HUGO E. TEMPESTA, 54 AÑOS CON LA FOTOGRAFIA Nº 202 - MAYO 2025 - AÑO 21 - $5000 - BUENOS AIRES - ARGENTINA
Sindicato Unificado Municipales de Avellaneda
Adherido a la F.S.T.M.B.A. Personería Gremial Nº 107 y C.T.A. Fundado el 3 de Diciembre de 2015
Av. Belgrano 1287/89 - Tel. 6060-9497
En estos momentos en que parece todo atravesado por la Inteligencia Artificial y no podemos dar crédito a lo que vemos y escuchamos, con empecinamiento muchos seguimos queriendo comunicarnos a la antigua, mano a mano y frente a frente. Así como reconocemos la importancia de la tecnología, podemos sentir inquietud por sus alcances y peligros. Continuaremos el recorrido iniciado en la edición anterior donde
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Una variante que proponemos es usar la Inteligencia Emotiva. Esta misma emotividad que entra por la retina, se trasmite al cerebro y comunica al corazón infinidad de sensaciones dadas por lo que vemos en el visor de una cámara foto-
mostrábamos los últimos lugares donde estuvo el Papa Francisco. Visitamos el Vaticano y la Clínica Gemelli durante su internación. Los lugares que mostraremos en esta edición están relacionados con el arte, tanto sea la Escultura, la Música ó el milenario trabajo del Vidrio. Estos temas se encuentran acompañados por vistas de las ciudades visitadas y su conexión cultural e histórica con Avellaneda.
gráfica, aparentemente rígida y fría. Gran logro de la tecnología el poder capturar la emoción y, en el mejor de los casos transmitirla. Devaluada u olvidada, no perdamos la posibilidad de emocionarnos, hay cosas de las cuales no se vuelve.
El Editor
Tapa: Taller de vidrio de Murano, Venecia. Foto Hugo Tempesta
Madrid - Avellaneda
Poner un pie en Madrid fue comenzar una búsqueda personal por temas culturales e históricos que nos hermanan con Europa. La habitual visita panorámica de la ciudad nos permitió tomar contacto con los edificios más modernos y los más antiguos de la avenida Castellana. La Plaza Colón con su alto monumento y como contrapartida el retrato de una niña Julia, obra hecha con tecnología 3D. La Mujer con Espejo de Botero aparece en otro sector. La célebre Puerta de Alcalá, obra de estilo Neoclásico del Arq. Sabatini, es una de las cinco puertas que dan acceso a la Ciudad. El Jardín Parque del Retiro de 120 hectáreas creado en 1640 por disposición de los Reyes. El
Museo del Prado con sus obras clásicas del Greco, Goya,Velázquez, el Bosco, a su lado la Real Academia Española y la Iglesia San Jerónimo el Real. El Museo Reina Sofía proponiendo apreciar artistas de vanguardia como Dalí, Picasso. La Fuente de Neptuno, la de la Diosa Cibeles y la de las Cuatro Estaciones y a cierta distancia el antiguo Palacio Real de Madrid que ocupaban los Reyes de España, hoy utilizado para actos protocolares, Museo y Biblioteca. Su Plaza Mayor, la arquitectura moderna y rupturista como son las torres inclinadas conocidas como Puerta de Europa y los grandes estadios deportivos. Es palpable la sensación de estar en Buenos Aires, la torre Metrópolis dando inicio a la Gran Vía nos traslada a
nuestra Avenida de Mayo, donde su anchura da lugar a muchos ejemplos de la hispanidad en su esencia.
Texto y fotos Hugo Tempesta
Parque del Retiro de Madrid.
Revista Avellaneda en Fotos Recorrida Europea
Museo del Prado Madrid. Foto Hugo Tempesta.
