El arquetipo de la “bella mujer muerta” –‘the most poetic topic’, al decir de Edgar Allan Poe en su Philosophy of Composition de 1846–, es gravitante todavía en la estética modernista de América Latina. Constituye un nudo simbólico en donde confluyen pulsiones eróticas y de muerte, codificaciones que asocian a la mujer con la naturaleza en su dimensión sublime, pero también como poder destructor. Se configura, además, como signo privilegiado de la escritura en su autoreferencialidad. Se trata de una articulación semiótica que prolifera en la poesía del período y que dará origen a motivos recurrentes que las autoras desmontan, transformando la iconografía de la pureza, o la peligrosidad sexual femenina, en el contexto de un momento histórico crucial para el posicionamiento de las mujeres en el espacio público. El ensayo propone establecer diálogos entre obras e imaginario cultural, abordando los textos desde el psicoanálisis, la lingüística, los estudios culturales y literarios.