¿Aún nos beneficia la medicina?

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Una enfermera habla con madres en Kenia después del lanzamiento de una campaña de vacunación contra la polio en países de riesgo elevado. Con intervenciones tan sencillas como esta se pueden lograr grandes avances en países de pocos recursos. A veces no hay nada que pueda sustituir a la asistencia humana. Es muy poco probable que la tecnología logre jamás reemplazarla. Un preso ayuda a otro preso enfermo de cáncer en la cárcel California Medical Facility.

RetoSiglo21

laGranIdea

¿   Aún   nos   beneficia   la   medicina   ? B

La medicina se tiene que entender como lo que es: una de las mejores herramientas que tenemos. Es de justicia que nos esforcemos para distribuirla mejor; la desigualdad social solucionable en términos sanitarios es un escándalo. Con todo, es necesario aceptar que no dará respuesta a todas nuestras enfermedades. Además, en su trayectoria actual amenaza con ser lesiva. Progresivamente, la salud de cada uno está en sus manos.

Para terminar con optimismo: tenemos que pensar la medicina de un modo diferente.

CONCLUSIÓN

Debemos alejarnos un poco de la pasión por la tecnología e invertir en atención sanitaria más humana y menos tecnificada, el tipo de atención que presta la medicina familiar. Hay que poner el énfasis en medicina general y no especializada, cuidados compasivos en lugar de guerra total en busca de una cura, algo de aceptación y humildad. La creencia de que podemos conquistar cualquier enfermedad y erradicar la muerte puede ser la fantasía más humana que existe, Julian pero es Sheather Matthew Taylor precisamente eso, una fantasía.

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Agradecimientos: Quiero agradecer a mi amigo Matthew Taylor que me diera la idea para escribir este libro. Nunca le podré agradecer lo suficiente la estimulación intelectual con la que me ayudó y el compañerismo que me demostró. Gracias también a Becky Gee y Jane Laing, mis amables y poco exigentes editoras, así como a Phoebe Lindsley y Tristan de Lancey por un diseño y edición de imágenes tan cuidadoso y sugerente. Por último, agradezco a Imelda y a mis hijos Finlay y Dominic la paciencia y el buen humor infinitos que han tenido conmigo.

Título original Is Medicine Still Good For Us? Edición Matthew Taylor Texto Julian Sheather Traducción Bárbara López Alcázar Revisión de la edición en lengua española  Irma Miranda Chueca Licenciada en Medicina y Cirugía General (Universitat Autònoma de Barcelona). Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Máster en Valoración del Daño Corporal. Diplomada en Enfermería (Universitat de les Illes Balears)

Coordinación de la edición en lengua española  Cristina Rodríguez Fischer

Primera edición en lengua española 2020 © 2020 Naturart, S.A. Editado por BLUME Carrer de les Alberes, 52, 2.o, Vallvidrera 08017 Barcelona Tel. 93 205 40 00 e-mail: info@blume.net © 2019 Thames & Hudson Ltd, Londres © 2019 del texto Julian Sheather ISBN: 978-84-18459-02-3 Depósito legal: B.18801-2020 Impreso en Estellaprint, Estella (Navarra) Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, sea por medios mecánicos o electrónicos, sin la debida autorización por escrito del editor.

WWW.BLUME.NET Este libro se ha impreso sobre papel manufacturado con materia prima procedente de bosques de gestión responsable. En la producción de nuestros libros procuramos, con el máximo empeño, cumplir con los requisitos medioambientales que promueven la conservación y el uso responsable de los bosques, en especial de los bosques primarios. Asimismo, en nuestra preocupación por el planeta, intentamos emplear al máximo materiales reciclados y solicitamos a nuestros proveedores que usen materiales de manufactura cuya fabricación esté libre de cloro elemental (ECF) o de metales pesados, entre otros.


RetoSiglo21

laGranIdea

¿   Aún   nos beneficia   la medicina   ?

