptados por un comité de revisión. A esas revistas no les interesa difundir los avances de algún cuerpo científico sino ganar dinero.

Dado que es más fácil identificar al primer grupo de pseudociencias y que se ha escrito mucho sobre ellas, a favor y en contra, sus características me servirán como la introducción al tema. Por su parte, la pseudociencia depredadora, aunque sus conclusiones tienden a tener un efecto negativo en los humanos y por tanto las unifica, su gran cantidad de orígenes dificulta una explicación general, por lo que utilizaré algunos ejemplos específicos para ilustrar a ese grupo.

Empecemos con el primer grupo.

Las pseudociencias innatas son fáciles de reconocer y suelen contar con un número importante de seguidores que en muchos casos presentan una actitud de fanatismo. “Las pseudociencias se han convertido en una

industria de la persuasión”, según lo comentado por el filósofo José Antonio Marina, al buscar dar respuesta a situaciones o dolencias físicas o psicológicas del ser humano, e intentar ofrecer explicaciones a fenómenos observados en la naturaleza o en las sociedades humanas. Para ello, en lugar de basarse en información, se fundan en cuestiones sobrenaturales o inmateriales para sostener sus teorías. Suelen recurrir a la evidencia selectiva, por ejemplo, al utilizar algunos hábitos o costumbres sanas que pudieran ser positivas en algunos casos, y para algunas personas, o, en su defecto, de situaciones en la naturaleza. Esto último, en definitiva, provoca daños irreversibles cuando su práctica es llevada a cabo, por ejemplo, en remedios para la salud humana.

Cuando hablamos de pseudociencia en automático pensamos en la astrología, la parapsicología, la alquimia o la numerología, que aspiran a competir con áreas científicas como la Astronomía, la Psicología, la Química o las Matemáticas. Pero a esta lista hay que sumarles otras que tratan de explicar elementos o fenómenos que aparentemente suceden en la naturaleza, aunque nunca son comprobables y más bien caen en

ideas conspirativas: la ufología (que estudia el “fenómeno de la visita de extraterrestres”), la grafología, la quiromancia y la cerealogía (por ejemplo, las figuras en el valle de Nazca), son parte de ese subgrupo. Todas estas áreas pseudocientíficas utilizan diversos canales para comunicar sus resultados y su principal instrumento para convencer su veracidad es la persuasión.

Pero de todas las áreas científicas, la medicina es el área más ampliamente invadida por las pseudociencias. Éstas se han extendido con mucho éxito en una porción importante de la población humana, debido a que han cosechado ciertos éxitos terapéuticos documentados a lo largo de la historia; que, sin embargo, hoy se han mostrado como ineficaces. La radiestesia (cargas electromagnéticas), la iridología, la homeopatía, el Feng shui, el biomagnetismo y la nueva medicina germánica, son parte de esas pseudociencias que ahora se denominan: medicina alternativa, alternativas de la medicina y medicinas complementarias. Muchas de ellas, hay que reconocerlo, basadas en elementos científicos, pero que su rigor es más bien basado en el convencimiento más que en su eficacia para enfocarse en el origen de la enfermedad.

Rafael “Rach” Solana*

¿Por qué son tan ampliamente aceptadas las pseudociencias? Principalmente es por su capacidad de ser difundidas de manera rápida y con un lenguaje sencillo: su comunicación es persuasiva. Las pseudociencias mencionadas arriba son ampliamente difundidas en todas las sociedades humanas. Para ello utilizan de una manera eficaz todos los diferentes medios con los que cuenta el humano: desde lo que se llamaba coloquialmente “el lavadero” hasta lo que hoy conocemos como “el nuevo lavadero” o las redes sociales. Su principal característica en esa difusión es el uso de la persuasión. De acuerdo con el doctor Lifshitz, en su escrito “La pseudociencia y los falsos investigadores” (Med Int Méx. 2017 jul;33(4):439-441), “en muchos casos han contado con el apoyo de una publicidad que pondera como principales atributos el que son atóxicos y “naturales”.

La persuasión se realiza a través de la Retórica, por el uso de argumentos “para provocar y acrecentar la adhesión de los espíritus a la tesis que presenta para su asentamiento” (Perelman citado por Marina, 2025). La obra Retórica de Aristóteles es el primer estudio sistemático de las emociones. En ella se enseñaba a como manejar un auditorio a través de la manipulación de los sentimientos, de las emociones. En palabras de Perelman y Olbrechts–Tyteca (1989), citados Marina (2025): “solo la retórica pone en juego el principio de libertad responsable. En lógica formal, una demostración es correcta o no, y la libertad del pensador no existe. En cambio, los argumentos retóricos influyen en el pensamiento, pero no obligan a su aceptación”. Bajo esa afirmación, no somos libres de aceptar el teorema de Pitágoras: es un hecho comprobable, no hay discusión. Sin embargo, que las pirámides mayas hayan sido construidas por seres humanoides con tres ojos, esa idea es libre de aceptarse o no, depende de la capacidad persuasiva, la influencia de la persona que la expone y la disponibilidad del receptor de aceptarlo. La aceptación de creencias no depende de la razón, sino de un acto de voluntad; y más si esta es “orientada” por un líder persuasivo.

Hoy miles de Homo sapiens se agrupan para seguir puntualmente los fenómenos, remedios o creencias propagados por las Pseudociencias. Es más fácil creer en algo que razonarlo, y más si brinda certezas o esperanzas. Las enfermedades son ocasionadas por patógenos. Reconocido este principio, hay que establecer un protocolo a través de un médico para eliminar o controlar ese patógeno dentro del sistema en particular. Y solamente con ese protocolo se nos brinda una alta probabilidad de una mejora en salud, pero ojo no una certeza. Pero eso sí, hay que seguir el protocolo especificado de manera rigurosa. Para esto, también hay otra forma de atender la enfermedad recurriendo a remedios provenientes de las pseudociencias, como, por ejemplo, el manejo de imanes o placebos para erradicar ese mal de nuestro cuerpo: nos dicen: “es 100% efectivo, barato y rápido”. Nuestro acelerado estilo de vida y los bajos niveles de interés en el razonamiento, aderezados con un “bombardeo” en los distintos canales de comunicación que nos persuaden de las bondades de tratamientos mila-

gro, nos orientan a tomar rutas de alivio a través de tratamientos provenientes de las pseudociencias. Es más fácil creer que razonar. Las pseudociencias mencionadas arriba son fáciles de asociar con la vida cotidiana de los sapiens. Nos las muestran en los comerciales dentro de diversos canales de comunicación e incluso en los discursos políticos para agenciarse de adeptos o nos lo presenta nuestro ídolo del momento (el futbolista o la cantante de moda). Por ejemplo, hace algunos meses se presentaron “pruebas” de la existencia de restos humanoides en la cámara de diputados y hace algunas décadas, en la televisora nacional mexicana, se presentó Uli Geller (un ilusionista israelí): el gran “doblador de cucharas” y aparentemente un protegido de la esposa del presidente de la república. En esos casos y otros, la masa humana creyó, anteponiendo sus creencias a la evidencia científica. Productos milagro para adelgazar y tener un cuero hermoso de acuerdo con las tendencias de la moda, prometen a sus

compradores una gran efectividad y persuaden a los ingenuos sapiens a comprar sus ofertas. En todos los casos se basan en ilusiones y expectativas humanas, más que en ciencia.

