Avellaneda en Fotos - Nº 180

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18 AÑOS
HUGO E. TEMPESTA, 50 AÑOS CON LA FOTOGRAFIA
180 - DICIEMBRE 2022 - AÑO 18 - $500 - BUENOS AIRES - ARGENTINA

Fin y principio

En esta, la última edición del año 2022, incluyo varias entrevistas que se suman a las que vengo realizando desde hace 18 años, formado un extenso archivo propio y genuino de testimonios y fotografías de temas siempre relacionados con Avellaneda. En la búsqueda constante de nuestra identidad local aparecen personajes decisivos, no conocidos por la mayoría. Hugo Félix Villanueva fue uno de los fundadores del Instituto de Arte Fotográfico Municipal en 1963. Su esposa, Marta Paredes, nos brinda un emotivo texto en exclusiva que cuenta muy brevemente la trayectoria de Villanueva y su gravitación en la cultura local. El referente de la colectividad Gallega Dr. Ruy Farías, nos envía especialmente para AF, un escrito sobre la emigración en Avellaneda, con acento en las mujeres, olvidadas durante muchas décadas y tomadas como sujetos secundarios. Entrevistamos al Dr. Rubén Omar Sosa, Pediatra, escritor e iniciador de la cruzada de las barrileteadas, como vehículo para la concientización de la población sobre problemáticas de la infancia, la adolescencia y

del ser humano en general. El Director de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, el escritor Juan Sasturain, en una entrevista personal nos aporta su visión sobre nuestra ciudad y explica algunos aspectos de su gestión iniciada en 2020. Recorrimos el centro de Avellaneda y documentamos los festejos por la obtención del título mundial. Por último, la tapa y la contratapa ilustran 50 de las 179 portadas publicadas en estos 18 años. Es una forma de mostrar el fin y el principio, dicho en este orden ya que la decisión tomada es continuar siempre del lado de Avellaneda, su historia, su pueblo, su cultura, su presente y su futuro. Muchas felicidades a todos, un abrazo fotográfico con mucha luz.

Sumario Nº 180 // Diciembre 2022

Pág. 3 - Editorial

Pág. 4, 5, 6 y 7- Solidaridad - Manejar el viento Pág. 8 y 9 - Hechos - Avellaneda festejó Pág. 10, 11 y 12 - Bandita - Biblioteca Nacional, lo excepcional cotidiano

Pág. 13 - Inmigrantes - Las fuentes cualitativas y la historia de las mujeres gallegas migrantes en Avellaneda

Pág. 14 - Historia de la fotografía - Hugo Felix Villanueva, una vida con la fotografia

Tapa: Coleccion Avellaneda en fotos. Fotos Hugo Tempesta El Editor
Página 3 Revista Avellaneda en Fotos Editorial
El editor

Manejar el viento

Encuentro en el consultorio del Dr. Rubén Omar Sosa, Pediatra por vocación y humanista por convicción. Sus innumerables acciones solidarias se tiñen de variados colores, como los de los barriletes que envuelven este ámbito y se reflejan en las miradas de los niños que curan sus dolencias, llevándose a la vez imágenes imborrables.

La idea base del consultorio, en realidad, es abrirlo a la comunidad como el primer Museo del Barrilete. Poner en estos techos altos en lo que era el Bar de Boni (Bonifacio), barriletes de distintas partes del mundo. Dr. Rubén Omar Sosa

Hace unos años, estando en la Cooperadora del Hospital Fiorito, difundimos tu libro “Historias de Cal y de Arena”. Mi amigo Arnaldo Termenielo me compra uno de los ejemplares, después adquiere una cantidad en la Cooperadora y nos regala un libro a cada uno de los amigos que concurríamos a las cenas que el organizaba en su casa mensualmente. Entiendo que ese fue el punto de partida de su amistad con vos. Esto es algo circular, como lo que vos comenzaste con los barriletes para difundir mensajes. ¿Esas acciones tienen un punto de llegada?

No, es una cosa infinita, tiene un punto de partida, que es reunirme con mis pacientes en salud a través de un pretexto que es el barrilete, porque es algo que se arma en familia, se remonta en familia y tiene un momento de pensamiento profundo cuando el barrilete esta estático.

Cuando el “barri” se queda arriba, tenés un momento de contemplación, los chicos nunca se olvidan, por eso se mandan mensajes elevados. Creo que podría ser un YoYo, un trompo, un libro, pero el barrilete tiene que ver con la elevación y con el juego. Tiene un punto de partida, de hecho, nunca pensé que iba a remontar barriletes todo un país. Es un espacio donde nada se compra y nada se vende, yo no trafico nada, solo el mensaje. Tiene un principio, no un fin, ahora estoy medio obsesionado con cuál va a ser la próxima.

