ARCADA Metropolitan Office: jovial, ambiciosa, arrojada, concebida para arrasar con todos los concursos, última empresa de la muchachada hambrienta de triunfo y sedienta de gloria – más hambre y sed de otras cosas –, siempre al pie del cañón. Luego de la mención en el Museo de Ñuble –$3.000.000 al esfuerzo titánico– y una semana después del alocado paseo en busca del cheque a Chillán, aborda con singular desparpajo su nuevo encargo: Biblioteca de Los Ríos, boletos a Valdivia, ciudad que hasta ahora se ha salvado del ánimo irreductible de ARCADA. Demás está decir que el premio de Ñuble se gastó casi en su totalidad en interminables celebraciones y en la entrega de Los Ríos, concurso que en nuestro inocente delirio juvenil teníamos ganado en el bolsillo– demencia compartida con todas las oficinas que entregaron, arquitectura es fervor –, ya que previstas estaban todas las variables. Si hasta el jurado de los participantes iba a escoger nuestro proyecto…
Resultado: NADA, cero.