Los efectos de la pseudociencia innata sobre las sociedades humanas están muy bien documentados y pueden revisarse en una gran cantidad de publicaciones. Aquí solo dimos un pequeño repaso. Pero lo que ahora quisiera abordar de una manera más precisa es la Pseudociencia depredadora, que en mucho ha causado un gran impacto negativo en los trabajos científicos y sus avances. Investigadores que se han dejado seducir por la fama y la fortuna han sido presa fácil de propagadores de pseudociencias que les traen importantes ganancias. Este tipo de pseudociencia tiene muchas formas de manifestarse, entre las más comunes resaltan las siguientes: 1) Promover resultados falsos por medio de artículos publicados en revistas influyentes; 2) Impulsar servicios de publicar resultados científicos con cobros elevados, pero sin una estructura de revisión de calidad de lo publicado; 3) el “clientelismo” en la publicación, por el uso de nombres de investigadores de renombre; 4) el uso de hipótesis como resultados finales, entre otras cosas. Y hay que reconocer que “la lista de falsas ciencias y falsos investigadores a lo largo de los tiempos es interminable, pero muchos han sido identificados más o menos fácilmente. No obstante, muchas de estas pseudociencias y de estos pseudocientíficos siguen teniendo adeptos con base en anécdotas que pueden tener su explicación en el efecto placebo o en la tendencia de ciertas enfermedades a curarse solas (vis medicatrix natura)” (Lifshitz, op cit.).

En nuestro país y en el mundo, los científicos suelen estar presionados por publicar rápidamente sus resultados. Esto debido a que la fuente de financiamiento requiere con urgencia el respaldo del científico o porque se ha implementado una forma perversa de “calificar” la calidad de su trabajo por medio de conteo de publicaciones y productos relacionados. Los que hacen ciencia en México, pero no exclusivamente, están sometidos desde hace décadas a la voluntad de una burocracia que administra el derrotero de la Ciencia. Esta burocracia, proveniente de áreas muchas veces ajenas al trabajo científico, han inventado formas de control y estímulo para la ciencia, con resultados de dudosa efectividad y de consecuencias negativas. Y en especial, los productos de esas presiones han sido, por ejemplo, la publicación y uso faccioso de sus resultados con fines no relacionados con la ciencia. Ejemplificaré esto con algunos casos específicos que han sido documentados en la crítica científica. Los ejemplos están relacionados con el uso de agentes químicos en la agricultura y su efecto en la salud humana; publicación de datos falsos en revistas depredadoras; efectos sexuales por el uso de drogas y el uso de la ciencia para apoyar una política. Todos ellos con efectos negativos para el humano y su ambiente. Esto lo estaremos revisando en las próximas entregas.

*Consultor ambiental. rsolana@biig-consultores.com

18 DE DICIEMBRE, DÍA INTERNACIONAL DEL MIGRANTE MIGRAR BAJO SOSPECHA: LA DISCRIMINACIÓN

COTIDIANA

Según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), alrededor de 244 millones de personas vivían fuera de su país de origen en 2025, lo que da cuenta de la magnitud del fenómeno migratorio mundial y su tendencia al alza

REDACCIÓN/LA

Migrar no debería ser un acto extraordinario. Sin embargo, en el mundo contemporáneo, cruzar una frontera —o incluso vivir cerca de una— convierte a millones de personas en sujetos permanentes de sospecha y de discriminación. En 2025, la migración sigue siendo tratada menos como un fenómeno social estructural y más como un problema de orden público, alimentado por narrativas de miedo y control. En ese desplazamiento conceptual se origina una de las formas más persistentes y normalizadas de violencia: la discriminación contra el migrante. No se trata únicamente de agresiones físicas o de políticas abiertamente hostiles. La discriminación se manifiesta, sobre todo, en lo cotidiano: en

EN LA FRONTERA

el lenguaje que se usa para nombrar, en las decisiones administrativas que retrasan, bloquean o excluyen, y en el trato institucional que reduce a las personas a expedientes, cifras o riesgos potenciales. En la frontera —territorio donde confluyen tránsito, espera y control— esa exclusión se vuelve norma.

EL FENÓMENO MIGRATORIO EN CIFRAS

Según estimaciones de la Orga-

nización de las Naciones Unidas (ONU), alrededor de 244 millones de personas vivían fuera de su país de origen en 2025, lo que da cuenta de la magnitud del fenómeno migratorio mundial y su tendencia al alza en las últimas décadas. Naciones Unidas

En América Latina y el Caribe, se estima que unos 48.3 millones de personas vivían fuera de sus países de nacimiento en 2024, una cifra que representa aproximadamente el 16 % de la población migrante global, mucho más de lo que correspondería por su proporción poblacional.

La región no sólo exporta población, sino que también se ha convertido en corredor de tránsito: en México, los registros de personas en situación migratoria irregular aumentaron de alrededor de 779 mil en 2023 a aproximadamente 1.2 millones en 2024, según datos de la OCDE, aunque en 2025 las cifras muestran una tendencia a la baja en algunos puntos de cruce por políticas de control más estrictas.

Estos números reflejan que la migración es una dinámica global con múltiples rostros y rutas, no un pico excepcional. Sin embargo, las narra-

tivas públicas siguen obsesionadas con la idea de “crisis” que no coincide con los patrones a largo plazo.

EL LENGUAJE QUE EXCLUYE

Las palabras importan porque construyen realidades. En el discurso público, el migrante rara vez aparece como persona; es “oleada”, “presión”, “oleada masiva”. Clasificar personas como “ilegales” no describe una condición jurídica compleja, sino que adjudica una identidad criminal, un sello que justifica prácticas discriminatorias y desencuentros sociales. Estas palabras se filtran fácilmente en la conversación cotidiana y se convierten en argumentos para justificar políticas y actitudes de rechazo. Reducir a una persona a un número o un estereotipo no solo borra su historia: normaliza que se le nieguen servicios, dignidad o derechos.