El barrilete remite a nuestra infancia, a los que pasamos los 60 años, seguirá usándose en menor medida por los niños de hoy y vos incentivas ese uso, esa permanencia. Quisiera que mí amigo Arnaldo diga porqué se engancha de ese barrilete a partir de este libro de tu autoría.

La posibilidad de encontrar buena

gente siempre esta cuando levantamos la mirada y cuando Rubén propone los pies en la tierra y la mirada en el cielo es eso, es levantar la mirada, es mirar a los ojos al otro. Empezar a ver que somos distintos y a la vez nos unen los mismos deseos universales de amistad. Cuando este tipo de cosas pasan vos decís che, no es tan loco este tipo parece loco, pero no, es muy sensato, es muy cuerdo, está llevando cordura, está uniendo hilos interiores que todos tenemos y que alguien los tiene que despertar. Porque viste que empezás a crecer y a dejar de ser niño, a olvidar que en la escuela te daban recreos, a tener obligaciones, todo en la vida se vuelve muy material. Los que tenemos la posibilidad de tratar de despertarnos mientras soñamos, buscamos no perder esa conexión con la niñez. Tuve un profesor de buceo muy piola que decía, pongan algo sobre su escritorio que les recuerde la niñez, no se olviden que fueron niños, sigan jugan-

Trabajo
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do. Tengo en mi escritorio una bolita, ese juguete tan maravilloso que nos permitía ver como algo rodaba por el piso y embocar, claro era la época que podías hacer un hoyo en la vereda porque había tierra, hoy no, pero sigue habiendo espacio arriba para un barrilete. Yo había dejado de remontar barriletes y este señor me trajo las ganas de vuelta de hacerlo, el tema es porque no lo hago yo solito, lo hago mentalmente. Rubén es un despertador de sensaciones y con esto que empezó a hacer de compartir lecturas con amigos, son cosas maravillosas de la vida. Agradezco a la vida poder estar despierto. No dejarme dormir por las cosas que suceden.

Claro Arnaldo, permitirte remontar un barrilete solo, sin que este tu nieto y no tener vergüenza de hacerlo. Rubén ¿puede más la gente que tiene espíritu de maldad? ¿cómo contrarestamos esto?

Es una pregunta bastante compleja de responder, todos nacemos buenos, siempre digo que trabajo con la materia más maravillosa que son los chicos, no hay un solo chico que tenga un rasgo de maldad, pequeñas cosas de egoísmos propia de los chicos, pero no maldad. Está en nosotros eso de la maldad. Hay que inculcar a los niños eso tan vapuleado que de tanto que se nombra perdió valor, que son los valores. Si nosotros transmitimos eso, el mal va a estar arrinconado como la muerte en el lado oscuro del corazón, con miedo a la poesía y al amor.

Sin duda hay que desterrar aquello de que cuando a uno le dicen que es bueno, hasta le inquieta. Yendo a lo que decía Arnaldo recién respecto a tu iniciativa de enviar diariamente fragmentos del libro de Galeano, tomarse ese tiempo, es incierto el oído que puede recibir esto ¿cómo lo tomas?

Es un acto de generosidad y de placer, dar sin esperar recibir, que eso es lo que hay que hacer, dar y olvidar, yo doy y olvido. Botellas al mar con mensajes, sin esperar que lleguen otras cosas. Con lo de Galeano era compartir con un grupo de amigos que sabía que me iban a escuchar algunos textos de un escritor que yo leo todos los días, pero se lo leo a alguien más, ¿porqué no leer en voz alta? y como estaba el Libro de los Días. Tengo gente que hizo lo mismo con escritores de

otros países. Eso sí, no me identifico, es una voz anónima que lee el texto, creo que el valor es ese, que el que lo escucha no sepa quién lo dice.

Lo que si se transmite en la voz es el sentimiento que ponen. Vengo de una audiencia pública de ACUMAR y quiero unir estas dos cosas, porque estamos hablando de utopías, entonces la recuperación del Riachuelo y lo que vos haces tiene un punto de unión, porque el destinatario final es el ser humano. ¿Abandonaste algunas de las utopías que habías abrazado?

