Avellaneda en Fotos - Nº 188

19 AÑOS

HUGO E. TEMPESTA, 52 AÑOS CON LA FOTOGRAFIA Nº 188 - OCTUBRE 2023 - AÑO 19 - $2000 - BUENOS AIRES - ARGENTINA

Revista Avellaneda en Fotos

Editorial

Un recordatorio rápido El título no me pertenece, estaba en unos carteles del Servicio de Salud Mental del Hospital Fiorito, en plena pandemia de Covid 19 (julio de 2020). “El incremento de la demanda de asistencia, la sobrecarga, la exigencia de tomar decisiones complejas en el contexto de emergencia sanitaria, pueden profundizar la irritabilidad, la impotencia, el miedo, la f r u s t ra c i ó n y la tristeza.

También es probable que nos sintamos tristes, estamos atravesando un duelo, el duelo por lo que habíamos proyectado. Ahora sentimos incertidumbre sobre el futuro”.

Varios términos de la nota se podrían aplicar a la situación política que vivimos entre las PASO, la Primera vuelta y el Balotaje del 19 de noviembre próximo. El más noto-

rio se refiere a la SALUD MENTAL y en segundo término LA INCERTIDUMBRE SOBRE EL FUTURO. Por otra parte, habla de tomar DECISIONES COMPLEJAS. Creo que son muy simples en este caso. No recuerdo otro momento donde la evidencia sea más notoria. El duelo que atravesamos por lo que habíamos proyectado y no sucedió, de ninguna manera debe volcarnos a profundizar a extremos inimaginables nuestra decisión. El tener claro a qué sector social uno pertenece y la defensa de lo obtenido, en políticas sociales, económicas y de ampliación de derechos requiere; racionalidad, calma, memoria y estado de alerta.

El editor

El Editor

Tapa: Grúas del Docke.

Foto Hugo Tempesta.

Sumario Nº 188 // Octubre 2023 Pág. 3 - Editorial Pág. 4, 5, 6 y 7 - Música Casa de la música Pág. 8 y 9 - Documentalismo Boletos y monedas Pág. 10 - Homenajes Indio Pág. 11, 12 y 13 - Documentalismo Plaza Alsina, ayer y hoy Pág. 14 - Política Caminata de la victoria

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Trabajo Música

Casa de la Música En Avellaneda se concreta un proyecto que lleva veinte años esperando Nelly Gómez forma parte de la Comisión Directiva de la Fundación Casa de la Música. Ella nos da detalles de la iniciativa que encontró eco en Avellaneda. Una vez más nuestra ciudad atiende las necesidades de su pueblo e inaugura una idea que será federal.

Me decías que naciste en una familia sin holgura económica y que todo lo que conseguiste, que es muchísimo, fue con esfuerzo propio, contame esa historia.

La música y el arte me acompañaron siempre, la curiosidad fundamentalmente.

Fui el bichito raro en mi familia, aprendí a leer de más chiquita, pero por curiosidad, no era una persona muy sociable, así de jugar. Aprendí a leer a los cinco años y quería leer todo lo que pudiera. Descubrí Radio Nacional, ahí empecé a escuchar música que en mi casa no se escuchaba. Pedí hacer danzas clásicas porque alguna vez había visto una bailarina, o tocar el piano. Nada de esto se pudo concretar, pero mis papás me escucharon y como pudieron compraron una guitarra. Entonces de chiquita estudié ese instrumento. Después sucedieron muchas cosas difíciles en la vida, momentos difíciles del país y me alejé, no de la música en general, pero si de hacer música. Fui mamá joven, tuve tres hijos, mi primera hija falleció cuando tenía cinco años y medio y ahí ya te dije todo, una vida muy difícil.

Estuve unos años parada y cuando decidí volver, volví con todo al conservatorio siendo más grande, por supuesto al piano, algo que no había hecho. No era sencillo porque tenía hijos, después me separé, tenía que mantener mi casa y mis hijos yo

Nelly muestra una obra de Pérez Esquivel, que le fue obsequiada por el autor

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sola. Se hizo complicado, pero creo que fue la música la que me ayudó, además de mis dos hijos obviamente. Me ayudó la fortaleza interna que podía encontrar en la música.