POLÍTICAS PÚBLICAS E INSTITUCIONALIZACIÓN DE LA DESCONFIANZA

Muchas políticas migratorias contemporáneas parten de una premisa implícita: el migrante es un riesgo que debe ser contenido. En 2025, gracias a medidas adoptadas tanto en Estados Unidos como en México, los cruces irregulares han caído drásticamente: por ejemplo, en la frontera suroeste de Estados Unidos los encuentros de la Border Patrol disminuyeron notablemente entre 2024 y 2025. En México, informes recientes señalan que el número de eventos de personas en situación migratoria irregular superó 1.2 millones en 2024, reflejo de una migración diversificada y en tránsito por el país.

Pero contener no es lo mismo que proteger. En la práctica, esto significa que muchas personas pasan largos periodos sin acceso claro a servicios, sin certezas legales y bajo la constante amenaza de detención o deportación. Las decisiones administrativas que ralentizan trámites de asilo o regularización no son errores aislados, sino parte de un diseño que privilegia la disuasión sobre la protección.

Migrar es una expresión de la desigualdad global, pero también de la capacidad humana de buscar mejores horizontes.

TRATO INSTITUCIONAL:

BUROCRACIA COMO BARRERA

Más allá de la ley escrita, la discriminación se materializa en el trato cotidiano dentro de las instituciones. Oficinas saturadas, funcionarios con escasa preparación en derechos humanos y procesos opacos convierten cada trámite en una experiencia de desgaste. Para muchas personas migrantes, el Estado se presenta como una sucesión de ventanillas que nunca ofrecen una respuesta definitiva.

La violencia institucional no siempre es explícita. Se expresa en la indiferencia, en la falta de intérpretes, en la ausencia de información clara, en la normalización de la espera interminable. Se expresa también en la criminalización preventiva: revisiones constantes, detenciones arbitrarias y un trato que parte de la sospecha antes que de la dignidad.

LA FRONTERA LABORATORIOCOMO DE

EXCLUSIÓN

En lugares como Baja California, la frontera no es una línea abstracta: es un espacio de espera, albergue, control y tránsito permanente. Es también un espacio donde las prácticas discriminatorias se vuelven rutina.

La frontera funciona como un laboratorio donde se ensayan políticas de exclusión que luego se replican en otros ámbitos. La vigilancia constante y los discursos que hablan de seguridad como sinónimo de exclusión terminan por normalizar la idea de que ciertos grupos no merecen el mismo trato que otros.

En este espacio, el rechazo no siempre se expresa con violencia directa; a menudo se manifiesta en mi-

croagresiones, en trato desigual o en la indiferencia institucional que pone trabas invisibles a la integración de las personas migrantes.

“ORDEN” Y “SEGURIDAD”: LOS DISFRACES DEL PREJUICIO

Racismo, clasismo y xenofobia rara vez se enuncian de forma directa en el discurso institucional. En su lugar, aparecen conceptos aparentemente neutrales: orden, seguridad, control. Bajo esos términos se agrupan prácti cas que, en los hechos, buscan restrin gir la presencia del migrante. Estas palabras se convierten en coartadas para justificar medidas que no siempre respetan derechos funda mentales. La seguridad se entiende como ausencia de otro incómodo, y el orden como una conformidad que pide uniformidad cultural o social. Así, las políticas migratorias terminan reproduciendo prejuicios, cuando deberían proteger la dignidad humana.

EL COSTO HUMANO Y SOCIAL

La discriminación no detiene la migración, solo la vuelve más peligrosa. En 2024, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reportó al menos 8 mil 938 muertes de migrantes en rutas internacionales, un récord histórico desde que se comenzaron los registros, y se calcula que la cifra real podría ser aún mayor. Estas muertes no ocurren en el vacío; suceden en contextos de políticas restrictivas, falta de vías legales seguras y narrativas que empujan a las personas hacia rutas más peligrosas. El rechazo, más que frenar la migración, la desplaza hacia espacios de riesgo.

Además, la migración tiene un impacto económico innegable. El flujo global de remesas en 2024 alcanzó 685 mil millones de dólares, funcionando como un colchón económico para millones de hogares en países de ingresos medios y bajos.

NARRAR SIN ESTIGMATIZAR

En este escenario, el papel del periodismo es clave. Contar historias de migración implica una responsabilidad ética: evitar la reproducción de estereotipos y ofrecer contexto. No se trata de idealizar ni de victimizar, sino de comprender y mostrar la complejidad del fenómeno. Nombrar con precisión es el primer paso para desmontar prejuicios. Las personas migrantes son sujetos con

historias, proyectos y derechos, no cifras abstractas.

MIRAR DE FRENTE

Migrar es una expresión de la desigualdad global, pero también de la capacidad humana de buscar mejores horizontes. Lo que define a una sociedad no es la movilidad de las personas, sino la forma en que decide recibirlas. En la frontera, donde la exclusión se ha vuelto paisaje, mirar de frente la discriminación es un primer paso para dejar de normalizarla. Porque al final, las fronteras más difíciles de cruzar no son geográficas, sino sociales.

Nota: Este artículo fue elaborado con la ayuda de inteligencia artificial. (N. del E.)

REVISTA MUSEOGRÁFICA

Columna INAH BC

Al googlear la palabra museografía en internet aparece algo mas o menos como que “es el conjunto de técnicas y practicas aplicadas para el funcionamiento de un museo, abarcando el diseño, la producción y el montaje de exposiciones para presentar las colecciones de manera atractiva e informativa”.

El ICOM la define como “la figura practica o aplicada de la museología, es decir el conjunto de técnicas desarrolladas para llevar a cabo las funciones museales y particularmente las que conciernen al acondicionamiento del museo, la conservación, la restauración, la seguridad y la exposición”.

Parafraseando a Juan Manuel Garibay, coordinador Nacional de Museos y Exposiciones del INAH, la museografía es “una línea de territorios conceptuales que se expresan en distintas densidades matéricas, que interactúan unos con otros para tejer una red significativa, donde no debe saturarse de temas o postulados teóricos”.

práctica en donde se ha teorizado desde hace un poco más de dos siglos. Sin embargo, para hacer museografía no necesariamente se debe estar formado en esa área. Históricamente en México, las personas dedicadas a la museografía surgieron de áreas como el teatro, la arquitectura, el diseño o el arte. Hoy inclusive, disciplinas como la arqueología, la antropología, la sociología, el diseño industrial o el diseño de interiores no están peleados con hacer museografía.