Revista Avellaneda en Fotos Recorrida Europea
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La música nos une
Sergio Aschero nace en Buenos Aires el 8 de junio de 1945. Se forma profesionalmente en Argentina, España e Italia. Inicia sus estudios musicales en el Collegium Musicum de Buenos Aires con el maestro Guillermo Grätzer, continuándolos en el Conservatorio Nacional de Música de Buenos Aires y en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, donde obtiene el título de Profesor Superior de Armonía y Composición. Se doctora en Musicología en la Universidad Complutense de Madrid en 1972. Obtiene (con el reconocimiento de la folklorista Leda Valladares) una beca otorgada por el Fondo Nacional de las Artes (1965) para
realizar un relevamiento musicológico de los Chahuancos en la provincia de Salta, y otra, (con el reconocimiento del maestro Ljerko Spiller) para realizar seminarios de especialización en música contemporánea en el Instituto Di Tella (1968).
“Aschero es un llamado a las mejores fuentes de la nobleza artística comunitaria.”
Ramón Barce, 1972 (compositor español)
“Consideramos que la obra sistemática del Maestro Aschero debe ser utilizada en el sistema general de educación musical.”
Virtuosos de Moscú, 1976 Concertistas rusos que vivían en España.
“Lo que me parece notable de su aporte es la cientificidad que sirve de marco a su grafía y su enorme poder sintetizador en lo que respecta al lenguaje que propone. Realmente me sorprende su capacidad analítica y resolutiva en un tema tan complejo como el de la semiótica de la música.” Daniel Barenboim, 2007 (director de orquesta y pianista argentino)
Nota del Editor
Sergio Aschero vive en Avellaneda y continúa investigando y difundiendo su creación, la Numerofonía de Aschero
Fotos Hugo Tempesta
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Plaza Mayor Madrid. Foto Hugo Tempesta.
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Barcelona - Avellaneda
La capital catalana abierta al mar Mediterráneo, afamada por Gaudí y por su arquitectura modernista, por sus ramblas, su Barrio Gótico y los recuerdos de las Exposiciones Universales y olimpiadas que tuvieron lugar allí. Gaudí y su célebre templo de la Sagrada Familia, La Casa Milá, la Casa Batlló. el gran arquitecto declarado Venerable por el Papa Francisco, en vías de ser canonizado. En el Paseo de Gracia se encuentra el Consulado Argentino, lugar que visitamos para presentar el proyecto cultural “Vergottini, maestro y alumno, viejo y nuevo mun -
do”, relacionado con el escultor catalán Arturo María González, quien fuera maestro del escultor argentino Julio César Vergottini en la ciudad de La Plata entre 1919 y 1923. El Palacio Museo Nacional de Cataluña, la montaña Montjuic, el Castel de Montjuic como Villa Olímpica a partir 1992, son puntos de interés. Así como la Fundación Joan Miro, el Parque de la Ciudadela que era un lugar del ejército y hasta tiene un Arco del Triunfo Art Nouveau construido para una exposición.
Texto y fotos Hugo Tempesta
Taller del maestro Arturo María González en La Plata, con su alumno Julio Cesar Vergottini.
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Revista Avellaneda en Fotos Recorrida Europea
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El escultor del castillo
Conocí a Vergottini cuando me pidieron que le tomara fotos para una revista de Avellaneda. Era febrero de 1998. Pude entonces comenzar a desentrañar el misterio que me producía el castillo. Lugar poco común ubicado en la calle Vieytes 2002 del barrio de Barracas, donde vivía el escultor desde el año 1974 gracias a la ayuda de sus amigos que hicieron la gestión ante la Secretaría de Obras Públicas, de la cual dependía esta construcción. Vergottini, debido a la bohemia que profesó durante toda su vida, se encontraba sin recursos económicos y sin vivienda, ya que tuvo que dejar la de La Boca, donde vivió y trabajó durante años. Fui recibido con amabilidad y comencé la sesión fotográfica, en la que Vergottini colaboró totalmente y accedió a mis pedidos. Se escuchaba música clásica a gran volumen ya que el escultor no oía bien. A pesar de que el castillo se ubica del lado del Riachuelo que pertenece a Capital Federal, los habitantes de
Avellaneda lo consideramos como algo propio.El lugar resume tanta historia que sería largo enumerar todos los hechos que allí sucedieron. Baste decir que por allí pasaron las columnas de las Invasiones Inglesas en 1806 y 1807, cuando el puente llevaba el nombre de Gálvez.