Pero como era muy difícil aparte sostener el tema del piano, porque es muy complicado, se necesita mucho tiempo de práctica, ya quería dejar. Me estaba costando demasiado y un maestro de las materias troncales para la composición me dijo que yo no tenía que dejar porque él me veía llegar con la cara muy demacrada, muy cansada y cuando salía a las diez y media de la noche del conservatorio era otra persona. Terminé con piano, fue difícil, y pude empezar la carrera de composición, que es lo que a mí más me gusta. Ahí empezó el camino de poder expresar a través de los sonidos todo lo que las palabras no alcanzan a decir.

Es muy profundo, sabemos que la vida sin el acompañamiento de las artes sería difícil de tolerar. Particularmente creo que la música es la disciplina que está presente en todos los momentos de los seres humanos.

Esas experiencias dolorosas y esa lucha impulsan ideas como la creación

de la Casa de la Música en Avellaneda, (en calle Colón 167, casi Hipólito Yrigoyen) ¿Es una iniciativa tuya?

No es mía, formo parte de los fundadores de la Casa de la Música, pero esta es la historia que viene desde lo académico a mi contacto con el mundo popular. Respeto muchísimo a los músicos populares, rockeros, folkloristas, tangueros, lo que noto es que tienen un sentido de solidaridad que en la academia no existe. Esta idea de fundar una Casa de la Música es antigua, tiene como veinte años. Un grupo de músicos independientes, buscando mejorar la situación del músico, la música, que no trabajan para grandes productoras, para que tengan sus espacios y sus derechos. Así fue como se logró el Instituto Nacional de la Música (INAMU).

Los impulsores fueron Diego Boris y Celsa Gowland. Estábamos en la casa de la vicepresidenta del Foro Argentino de Compositoras, (que era nuestra sede) y vinieron a contarnos esta idea de la Ley de la música y la creación de un instituto. Ahí empezó y yo enseguida me prendí, porque todo lo que tenga que ver con lo social, para mí es muy importante.Ahí empezó una relación muy estrecha con los

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Música

músicos populares. Después, la Ley de Cupo Femenino de las músicas en escena, que a mí no me afecta, si me afecta todo el entramado con lo femenino en la música, entonces estuve al lado de Celsa y las músicas, en esto que también se hizo ley en 2019. Se descansó un poco y Celsa dice, bueno Nelly, ahora tenemos que lograr la Casa de la Música. Somos siete nada más, que estamos a la cabeza, pero hay muchos honorarios y muchos que van a ser adherentes y van a ayudar a todo esto. ¿El impasse fue por la Pandemia?

Si, por la pandemia hubo un impasse, pero por ejemplo el INAMU trabajó muchísimo con fomento, ayudando a los músicos que no tenían ingresos al no poder trabajar. Los músicos que tenemos títulos habilitantes y podemos dar clases mantuvimos nuestro trabajo, pero para los que trabajan con el público y su dinero ingresa por ahí, fue muy pesado. El Instituto hizo un esfuerzo muy grande para ayudar todo lo que se podía y ahí también colaboré con la selección de los proyectos que presentaban, a ver quién necesitaba más, porque ahí ya no era una cuestión de calidad artística.

Hablabas entre otras cosas del cupo femenino y este tema de sostener a los que quedan fuera del sistema, aún para los artistas que tienen un sostén es dificultoso porque hay que mantener esa vigencia, es difícil. Lo que yo temo es que estamos a un día de votar (21-10-2023) y puede haber otros vientos que soplen, que no

son los que esperamos y esta red de contención va a tener que ser más fuerte que nunca. Pase lo que pase, los tiempos que vienen son complejos. Todo lo que se ha conseguido se puede perder y no hay más que luchar permanentemente, tu opinión.

Esperemos que no sea así, que haya un rasgo de cordura. Para mí hay un grado de perversión muy fuerte. Creo que nuestra sociedad ha llegado a un punto en el que hace mucho rato que se viene viendo que hay mucha violencia, que hay un individualismo profundísimo, sálvese quien pueda. Este año logramos tener la personería jurídica de la Fundación Casa de la Música, espero que siga el Intendente Ferraresi en Avellaneda. Trabajó muchísimo y gracias a él tenemos lo que era la Comisaría de la Mujer, a partir del primero de enero de 2024. La tenemos a disposición en comodato por 40 años, renovables. No conocía a Ferraresi porque vivo en CABA, antiguamente trabajé mucho en zona sur (Corina, Wilde, etc) la verdad es que nos atendió y la peleó con nosotros. Logró conseguir un espacio para estos músicos en situación de vulnerabilidad. Patricia Sosa contaba que ella hace unos años cantaba en geriátricos y lo encontró a Alberto Podestá, un tremendo cantante de tango, vivía ahí. Ella se acercó a hablarle y él le dijo que estaba muy aburrido porque ahí no tenía nada que hacer. Son vidas diferentes las de los músicos, sobre todo los que están frente al público. Entonces en la Casa de la Música, tendrán espacio para dar clases, sentirse úti-