No abandoné nunca ninguna de las utopías, siempre voy corriendo detrás de

a filmar un documental para Fim and Arts y para Arte TV en Francia que va a salir el 10 de diciembre en 6 idiomas y en 10 países. La preocupación de ellos, el eje central, era la contaminación del Riachuelo. De hecho, fueron con un paciente y remontaron un barrilete que cayó en el Riachuelo. Por la contaminación, la gente viviendo en la orilla, vos que me hablas del Riachuelo, yo no sé si la próxima barrileteada va a tener que ver con esto. Alguna vez pensé remontar barriletes de un lado y el otro de las márgenes del Riachuelo para unirlos en el aire a los dos y decir yo soy uno solo. No soy peronismo antiperonismo, no soy capital y provincia.

El Riachuelo separa y une a la vez

ellas. Cuando hicimos lo de la droga hice una barrileteada, hice otra y todos los días cuando viene un paciente nuevo con uso de razón por encima de los cuatro- cinco años, yo le sigo dando mi diploma. Como dice Galeano si yo camino dos pasos se aleja dos pasos, ¿para qué sirve la utopia? para caminar. Pero estoy siempre atento a todo, tu presencia hoy acá, siempre me pregunto no ¿porqué? sino ¿para qué?, siempre es para otra cosa, nunca es para esto que estás haciendo, no sé qué será, cómo será, pero es la segunda vez en el año que dos personas me tocan un mismo tema que es el Riachuelo. Uno de ellos fue un grupo de franceses que vinieron

Totalmente, entonces yo no sé si la próxima barrileteada tenga que ver con un pedido de los niños en el cielo, que limpien el agua. Es una idea que tengo hace tiempo, pero no sé cómo llevarla a cabo porque es muy difícil hacer una barrileteada. Llegar al “Yo Te Creo” me costó un montón hablar de abuso sexual, hay mil aristas. Hablas de autismo, de droga, pero ¿cuál es tu mensaje claro? Me encantaría hacer algo a favor del Riachuelo, una acción, pero no sé cuál. concretarla para que sea unificadora, granítica, que no tenga ninguna grieta.

Estoy seguro que lo vas a hacer. Vos me mostrabas este barrilete dragón que vino de Wuhan, sin duda es un símbolo inmenso por todo lo que hemos vivido y seguimos viviendo. ¿Cómo puede este barrilete concientizar a partir de este símbolo?

Ante las enfermedades uno debe adoptar una actitud humilde, no soberbia, porque siempre vamos a luchar, estas mutaciones vienen de la naturaleza hacia nosotros y siempre estamos atrás de las enfermedades, nunca vamos adelan-

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El libro que decidio mi vocación

te. Solo vamos adelante con las vacunas cuando prevenimos, llegó con fiebre el chico, está enfermo, lo medicamos, pero llegamos tarde. Llegamos antes con la prevención, pero siempre es parcial. La única prevención total fue la de la viruela, que fue erradicada en los ´80, después no hubo otra. Son viejas enfermedades que resurgen y nuevas que aparecen por mutación, ni hablar de radiación, de contaminación y un montón de cosas más. Este barrilete dragón a mí me hace pensar, una semana antes estaba todo bien, pero en realidad estaba todo mal, porque después explotó la pandemia que paralizo al mundo y que cambio la vida de tanta gente, debemos adoptar una actitud humilde en cuanto a esto.

¿Qué impacto tiene en el barrio tu actividad?, fuera de esta proyección internacional, de esta trayectoria tuya en Casa Cuna y todas las acciones benéficas.

Podría responderte una cosa grandilocuente pero no es así. Mi relación con los pacientes es muy íntima, es una pequeña cosita, entre mi paciente y su familia, cada familia, cada paciente. Lo que pasa que eso sumado a cientos y miles de chicos que atiendo, hace una pelota enorme. Pero no deja de ser como esta entrevista que tengo yo, después no sé qué pasa, si esto después se multiplica o queda. Siempre digo, soy un simple médico de hospital público, ahora jubilado de ese hospital público y un médico de barrio, el día que yo me crea el personaje que influye estoy perdido. Sí tengo que creer profundamente en esta pequeña cosa que yo puedo cambiar cabeza a cabeza con un niño y su familia. Eso tiene que ser inamovible, lo demás viene solo. No sé qué gravitación tendrá el consultorio, lo que sí quiero yo es gra-

vitar en esa criatura. Por eso cuando me traen un dibujo o cuando me cuentan una historia, o viene un grandote de barba que yo no recuerdo y me dice, no consumo drogas porque me aferre a esa promesa que hicimos hace 25 años, es ahí donde me doy cuenta que valió la pena. Quise presentar las barrileteadas como trabajo científico y me la boicoteaban, decían ¿y cómo usted va a demostrar que esto es efectivo?, la única cosa que tengo es el tiempo, que me demostró que si valía la pena, que es efectivo.