Zona de saladeros y posteriormente de frigoríficos. Y fue desde el Frigorífico La Negra que partieron los obreros que atravesaron este puente para protagonizar el 17 de octubre de 1945.
El tiempo pasó y nuestro artista ocupa la que sería su vivienda definitiva y taller donde dio forma a una parte muy rica de su producción. Adhirió a su estilo naturalista de fines del siglo XIX del que no se apartó jamás.Acompañó el arte con una vida austera y despojada de comodidad.
La fuerza de sus obras, mayormente dedicadas al hombre de trabajo y a La Madre en varias esculturas, hablan por sí solas. Estudió con el maestro escultor catalán Arturo María González en la Ciudad de La Plata, entre los años 1919 y 1923. Con 23 años comenzó a viajar con su hermano
Carlos José (Marius) dibujante, por Latinoamérica, Africa y Europa.
En el epílogo de su vida trabajaba en una escultura dedicada “al Padre”, que no pudo concretar. De este boceto registré parte de su elaboración, en lo que se puede considerar su obra póstuma.
Por la breve descripción que hago, llego a la conclusión de que el Maestro Julio César Vergottini fue modelo de un estilo de vida que dedica con pasión toda su energía para legarnos lo sublime, lo excelso.
Sus manos apretaron las manos de sus amigos, acariciaron a sus queridos perros y de paso nos regalaron la arcilla, el cemento y el bronce, transformados en obras irrepetibles que lo hacen universal.
Su presencia seguirá sintiéndose en su castillo, en cada una de sus obras, en los momentos dedicados a la amistad, teniendo en común el arte, que nos enriquece y nos da un poco de sana locura.
Texto y fotos Hugo Emilio Tempesta. Febrero de 2025
Consulado General y Centro de Promoción de la República
Argentina en Barcelona
Sr. Agregado Cultural S/D
Presente
De mi consideración;
Pongo en su conocimiento que me dedico a la fotografía documental desde el año 1971 en la Ciudad de Avellaneda, Buenos Aires, Argentina.
Han pasado 54 años y continúo mi trabajo, que incluye los más diversos aspectos del quehacer del pueblo de Avellaneda.
Siendo una de las características salientes su cultura, expresada por sus teatros, cines, escuelas de arte y centros de exposiciones.
Habiendo realizado al presente más de 50 muestras fotográficas le informo de un proyecto que une Avellaneda y Barcelona, a través del arte escultórico.
El mismo lleva como título; “Maestro y alumno, viejo y nuevo mundo”.
Julio César Vergottini fue un gran escultor que abrazó el naturalismo de fines del siglo XIX, principios del siglo XX.
Nuestro artista estudió con el maestro escultor catalán Arturo María González, en la Ciudad de La Plata, Buenos Aires, Argentina, desde 1919 hasta 1923.
Sería importante que consideren la propuesta de exponer mi trabajo fotográfico e investigativo sobre Julio César
Vergottini, que incluye registros que realicé al artista, en el espacio que consideren apropiado a tal fin.
Adjunto mi revista “avellaneda en fotos” y demás elementos que fundamentan el sentido de la exposición y los lazos que unen a los dos maestros escultores.
A la espera de su respuesta lo saludo atte.
Hugo E. Tempesta Fotógrafo Documentalista/ Editor www.avellanedaenfotos.com.ar hetempesta@gmail.com
Tel. 2116 7027
Paseo de Gracia. Foto Hugo Tempesta.
Maestro de la estatuaria universal
La ciudad de La Plata tiene un derrotero artístico que comienza al poco tiempo de su fundación, tan pronto como la misma se hace elevada labor en la erección de los grandes palacios que sellan el principio de este advenimiento ciudadano. Nacida en esa forma bajo el impulso creador integralmente considerado como tal, el arte tenía inevitable necesidad culminativa y su aplicación y manifestación terminaría dando el carácter de una definición que traspasó fronteras y ejemplificó en el orden urbanístico un concepto que no ha perdido vigencia aún.
Arturo González, el escultor, el joven errante que recorrió en alas de sellada vocación artística distintos países y llegó en ese rumbo incierto a esta ciudad un año antes del centenario, en 1909. Nacido en Barcelona conoció rápidamente el vivir en la independencia de una juventud rebelde pero empeñada en la búsqueda perseverante de su destino.