les. Espacios donde hacer conciertos o cantar o juntarse, lo que sea. Un espacio que no solamente le de vivienda, alimentación, sino dignidad, que es lo que falta en esos tiempos de la vida, tan difíciles.

No todo pasa por lo económico, el ser humano debe sentirse útil, en comunidad, ser escuchado y poder transmitir, sobre todo los grandes artistas, toda esa experiencia. Hablando de grandes, me decís que conoces hace años a Pérez Esquivel, si hay alguien que ha luchado por causas humanitarias es él.

A Adolfo Pérez Esquivel lo conocimos cuando me convocaron para formar la primera organización de compositoras de género del país, en un comienzo académicas. La idea de todo esto la tuvo la esposa de Adolfo, Amanda Guerreño. Empezó el vínculo yendo a los conciertos, eran todas mujeres, salvo Daniel, mi esposo y Adolfo.

Primero se generó un vínculo entre ellos dos. Ellos nos acompañaron en los viajes. Se fue afianzando de vernos, de charlar, de ir a la casa. (hace poquito Daniel preparó mondongo, le llevamos y comimos los cuatro en su casa). Es gente con mucho afecto, ellos son muy grandes, pero por suerte tienen energía para hacer, para crear, para defender.

Adolfo es siempre la palabra necesaria… ¿Qué es esto de los viajes con él?

Tuvimos una experiencia tremenda, en 2024 se cumplen veinte años de la creación del Foro Argentino de Compositoras.

Cuando asume Francisco el Papado, una Fundación de mujeres en la música de Italia nos convocan con la idea de escribir una misa. Como todos saben no soy creyente, pero me decían que tenía que participar, que era algo que iba más allá de lo religioso, tuvieron razón mis colegas.

Entonces cinco argentinas y cinco italianas escribimos una misa, con números de misa, es decir, el texto es bíblico por supuesto, lo que cambiaba era cuando una le ponía música. Fue una experiencia tremenda, estar ahí en el Vaticano, porque se estrenó la primera misa escrita solo por mujeres.

Iba a ser un homenaje a Francisco y él no quiso, le tuvimos que cambiar el título por “Los Humildes de la Tierra”. Y Francisco nos recibió después y los dos maridos que estaban ahí eran Daniel y Adolfo.

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Esto es un hecho histórico, que quisiera me relates brevemente ¿qué ha sucedido en Terezin, cómo es la historia?

Reconocimiento de la Legislatura Porteña, como Personalidad Destacada de la Cultura

Viene a mi mente una imagen, tu trayectoria tan importante, tan rica, y Francisco, y Adolfo Pérez Esquivel.

Pienso que cuanto más se enriquece una persona, se vuelve más sencilla, no hay otra posibilidad.

No, no hay otra. Sencilla desde la actitud, hay una complejidad que cuanto más sabes, cuanto más conoces, es más complejo tu mundo interno. Como te comenté, siempre fui y sigo siendo muy curiosa.

La necesidad de saber, de entender, tenía que haber estudiado Psicología. He leído mucho y he trabajado como docente y hay que hacer cursos. Repito, no soy religiosa, pero me pareció una experiencia tremenda estar al lado de uno de los seres más poderosos del planeta.

Estás inmersa en la historia universal y no es poco, no hay forma de no temblar en esa situación.