Creo que la notoriedad sí es importante para sostener la idea y llegar a muchos lugares, pero la importancia está en el día a día y en la cosa pequeña.

Totalmente, es una construcción, yo soy Embajador por la paz de la ONU desde hace unos cuantos años, no cambió mucho mi actitud por serlo, sigo trabajando en cada chico. Estaba recién recibido y un médico me dijo, vos lo que tenés que hacer es actuar en el entorno que a vos te toca. Imagínate si cada persona hace lo que tiene que hacer en el entorno que le toca, juntas todo eso y funciona todo bien.

Recién bromeábamos con los colores deportivos de cada uno de nosotros, pero me remito a los enfrentamientos verdaderos, a las cosas que dañan y no permiten avanzar ¿qué estás ha-

ciendo vos para modificar eso?

Aprendí a disfrutar la diferencia del otro, cuando el otro piensa diametralmente opuesto a mi es fascinante, porque la verdad está siempre entre dos mentiras, está en ese medio. Cuando el otro piensa diametralmente distinto lo escucho tan en profundidad, trato de buscar el fundamento mío para convencer y muchas veces el otro me convence. Me pasaba los días discutiendo diagnósticos en la Casa Cuna, a las ocho de la mañana agarraba el mate, 18 médicos alrededor mío y empezábamos; fulanito habitación 114 a tiene tal cosa, pienso que tiene tal otra, esa discusión de lo que vos pensás y lo que yo creo, es fascinante, ahí está la verdadera belleza. Por eso los franceses dicen “viva la diferencia”. Creo que desde ahí hay que construirlo, bienvenida la grieta, que vos seas distinto, para entender el porqué, ahora si yo me cierro y me fanatizo, sonamos.

Cuando sucedió que remonataras el primer barrilete en tu infancia ¿lo recordás?

Si totalmente, me acuerdo perfectamente. Yo tendría cinco años, en la calle Barros Pasos en Villa Lugano era una calle de tierra, estaba a punto de llover y los “muchachones” que tenían 12 años estaban remontando un barrilete, pero habían hecho un barrilete grande como la altura de una persona. Estaba arriba el barrilete, salí a la calle, venia tormenta, lo miro y

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Arnaldo y Ruben, amistad de alto vuelo

Despertar al dragón

Este barrilete de Wuhan me lo trajeron una semana antes de que estallara la pandemia. Es una miniatura de lo que son los grandes barriletes. Me lo regaló Gustavo Sonsongui de “Barriletes a toda costa” de Batoco, lo tuve un tiempo en el otro consultorio que tenía en Lemos y él me dice ¿pero vos lo despertaste al dragón? Hay que hacer la tradición de despertar al dragón porque si no, no te trae buenaventura. Cuando hacen los desfiles milenarios el dragón persigue una perla, pero el dragón está ciego y se le pintan dos pupilas rojas, este no estaba despierto, se hace la ceremonia con tambores.

no entendía que era eso, es un barrilete boludo tomá, para joderme me lo dan, me voy y en determinado momento afino las piernitas y lo sostengo y yo sentí eso, que estaba manejando algo que era el viento, una cosa que me quería llevar y yo la podía manejar y ahí me marcó. El pibe que me lo dio Miguelito, vivía enfrente, le pasó que estaba jugando en rueda de amigos con un revolver que habían traído, se le escapo un tiro, le pegó en la cabeza y falleció. Nunca le pude agradecer a Miguelito que me haya dado ese barrilete. En un video estoy remontando un barrilete de alta tracción, una manga de siete metros que dice “Yo te Creo”, esa cosa la tengo amalgamada en el alma y está en el libro “Historias de un barrilete”.

Esta cosa temprana de tu primer barrilete la habrás pensado mil veces, ¿soñás con los barriletes?

Yo sueño con que algún día no tenga que hacer ninguna barrileteada, no tener que pedir la Ley de Autismo, no tener que pedir la Ley de TDH, no tener que pedir por el abuso sexual, no tener que cruzar la Cordillera de los Andes con chicos discapacitados para demostrar que pueden cruzar, plantar árboles para que no talen, sería fantástico, sueño con ese día.