Para continuar, en mi experiencia la museografía es una especialización donde se concentran saberes de diferentes ámbitos para ofrecer una interpretación de una serie de elementos, objetos y palabras en un espacio a través de una historia contada desde un punto de vista determinado.

En Baja California existen un número decente de museos, aunque no han crecido al ritmo que lo ha hecho la población. Algunos han ido envejeciendo, como el museo de cera de Tijuana. Otros luchan aún por concretar su proyecto, como el Museo Caracol en Ensenada. Y otros permanecen constantes, como el IIC Museo en Mexicali o el Museo Histórico Regional de Ensenada, protegido por el INAH.

El común denominador de los museos mencionados, y de los no mencionados también, es que se han formado en sus salas a personas dentro -

¿Por qué ha ocurrido esto? Bueno, es

notable que la museografía, de origen, no se ha definido de una manera tan precisa como lo han hecho otras disciplinas que intervienen en un museo. Áreas como la antropología, la etnografía o la arqueología son también relativamente nuevas, sin embargo, ya muy definidas, no así la museografía. Aun así, la mayoría de los museos logran poner en exposición temas muy intere-

santes, bien logrados y con mucho éxito. Las razones por que la museografía no logra consolidar su definición en cuanto a sistema de competencia podrían ser tema de investigación exhaustiva, y vaya que debería ser. Porque al final, los públicos diversos van a los museos a vivir una experiencia, y eso se logra en último momento gracias esa especialidad.

Luis Gabriel Razo Castro*
Exhibición PasajesdehistoriadeEnsenada,circaaño 2002. Colección Museo Histórico Regional de Ensenada. Exhibición

Para ir finalizando el orden de ideas y el objeto central de estas líneas, ofreceré un breve recuento, desde una perspectiva museográfica, de algunas de los momentos expositivos más destacados del Museo Histórico Regional de Ensenada, que este 2025 cumplió 30 años de estar abierto al público.

Una de las primeras exposiciones ofrecida en el MHRE fue la de fotografías del edificio donde se ubica el mismo museo. Se llamó Gritos de libertad, de Abelardo Serrano, fotógrafo de periodismo de Ensenada durante varias décadas. Las imágenes son un recuento en blanco y negro de detalles arquitectónicos en el momento posterior a que fue desalojado como cárcel pública. Las fotos forman parte de la colección del MHRE. Este año se volvió a presentar con motivo del aniversario del museo. El publico siempre se ha mostrado interesado por estas imágenes, que son prácticamente el único testigo grafico de aquel momento.

Otra fue la de Mesoamérica, que narraba las características del poblamiento del área central de México. En esta se expusieron piezas originales en préstamo temporal. Para su montaje se utilizaron bases de cedro y capelos de vidrio normal que fueron utilizadas posteriormente para conformar la exposición permanente del museo. El discurso de esa exposición fue apegado a el discurso institucional de entonces, con características muy educativas y rígidas, sin ningún tratamiento interpretativo. La primera exposición que podría llamarse permanente Pasajes de historia de Ensenada se conformó con una colección de ollas y vasijas de barro elaboradas por los pobladores originarios de Baja California, cura-

da por el antropólogo Mike Willken en una de las salas. La museografía se soportó con mamparas regulares. Entre cada soporte se colocaron cédulas de formato grande que estaban sobre una textura simulando piedra de granito. La información se ofreció en español e inglés. El recorrido se unía a la segunda sala que hablaba de la formación de la ciudad de Ensenada, en ésta se mostraban objetos y vestimentas de uso cotidiano de la época de la fiebre del oro, de gambusinos y unas copias de los hábitos de las tres ordenes religiosas que fundaron misiones en el territorio del Estado.

Años después se renovaron pisos del área de la sala permanente y se rediseño totalmente la museografía. Se construyeron muros falsos de triplay y madera de pino y se dividió por ejes temáticos, en orden cronológico y respaldados por diferentes colores de acuerdo con el tema. Por primera vez se pusieron exhibición permanente objetos recuperados de proyectos de salvamentos y rescates arqueológicos del centro INAH en Baja California. Lo más interesante es que se ofrecen varias piezas únicas, empezando por los huesos fosilizados de un mamut. También el tronco de una balsa elaborada en pino de secoya; una pipa hecha de una piedra poco común y de dimensión grande comparada con otras similares. Puntas de flecha únicas en su tipo y un collar hecho con fragmentos muy pequeños de concha. El museo también ha ofrecido exposiciones temporales que valen mucho la pena, sin embargo, reservaré para otro momento esa historia.

*Asistente de promotor de comunicación cultural.

La Turicata Qué es el arte conceptual

El arte conceptual es una corriente que privilegia la idea sobre la forma, desafiando los límites tradicio nales del arte. Surgió en los años sesenta como una revolución es tética y filosófica.

El arte conceptual es una co rriente del arte contemporáneo que pone el énfasis en el “concep to o la idea” detrás de una obra, más que en su apariencia física, técnica o materialidad. En lugar de buscar la belleza formal o la destreza técnica, el arte conceptual invita a reflexionar, cuestionar y dialogar con el significado que propone el artista.

SentencesonConceptualArt (1969), de Sol LeWitt.

Multidisciplinariedad: Se vale de medios como la escritura, el video, la performance, la fotografía o el sonido.

ARTISTAS REPRESENTATIVOS

ORIGEN Y CONTEXTO HISTÓRICO

Este movimiento emergió en Estados Unidos e Inglaterra durante las décadas de 1960 y 1970, influenciado por el formalismo de posguerra y por los ready–mades de Marcel Duchamp, como su famosa obra La fuente (un urinario firmado como obra de arte). Duchamp rompió con la idea de que el arte debía ser bello o hecho a mano, abriendo la puerta a una nueva forma de creación en la que el pensamiento era el protagonista.

CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES

Primacía del concepto: Lo importante es la idea que transmite la obra, no su ejecución.

Desmaterialización del objeto artístico: Muchas obras pueden ser instrucciones, textos, acciones o instalaciones efímeras.

Participación del espectador: El público debe interpretar, completar o interactuar con la obra.

Crítica institucional: Cuestiona el papel de los museos, galerías y el mercado del arte.

Entre los exponentes más destacados del arte conceptual se encuentran:

Marcel Duchamp La fuente (1917): Fundador del concepto de ready–made. Sol LeWitt Sentences on Conceptual Art (1969). Teórico del movimiento.