Los grandes interrogantes que se presienten prematuramente cuando el temperamento desborda a la criatura humana, se hicieron formas y arabescos. Conociendo la disciplina de la estatuaria de dos portentosos escultores españoles; Querol, el autor del monumento conocido como de Los Españoles en Palermo Buenos Aires y de don Mariano Beuilliure, el escultor de la tauromaquia y otros españolísimos temas, de quien también Buenos Aires se enorgullece tener su monumento a Bernardo de Irigoyen, emplazado sobre la avenida Callao y Paraguay.
Bajo el haz de luz de esos contactos, Arturo González comenzó a prepararse en el duro y difícil lenguaje de las formas. Conoció en Paris, donde residiera, la dulce amargura de la bohemia…siempre bienhechora porque agudiza y templa inmejorablemente a los dotados para el triunfo. De aquellos años de buhardilla quedó, como es lógico el reguero anecdótico. El hambre bordeaba las jornadas con excesiva frecuencia y todo dependía, a veces, de la ocurrencia heroica. en esta suerte especulativa González y sus colegas colgaban una sartén de larga soga
en la que escribían; “No tenemos que comer”. Golpeaban estrepitosamente ese elemento desde lo alto del edificio hasta que algún conmovido le ataba comida o dinero. Pero…como en la famosa décima de Calderón apareció un día quien no teniendo sartén corto la soga y se la llevó. La Plata, ciudad que mereciera ser llamada la Atenas del Plata levantó muy alto su fervor por las artes y la literatura.
No comenzó desde abajo, ciertamente, debió hacerlo en el alto nivel que le fijaron sus forjadores que tenían la visión de las grandes manifestaciones de países proverbialmente tradiagonales. Los cenáculos, las jornadas de gran teatro que conocieron nada menos que interpretaciones de Sarah Bernhardt en el Apolo de la calle 54 se hicieron culto exterior en los juegos florales donde la gracia y
la poesía se vestían de primavera bajo el aromático y tierno verdor de los tilos. Arturto González fue el escultor, el predestinado escultor de la ciudad de esa poesía y de ese perfume que son esencia altamente determinativa y simbólica en el carácter señero de la gran capital, que se hizo universitaria y fue canto en los versos del hímnico poeta de su estudiantina. Mas si en la calma de una onda noche vibra un silencio de eternidad es que meditan con toda el alma los estudiantes de la ciudad. Poco a poco fue quedando atrás el arribo de Arturo González a la ciudad de las diagonales, todo fue creciendo, no solo en la ambición sino en la realidad pulsativa que despierta con cada mañana frente al perfil de una nueva realidad. De este tipo de suerte nuestro escultor quedó atrapado por la sugestión del influjo pampeano que se eleva en ciudad o alimenta indistintamente a ese árbol jalonante de nombre dulce, como así lo nombra a través de su personaje el gran dramaturgo Alejandro Casona El Ombú.
Raíces tentaculares clava el hombre en la tierra cuando se identifica con lo telúrico. Su actuación juvenil en España y luego su estada en París en Montmartre inmortalizado por la célebre partitura puciniana y también Costa Rica, Estados Unidos, Brasil, fueron quedando atrás. Se sumaron años de fervorosa labor, más de cincuenta, oportunidad en los que la ciudadanía ofreció en distintos actos que se prolongaron en la Capital Federal los testimonios de un reconocimiento bien ganado. Hablaron los tribunos, le ofrecieron sus versos los poetas, un concierto público le fue dedicado; se emitieron audiciones radiales y sus amigos y admiradores fundieron una obra suya en bronce, que recibió con destino al Museo Pedro de Mendoza de La Boca, siendo su director el pintor Benito Quinquela Martin. El reconocimiento siempre tan frío, por no decirse indiferente en vida, expresó sus testimonios admirativos.