No abandonemos ese sueño, pero creo que va a seguir tu prédica seguramente. Una inquietud de Arnaldo

¿Cómo nace la vocación por la medicina?

Yo vivía en una casa muy pobre en Lugano, teníamos dos libros, el pequeño Larousse Ilustrado, lo había comprado mi vieja cuando estaba embarazada de mí y le dijo a mi viejo que era carnicero, vamos a tener un hijo, hay que tener un diccionario. Tenía también un libro de medicina que mi papá trajo a casa. A los cinco años, que no sabía leer, agarraba este libro y lo miraba, lo miraba, ovulo, espermatozoide comparaciones metafóricas, cosas raras. Dije, yo voy a hacer esto, no sé qué será, pero yo quiero hacer esto, me fascinaba. Las figuras las vi mil veces

Arnaldo

Cuando tenés pocos libros… yo tenía “La Vuelta al Mundo en 80 Dias”, lo leí cinco veces un verano y un pequeño Larousse. Cuando empecé a leer libros, tenía a mano el diccionario.

Rubén

Cuando empecé a estudiar medicina me compré el diccionario terminológico de ciencias médicas, es como el Larousse, pero de medicina.

¿Cómo llegas a Avellaneda?, porque vos no naciste aquí.

Yo me caso apenas me recibo y vivía en Boedo, el departamento era de mi suegro. Mi cuñado se casó y vino al Barrio

Güemes, entonces me mude a Avellaneda, con la promesa de no atender ni un solo paciente aquí, porque yo trabajaba en la capital. Un día tocan timbre se había descompuesto una señora en el noveno piso, subo a atenderla estaba con convulsiones. Llamo a los bomberos, subí a la autobomba con la señora y la llevamos al Fiorito. Se enteraron en el barrio que había un médico, al otro día otro timbre y así continuó. Tenía una habitación libre donde armé mi consultorio empezó a llegar cada vez más gente hasta que alquilamos un departamento en el barrio Güemes y ese fue mi primer consultorio, después pasé a la calle Paláa, después Castelli, después Lemos y después acá, San Martín y Vélez Sarfield.

Entrevista y Fotos Hugo Tempesta 02 de diciembre de 2022

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Avellaneda festejó

Fotos Hugo Tempesta

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Biblioteca Nacional, lo excepcional cotidiano

Gracias a la amabilidad del Director de la Biblioteca Nacional, Juan Sasturain, vamos a charlar algunos temas que pretendo tengan que ver con mi ciudad. Juan, que podés decir de Avellaneda, sus escritores…

Para una persona del interior de la Provincia de Buenos Aires como soy yo, Avellaneda se asocia desde el principio, desde mi infancia, a los espacios inmediatos a la gran ciudad que no conocía. Se asocia sobre todo al límite del Riachuelo, hay que tener en cuenta que uno se crió en el interior y nunca había venido a Buenos Aires. La película de los `50 presentaba el Docke, Avellaneda, Lanús, como territorios del otro lado del puente. Lo que estaba del otro lado del Riachuelo que era un espacio obrero, un espacio popular y un espacio vinculado políticamente al Peronismo, esa es una primera imagen que uno adquirió de chico. La otra imagen de Ave-

llaneda está vinculada, sobre todo por los medios gráficos de aquella época y como lo sigue estando hasta hoy, con las pasiones deportivas. Otra imagen, a través sobre todo de mi padre, un hombre del Peronismo histórico, vinculada con el viejo conservadurismo de los años `30, me acuerdo de uno de los primeros libros de Galasso “Barceló Ruggierito y el populismo oligárquico”, como ese territorio confín de la ciudad y comienzo del espacio popular y fabriquero. Esa es la primera imagen de Avellaneda y además como te decía al principio vinculada con el fútbol, con esa extraordinaria paradoja de dos grandes estadios separados por tres cuadras.

Estas primeras referencias son, no quiero decir la palabra, casi anacrónicas, debido a la transformación del mundo y los cambios en la industria, que fue una característica marcada

de mi ciudad. No obstante Avellaneda tiene un enorme potencial productivo, deportivo, mucha actividad educativa y cultural, ¿estás al tanto de eso?

El único vínculo fluido que tengo hoy con Avellaneda es a través de la Universidad y ocasionalmente el contacto con los compañeros escritores como el flaco Gusmán (Luis) y algunos otros que han hecho vida y memoria en sus textos.

Hablemos de la Biblioteca Nacional, ¿cuál es la impronta de tu gestión?