Yoko Ono Grapefruit (1964). Arte como instrucción poética. León Ferrari La civilización occidental y cristiana. Crítica política y religiosa.

Ai Weiwei Sunflower Seeds. Reflexión sobre producción y poder.

PROVOCAR AL PENSAMIENTO

El arte conceptual no busca agradar a la vista, sino provocar al pensamiento. Es una forma de arte que se convierte en filosofía, en crítica, en juego intelectual. En Palabras de Sol LeWitt: “La idea se convierte en una máquina que hace arte”. Esta corriente nos recuerda que el arte no está en el objeto, sino en la mente que lo concibe.

Fuente: Microsoft.

Exposición gran formato patio del Museo Histórico Regional.
José Carrillo Cedillo

INSTRUCCIONES PARA LEER A JORGE

Juego de Ojos

Lo primero que leí de Jorge Ibargüengoitia fueron sus textos periodísticos. Dos veces por semana, en la página siete del Excelsior, encontraba un artículo mal llamado ligero, en el que se recreaba una parte de la vida en México: lo mismo asuntos educativos que transporte urbano, mingitorios públicos, obras viales, transporte aéreo o literatura: temas que pueblan nuestra vida diaria, tan cotidianos que casi no se podía dar crédito a que estuviesen tratados con tanto ingenio y precisión.

Eran textos impecables que revelaban una envidiable alma de buen reportero y mejor redactor, porque los comentarios, el sarcasmo, la nota fina, no eran otra cosa que el resultado de una observación acuciosa del entorno. Pero su ritmo, tonalidad y frescura de vez en vez me provocaban un inquietante déjà vu. Y, claro, un día se me apareció la razón: eran como un eco de las columnas periodísticas del “más triste de los alquimistas”, Jorge Cuesta, la figura intelectual más poderosa e incómoda entre los Contemporáneos e impulsor de la generación de Barandal. Como su tocayo Ibargüengoitia, Cuesta también tomaba la pluma para hablar de los pequeños espacios que insuflan la vida de los pueblos. Qué falta nos hace recuperar la Remington periodística de nuestros grandes escritores. Yo tuve la fortuna de convencer a Edmundo Valadés de que casi en todo escritor habita un cachito de periodista y así lo consigné en En estado de gracia. Primero refunfuñó, luego se retorció como chinicuil en comal, pero después de algunos güisquis se dio por vencido y con un suspiro de resignación se limitó a decir: “Tienes razón. Muchos de mis temas me los dio el periodismo.”

de enero de 1928 y murió en un ac cidente de aviación en España hace 42 años este mes. El lugar común nos dice que no murió pues dejó una gran obra, pero me es inevitable sentir cierta nostalgia por lo que ya no pudo escribir. Me he preguntado si en esos instantes finales habría pensado en su propio epitafio. Una calavera que se le dedicara en este mes podría comenzar: Supo que se iba / al atisbar por la ventana / y ver a la Catrina / montada en la cabina / …

Por la puerta del periodismo entré al jardín literario de Ibargüengoitia y ahí disfruté su obra teatral y su narrativa. Conservo las primeras ediciones de Dos crímenes y de Las muertas. Ahora viene a mi memoria, como si lo acabase de leer, un texto en el que Ibargüengoitia habla de lo absurda que es la nostalgia, sobre todo la nostalgia gastronómica de los viajeros mexicanos. Cuenta que un mexicano en Los Ángeles lloriqueaba lo mucho que extrañaba a México, y cuánto echaba de menos el tequila, a lo que Jorge res-

las marcas. “Pos sí”, balcuceó aquél … “¡Pero el limón no sabe igual!”.

Dice Christopher Domínguez que “la ironía fue un elemento importantísimo en la literatura de Jorge Ibargüengoitia. De una cosa no hay duda: este escritor obedeció al principio que dice que si un escritor no se divierte con su creación ésta no vale la pena, y otra cosa segura es que no se pitorreó de la historia oficial mexicana sólo porque es fácil hacerlo, sino que con tal actitud buscó aclarar muchas características internas y colectivas del ser individual mexicano.

“Es importante destacar”, dice Domínguez, “que para él, el sentido del humor era ‘una concha, una defensa, que nos permite percibir ciertas cosas horribles que no podemos remediar, sin necesidad de deformarlas ni de morirnos de rabia impotente’. Este concepto reafirma la idea de francotirador parapetado en la ironía y dedicado a derribar mitos patrioteros y costumbrismos como en el tiro

al blanco. Caricaturista habilísimo, Ibargüengoitia elaboraba arquetipos: del avorazado e inescrupuloso general posrevolucionario en Los relámpagos de agosto, al mismo tiempo caricatura de la novela de la Revolución, al burgués que enfrenta al caudillo convertido en dictador tras luchar contra la dictadura para conservar sus privilegios en Maten al león.”

Muy pocos columnistas en México han recorrido con éxito el sendero humorístico en sus textos. Existe un cierto temor a que se les confunda con cuenta chistes, temor hasta cierto punto fundado pues somos un pueblo que tiene un gusto especial por los juegos de palabras mas poco dado a ver con seriedad el humor. Tengo la certeza de que ese estilo de Ibargüengoitia le era natural, que no hubiese podido cultivar la afectación de muchos “escritores serios”, como también estoy más que seguro de que son mayoría los periodistas y escritores que no podrían, aunque quisieran, escribir con la frescura, el desenfado y la gracia con que lo hacía Ibargüengoitia.

Miguel Ángel Sánchez de Armas*

Tratándose de colaboraciones periodísticas, no podemos ubicar a Ibargüengoitia en un género, puesto que se trata de un estilo. Las críticas y las observaciones resultan más penetrantes o demoledoras si van envueltas en una frase ingeniosa o si arrancan al lector una carcajada, como sucede con muchos de sus textos.

Su obra literaria en cambio es un torrente de imaginación. Imaginación que se le pone a la vida cotidiana, a una excusa que se convierte en cuento, a una nota periodística que se convierte en novela o a una investigación histórica que deviene en una narrativa ágil y fresca.

Ibargüengoitia no tenía empacho en confesar la enorme influencia de su maestro Rodolfo Usigli, gracias a quien fue dramaturgo y por quien abandonó el teatro, como si éste hubiese sido una deidad bivalente de la mitología griega.