Arturo González fue fundador de instituciones artísticas y gremiales en pro -
palación del arte y sus cultores. Ejerció la tarea docente como creador de nuevas disciplinas, aplicando el arte como tarea manual y artesana, interviniendo con aquellas tareas colectivas de sus alumnos en competencias internacionales que exaltó la “ilustración artística” publicación eco del acontecer mundial en arte que le dedicó en una de sus tiradas Oliva Schreider, publicó en Inglaterra su libro “La Mujer y el Trabajo”, luego, traducido a varios idiomas, quien igualmente incluye en sus páginas amplias referencias sobre este mismo particular.
Las obras de nuestro escultor recibieron premios cuya nómina se haría extensa hasta el cansancio. Está representado en museos provinciales y nacionales, como así también sus obras pueblan y ornamentan lugares públicos en memoración de distintos personajes y acontecimientos. Retratista admirable, modelador impulsivo, no reflexivo…espontáneo de una expresividad tocante en el virtuosismo de los grandes; su obra como tal corre uniendo su nombre con el de sabios y figuras tutelares de nuestra historia ciudadana. No son por cierto menos significativos y constituyen por el contrario obras capitales en su producción los hermosos desnudos por el realizados. Ajenos a toda sensualidad eclipsada siempre por algo más profundo y humano como es la redención del ser…y en algunos casos en actitudes de retorcimiento como si quisieran escapar a la propia dimensión de lo físico en un salto hacia adentro en busca del templamiento regulador de su débil existencia terrenal. Su vida de artista toda ofrece los contornos de la materia modelada, como si la profesión de hacer imágenes se manifestara refleja y determinativamente conformando un paralelo de contactos vivos y semejantes entre la obra y el espíritu rector que la engendrara. Arturo González fue eminentemente retratista y como tal se realizó la viva y palpitante imagen de sus contemporáneos que son la historia misma de la ciudad capital del primer estado
argentino. Traducidos a la perennidad del bronce o de la piedra. Sabios como Korn, poetas como Almafuerte, pedagogos como Jáuregui y Legarra, eclesiásticos como Monseñor Rassore, hombres públicos como el ilustre fundador de nuestra universidad, el Dr. Joaquín V. González, el Gral. Mosconi, alma mater de YPF y tantos otros ilustres modelos fueron exaltados por este escultor que un día le hiciera exclamar al gran Rogelio Yrurtia al enfrentar una obra suya; “el realizador de este retrato es un maestro de la estatuaria universal”. Su estudio en la calle 54 de esta ciudad de La Plata cesó su febril labor creativa el 25 de noviembre de 1959, fecha de su desaparición terrenal. Pero el mensaje del arte sigue su derrotero de paz y de ahondamiento espiritual que lo hace eterno como eternas resuenan por siempre las palabras del creador. Un discípulo fiel y talentoso ha dejado, Julio César Vergottini, también sigue aquel derrotero una mujer: su noble compañera que cuida de cuanto ha quedado poblando el estudio ahora inactivo del maestro. Toda existencia del escultor Arturo González estuvo matizada por una docificante conducta ejemplarmente ciudadana rayana en el desinterés y la solidaridad, como correspondía a su auténtica alma de artista. Sus obras apasionan porque él fue un apasionado, su dimensión de artista conmueve porque supo vivir siempre tenso en la constante y única razón de su predestinación humana dar forma al barro que como la imagen y semejanza del gran creador hizo al hombre como su propia imagen. El próximo domingo 23 a las 11hs. al cumplirse el décimo aniversario de su desaparición, los que fueron sus compañeros discípulos y amigos se darán cita frente a su tumba en la necrópolis local circunstancia en la que tendrá lugar un acto evocativo del que daremos el detalle correspondiente en dicha fecha.
Diario El Día de La Plata, miércoles 19 de noviembre de 1969
Venecia - Avellaneda
Nos trasladamos al Tronchetto, (isla artificial en la laguna de Venecia), para tomar un barco privado que nos lleva por el canal de la Giudecca al centro histórico de Venecia. Conocemos la Plaza San Marcos donde se encuentran la Basílica o el Campanile, el Palacio Ducal y una fábrica de cristal de Murano, donde admiramos las técnicas tradicionales del trabajo en vidrio. Las gaviotas sobrevolaban el espectáculo del Carnaval con sus imaginativos trajes y máscaras, fue inigualable la sensación de presenciar el pasado. Vimos las célebres Góndolas pasando debajo del Puente de los Suspiros, cuyo nombre no remite a temas amorosos ya que los suspiros eran los de los condenados que lo atravesaban con destino a la prisión, de la cual nunca saldrían.