La impronta que le imprimimos a la Biblioteca Nacional es ser fieles, leales y coherentes con lo mejor de su tradición académica y orgánica como institución. En el sentido puramente institucional, uno debe tomar conciencia de la envergadura de la institución que ocasionalmente le ha tocado presidir. La Biblioteca Nacional tiene los años de la patria, es la única institución que

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perdura desde entonces. Fue fundada por el espíritu de Mariano Moreno, aunque el murió sin verla abierta en 1811. En su acervo están las donaciones de nuestros próceres, está la biblioteca de Manuel Belgrano, está la biblioteca del General San Martín. Eso son los primeros acervos fundadores. Entonces la primera sensación que provoca o el primer estado de ánimo que genera pertenecer a una institución como esta, es una mezcla de reverencia y responsabilidad. En el aspecto histórico es conservar un bastión de identidad en un país tan cambiante y aluvional como este. Lo aluvional entendido como las sucesivas capas étnicas que han conformado este magma que es la condición argentina, y en la Biblioteca Nacional se refleja además muy claramente como en otras instituciones, esa presencia aluvional. Una institución creada en 1811 junto con la patria, 70 años después recibe un impulso determinante, fundamental, que le torció el brazo a la historia y le dio un carácter definitivo, a través de algo impensado como podría ser un esquema de modalidades culturales en Argentina. Es un inmigrante, un intelectual francés, hablo de Paul Groussac, que vino a terminar de formarse aquí. Como había sido antes De Angelis, un italiano, durante el gobierno de Rosas, este tipo de intelectuales le dieron un carácter a nuestra nacionalidad incipiente y una impronta que se sumó al sustrato naturalmente hispánico que tenía lo criollo. Quién hubiera pensado que iba a provenir de ese confín, de ese lugar de la Francia del siglo XIX, un personaje como Paul Groussac que apenas desde sus 30 años hasta el fin de su vida, regiría no solo los destinos de la biblioteca Nacional, sino que de algún modo se convertiría en un árbitro de la

cultura argentina. La Argentina está hecha de esos volantazos, de esas improvisaciones. Ese fenómeno se ha repetido a lo largo del tiempo, así como fue importante Groussac a caballo de dos siglos, prácticamente llegó al filo de la década del `30. La etapa siguiente también es absolutamente cambiante. Uno recuerda mucho la gestión Borgeana, del `55 al `73, que son muchos años y le dio mucha impronta, pero en medio estuvo la gestión de Hugo Wast (Gustavo Martínez Zubiría) que tuvo un período incluso más largo durante la década infame y que permaneció prácticamente durante todo

jados los grandes debates de nuestra cultura. El último ejemplo poderoso es el de nuestro compañero Horacio González, los diez años marcados por él, como tantos otros, pero le dio un nuevo volantazo a la Biblioteca Nacional.Todos esos movimientos que algunos lo pueden ver como zigzagueantes, como de decadencia y caída, ó como decadencia y resurgimiento, son representativos de los zigzag de nuestra cultura. En la historia de la Biblioteca Nacional, tanto aquella que compiló tan criteriosamente Horacio Salas, uno de los directores, como la que escribió el mismo Horacio, hace unos diez años, están reflejados los grandes debates de la cultura Argentina.

Estos vaivenes indudablemente forman el carácter, en este caso de una institución tan importante. Mencionaste a Groussac, a Borges, que estaban hermanados también en la dificultad de la falta de visión, en los últimos años de sus vidas.

Y antes José Mármol, se lo olvida un poco, fue uno de nuestros directores, tanto como Marcos Sastre.

el Peronismo, que le dio la impronta del nacionalismo ultramontano, además de ser un gestor cultural que aportó algunas cosas importantes a la Biblioteca Nacional, pero que la marcó desde su postura ideológica con un sentido muy profundo y que era representativo de una corriente de pensamiento que tuvo mucha influencia en la Argentina de entonces. Quiere decir que, en la gestión de la Biblioteca Nacional, en la figura más relevante, ya sea por su presencia o por la continuidad de su obra, están refle-

Se me ocurre comparar con las otras cegueras que han llevado a que primero, la Biblioteca tardara tanto en construirse, segundo que haya etapas en las cuales fue un escollo para ciertos gobiernos, ¿cómo viene el futuro?