“Usted tiene facilidad para el diálogo, dijo [Usigli, en cita de Christopher Domínguez], después de leer lo que yo había escrito. Con eso me marcó: me dejó escritor para siempre … Pero llegó el año de 1957 y todo cambió: se acabaron las becas –yo había ya recibido todas las que existían–, una mujer con quien yo había tenido una relación tormentosa, se hartó de mí, me dejó y se quedó con mis clases, además yo escribí dos obras que a ningún productor le gustaron. (En eso intervino un factor que nadie había considerado: tengo facilidad para el diálogo, pero incapacidad para establecerlo con la gente de teatro.)”

Usigli fue su maestro de Teoría y Composición Dramática en la Facultad de Filosofía y Letras (a la que llegó después de haber abandonado la carrera de Ingeniería en el tercer año), y era tal la admiración por el maestro y el impulso que éste dio a su escritura, que su trabajo literario comenzó con una obra de teatro, de la que se sintió satisfecho por el tibio elogio de Usigli. Varios años y obras teatrales después, Ibargüengoitia decidió abando-

nar la dramaturgia. Se dice que el motivo principal fue que en una entrevista publicada en México en la cultura, Usigli habló de nuevos escritores de teatro, omitiendo su nombre, él, que era su alumno preferido. Fue un trago amargo para Jorge, quien incluso había obtenido una beca de la Fundación Rockefeller para estudiar teatro en Nueva York. De ahí la dolida frase: “Tenía facilidad para el diálogo, pero incapacidad para establecerlo con la gente de teatro”. En este episodio también hay una lección para los maestros, quienes inadvertidamente o a propósito, pueden encauzar el rumbo de la vida de sus alumnos. Desde el inicio, la obra narrativa de Ibargüengoitia fue merecedora de reconocimientos. Su primera novela, Los relámpagos de agosto, obtuvo el Premio Casa de las Américas en 1964. Estas ruinas que ves fue galardonada en 1975 con el Premio de Novela Ciudad de México (y como dato curioso, fue publicada con dos finales distintos: uno en la primera edición de la novela y otro posterior modificado para hacerlo más congruente con los personajes). En Estas ruinas que ves y en Las muertas, Ibargüengoitia hace un retrato divertido y fiel de Guanajuato, su tierra natal, a la que convierte en Cuévano, que permite poner de relieve los contrastes entre el campo y la ciudad, la comparación de la vida en la provincia y la gran urbe, donde lo mejor de todo es que ninguna gana, pues la mirada crítica alcanza por igual a las dos.

Varias de las obras de Jorge Ibargüengoitia han sido llevadas al cine: Estas ruinas que ves Dos crímenes y Maten al león con resultados que no hacen justicia a las novelas. Quizá la mejor de ellas sea Dos crímenes

Como reportero lamenté no haber tenido oportunidad de entrevistar a Jorge. Como lector, de vez en vez visito al escritor y al periodista, y siempre descubro en su obra cosas nuevas.

*Periodista.

LOS ANTIGUOS BANCOS

El Valor de la Vida

La clase, el respeto, la palabra de honor, la muy correcta relación, el prestigio, conceptos que en una visión conservadora dan verdadera clase a las instituciones base de economías mundiales. Los Bancos. La historia de la banca en México comienza con el Banco de Londres, México y Sudamérica en 1864, seguido por la creación del Banco Nacional Mexicano en 1881, que junto con el Banco Mercantil Mexicano, en 1882, fueron los primeros en tener la potestad de emisión de circulante.

Un hito fundamental fue la fundación del Banco de México en 1925, que buscó centralizar la emisión de moneda tras la inestabilidad causada por la Revolución. Posteriormente, se desarrollaron otros bancos y se estableció la banca de desarrollo en 1926, mientras que la estatización de la banca privada ocurrió en 1982, seguida de su reprivatización y la obtención de autonomía del Banco de México en 1994.

Se promulga el primer Código de Comercio con preceptos aplicables a los bancos, requiriendo autorización gubernamental para su establecimiento y estableciendo la figura de sociedades anónimas. 1897: Se aprueba una nueva Ley Bancaria, que limita el privilegio de emisión a un solo banco por estado, lo que llevó a la creación del Banco Central Mexicano en 1899 para intentar unificar la emisión de billetes. 1917: La Constitución

Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que la emisión de moneda debe ser monopolio del gobierno federal a través de un banco central. 1926: Inicia la banca de desarrollo con la creación del Banco Nacional de Crédito Agrícola. 1932: El Banco de México adquiere sus funciones de Banco Central, consolidando su papel en la política monetaria. 1982: Se produce la estatización de la banca privada. 1988-1994: Se lleva a cabo el proceso de reprivatización de los bancos. 1994: El Banco de México se convierte en un organismo autónomo del gobierno federal, quedando fuera de la capacidad de orden del ejecutivo para emitir o prestar dinero.

Dicho sea de paso, y a causa de los pretendidos cambios que el gobierno de México desea hacer monopolizando los poderes, no está exenta la Banca mexicana de pasar a manos de éste para terminar de adueñarse de toda la economía del país a través de la modificación de la Constitución. Cuidado, mexicanos. Recuerdo lo fino, elegante y recatado que era allá, por al menos, a fines de los 2000 el que introducirse a un banco significaba estar a la vista de

los clientes, y más aún de los funcionarios. Un momento de cordialidad, de gran confianza y camaradería mutua generando interesantes relaciones incluso de amistad.

La moda, el buen vestir, el prestigio incluso que significaba el mencionar que laborábamos en un Banco.

Oh, sí. Los que trabajábamos en los bancos adquiríamos un estatus de distinción ante la sociedad. Decíamos: Yo trabajo en Bancomer, yo en Banamex, yo en Banrural, yo en el Internacional, discutiendo y defendiendo cual de todos era el mejor banco.

Las relaciones directas incluso a nivel gerencial eran comunes. El trato de los funcionarios que se levantaban para dar la bienvenida a los distinguidos clientes era sin igual. Un mundo en el cual, por el trato recibido, deseábamos ser incluidos y formar parte.

Tuve la buena fortuna de laborar allá por los ochenta en Bancomer, matriz centro, como auxiliar de Préstamos Personales por alrededor de dos años y definitivamente sí, era el mejor banco (sin comentarios por favor). Glamour, admiración al ver llegar a las grandes personalidades, los buenos clientes, y cierta-

mente, ingresaban al recinto como si estuvieran prácticamente en sus casas. Recibidos por los mismos funcionarios que en gallardía, virilidad y buen gusto mostraban los últimos cortes en refinados trajes, pasándolos a sus hermosos escritorios de fina madera, asientos altos, y ver cómo la cordialidad y amistad generaban placenteros negocios. Una empresa que cumple con todos los requisitos tales como perfecta atención al cliente, facilidades en un sinnúmero de operaciones, algunas avaladas sólo por el poder de la palabra, que dicho sea de paso, ya no tiene valor, sonrientes rostros, y una impecable apariencia por parte de los empleados. Cabe mencionar que sólo la gerencia contaba con un recinto privado por necesidad. Toda la demás área estaba al descubierto dando así a entender que nuestra presencia no pasaba desapercibida.