Texto y fotos Hugo Tempesta
Revista Avellaneda en Fotos
Revista Avellaneda en Fotos Recorrida Europea
Revista Avellaneda en Fotos Recorrida Europea
Venecia. Foto Hugo Tempesta.
Revista Avellaneda en Fotos Recorrida Europea
Murano
Murano es una isla de la laguna Véneta, en el noreste de Italia, en la región del Véneto. Se encuentra aproximadamente a 1 kilómetro de la ciudad de Venecia y es famosa por su artesanía del vidrio, particularmente por sus lámparas, vasos, copas y adornos. Alberga 6000 habitantes, aproximadamente. Está compuesta por siete islas más pequeñas divididas por canales y ríos pero comunicadas entre sí mediante puentes. Se la conoce en todo el mundo por la citada producción de vidrio artístico artesanal (soplado). Gracias a la artesanía de la isla, esta goza de un gran flujo turístico. El vidrio muranés es habitualmente objeto de imitación, pero la calidad de la misma es en comparación escasa. En el islote de Murano, lleno de casas renacentistas y con su característico faro blanco, la producción de objetos de cristal se mantiene como la más alta expresión de trabajo refinado de numerosas dinastías de maestros vidrieros que se han transmitido el arte de transformar la arena con el fuego y el aire, en el más estricto secreto de su isla. Se dice, de hecho, que la tradición de objetos de cristal se remonta al antiguo Egipto y que llegó a los romanos para adornar las casas nobles, pero que tuvieron que pasar aún muchos siglos antes de que, gracias a la influencia árabe y asiática, se desarrollase un arte propiamente dicho. Lo cual sucedió en Venecia cuando, para prevenir los incendios en tierra firme causados por el proceso de elaboración del vidrio, Murano fue elegi-
da fábrica “flotante”. Siendo el proceso de creación del cristal muy complejo y económicamente relevante, los vidrieros fueron autorizados a llevar espada y gozar de algunas inmunidades, pero no fueron nunca autorizados a dejar la República precisamente para no difundir los secretos de su arte. Durante siglos, los vidrieros de Murano mantendrán un estrecho monopolio de la calidad y el proceso de producción del cristal: millefiori, cristallino, esmaltado, lechoso, etc., hasta llegar a descubrir de nuevo los antiguos cristales romanos, las actuales murrinas. Murano sigue siendo sede de laboratorios artesanales donde los artistas trabajan el cristal para la comercialización en masa, así como para hacer obras originales y únicas, especialmente las imitaciones de las piedras preciosas. Con el tiempo, muchas de las tiendas y talleres históricos se han convertido en marcas internacionales como Salviati,
Barovier & Toso, Ferro Murano, Berengo Studio en cuyas fábricas los artesanos siguen usando las antiguas técnicas a la hora de realizar lámparas y murrinas, otro símbolo del made in Italy, con una marca tutelada que garantiza la calidad y el origen. Hoy en día los turistas que visitan los talleres de los grandes maestros del cristal de Murano que ayudaron a Picasso, Fontana y Chagall a crear sus obras de cristal, no pueden por menos que comprar las maravillosas lámparas, vasos, joyas, jarrones, delicados e impalpables o gruesos como el mármol, blancos como la porcelana o decorados en frío, para participar de la antigua tradición antes de ir al Palacio Giustinian para admirar las obras expuestas en el Museo del Vidrio, que muy a menudo recibe las donaciones de los mismos hornos de Murano.
Fotos Hugo Tempesta
A ras del piso
Blancas. Azules. Tiritas de color. Negras. Naranjas. Firmes. Chuecas. Abrochadas y abotonadas. Con cordones. Limpias y algunos lustrados. Lentas.Y se apuran de a ratos. Embarradas. Gastados. Desparejas. Juguetonas. Peleadoras. Pisoteadas. Avanzan. Miles y miles de zapatos y zapatillas llenas de pueblo trabajador. Sentado…puedo apreciarlas.