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La conversación del esfuerzo

Por: Julieta Enríquez, Writer, Speaker TED Talk & Coach

Julieta Enríquez Writer, Speaker TED Talk & Coach Ig: @julietaconversa Fb: julieta Enríquez Mc www.julietaenriquez.com

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5:00 a.m., la cama está deliciosa, pero hay que levantarse a hacer lo que hay que hacer.

Mañana de entrenamiento, ya no sientes el cuerpo, pero tú sabes que te falta un último esfuerzo.

Tarde de juntas, que ganas de tomarte un día libre, pero sabes que estás en tu mejor proyecto.

Después de 2 horas de tráfico, ¡qué ganas de tirarte en el sofá!, pero tu hijo te está esperando para jugar.

Extenuante la jornada, te caes de sueño, pero decidiste prepárate más y te pones a estudiar.

El tráfico, el trabajo, la familia, la casa, los hijos, los pendientes, pero tú te arriesgaste a emprender y a hacer un esfuerzo adicional.

La 1 a.m., las 3 a.m., 5 a.m., 7 a.m., quisiera irme a dormir, mi vista está cansada, mi cuerpo reclama, pero me comprometí a terminar este artículo. ¿Alguna de estas frases te suena familiar?

La etimología de “esfuerzo”, en latín proviene de prefijo “ex”, que se refiere hacia fuera y el sufijo forzar, que proviene de “fortis”, que deriva en fuerte; podríamos comprender al esfuerzo, como la aplicación de nuestra fuerza interna a algo en lo externo que obtendremos como resultado, al esforzarnos expandimos la capacidad de acción, abrimos posibilidades y estamos más preparados para las oportunidades. Suena sencilla y lógica la explicación, pero lo que ya no necesitamos es tanta explicación ante la apremiante necesidad de ponernos en acción, para crear mejores condiciones en muchas situaciones.

Cada uno sabe, en qué nos hace falta esforzarnos un poco más hoy, y un poco más de esfuerzo mañana, hay que estirarnos física y mentalmente, para crecer como mejores líderes, padres, madres, hermanos, hijos, estudiantes, colegas, amigos, equipos; pero, sobre todo, como mejores seres humanos y en esta ocasión hago especial mención al extraordinario esfuerzo que implica ser mamá en estos tiempos tan demandantes en todos los sentidos, acompañar a un ser humano desde su concepción y por un momento tener 2 corazones latiendo, para, al fin, vivir la experiencia mágica de parir o también, la valiente decisión de adoptar a un hijo, ver sus primeros pasos, sus palabras, risas y lágrimas, los juegos, los tropiezos, las noches de desvelo, los resfriados y cortadas, sus miedos y sus deseos, alegrías y berrinches, sin pasar de largo tantas horas de tareas revisadas. Ser mamá enfermera, maestra, chofer, amiga, porrista y todóloga, solo por el amor incondicional que nos lleva a dar nuestro último aliento, aun cuando sabemos que los hijos un día se van, abren sus alas y conquistan sus sueños, ahí reconocemos que educar es prepararlos para tomar buenas decisiones cuando tú ya no estés, porque nadie tiene la vida comprada.

Ser mamá en estos tiempos requiere de un enorme desarrollo de habilidades, amor, entrega, determinación, paciencia, empatía y coraje, para salir a delante; así que, hoy dedico mi nota a todas esas mujeres que nos dieron la vida y dedicaron parte de la suya a construir lo que somos, a quienes tenemos la dicha de ser mamás y comprender así el amor incondicional, sin apego y con responsabilidad. Mi respeto y admiración a todas por brindar al mundo mejores hijos, a través de su ejemplo, dedicación y educación.

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