Es que es así, éramos muy pocos y estábamos con él, que es muy simpático. También buscando esto de la reivindicación y la memoria, el cuidado hacia niños, niñas y adolescentes, fue lo que me llevó hace muchos años a investigar. Tenía una amiga fotógrafa, Rosa Revsin, (falleció hace trece años). Un día me invita a una exposición Página 6

de fotos y me dijo, voy a poner unos poemas, las fotos no tienen que ver con los poemas, pero son la abstracción de lo que yo siento frente a ese poema. El poema era “Los niños de Terezin”. Leí todo lo que había expuesto, se los pedí y le pedí que me los explicara. Empecé a investigar sobre el tema y como ella había sido profesora mía de historia de la música en el conservatorio (después nos hicimos amigas) me dijo, bueno, ahora hacé algo con esto. Fue el mandato de la ex profesora y dije, ¿qué voy a hacer con esto? Cuando uno conoce estas historias más profundamente, tiene que mostrarlas, la memoria es fundamental. Hice como un relato con todo eso que había leído, porque no me animaba a hacer canciones, hice un relato con música, con partes habladas. Pasaron muchos años hasta que se pudo hacer en 2013, después se hizo en 2017 y lo que se va a hacer ahora en el teatro Colón es una nueva obra, pero con la misma temática. Me la pidieron desde la Dirección del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, habían visto la del 2017. Será más breve porque está dentro del marco de conciertos del Instituto, estará la Orquesta Académica con el Coro de niños. La idea es que a los vulnerables hay que cuidarlos, sean niños, niñas, adolescentes o ancianos. Desde lo que yo puedo y lo que hago estará siempre presente esta idea y trabajo por y para eso.

Terezin es una ciudad que está a 60 kilómetros de Praga, República Checa.

Es una ciudad pequeña, lo que se llamaba la fortaleza era la parte militar. Fue el lugar que eligieron los Nazis para hacer un gueto que fuera un ejemplo de lo bien que trataban a quienes llevaban allí. Estaba conformado fundamentalmente por artistas, músicos, artistas plásticos, del teatro, científicos, políticos. Era una mezcla, pero lo más tremendo es que ahí llevaban a niños, niñas y adolescentes, de cero a 18 años. Había adultos, pero hicieron un espacio para los niños. Mostraban lo bien que los trataban porque hacían algunas muestras de teatro, música, por ejemplo, todos los directores de orquesta terminaban ahí. Es más, hasta el Requiem de Verdi se hizo una vez. Eso era lo que filmaban para que la Cruz Roja diga, que bueno.

Lo que pasa es que cuando se iba la Cruz Roja los masacraban a todos. Fue una cosa muy tremenda y gracias a algunos adultos que podían encontrar la manera de ayudar a estos pequeños, se formaron talleres de dibujo o de escritura y esos papeles se escondieron para que no desaparecieran.

Diez años después de la terminación de la guerra se encontró el material, más dibujos que escritura. Ingresaron 15.000 personas y sobrevivieron 100, es terrorífico. Cuando hice el Terezín ayer y hoy en 2017 quise hacer un homenaje a los niños de todo el mundo, me baso en esa historia real y donde los chicos pudieron dejar escritos sus pensamientos, sus sentimientos.Vamos por la calle y vemos chicos que están pidiendo, eso es lo mismo, los están

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matando, pero ellos no se pueden expresar de esta forma. Me basé en eso para contar a través de la música lo que pasó, lo que sigue pasando. Tenemos ahora la guerra Israel- Palestina, (ó Hamás), no termina nunca y siempre en el medio los civiles y los más vulnerables, ¿qué hace un niño en la guerra?

A eso iba, los niños de la guerra. Porque están los combatientes, los civiles que sufren las consecuencias, pero en este caso los más vulnerables son los niños. ¿En Terezín eran todos Judíos?

No, como siempre, había también cuestiones raciales y religiosas, o la xenofobia a los negros, los gitanos, había también católicos, porque hay un tremendo cementerio donde estaba la Fortaleza, eso era el campo de concentración, ahí estaban los adultos.

Hay un cementerio que tiene la cruz de los cristianos y el otro, la estrella de David.

Creo que la hermana de Freud estuvo ahí.

Había intelectuales, todos los que molestaban y tenían un vuelo diferente, es una historia de las menos contadas.

Avellaneda es mi ciudad, he conocido varios intendentes y esta etapa de Jorge Ferraresi es de muchas obras, mucha cultura, mucho deporte. Ferraresi va a reafirmar su mandato y las obras van a continuar, estamos inquietos porque la Nación está en juego. Contame algo más de la Casa de la Música.

Tuvimos una reunión con la Presidenta Celsa Gowland, el Secretario Diego Boris, esas dos personas son dos luchadores tremendos, siento respeto y admiración por ellos, son ejemplares.