La historia de la Biblioteca Nacional, como bien decías vos, a través de los edificios que la albergaron, vivo ahora a tres cuadras del lugar original, frente al paredón de San Francisco, me asomo al balcón de mi casa y veo la Pirámide de Mayo. A la vuelta de mi casa está el Nacional Buenos

Sindicato Unificado Municipales de Avellaneda Av. Belgrano 1287/89 - Tel. 6060-9497

Adherido a la F.S.T.M.B.A. Personería Gremial Nº 107 y C.T.A. Fundado el 3 de Diciembre de 2015

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Aires, a la vuelta está la Manzana de las Luces y en la esquina de Perú y Moreno, ahí en el primer piso fue la primera sede de la Biblioteca Nacional. Cerca está el hermosísimo edificio de la calle Méjico, aquel que estaba destinado a ser la Lotería Nacional y que Groussac lo convenció al Gral. Roca, en su primer gobierno, que fuera destinado para la Biblioteca Nacional. El paso del edificio que estamos tratando de recuperar por la gestión de nuestro Ministro Tristán Bauer de la calle Méjico, a este de Clorindo Testa, es un paso tan sintomático también de cómo son los tiempos y los desfasajes en la Argentina que merece ser contemplado. Todos saben que este terreno donde estamos hablando en este momento y existe la Biblioteca Nacional, desde hace exactamente 30 años, era la mansión Unzué de nuestra oligarquía tradicional, que en su momento fue la residencia del Presidente, durante el primer gobierno Peronista. En esta misma mansión vivieron Perón y Evita los primeros años de gloria del gobierno popular. Este fue el terreno bombardeado en el `55, que luego fue demolido para que no quedara ni restos de lo que se consideraba había sido el gobierno autárquico de

la llamada dictadura. Lo notable es que este lugar fuera elegido para ser erigida la nueva Biblioteca Nacional. Que se hiciera un concurso, que lo ganara Clorindo Testa, que fuera la elección de una estética absolutamente moderna de los años `60, que era el brutalismo, y que tiene una de sus manifestaciones más importantes en lo que era el Banco de Londres en la calle Reconquista. Nos tiene que dar escozor, porque cuando esta Biblioteca se inauguró 30 años después, era vieja.Tiene que ver con nuestros procesos, inauguran en el año 1992-94 un proyecto que había sido diseñado, concebido como ultra modernidad 30 años antes.

Esa modernidad nos ha traído a este presente con graves conflictos en la administración de la justicia, el condicionamiento que tenemos los ciudadanos comunes del costo de vida.

Al tiempo no hay que abandonar el libro, la cultura, el otro alimento. ¿qué pasa hoy?

Vivimos una situación límite a la cual increíblemente los argentinos estamos acostumbrados, a lo excepcional. Lo que es excepcional para otros países, para no-

sotros es la cotidianeidad. Es un rasgo de la Argentina contemporánea. En este momento que estamos viviendo esquizofrénicamente el Mundial de fútbol con crisis institucionales y de credibilidad de la justicia, hay algunas definiciones, aunque sea de raíz futbolera que puede hacer algún comentarista como Varsky respecto de Messi que tiene que ver con lo nuestro. En el caso de la definición de Messi es; lo excepcional cotidiano, en Argentina vivimos para bien y para mal la rutina de lo excepcional. Por eso somos tan duchos en la improvisación, en apariencia tan poco dotados para los proyectos colectivos sustentables, como dotados para sobrellevar lo imprevisto, no nos asusta y casi nos enorgullecemos de ello. Es un grado de tremenda inmadurez, esa falta de forma que tenemos los argentinos es lo que produce nuestro espanto y lo que produce nuestra seducción. No es casual que en estos confines de occidente se hayan producido y se sigan produciendo siempre fenómenos excepcionales, no es fácil convivir con eso.

Entrevista y fotos Hugo Tempesta, martes 6 de diciembre de 2022

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Las fuentes cualitativas y la historia de las mujeres gallegas migrantes en Avellaneda

de tipo cualitativo, susceptibles de iluminar la capacidad de decisión y el margen de elección de los actores del proceso, así como también otras dimensiones psico-sociales de vital importancia para entender de forma cabal las migraciones.

hicieron, constituyéndose en un instrumento útil –y al mismo tiempo de agradable lectura– para la reconstrucción de experiencias como la migración.

La mujer es un sujeto histórico fundamental dentro de las migraciones ultramarinas gallegas, y ningún destino americano fue para ellas tan importante como el argentino, donde centenares de miles vivieron, trabajaron, conservaron y transmitieron su cultura, etc. Sin embargo, los estudios migratorios han invisibilizado sus dinámicas particulares y experiencias, contemplándolas a menudo como meras acompañantes de sus paisanos o parte de fenómenos de reagrupación familiar, lo que dificultó la comprensión de su realidad y dio origen a estereotipos y minusvalorizaciones. Es necesario avanzar en el conocimiento de sus realidades individuales y colectivas, visibilizando los cambios (a veces drásticos) que la emigración pudo generar en su vida cotidiana.

