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Diálogo X-Y

La historia da perspectiva y prospectiva. Cada estamento, bajo una coordenada de espacio-tiempo, aborda un hecho, le da contexto y abandera una causa. Cada pueblo o grupo social es responsable de escribir su propia historia. Marcar pautas de reafirmación identitaria o bien separaciones marcadas que definan la posición en el mundo frente a la otredad.

Desde el privilegio, el agravio puede no agraviar. Desde el desconocimiento, el conflicto se observa desde una valla, una frontera que impide la empatía, pero que en tiempos de corrección política, resultan en someros enunciados que buscan asepsia sin la comprensión de las causas históricas que nos han traído hasta aquí. En la era de la información se relativiza el discurso. Las opiniones abundan y cada voz se pierde en un mar de tuits, frugales historias de Instagram, posteos de Facebook, micro videos de Tiktok o tutoriales de YouTube.

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Se abroga la violencia con la violencia misma de la censura y la autocensura. Lo expresado en el pasado se pulsa caduco. La vitalidad por la “novedad” rige… domina. En cualquier escenario, la palestra del deber ser nos confronta con la memoria y en la construcción de nuevos paradigmas, la oleada millennial y la aún más radical generación Z (centennial en inglés), atomiza, descalifica y niega el paradigma anterior.

Ramiro Gomez Los Olvidados 2019 Imagen de David Feldman

Ramiro Gomez Los Olvidados 2019 Imagen de David Feldman

Aquellos niños de la posguerra nacidos entre 1930 y 1948, y que se caracterizan por la austeridad, cada vez tienen menos voz. Y no, no implica que hoy sean adultos mayores y por ello injustamente hayan sido relegados, pues no es la edad la que aísla sino la brecha digital la que no les da eco y más grave aún, cuando son rescatados, su construcción de premisas se tilda de machista, homófoba, antiecológica, heteropatriarcal, vetusta… Vinieron los «baby boomers» (1948-1968) en una era de paz armada y explosión demográfica cuyo valor fue (es) la ambición. Nada resulta más obsoleto que aquel discurso donde la definición del ser se daba por la “tranquilidad” de poseer una casa, un trabajo fijo, un auto, una familia, una cuenta bancaria, una pensión… un seguro contra la infelicidad. Tampoco se salva la generación «X» (1969-1980) con su obsesión por el éxito, pues la clave para obtenerlo conllevó una debatida moral, corrupción y un distanciamiento de los valores civilizatorios y sus consecuencias hoy se atestiguan en las sociedades más allá de la posmodernidad. De ahí la respuesta digital «Y» (1981-1993) con su característica frustración y posteriormente, con la expansión masiva de la Internet y el arribo la irreverente «Z» (1994-2010), las fracturas acabaron por romper lo que en el siglo XX resultó eficaz.

Todos estos actores y actrices que emprenden la gran puesta en escena y cuyo quehacer conecta al orbe, interactúan pero no dialogan. Impensable era (en ese tiempo pretérito que jamás volverá) derrocar ídolos de antaño tal como los vemos ahora caer. Luego entonces, el cambio del paradigma civilizatorio nos obliga a reescribir la historia.

¿MÉXICO ES RACISTA O CLASISTA?

Los mexicanos gracias al mestizaje, a una sociedad tan «revuelta» como la actual, no podemos sentirnos ni de aquí ni de allá, […] el mexicano común, solo vive de sueños, de intentar ser... Aunque vivimos en una sociedad donde el racismo no es aprobado, el acoplarse a una sociedad no es una cosa muy fácil.

Octavio Paz, El laberinto de la soledad

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