Pablo Paludi, que es un poquito más joven es el Tesorero, y después estamos la hermana de Lito Vitale, tenemos dos

Es sumamente interesante, recién decías “todos los que molestaban” y asocio que Francisco dijo “hagan lío”, ¿consideras que esto que hacés, es hacer lío? Lo digo como una imagen, pero cuando uno se aparta de la opresión queda expuesto.

Obviamente creo que la paz es muy importante, pero como dice Adolfo, la paz se construye. Para construirla como una casa hay que trabajar mucho y lo que creo es que, desde muy joven, hemos vivido muchas cosas en nuestro país, pero en las últimas décadas nuestra gente está muy dormida. Se hace lo que indican, hay que usar esto, hay que ir a tal lugar, hay que tomar, hay que drogarse, hay que hacer lío por las mujeres…pero no es profundo, hay que hacer un lío grande, más grande. Todo esto es muy superficial, eso es lo que siento, entonces no podemos ir más allá. Cuando pensamos en la elección de mañana, un porcentaje muy grande de la población está atrás de un perverso, un ser antisocial, como algo hasta gracioso, dicen que no es para tanto, pero así vas armando la historia. No podés decir que es un sicótico, pero estoy usando las otras escuelas de la psicología. Hago lío.

abogadas Alma Marquisio y Patricia Mo y estoy yo, que soy la música académica, orgullosa de haber sido convocada.

Hace 20 años que se viene hablando del tema y nunca se lograba y el otro día cuando se hizo la presentación en el teatro Roma de Avellaneda con el Intendente Ferraresi, que nos dio una mano tremenda, el agradecimiento es total. Hubo músicos que estuvieron en la idea al principio, como Claudia Puyó.

En el Roma estaba Willy Quiroga, (83 años, cantó “Presente”). Estaban Guillermito Fernández, Patricia Sosa, Hilda Lizarazu, Lito Vitale, Liliana Vitale, Teresa Parodi, León Gieco, fue un momento maravilloso. Es como empezar una nueva etapa, una nueva historia, ya se está diciendo que hay que pensar

en hacerlo federal. Empezamos por acá pero después habrá que llevarlo al resto del país. Vamos a necesitar que muchos músicos y músicas colaboren y lograr esto tan importante, trabajar desde lo social. El individualismo que nos está matando está logrando esto, vivimos en sociedades, tenemos que tener pautas sociales, no puedo hacer lo que se me canta en nombre de la libertad, si canto mal o soy desafinado peor todavía.

Es un trabajo complicado, pero yo di clases muchos años a adolescentes y son una maravilla. Faltan adultos pensantes, más sensibles, menos superficiales, que no tengan miedo a decir que no, no ser amigo de los hijos. Ser los adultos, darles el espacio para que sigan siendo chicos y jóvenes durante el tiempo que sea necesario. Que no prolonguen su adolescencia toda la vida porque no pueden tolerar un no. Son cosas a rever para hacer una sociedad mejor, no hablo de igualdad, hablo de equidad.

Como avellanedense me alegra que se concrete esta idea en mi ciudad y está unida a la recuperación de toda esa zona que concentra la historia de Avellaneda y el país todo. A metros de allí estaba El Frigorífico La Negra, la textil Campomar, el antiguo Puente Pueyrredón donde otrora se produjo el paso de las columnas de obreros el 17 de octubre de 1945. Fue en ese mismo cruce donde pasaron los invasores ingleses en 1806 y 1807.

Me ocupo de seguir fotográficamente las obras que realiza Ferraresi y esa zona está a la espera. Creo que esta iniciativa va a impulsar la zona grandemente porque va a poner la mirada de todo el mundo allí, voto porque así sea.

Entrevista y fotos Hugo Tempesta 21-10-2023 Página 7

Revista Avellaneda en Fotos Boletos y monedas.

Foto Hugo Tempesta.

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Documentalismo

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Documentalismo

Cruz, Puente Agüero.

Foto Hugo Tempesta.

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Homenajes

Indio

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scribió Marcos Magneschi que cada vez que te ibas, decías: “Ya soy un recuerdo”.

Sí, es verdad, porque yo te recuerdo. Tenías un cuerpo de pintor. Conocí otros, amigos queridos como Gorriarena que ya no están. También otros entre nosotros: Daniel Santoro, Gargano, Eduardo Stupia; pintoras, las chicas que dibujaron álbum, Noemí Spadaro, María Pinto, Marcela Motta, pero a los que pintan nunca les miro las manos sino los ojos, la mirada.