A través de indicadores cuantificables y comparables puede reconstruirse la cronología de su presencia en el país, la composición de sus flujos, su patrón de asentamiento, etc. Sin embargo, esos indicadores sólo indirectamente “hablan” de los comportamientos y las opciones de las personas. Difícilmente podremos conocer las motivaciones últimas de la emigración o los mecanismos de adaptación sociocultural y laboral de los inmigrantes (o las fases y pautas de modificación de su identidad) a partir del uso exclusivo de fuentes seriales. La necesidad de abordar estos aspectos conduce a la utilización de otras

En ese sentido, este texto quiere destacar la potencialidad que para el estudio de la presencia femenina gallega en Avellaneda durante la última oleada migratoria de la segunda posguerra mundial, tienen documentos tales como las biografías, autobiografías, libros colectivos de testimonios, ensayos y cuentos basados en experiencias reales, entre otros textos englobados bajo el rótulo de “literatura de emigración”. Al igual que sucede con las fuentes orales a las que se refiere Dora Schwarzstein en su clásico La Historia Oral (Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, 1991), textos como Mujeres cotidianas (Buenos Aires: Planeta, 1992), de Aurora Alonso de Rocha, o Madres e hijas. Historias de mujeres inmigrantes (Buenos Aires: Planeta, 2000), de Carmen Sampedro, nos hablan no sólo de lo que ellas hicieron, sino también lo que deseaban hacer, lo que creían estar haciendo y lo que ahora, quizás a décadas de aquellos acontecimientos, piensan que

Dr. Ruy Farías Laboratorio de Investigación en Ciencias Humanas (CONICET-UNSAM) / Cátedra Galicia-América (UNSAM)

Agradezco al autor el envío de este texto para su publicación en “avellaneda en fotos”. Hugo Tempesta- Editor

Fotos: Archivo Hugo Tempesta 50 años

Una mujer entre hombres
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Postal de Galicia bordada a mano

Hugo Felix Villanueva, una vida con la fotografia

Hugo Félix Villanueva nació en Avellaneda y vivió en Avellaneda hasta el día que dejó la vida, siempre con una cámara fotográfica en sus manos. Estudió en la Escuela de Comercio de Avellaneda y para cumplir con los deseos de su padre estudió la carrera de Contador, pero no le gustaba. Formó una familia con una esposa, una hija y un hijo a los veinticinco años. Una tarde fue con su esposa a visitar a Pedro Otero, fotógrafo que obtuvo los mejores premios en el país y el exterior. De esa reunión surgió la idea de formar el Foto Club Avellaneda y eso le cambió la vida. Fue fundador del Cine Club de Córdoba junto con Osvaldo Salzamendi, Raúl Di Giulio y Feliciano Jeanmart y posteriormente fueron creando muchos en las provincias de la república. Algunos ya no existen, pero durante mucho tiempo funcionaron en Necochea, Tandil, Olavarría y Carlos Casares. Amante de la fotografía fue socio y jurado del Foto Club Argentino y el Foto Club Buenos Aires. La Federación Argentina de Fotografía le otorgó el título de Miembro Honorario FAF. Recibió numerosos premios en los

distintos concursos en los que intervino. Además, fue jurado como otra actividad a la que dedicó su vida. El premio de mayor relevancia que recibió fue el Cóndor FAF, en diapositiva color en 1962. Este premio se entregó por primera vez. En 1963 creó la Escuela de Arte Fotográfico dependiente de la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Avellaneda, en conjunto con Feliciano Jeanmart. Oscar Varela y Antonio de la Fuente y se desempeñó como profesor durante unos cuantos años. Su constante actividad lo llevó a ser socio fundador de Cofrades de la Cámara Fotográfica. Lo más importante en toda su tarea utilizando fotos en color fue reunir distintos temas como son iglesias, paisajes, grupos sobre

distintos temas realizados en los clubes y proyectados con música, de manera tal que se podían presentar en distintos lugares, llevando todo el material necesario.

Marta Paredes de Villanueva Fotos Hugo Tempesta

Hugo Felix Villanueva, Feliciano Jeanmart y familia
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fotografía
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Avellaneda en Fotos - Nº 180 by Editorial AF - Issuu