Julian Sheather Matthew Taylor


Contenido


Introducción 6

1. Desarrollo de la medicina 18

2. ¿Hasta qué punto es eficaz la medicina?

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3. Medicalización de la vida y la muerte 74

4. Por qué debe cambiar la medicina actual

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Conclusión 128

Lecturas adicionales 136

Créditos de las imágenes

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Índice

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Agradecimientos

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El problema no se limita al dolor de espalda y a las imágenes obtenidas de la columna vertebral. El cuerpo humano es imperfecto y cambiante. Estos últimos años han proliferado pruebas diagnósticas, de venta directa al consumidor, que permiten desde secuenciar ADN para identificar factores de riesgo hasta hacer escáneres cerebrales para detectar una predegeneración maligna. Muy poca de esta información permite identificar cambios clínicamente significativos. Sin los conocimientos especializados necesarios para interpretar la información, este tipo de pruebas pueden generar ansiedad. Nada origina mayor preocupación entre la gente sana que una prueba «científica» de anomalía o la visualización de sombras y formas amenazadoras en una resonancia magnética brillante. Estos resultados, aparte de ansiedad, pueden llevar a la persona a hacerse más pruebas diagnósticas innecesarias. A su vez, estas pueden conllevar un tratamiento superfluo con el consiguiente riesgo de sufrir efectos secundarios.

La incertidumbre y la ansiedad generan sobrediagnósticos y tratamientos excesivos. La definición de enfermedad se amplía y los umbrales diagnósticos bajan. Cada vez más personas se encuentran en un estado «previo a la enfermedad» y se someten a procedimientos tempranos. Esto es positivo. Las enfermedades potencialmente mortales se identifican cuando todavía son tratables. Pero también puede conllevar la identificación de enfermedades en personas que no desarrollarán los síntomas y que no morirán por esa patología. Un sobrediagnóstico puede ser perjudicial: etiqueta a personas sanas como enfermas, las expone a los perjuicios de un tratamiento innecesario y desperdicia recursos.

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CAPÍTULO 2

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Aumentar la actividad médica sin que eso conlleve beneficios para la salud es la definición de exceso de medicina.

Secuenciación de ADN Identificación del orden preciso de los cuatro componentes químicos básicos de una molécula de ADN. Proporciona datos sobre la información datos que transporta una cadena o segmento de ADN determinado.

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Es posible que la información que revelan estos equipos de análisis de ADN caseros requiera una interpretación y explicación médica cuidadosa. Tener más información no es siempre lo mejor. Este tipo de pruebas pueden conllevar sobrediagnósticos y tratamientos caros e innecesarios.

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En 2010, el empresario Jared Rosenthal habilitó una camioneta para convertirla en un laboratorio móvil de análisis de ADN. La explosión de los equipos diagnósticos de venta directa al consumidor conlleva que ahora podemos conocer mejor nuestro estado de salud subyacente. Lo que no está tan claro es cuánta de esta información se puede traducir en hallazgos clínicos significativos.

¿HASTA QUÉ PUNTO ES EFICAZ LA MEDICINA?

Un caso clásico de sobrediagnóstico y sobretratamiento es el cáncer de tiroides. En un brillante artículo de 2013, el investigador estadounidense del sector de la asistencia sanitaria Juan Brito y sus compañeros demostraron que el uso de técnicas diagnósticas cada vez más sofisticadas ha supuesto que se triplique la detección del cáncer tiroideo papilar en los últimos 30 años, con absolutamente ningún cambio en las cifras de mortalidad.