Recuerdo esta frase de John Berger sobre Courbert “Cuando aún seguía usando pinturas y lienzos quiso ir más allá de esas convenciones y encontrar un equivalente de los objetos materiales que reproducía, su peso, temperatura, contextura”.

Sí, una epifanía por la cual, aquel que está ante el cuadro, ve personas, imágenes vivas, cuerpos que pesan, traspiran, y hasta laten.

Cómo no admirar la audacia, la impertinencia, tan argentina, de atrevérsele al Guernica de Picasso y pintar un Guernica del Riachuelo.

Esas figuras difíciles de definir, casi siluetas a cuerpo entero, donde uno busca reconocer los rostros, de aquellas figuras que en otros tiempos formaban parte de nuestra vida cotidiana cuando los políticos no trabajaban en la tele.

Blanco sobre negro, podría parafrasear un verso de Vallejo, que dice: “Nunca tan cerca arremetió lo lejos”; traspaso esa frase a la pintura; eso me sucede cuando veo tu pedazo de cuadro de madera que tengo sobre mi biblioteca. Simplemente, como un Aleph. Puedo tener un pedazo de Avellaneda, del Riachuelo, ahí la vista, basta darme vuelta y mirarlo.

A veces siento que es una profanación darle la espalda. Preferiría tenerlo adelante, Pero, es algo que uno mira, casi, espía de reojo. Tal vez, porque siento a mis espaladas lo que describe Courbert: peso, temperatura, contextura.

Los amigos te acompañan. Las telas son fantasmas pintados. Entonces, me doy vuelta y te saludo como cada vez que nos encontramos, y sentí, en el apretón de ma-

nos: las tres sensaciones que describe Courbert . Ahora, están en ese pedazo de ese río político que corre y al que, los dos sabemos, nunca le dimos la espalda. No está mal recordar el nombre, porque no sucede como en el poema borgeano, “donde un oscuro río pierde el nombre”: El Riachuelo: Ni muerto ha perdido su nombre.

Luis Gusmán Foto Hugo Tempesta

Sindicato Unificado Municipales de Avellaneda Adherido a la F.S.T.M.B.A. Personería Gremial Nº 107 y C.T.A. Fundado el 3 de Diciembre de 2015

Av. Belgrano 1287/89 - Tel. 6060-9497

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Documentalismo

Plaza Alsina, ayer y hoy

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nmarcada entre las calles Alsina, Av. Mitre, Lavalle y San Martín, la Plaza Adolfo Alsina es el centro de la vida comercial y social de Avellaneda.

Diseñada por el paisajista Carlos Thays en 1877, atesora desde 1913 la obra “Verba selecta”, monumento de la gran escultora Dolores “Lola” Mora Vega, en honor al Presidente Nicolás Avellaneda. En la fotografía de archivo vemos la plaza, el monumento, la antigua Catedral diseñada por Felipe Senillosa, cuya construcción se inició en 1858, siendo aún Barracas al Sud. Vemos a la izquierda parte de la fachada de

la primitiva Escuela Nº1, inaugurada en 1870, que luego albergó la Casa de la Cultura y hoy al Centro Municipal de Arte.

A la derecha el Palacio Barceló, vivienda del político conservador transformada en la Escuela Técnica Angel Gallardo en 1966. No aparecen el Club Pueblo Unido, 1886, ubicado sobre Lavalle y el Centro Gallego, cuyo edificio sigue en pie sobre la Av. Mitre. Junto al mismo se encuentra una de las sedes de la Universidad Tecnológica Nacional, compartiendo el edificio con la actual Escuela Nº 1. Podemos ver en segundo plano del Centro Municipal

de Arte a la escuela María Auxiliadora y más lejos, las chimeneas del Frigorífico La Negra (Av. Pavón, hoy Yrigoyen), así como un gran tanque de agua que permanece en el barrio de Piñeiro. Con un origen marcadamente industrial, infinidad de hechos tuvieron a la plaza Alsina como escenario. Estamos viendo grandes y esperadas transformaciones en el trazado urbano, pero Avellaneda seguirá siendo la ciudad del Arte, la Cultura, la Educación, la Tradición y el Deporte.

Texto y Foto Hugo Tempesta

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Tesoros de Avellaneda Silla de Leonardo Favio en el Museo del Instituto que lleva su nombre.

Foto Hugo Tempesta.