Gracias a los visionarios banqueros, al menos, por tomarnos en cuenta al darle lugar a uno de los más importantes aspectos de las empresas: El servicio al cliente. Hoy en día, prácticamente el dirigirse a un banco representa un llamado mal necesario.

Un antagonismo brutal en cuanto a relaciones públicas. Las prácticas, probablemente por la delincuencia que obligan a las instituciones a levantar un muro entre las ventanillas y los clientes, un trato muy alejado de los funcionarios, y lo que ya es prácticamente imposible, el que un buen cliente se acerque cordialmente a un funcionario, a través de los escritorios, para tenderle la mano en su caso. No cabe duda el que las nuevas culturas y las circunstancias diversas obligan a estas loables y refinadas instituciones pierdan el propósito real de que, con elegancia refinada, inviten y convenzan a los grandes inversionistas para que dejen sus capitales con el propósito de ser trabajados por éstas.

En estos tiempos, si se trata de ir al Banco, significa una real pérdida de tiempo. Invertir en una larga espera a causa de los deficientes procedimientos para resolver pequeñas dudas. Un trato por demás frío por parte de las y los cajeros que a través de una hermética ventanilla, apenas escuchamos su amable saludo evitando el agradable acercamiento verbal.

Adiós Bancos, fue un placer conocerlos en sus principios. Los disfrutamos. Desgraciadamente esos tiempos ya no volverán, y nosotros los clientes, tendremos que conformarnos con la fría atención de un cajero automático que con un saludo escrito nos pregunta: ¿Qué operación desea hacer?, sin la oportunidad de darle siquiera los buenos días. En estos momentos es cuando deberíamos definir el que si aceptamos darle fin a otro concepto de relación social, estaremos silenciosa y tristemente cayendo en el alejamiento que como entes sociales no fuimos creados. Somos seres sociales por naturaleza.

Juan Rudametkin

LA ESTRELLA FUGAZ Y SU CAPACIDAD DE ASOMBRARME

Cero Quejas

Hace unos días iba de regreso del valle de Guadalupe hacia Ensenada; terminé mi jornada laboral agotada y deseaba de todo corazón llegar a casa. Entonces, en medio de una plática con poco sentido, me llamó la atención que se veía una cantidad inmensa de estrellas. Hacía mucho que no ponía atención en el cielo por la noche; siempre los atardeceres habían robado mis mejores momentos y la noche había quedado resguardada más para las personas que para la naturaleza, pero precisamente ese día decidí voltear hacia el cielo. Si bien la brillantez de las estrellas esa noche era particularmente especial, me sorprendió de frente y sin aviso alguno la caída de una

un micro infarto, me llené de emoción y le grité a mis compañeros que voltearan y disfrutaran como yo, lo que mis ojos acababan de presenciar. Sí, a mis 50 años sentí el asombro de un niño pequeño.

Hablar de esa capacidad es, en definición de la inteligencia artificial, percibir el mundo con frescura. ¡Qué maravilla! ¿no? Ahora que lo pienso, qué feliz nos hace ver cuando los pequeñitos van descubriendo así la vida. Recuerdo la carita de asombro de mi niña cuando en estas fechas, la acercaba a ver esferas y luces a los árboles de navidad. No sé si era el brillo, los colores o las formas, pero sentía muy bonito cuando ella iba descubriendo el mundo.

Alimentar nuestro sentido de asombro nos ayudará, entre otras cosas, a alimentar la creatividad. Es simple, hacer cosas cotidianas de forma diferente. De manera general cuando tenemos ya un hábito establecido es muy difícil modificarlo. Los especialistas siempre recomiendan caminar; poco más de 10 mil pasos es recomendable. Pero y ¿si cambiamos

mismo, nuestro sentido de atención y emergencia. Sin duda muy benéfico para la neuroplasticidad cerebral. Por otro lado, alimentar la capacidad de asombro nos brinda la oportunidad de darle un nuevo sentido a la vida cotidiana. Si bien “todos los caminos llevan a Roma” estoy segura que andar un sendero diferente al habitual nos otorga otras oportunidades de desarrollar nuevas y variadas acciones a nuestro diario vivir, dejará nuevas huellas e inspiración renovada para seguir adelante.

Todo ello nos hará más empáticos con nuestro entorno. Un día, un compañero de trabajo decidió cambiar su ruta hacia el trabajo, en el camino se encontró una caja de herramienta con ocho pequeños cachorritos; los subió en su camioneta y se fue parando en diferentes ranchos buscándole hogar y una nueva oportunidad a esos bebés. Hoy él recuerda con gran cariño lo que esos peluditos hicieron por él, y dice “sin duda ellos me cambiaron la forma de ir conduciendo por la carretera”.

¿Cómo entrenar nuestra capacidad de asombro?

llevar a llenar nuestro día de sorpresas. Como yo, que un día volví a ver hacia el cielo. La capacidad de observación es fundamental en estas circunstancias, pero más aún, la capacidad de querer ver más allá; el sentido de búsqueda que con la cotidianeidad se va perdiendo. Sin duda, ese poder de observación y desarrollo del sentido de búsqueda nos llevara a investigar más allá. Abrir nuestros sentidos será la clave para que la ventana de posibilidades esté a la mano y dispuesta a vivir nuevas experiencias: aromas, texturas, sonidos. No hace mucho, por trabajo me debí quedar en el Valle de Guadalupe –ya que yo vivo en Ensenada– y los ruidos durante la noche son muy diferentes. Aquí me sorprendo cada vez que escucho a los leones marinos, pero allá, escuchar a las lechuzas en la noche fue una increíble experiencia.

Fundamental para desarrollar nuevas sensaciones es tener la determinación de querer aprender cosas nuevas, eso alimentará nuestra capacidad de asombro. Si bien parece casi imposible que, a estas alturas del par

mente en estos días que es temporada baja en cuanto a turismo se refiere y el trabajo es poco, desde hace algún tiempo decidí que es el momento donde puedo aprender cosas nuevas. Hace un par de años, renegando siempre de no poder ejecutar fórmulas básicas en hojas de cálculo, me determiné a cambiar la situación y tomé un curso que me permitiera aprender a usar dicha paquetería. Hoy me sorprendo de los resultados. Y por qué no, cerrar con lo que es un básico para salir adelante: el agradecimiento. He hablado de mi abuela en múltiples ocasiones. Cuando más desilusionada de la vida se sentía por haber perdido la vista, se determinó a cambiar y si bien no recuperó el sentido perdido, desarrolló habilidades como cocinar o salir a caminar a la calle apoyándose de su gente. Ella me enseñó a agradecer siempre. El resumen, la capacidad de asombro es el arte de descubrir la magia en lo más simple.