La medicina actual es capaz de logros increíbles. Para los afortunados que pueden darla por sentado, es imposible entender la vida sin acceso a ella. Durante miles de años, la despensa terapéutica fue escasa. Ahora disponemos de anestesia, antidepresivos y analgésicos potentes. Antaño, la cirugía era poco más que una carnicería optimista y hoy en día, implantarse una prótesis de cadera es algo rutinario y operarse de apendicitis, en casi todos los casos, una molestia. Los milagros quirúrgicos existen, podemos verlos en los trasplantes de corazón y pulmón, en la cirugía cerebral y en el uso de robots. La ciencia contemporánea nos ha dado maravillas tecnológicas; llega la genoterapia, la medicina regenerativa florece, y las vejigas y tráqueas cultivadas en laboratorio ayudan a salvar vidas. Sin olvidar los avances que damos por hecho en atención primaria: dar a luz ya casi no reviste el menor riesgo, y los hospitales para pacientes terminales han transformado la atención que se brinda al final de la vida.

A pesar de todos sus logros, crece la sensación de que la medicina lleva una dirección errónea. A

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CONCLUSIÓN

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A pesar de que cada vez dependemos más de medicamentos como los de la imagen, el origen de la mala salud se asocia, habitualmente, al estilo de vida. Maniquíes simuladores anatómicos en un centro formativo alemán en el que se enseña a atender a personas de la tercera edad. Una población cada vez más envejecida supone un reto enorme para la sostenibilidad económica de la medicina.


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Parte de esta sensación está relacionada con las consecuencias involuntarias del éxito. La prolongación de la esperanza de vida no ha erradicado la necesidad de medicarse, lo que ha hecho es desplazarla. Proliferan los trastornos seniles, muchos de ellos incurables en el sentido ordinario de la palabra. Buena parte de las dolencias que nos afectan no se tratan con medicina de alta tecnología. Gran parte de las afecciones incurables, en el estricto sentido de la palabra, requieren tanto asesoramiento y atención como tecnología médica avanzada.

CONCLUSIÓN 131

Después de milenios de impotencia médica, la primera mitad del siglo xx conoció la prosperidad galénica. Los científicos desarrollaron un arsenal farmacéutico extraordinariamente eficaz. Las técnicas quirúrgicas y diagnósticas se transformaron. En Occidente, la esperanza de vida se ha disparado gracias a los avances en salud pública del siglo anterior. Pero a pesar de esta tecnología deslumbrante, el conjunto de avances médicos es cada vez más marginal y, a menudo, los costes son elevadísimos.


Debemos avanzarnos a las enfermedades y centrarnos en los hábitos ordinarios y nada glamurosos que son los puntales de una buena salud. Puede parecer banal, pero sí, tenemos que comer verdura y mover el esqueleto. Enfrentarse a las fuerzas sociales que dificultan estas cosas tan sencillas no será políticamente sencillo, pero hay que hacerlo.

Es necesario recalibrar las expectativas. Somos mortales. Enfermamos y morimos. La vida actual conspira para ocultar esta realidad, pero hay que evitar que la esconda. Mientras neguemos la fragilidad del cuerpo humano y la transitoriedad de la existencia, seguiremos clamando por servicios sanitarios carísimos a cambio de unos beneficios raquíticos para indignarnos de todos modos con el mundo o con los médicos cuando llegue el final inevitable. No perdamos de vista que todavía no se ha encontrado una cura para el resfriado común. Puede que lo más difícil sea debatir y acordar democráticamente cuáles son los límites del presupuesto de atención sanitaria. Está claro que no podemos acceder a todas las intervenciones médicas que queramos o incluso necesitemos. La combinación tóxica de cambios demográficos, expectativas de salud en crecimiento constante, comorbilidades, enfermedades de la opulencia, medicalización e innovación sin límites del complejo médico‑industrial para seguir obteniendo beneficios desencadenará una bancarrota.

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CONCLUSIÓN

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Una enfermera habla con madres en Kenia después del lanzamiento de una campaña de vacunación contra la polio en países de riesgo elevado. Con intervenciones tan sencillas como esta se pueden lograr grandes avances en países de pocos recursos. A veces no hay nada que pueda sustituir a la asistencia humana. Es muy poco probable que la tecnología logre jamás reemplazarla. Un preso ayuda a otro preso enfermo de cáncer en la cárcel California Medical Facility.

