Un plan para la escritura (MÁS ALLÁ DE LA CALIFICACIÓN)
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Un taller de lectura puede significar cosas muy diversas: lectura de
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Gerardo Daniel Cirianni*
cuentos, entrenamiento para la interpretación de textos de divulgación científica, mejoramiento de las capacidades para el seguimiento de instrucciones técnicas, acercamiento a textos cotidianos como diarios y revistas para abrir espacios de conversación, etcétera. Pero cuando se habla de un taller de escritura, ese panorama suele estrecharse a tal punto que en general el concepto de escritura se asocia a la creación literaria, a la producción para el goce estético o en todo caso a los entrenamientos necesarios para el perfeccionamiento de las normas que hacen del uso de la escritura una herramienta eficiente de comunicación. El crecimiento como usuarios de la escritura queda entonces reducido a unas cuantas formas, válidas, desde luego, pero limitadas. Exploremos algunas opciones para trascender estos límites.
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enemos un problema muy serio. Después de los primeros años (a los que usualmente se denomina de alfabetización inicial), la escritura se desdibuja en sus objetivos y se debilita en cuanto a la variedad y frecuencia de su práctica. Fuera de la práctica escolar, se reduce a formas básicas de registro y a intercambios informativos breves y elementales. A partir de un proyecto de trabajo intensivo, se podría evidenciar la profundidad de las carencias sociales en la práctica de la escritura, reconocer las razones de estas deficiencias, descubrir las posibilidades existenciales que
* Maestro. Como promotor de la lectura y la escritura desde hace más de veinticinco años en varios países de América Latina, ha coordinado diplomados e impartido cursos y talleres dirigidos a la formación de maestros de educación básica y media superior, ha sido asesor de planes nacionales de lectura y autor de numerosos libros y artículos.
correo del maestro
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