*Licenciada en Periodismo. Apasionada por el café a cargo de una barra de especialidad en el valle de Guadalupe.

Adriana Carrillo*

QUE LA MEMORIA DE ARIZBEE SEA UNA BENDICIÓN ETERNA

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy nos reunimos con el corazón apretado, pero también lleno de gratitud, para despedir a nuestra querida Arizbee. Una mujer única, intensa, llena de vida, de alegrías y también de carácter; una amiga de verdad, de esas que Dios manda sólo una vez en la vida.

Arizbee amaba profundamente: a su familia, a su hija Mariana, a sus amigos, a su México, y a este país que la recibió y al que ella siempre quiso aportar con esfuerzo, dedicación y amor al prójimo. Sus valores fueron sembrados desde su hogar y reforzados en las Guías Scouts de México, donde prometimos tres cosas:

Cumplir con nuestro deber hacia Dios y hacia México, ser útiles al

prójimo, y vivir nuestra Ley Guía. Arizbee vivió esa promesa cada día. Le encantaba bailar —y aunque bailara sola, lo hacía con el alma— . Era sensible a los olores, testaruda cuando veía una injusticia, y capaz de amar intensamente. Perfecta no fue, nadie lo es, pero fue auténtica, fuerte, buena amiga y

III DOMINGO DE ADVIENTO. CICLO A ¿Eres tú

el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?

Día del Señor

Estamos en el III domingo de Adviento. Tiempo de esperanza y tiempo de alegría, aún en medio de las dificultades que nos rodean. Alegría y esperanza aún en medio de un mundo que parece que no está hecho a la medida de la felicidad del hombre. Pero, eso sí, alegría y esperanza que no nacen de un sentimiento vano e ilusorio de la vida. La alegría y la esperanza cristianas no son ilusorias, no son un mero consuelo construido en el aire para olvidar las dificultades. Este día, también es conocido tradicionalmente en la

leal. Con ella las cosas eran claras: si era sí, era sí… y si era no, era no. Y así la queríamos. Hoy, aunque duele su partida, confiamos en la promesa de Dios. En Juan 11:25, Jesús nos dice: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá.”

Creemos que Arizbee ya descansa en los brazos del Señor, en un lugar donde no hay dolor, donde su espíritu alegre sigue bailando libre. Le damos gracias a Dios por su vida, por lo que nos enseñó, por los momentos que compartimos y por haberla puesto en nuestros caminos. Su luz seguirá viva en Mariana, en su familia, y en cada uno de nosotros que la amamos.

Que el Señor nos conceda consuelo, esperanza y paz.

Y que la memoria de Arizbee sea una bendición eterna. Amén.

En la década de los ochenta, al inicio de las Guías de México.

* Mejor amiga de Arizbee desde que ambas contaban con 10 años de edad. Mensaje leído al final de la misa de cuerpo presente en la Iglesia de Piedra, en Ensenada, el lunes 17 de noviembre de 2025.

(MT. 11, 2- 11)

liturgia católica como el Domingo Gaudete, término latino que quiere decir “Alégrense”, el Domingo de la Alegría, y nos hace recuperar el deseo de tener al Señor entre nosotros. El Señor, no quiere sonrisas postizas, pero tampoco caras largas. El Señor, que va a nacer, necesita de adoradores con espíritu alegre y joviales.

Este pasaje nos presenta las dudas de Juan sobre la personalidad de Jesús. Juan sabía que Jesús era el enviado de Dios, el prometido de los profetas, aquel a quien Él tenía que anunciar como el precursor. Pero lo que estaba viendo que Jesús hacía y decía no coincidía con la idea de lo que Jesús debía hacer. Jesús no se comportaba como ellos pensaban que tenía que ser el Mesías.

Por eso manda preguntar por Jesús si es el Mesías esperado. La respuesta de Jesús es clara y tajante, pero Jesús para demostrar que él es el que tenía que venir y

al que Juan había anunciado desde el desierto no usa argumentos teológicos, sino que les dice a los discípulos de Juan que le digan a su maestro, al Precursor, lo que están viendo y oyendo: “los ciegos ven y los inválidos, andan los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia la Buena Noticia”. Juan conocía muy bien las Escrituras y sabía de memoria lo que el profeta Isaías había escrito sobre la llegada del reino de Dios y sobre el poder del Mesías. Efectivamente, las obras de Jesús hablaban claramente y sin lugar a dudas que Él era el Mesías.

Estas palabras de Jesús que los enviados de Juan seguro que le comunicaron, acabarían por convencerle de que había que cambiar mucho los esquemas que ellos tenían del pasado, Jesús rompía los moldes en los que el judaísmo tradicional quería envolver la figura del Mesías, su mensaje será nuevo por completo, y ese mensaje va a comenzar con su nacimiento. Hoy, habría que preguntarnos y cuestionarnos, ¿cómo está nuestra alegría? Muchos se hacen la idea de que la vida del cristiano es una vida triste, aburrida, y que

el cristianismo sólo produce personas amargadas. Muchos se sorprenden cuando se encuentran con un cristiano feliz. Se impresionan profundamente ante tanta alegría que una persona o una comunidad de creyentes irradia y se cuestionan profundamente al no encontrar en otro lado una alegría tan auténtica y profunda. Los demás cuando se encuentran con esta alegría se dicen a sí mismos: “¡yo también quiero esa alegría para mí!”. El encuentro con un cristiano que irradia la alegría que encuentra en el Señor es muchas veces el inicio de una conversión, pues es una alegría que cuestiona. Este domingo pidámosle al Señor, que nos ilumine para reconocerlo vivo en medio de nosotros y que en este tiempo del Adviento y en la próxima Navidad llene nuestros corazones con la sana alegría proveniente de una fe inquebran- table en Él, y sobre todo para no desanimarnos en el camino de nuestra vida a pesar de las dificultades que se nos presenten. Que el Niño Dios con su venida próxima, los bendiga hoy, acompañe y proteja siempre.

*Presbítero. cpomah@yahoo.com

Carlos Poma Henostroza*
Con Leslie Hatton mantuvo una amistad de décadas.

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