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La medicina se tiene que entender como lo que es: una de las mejores herramientas que tenemos. Es de justicia que nos esforcemos para distribuirla mejor; la desigualdad social solucionable en términos sanitarios es un escándalo. Con todo, es necesario aceptar que no dará respuesta a todas nuestras enfermedades. Además, en su trayectoria actual amenaza con ser lesiva. Progresivamente, la salud de cada uno está en sus manos.

Para terminar con optimismo: tenemos que pensar la medicina de un modo diferente.

CONCLUSIÓN 135

Debemos alejarnos un poco de la pasión por la tecnología e invertir en atención sanitaria más humana y menos tecnificada, el tipo de atención que presta la medicina familiar. Hay que poner el énfasis en medicina general y no especializada, cuidados compasivos en lugar de guerra total en busca de una cura, algo de aceptación y humildad. La creencia de que podemos conquistar cualquier enfermedad y erradicar la muerte puede ser la fantasía más humana que existe, pero es precisamente eso, una fantasía.


laGranIdea Debemos avanzarnos a las enfermedades y centrarnos en los hábitos ordinarios y nada glamurosos que son los puntales de una buena salud. Puede pero ¿Aúnparecer nos benefibanal, cia la medicina? sí, tenemos que comer verdura y mover el esqueleto. La sofisticación de la medicina Enfrentarse a las fuerzas socialescontemporánea que dificultan estas es una proeza excepcionalsencillo, que permite a muchas cosas tan sencillas no será políticamente pero personas vivir con unos niveles de hay que hacerlo. atención sin precedentes. Pero el progreso médico tiene un precio que también forma parte del paisaje médico actual: resistencia a los antibióticos, bacterias multirresistentes que mutan constantemente y las consecuencias involuntarias y devastadoras que ha Somos mortales. Enfermamos y morimos. La vida actual conspira supuesto la receta de opioides. ¿La vida para ocultar esta realidad, pero hay que evitar que la esconda. humana se está sobremedicalizando Mientras neguemos la fragilidad del cuerpo humano y la transitoriedad al buscar remedios farmacéuticos de la existencia, seguiremos clamando por servicios sanitarios carísimos para todo tipo de dolencias? ¿Su coste a cambio de unos beneficios raquíticos para indignarnos de todos astronómico fomenta la desigualdad modos con el mundo o con los médicos cuando llegue el final inevitable. global? ¿En qué nos ha fallado la No perdamos de vista que todavía no se ha encontrado una cura para medicina y en qué hace falta que el resfriado común. Puede que lo más difícil sea debatir y acordar cambie? Esta obra incisiva plantea las democráticamente cuáles son los límites del presupuesto de atención preguntas sobre la economía y la ética sanitaria. Está claro que no podemos acceder a todas las intervenciones de las prácticas modernas y el impacto médicas que queramos o incluso necesitemos. La combinación tóxica que tienen en la vida de las personas. de cambios demográficos, expectativas de salud en crecimiento constante, comorbilidades, enfermedades de la opulencia, medicalización e innovación sin límites del complejo médico‑industrial para seguir obteniendo La Gran Idea, una serie transgresora beneficios desencadenará una bancarrota. y divulgativa, provocadora y sugerente, dirige una mirada nueva a las ideas A fundamentales con más repercusión en nuestra vida y en el mundo actual. Su enfoque visual único y la organización estratificada de los textos facilitan la comprensión de conceptos complejos y le proporcionan a todo el público las herramientas necesarias para participar en el debate.

Es necesario recalibrar las expectativas.

Preservamos el medio ambiente

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CONCLUSIÓN

• Reciclamos y reutilizamos. • Usamos papel de bosques gestionados de manera responsable.

ISBN 978-84-18459-02-3


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